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Casos Clínicos: Varón de 41 años con cetoacidosis como debut de su diabetes

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Buenas tardes estimado Dr.

Le escribo por un caso que vimos en la unidad de terapia intensiva del hospital en qué trabajo en Quito - Ecuador.




Se trata de un paciente masculino de 41 años, con obesidad grado III, vitíligo e HTA manejada con losartan.

Consulta por fatiga, somnolencia y sed.

Al examen físico, mucosas orales secas, vitíligo, acantosis en cuello e ingles. Llenado capilar de 3 segundos. FC. 68. Sopló sistólico grado IV/VI.

Al ingreso, glicemia mayor a 600 mg/dl. Acidemia severa por acidosis metabólica (pH: 6.9, bicarbonato no medible, pCO2: 8, Lactato normal. Hay cetonuria.

Se lo cataloga como un debut diabético descompensado con un estado hiperpsmolar (osmolaridad 330) cetosico, se indica hidratación, insulina intravenosa y se ingresa a ventilación mecánica invasiva por taquipnea severa y uso de músculos accesorios. Requiere posteriormente drogas vasoactivas por hiptension que se atribuyó a los fármacos sedantes recibidos durante la orointubacion. No hay datos que sugieran infección.

Analítica complementaria, TSH de 100, T4 1.2, cortisol 48 ug/dl (valor normal 6 a 18).

Se lo considera como un síndrome poliglandular tipo 3 con afectación tiroidea (Hashimoto), vitíligo, diabetes (no disponemos de péptido C).

En terapia intensiva, paciente cada vez más inestable metabólicamente. No hay mejoría ácido básica (pH persistemente menor a 7) y glicemias mayor a 600 todo el tiempo, pese a dosis mayores de 5UI/kg de insulina intravenosa. Se lo considera hiperglucemia refractaria. Paciente no supera su estado y fallece.

En este paciente verificamos la funcionalidad del medicamento (insulina) y ante este escenario consideramos un síndrome de resistencia a la insulina tipo B, en dónde existe anticuerpos contra el receptor de insulina.

Se adjunta Rx de tórax. No se pudo recuperar el ECG ya que fue archivado junto a la historia después del fallecimiento.

Quedamos atentos a sus comentarios.

Perdón, soy Jorge Luis Vélez, médico Intensivista en Quito - Ecuador.

 



 

 

Dr. Jorge Luis Vélez Páez.

Quito. Ecuador.

 

 

Opinión: Se trata de un paciente joven de 41 años, con antecedentes de obesidad grado III, vitíligo e HTA, que debuta con cetoacidosis diabética, como primera manifestación de su diabetes mellitus. No sabemos, por lo tanto, qué tiempo de evolución tenía la diabetes, ni si el paciente tenía conocimiento de su existencia. La presencia de obesidad grado III, así como la presencia de acantosis nigricans en cuello y región inguinal, apuntan a un rol clave en de la resistencia a la insulina en el mecanismo patogénico de su diabetes. Por otro lado, estoy de acuerdo en que existían elementos para sospechar autoinmunidad, dado el vitíligo y el hipotiroidismo, en este caso, probablemente causado por tiroiditis de Hashimoto.

No es común de ver que un paciente con DBT2, debute sintomáticamente su enfermedad con cetoacidosis diabética, dado que los niveles de insulinemia generalmente elevados en estos pacientes, evitan la evolución a cetoacidosis, hasta estadios muy tardíos del proceso patogénico, aun con niveles de hiperglucemia muy elevados, y con grados severos de deshidratación como consecuencia de la poliuria ocasionadas por la glucosuria. Si bien es cierto como dijimos, que estos pacientes con DBT2 raramente debuten con cetoacidosis diabética, ocasionalmente pueden verse este tipo de situaciones, pero la mayoría de las veces, con un factor desencadenante claro. Ahora bien, en este paciente, no se encontró un factor desencadenante evidente, por lo que se desprende de la historia. Por lo tanto, voy a tratar de buscar una explicación, que no pasará lamentablemente, de lo puramente especulativo, dado que el paciente falleció, y quizá, no contemos con datos que refuercen las hipótesis diagnósticas que puedan plantearse.

