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DERMATITIS POR PAEDERUS.A PROPÓSITO DE UN CASO

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Se trata de un paciente de 19 años sin antecedentes de importancia que acude porque hace 12 horas presenta una pequeña lesión papular en dorso de pie no pruriginosa a lo que el paciente no le da importancia. Menciona que en horas de la mañana las lesiones aumentaron como se observa en la imagen acompañadas de vesículas y halo eritematoso, dolor 7/10 eva no prurito.

La zona central presenta vesiculación  y tendencia a la rápida necrosis epidérmica rodeada de una placa eritematosa bastante bien delimitada de la piel sana en el dorso del pie.





El hecho del corto tiempo de evolución, y sobre todo el intenso dolor, no existiendo   antecedentes de un factor físico químico capaz de producir una dermatitis aguda de contacto (ácidos, álcalis, agentes oxidantes), permiten asegurar que se trata de  dermatitis por paederus muy común en países tropicales y subtropicales como el nuestro

 



 Gentileza

Dra Katherine Tasiguano Rosero

Pallatanga Ecuador

 




DERMATITIS POR PAEDERUS.

El juetazo, fuetazo, latigazo, hormiga brasileña o zorrito (Paederus ornaticornis Sharp), es un coleóptero de la familia de los estafilínidos. Posee unas vesículas retráctiles anales que producen la secreción irritante a base de paederina que expelen como mecanismo defensivo ante cualquier agresión externa. El cuadro clínico de esta afectación a los seres humanos se conoce como Dermatitis por Paederus.

El género Paederus ha sido reportado en muchas partes del mundo, especialmente en los países de las zonas tropicales y subtropicales. El Paederus ornaticornis se encuentra en el Ecuador, Argentina, Perú y Colombia.3​

 

CARACTERÍSTICAS

Este insecto mide de 12,5 a 14,5 mm, siendo identificado por su forma alargada, aplanada dorsoventralmente, coloración negruzca generalizada, con brillos metálicos. La cabeza es típicamente prognata, de superficie fina y esparcidamente puncteada. Tiene piezas bucales masticadoras, de mandíbulas prominentes, recurvadas y un lóbulo incisivo fuertemente desarrollado; palpo maxilar trisegmentado, siendo el tercer segmento subcilíndrico y muy pequeño, palpífero y segmento amarillentos, segmentos dos y tres negros. Las antenas están compuestas de 11 segmentos; los segmentos uno, dos y tres de color amarillo claro, segundo terminal y ápice del noveno y décimo amarillo infuscado, siendo el resto de la antena enteramente negro. El protórax es subglobular, negro con brillos azules, de superficie brillante y tosca pero esparcidamente puncteada; de 1.68 mm. en su máximo ancho por 2.08 mm. de longitud. Las patas son enteramente negras, cubiertas con pilosidad suberecta con un ligero tinte dorado; tibia posterior ligeramente más larga que las otras patas; tarso compuesto de 5 segmentos fuertemente pilosos por debajo, siendo el cuarto bilobado entre el cual nace el quinto y último, que es largo y ligeramente recurvado, hacia abajo; uñas simples y ligeramente recurvadas hacia dentro. Poseen alas y pueden volar, pero prefieren correr y son muy ágiles. Tienen el hábito característico de arquear hacia arriba el abdomen cuando corren o son molestados, un dato de utilidad para su identificación.4​

 

 

 


 

Paederus ornaticornis


HÁBITOS Y COMPORTAMIENTOS

Los adultos se encuentran frecuentemente deambulando en plantas semi arbustivas, en lugares de alta humedad y de fuertes cambios de temperatura entre el día y la noche entre los 600 y 900 m.s.n.m.. Estos insectos al parecer no realizan vuelos y se movilizan mediante un caminar relativamente lento con el abdomen paralelo a la superficie, pero cuando son irritados arquean el abdomen hacia arriba. Los hábitos de alimentación no han podido ser observados, pero por referencias bibliográficas se conocen que son de hábitos sacrófagos, alimentándose de insectos muertos o cadáveres de otros artrópodos; algunas veces pueden atacar a insectos vivos cuyos movimientos son lentos, como por ejemplo algunos escarabajos, con los cuales pelea hasta matarlos.