¿Qué factores desencadenantes de cetoacidosis diabética y estado hiperglucémico hiperosmolar presentaba este paciente? Las causas desencadenantes de ambos trastornos suelen ser en primer lugar la infección, pero también el infarto agudo de miocardio, un accidente cerebrovascular, y un grupo de diferentes causas  de distintos sistemas como por ejemplo, pancreatitis aguda, abdomen agudo médico o quirúrgico, tromboembolismo pulmonar, el uso de algunas drogas (clozapina, olanzapina, cocaína, litio, inhibidores de la SGLT2, terbutalina y muchas otras). La supresión del tratamiento de la diabetes, especialmente insulina, se suele ver más en DBT1. ¿Podemos decir que este paciente no tenía infección?. ¿La ausencia de fiebre, descarta infección?, decididamente no, sobre todo en un paciente con acidosis severa y con hipotiroidismo grave como presuntamente tenía este paciente (punto sobre el que volveré más adelante). Lo único que podemos decir es que aparentemente no tenía neumonía, ya que en la Rx de tórax no se observan infiltrados pulmonares, pero no podemos descartar una infección urinaria, o una infección en otra localización, dado que no contamos con cultivos de sangre, orina etcétera. ¿Podemos decir que este paciente no tenía un infarto agudo de miocardio?. Es imposible saberlo si no contamos con un electrocardiograma, enzimas cardíacas etcétera. A veces los pacientes diabéticos suelen tener infartos de miocardio indoloros. Por otro lado, en este paciente se describe un soplo sistólico IV/VI, es decir, un soplo de gran intensidad. No sabemos las características del mismo, que podrían orientar a su causa, como son la localización de máxima intensidad, irradiación, carácter eyectivo o regurgitante etcétera. Tampoco sabemos si es un soplo que el paciente presentaba de antes, o es de aparición reciente. Sabemos que los dos tipos de soplos sistólicos más comunes son los eyectivos, que se producen en el tracto de salida del VI, y la aorta, y los regurgitantes a nivel mitral. A veces un infarto agudo de miocardio, puede expresarse por un soplo de regurgitación mitral, como consecuencia de una disfunción del músculo papilar, o peor aún, de la rotura de una cuerda tendinosa, dando lugar a insuficiencia mitral aguda. También un infarto agudo de miocardio puede ser causa de una comunicación interventricular como consecuencia de rotura del tabique interventricular de causa isquémica. Un soplo sistólico, tanto aórtico (eyectivo), como mitral (regurgitante), puede ser expresión de vegetaciones valvulares secundarias a endocarditis infecciosa.

Este paciente era un hipotiroideo (TSH 100). En este punto, hay que decir que algunos laboratorios, informan los niveles elevados de TSH hasta 100, y generalmente lo expresan como >100, dado que la especificidad del método, generalmente RIA, no permite definir con exactitud, además de no ser necesario para la toma de decisiones médicas sobre todo terapéuticas. Con esto quiero decir, que muy probablemente el hipotiroidismo que presentaba este paciente era más severo de lo que se desprende de la historia, y pueda explicar, por ejemplo, una frecuencia cardíaca de 68 por minuto en un paciente con una acidosis diabética, y en el contexto de un cuadro grave. También un hipotiroidismo con tendencia al coma mixedematoso, podría haber contribuido, a la somnolencia, junto al estado hiperosmolar que presentaba. Un dato en contra del coma mixedematoso es la hiperventilación que presentaba este paciente, que se desprende de la severa hipocapnia, pero hay que tener en cuenta que concomitantemente tenía acidosis metabólica que explica hiperventilación aun en presencia de evolución a coma mixedematoso. El pre coma/coma mixedematoso  cursa con letargia, obnubilación, tendencia a la hipotermia, hipotensión y bradicardia relativa como presentó este paciente. Los desencadenantes del coma mixedematoso pueden ser similares a las de la cetoacidosis diabética, un cuadro infeccioso, un infarto agudo de miocardio, la utilización de drogas sedantes (que este paciente recibió en el contexto de la orointubación). La hipotensión refractaria, puede haber tenido relación con la deficiencia de volumen extracelular, la acidosis severa y una insuficiencia adrenal relativa, que se ve en estos pacientes con estrés severo a lo que en este caso se asoció el hipotiroidismo descompensado, y para lo cual el agregado de hidrocortisona a dosis de estrés (100 mg/6 horas), muchas veces suele contribuir a mejorar.

Creo que este paciente tuvo cetoaacidosis diabética, asociada a estado hiperosmolar e hipotiroidismo severo descompensado, que pueden haber tenido un factor desencadenante o precipitante común, y que lamentablemente no podremos determinar ya, debido a la mala evolución rápida, que no permitió llegar a un diagnóstico más preciso.

En cuanto al planteamiento por parte de los colegas, de un síndrome de resistencia a la insulina tipo B, creo que no lo consideraría en primera instancia, dado que existen otras causas más prevalentes, que podrían haber explicado la mala respuesta al tratamiento. Hay que tener en cuenta que en cetoacidosis diabética, es tan o más importante corregir el estado de hidratación, ya que son pacientes severamente deshidratados, así como corregir las alteraciones electrolíticas asociadas (fundamentalmente hipekalemia e hiponatremia), que la administración de insulina. Por otro lado, la utilización de dosis más altas de insulina que las recomendadas (0,1 a 0,3 UI/Kg/h), no mejora los resultados, y puede ser causa de hipoglucemias en el período de recuperación del cuadro.

 


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