 

Estos insectos tienen hábitos nocturnos y son atraídos por la luz artificial, alimentándose de materia orgánica en descomposición, por lo que es común encontrar cientos de estos insectos en los postes de luz. Su número aumenta después de las lluvias, al elevarse la humedad, por lo que es más frecuente en el verano. Los huevos son depositados individualmente en una sustancia húmeda y por lo general se desarrollan en 3-19 días para larvas y adultos.

 

Docenas de especies de Paederus se reportan desde el Perú, Ecuador y Bolivia en la literatura entomológica. Cada especie tiene su distribución y estacionalidad individual, aunque éstas son poco conocidas, y se desconoce cuál de ellos puede causar dermatitis. Informes de dermatitis linearis (un término internacional, llamado en Perú dermatitis por Paederus) se han acreditado a "Paederus irritans" (no importa que el nombre correcto es "Paederus ornaticornis"). ¿Cómo los autores médicos peruanos de publicaciones sobre esta aflicción recoger e identificar la especie de "Paederus" (suponiendo un solo estuvo involucrado) que era el culpable? He aquí una sugerencia de que los entomólogos taxonómicas especializadas deberían participar en cada futuro por la dermatitis de informes de papel "Paederus "

 



 

EPIDEMIA

De forma cíclica, en Sudamérica, el fenómeno climatológico de El Niño favorece cambios climáticos drásticos en forma de lluvias muy abundantes y de alta humedad y temperatura que han propiciado el aparecimiento de brotes inusitados y epidémicos de dermatitis provocadas por estos insectos. Además estos cambios traen consigo modificaciones de su hábitat natural y la migración y proliferación de estos insectos hacia zonas más urbanizadas, donde son atraídos especialmente por la luz artificial. También ha contribuido a estas modificaciones de hábitat, el desequilibrio ecológico generado por la eliminación de sus predadores naturales.

 

DERMATITIS POR PAEDERUS

Esta dermatitis de contacto es ocasionada por una sustancia cáustica llamada paederina que se encuentra en la hemolinfa y puesto que estos coleópteros no tienen sangrado reflejo, producen vesicación al ser aplastados contra la piel.

La paederina vesicante es liberada cuando el insecto es accidentalmente sacudido de la piel. La dermatitis tiende a ocurrir después de un período de 18 a 24 horas.5​ El diagnóstico es eminentemente clínico. Las lesiones típicas producidas por este insecto, son lineales y simulan la huella de un látigo, con formación de vesículas o pústulas en el centro de la lesión, que pueden estar presentes al inicio o aparecer después, generalmente asociado a ardor y dolor local. La apariencia clínica, de esta dermatitis vesicante, puede ser muchas veces mal diagnosticada y ser confundida con otras entidades como: quemaduras, herpes simple, herpes zóster, celulitis periorbitaria y dermatitis de contacto alérgica aguda.6​

 

Las lesiones se localizan con mayor frecuencia en la mitad superior del cuerpo, principalmente la cara y el cuello. Cuando compromete la región periocular, la transferencia del irritante desde las lesiones cutáneas puede ocasionar compromiso ocular en forma de queratoconjuntivitis, llamado "ojo de Nairobi". También se han observado casos de queratoconjuntivitis sin compromiso cutáneo.7​No es infrecuente la afectación de la región genital por la transferencia de la pederina a través de las manos. La complicación más observada es la hiperpigmentación residual; la sobreinfección bacteriana y la ulceración son infrecuentes.8​

 

PREVENCIÓN

Existen algunas medidas simples que pueden ayudar a prevenir estos brotes epidémicos de dermatitis en épocas de lluvias y calor intenso; por ejemplo, evitar la invasión de estos insectos nocturnos en las casas, ya sea con el uso de mosquiteros en puertas y ventanas, reducir el número de lámparas y/o focos encendidos, colocar una malla que podría estar atada bajo estas lámparas de luz para evitar que los insectos caigan sobre las personas. Si el insecto cayera sobre las personas, evite frotarlo sobre la piel y finalmente evitar cúmulos de basura conteniendo residuos animales o vegetales en descomposición.9​

TRATAMIENTO

El manejo es el recomendado para una dermatitis de contacto: eliminar el agente irritante, lavar con agua y jabón, y aplicar compresas húmedas. Los antibióticos sólo se utilizan si hay una infección secundaria. Los antihistamínicos orales y los corticosteroides tópicos son útiles para aliviar los síntomas.10​

 

 

 

REFERENCIAS

1Fabricius, Johann Christian (1775) Systema entomologiae, sistens insectorum classes, ordines, genera, species, adiectis synonymis, locis, descriptionibus, observationibus. Libraria Kortii, Flensburgi et Lipsiae.

2 Sharp, D. (1891) In Whymper, Supplementary appendix to travels amongst the Great Andes of the Equator pp. 40-44]

 3TOXINOLOGIA CLINICA. Lesiones por picaduras y mordeduras de animales, Tomo 1 - pág 227

4 «Estudio sobre un Caso de 'Dermatitis producida por Paederus irritans' - David Ojeda Peña». Archivado desde el original el 29 de noviembre de 2014. Consultado el 19 de noviembre de 2014.

 5Cervera V. Paederus Irritans Chpn y la dermatitis producida por este insecto. Ts Gr Univ Agr del Norte 1967.

 6Características clínicas y epidemiológicas del brote epidémico de dermatitis de contacto por Paederus irritans

7 Huang F, Chen W, Shih M. Paederus-Induced Keratitis. Cornea 2010;29(8):941-3

 8García Rivas L, Parra JJ, Reyes Flores O. Dermatitis por Paederus en el Estado Cojedes, Venezuela. Derm Venez 2001;39(4);93-8

 9Ruiz A. Contribución al estudio de la dermatitis de contacto por Paederus irritans o dermatitis del latigazo. Revista Médica Científica 1983; 24-31

 10PRESENTACIÓN DE CASOS CLÍNICOS - Dermatitis de contacto por Paederus en un niño de 12 años

 

 

 

 


VARÓN DE 37 AÑOS CON DOLOR ARTICULAR Y OJO ROJO

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Un hombre de 37 años fue evaluado en  reumatología de este hospital por dolor en las articulaciones y rash cutáneo.

El paciente había estado bien hasta 2 años antes de esta evaluación, cuando aparecieron  artralgias intermitentes  en las articulaciones de las manos. Cuatro meses antes de esta presentación, el dolor en las manos se hizo más severo y apareció  nuevo dolor en las articulaciones de muñecas, rodillas, tobillos y hombros. Tenía rigidez ocasional en las articulaciones, la mayoría comúnmente por la mañana. El paciente fue evaluado por su médico de atención primaria.

Los niveles sanguíneos de electrolitos fueron normales, al igual que los resultados de las pruebas de función renal, el hemograma completo y eritrosedimentación. Según los informes, una prueba de detección de la enfermedad de Lyme resultó negativa. A pesar del uso de antiinflamatorios no esteroideos, las artralgias articulares no disminuyeron, y el paciente fue derivado a  reumatología de este hospital para mayor evaluación.

En reumatología, el paciente refirió nuevo desarrollo de una erupción en manos y pies, así como dolor en las pantorrillas que empeoraba después de un prolongado de pie. No tenía fiebre, escalofríos, sudores nocturnos, debilidad, dolor en el pecho o falta de aire. En el examen, se observaron varias lesiones petequiales pequeñas que no blanqueaban en las manos y los pies, y cuatro lesiones eritematosas ligeramente elevadas fueron vistas en las manos y la pierna izquierda. Tenía dolor en las muñecas, metacarpofalángicas, tobillos y metatarsofalángicas, así como dolor en los movimiento de las caderas y las rodillas. Los músculos de las pantorrillas estaban firmes y dolorosos a la palpación. El resto del examen físico no tenía anormalidades. El recuento sanguíneo completo y el recuento diferencial fueron normales. Los análisis de sangre para factor reumatoide y anticuerpos anti-péptido citrulinado cíclico fueron negativos. La velocidad de sedimentación globular fue de 77 mm por hora, y el nivel de proteína C reactiva fue de 58 mg por litro (valor de referencia, menos de 8). Análisis de sangre fueron positivos para anticuerpos antinucleares a títulos de 1:40 y 1: 160, con un patrón moteado. Se prescribió hidroxicloroquina y prednisona. Sin embargo, durante la semana siguiente, el paciente tuvo dificultad para caminar debido al empeoramiento progresivo del dolor en la pantorrilla, y se presentó al departamento de emergencias de este hospital para evaluación.

En el servicio de urgencias, el paciente informó boca seca y pérdida de peso de 9 kg durante un período de 2 meses que atribuyó a cambios en la dieta y ejercicio. Dos días antes de la presentación, había notado enrojecimiento y dolor leve en ambos ojos pero sin visión borrosa. Cinco días antes de la presentación, su temperatura medida en casa había sido de 37,9 ° C. Su historial médico incluía síndrome del intestino irritable, obesidad y enfermedad por reflujo gastroesofágico, que había resultado en una estenosis del esófago distal que requirió dilatación con balón. Veintidós meses antes de esta presentación, elevaciones leves de  alanina aminotransferasa y de aspartato aminotransferasa fueron detectadas durante las pruebas de laboratorio de rutina y atribuidas a la esteatohepatitis no alcohólica.

Había tenido varias picaduras de garrapatas y había sido tratado empíricamente con doxiciclina en el pasado, la más reciente,  14 meses antes de la presentación. Los medicamentos que tomaba eran hidroxicloroquina, prednisona, omeprazol, ergocalciferol, alprazolam, un multivitamínico y glucosamina. El paciente no fumaba ni  consumía drogas ilícitas; bebía alcohol ocasionalmente. Estaba casado, tenía dos niños y vivía en un suburbio de Boston.  Trabajaba como ejecutivo en una firma local. No había antecedentes familiares de enfermedad autoinmune, incluyendo artritis reumatoide o lupus eritematoso sistémico.

En el examen, la temperatura era de 36,3 ° C, la TA 146/88 mm Hg, el pulso 89 latidos por minuto, y la saturación de oxígeno 99% mientras el paciente respiraba aire ambiente.

Había nyección conjuntival difusa que afectaba los vasos  epiesclerales en ambos ojos, y un se notaba un tono violáceo en la esclerótica  subyacente (Fig. 1A). El paciente pudo ponerse de pie desde una posición sentada sin el uso de sus manos, pero la deambulación era difícil debido a dolor en las pantorrillas. Las pantorrillas parecían hinchadas, sin eritema ni calor, y eran firmes y sensibles a la palpación. Había dolor en la flexión y extensión del dedo gordo del pie derecho, sin eritema, calor o hinchazón de las articulaciones. En la muñeca y olecranon izquierdos y en el olecranon derecho había  pápulas eritematosas   (Fig. 1B). Varias lesiones eritematosas fueron notadas en la pierna izquierda y el pie derecho (Fig. 1C y 1D) y en las manos; las mismas no eran elevadas ni palidecían con la presión. El resto del examen físico fue normal.

 

 



Figura 1. Imágenes clínicas

Las imágenes se obtuvieron durante la evaluación inicial en este hospital. El panel A muestra una inyección conjuntival difusa afectando los vasos epiesclerales en ambos ojos y un tono violáceo en la esclerótica subyacente. El panel B muestra pápulas eritematosas en el olécranon izquierdo. Paneles C y D muestran varias lesiones eritematosas no elevadas que no blanquean (algunos de los cuales miden 4 mm en de diámetro) en la parte inferior de la pierna izquierda y el pie derecho.

 

Los niveles de electrolitos en sangre eran normales, al igual que los resultados de las pruebas de función renal. La orina mostró sangre 2+  (valor de referencia, negativo), 1+ proteína (valor de referencia, negativo), 50 a 100 glóbulos rojos por campo de alta potencia (rango de referencia, 0 a 2), y 5 a 10 glóbulos blancos por campo de alta potencia (referencia rango, 0 a 2). El sedimento de  orina mostró  glóbulos rojos dismórficos y cilindros de glóbulos rojos demasiado numerosos para contarlos.

Análisis de sangre para anticuerpos anti-ADN bicatenario, anticuerpo anti-Ro y  anti-La fueron negativos; otros resultados de las pruebas de laboratorio son se muestra en la Tabla 1.

 

 



Tabla 1.

 Estudios de imagen de la pierna izquierda

 

 

Una resonancia magnética de la parte inferior de la pierna izquierda (Fig.2), realizada antes y después de contraste intravenoso a base de gadolinio, reveló edema muscular difuso inespecífico, que era más prominente en el compartimento posterior de la pantorrilla, con leve realce asociado. No había evidencia de atrofia muscular, mionecrosis, afectación ósea, o colecciones de líquidos drenables.

 

 


Figura 2. Resonancia magnética de la pierna izquierda.

Una imagen axial ponderada en T2 con supresión grasa (Panel A) y una imagen axial ponderada en T1, con supresión grasa y realzada con gadolinio.  La imagen (Panel B) de la pantorrilla izquierda muestra edema difuso (Panel A, asterisco) y realce (Panel B, asterisco) de los músculos, más pronunciado en el compartimento posterior de la pantorrilla.

Una imagen axial ponderada en T1 de la mitad de la pantorrilla izquierda sin supresión de grasa o gadolinio (Panel C) muestra masa muscular normal, sin significativa atrofia muscular o grasa radiográficamente.Una imagen con STIR  de la parte inferior de la pierna izquierda (Panel D) muestra que la anomalía de la señal en el músculo abarca esencialmente toda la longitud de la parte inferior de la pierna (asterisco).


El paciente fue admitido en el hospital y se realizó una prueba diagnóstica.

DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL

Este hombre de 37 años presenta se con enrojecimiento en ambos ojos y una enfermedad sistémica que ha resultado en erupción cutánea, artralgias, hinchazón y dolor en la pantorrilla, hematuria, proteinuria y cilindros de glóbulos rojos en la orina. ¿Se puede construir un diferencial sobre la base de los hallazgos relacionados con los ojos de este paciente?

 

ENROJECIMIENTO DE LOS OJOS

El paciente notó enrojecimiento y dolor leve en ambos ojos, sin visión borrosa. El primer paso en evaluar a un paciente con enrojecimiento de los ojos es determinar qué capa del ojo está inflamada. Conjuntivitis es una causa común de enrojecimiento de los ojos que generalmente se debe a una infección, alergia u ojo seco. El enrojecimiento de los ojos también puede ser causado por inflamación de la red  vascular epiescleral superficial o profunda (epiescleritis o escleritis, respectivamente), la córnea (queratitis) o el tracto uveal (uveítis).

¿Qué capa del ojo de este paciente está afectada?

El grado de dolor ocular es más consistente con conjuntivitis o epiescleritis, en las que comúnmente hay dolor leve. Los pacientes con escleritis, queratitis o uveítis suelen tener un dolor ocular más intenso. Sin embargo, ni la conjuntivitis ni la epiescleritis se asocian comúnmente con una enfermedad sistémica, y por lo tanto, es poco probable que alguno de estos diagnósticos dé cuenta de todas las características de este caso.

El examen físico es fundamental para localizar qué capa del ojo está inflamada. Es importante examinar inicialmente al paciente con luz natural, ya que los cambios sutiles de color se se observan mejor de esta manera. En pacientes con conjuntivitis, epiescleritis, queratitis o uveítis, el ojo es típicamente rojo. En pacientes con escleritis, el ojo también puede tener un tono violáceo, que se debe al edema escleral. Con repetidos ataques de escleritis, la esclerótica puede adelgazarse y hacerse más translúcida, permitiendo que la úvea subyacente, más oscura  mostrarse a través de la esclerótica, lo que resulta en un tinte azul grisáceo.

Otros dos hallazgos en la exploración física pueden ayudar a distinguir la epiescleritis de la escleritis. En pacientes con epiescleritis, los vasos congestionados siguen un patrón radial, mientras que la escleritis es a menudo caracterizado por un patrón más entrecruzado. En pacientes con epiescleritis, la instilación de gotas de fenilefrina causan que los vasos  epiesclerales superficiales congestionados   se blanquee en segundos mientras que en los pacientes con escleritis, los vasos epiesclerales profundos congestionados no se vasocontraen completamente, dando lugar a congestión y enrojecimiento persistente  después de la instilación de fenilefrina. Aunque estos hallazgos pueden ayudar a diferenciar la epiescleritis de la escleritis, el uso del examen con lámpara de hendidura para examinar directamente la epiesclera y la esclerótica es la mejor manera de distinguir estas dos entidades.

Aunque no tenemos información de un examen con lámpara de hendidura para determinar definitivamente la presencia de edema escleral en este paciente, el tono violáceo de la esclerótica en el examen  hace sospechar que la causa más probable del ojo rojo del paciente sea la escleritis. esclerótica. La escleritis puede aparecer como un hallazgo aislado o puede ir acompañado de otras manifestaciones  oculares. Un examen con lámpara de hendidura o un fondo de ojo con dilatación se requeriría en este punto  para determinar si existían  hallazgos corneales o evidencia de inflamación intraocular que indiquen  queratitis o uveítis concurrentes.

La escleritis se clasifica sobre la base del aspecto clínico en la presentación. Clasificaría esta presentación del paciente como escleritis difusa anterior, dado el tono violáceo de la esclerótica y la presencia de inyección conjuntival difusa. La ausencia de  nódulo esclerales hace que la escleritis nodular  anterior sea poco probable. Del mismo modo, no hay descripción de adelgazamiento escleral que sugeriría escleritis necrotizante.

La causa subyacente de la escleritis a veces es desconocida, o la condición puede estar asociada con enfermedades sistémicas mediadas por el sistema inmunitario, locales o infecciones sistémicas o medicamentos. Este paciente no está tomando ningún medicamento, como un bisfosfonato, que normalmente causaría escleritis, pero tiene varios síntomas y signos sugestivos de una enfermedad sistémica subyacente asociada. Hasta la mitad los pacientes con escleritis tienen una enfermedad local o sistémica  asociada identificable, 1,2 con aproximadamente el 40% de los pacientes con escleritis asociada a una enfermedad sistémica no infecciosa y 5 a 10% que tienen una causa infecciosa.3,4 A veces la escleritis es la primera manifestación de una enfermedad sistémica subyacente., por lo que siempre es importante descartar enfermedades sistémicas comúnmente asociadas en todos los pacientes que presentan escleritis.

 

ESCLERITIS INFECCIOSAS

Escleritis infecciosas exógenas

La escleritis infecciosa se puede clasificar como exógenas o endógenas. Las escleritis infecciosas exógenas son comúnmente causadas por la extensión de una infección desde una úlcera corneal o por  la introducción de un organismo patógeno relacionado con traumatismos o cirugías. Este paciente no tiene antecedentes que sugieran introducción local de infección y causas exógenas, y las causas de escleritis infecciosa serían poco probables para explicar sus síntomas sistémicos.

 

Escleritis infecciosas endógenas

Varias infecciones endógenas sistémicas están asociadas con escleritis. El herpes zoster es una de las infecciones sistémicas más comunes con participación escleral, que puede ocurrir muchos meses después de la resolución de la enfermedad dermatológica. Sin embargo, este paciente no tenía síntomas o signos de infección por herpes zóster.

La sífilis puede causar escleritis y una amplia gama de síntomas sistémicos; sin embargo, la erupción de este paciente no se parece a las pápulas de color marrón rojizo que ocurren típicamente en el tronco, palmas y plantas, y la afectación de los riñones sería inusual.

Este paciente no proviene de una zona donde la tuberculosis sea endémica, por lo que la tuberculosis sería improbable en este caso.  Aunque tiene historia de exposición a picaduras de garrapatas, vive en una zona donde las picaduras de garrapatas son endémicas y tiene artritis por lo que habría que considerar enfermedad de Lyme, el patrón de su rash y los test negativos paraLyme hacen que este diagnóstico sea improbable.

 

ESCLERITIS NO INFECCIOSAS INMUNOMEDIADAS

Artritis Reumatoide

La artritis reumatoide se asocia comúnmente con escleritis y artritis; sin embargo, las anomalías  renales que tenía este paciente no se ven comúnmente con esta condición. Además, las pruebas negativas para factor reumatoide y los anticuerpos anti péptidos cíclicos citrulinados, hacen improbable el diagnóstico de AR.

 

Lupus eritematoso sistémico

El lupus eritematoso sistémico puede estar asociado con escleritis, artritis, enfermedad renal y vasculitis de la piel o el músculo, como se manifiesta en este paciente por la hinchazón difusa en los músculos de la pantorrilla y el nivel elevado de creatina quinasa. Los análisis de sangre del paciente se destacaron por la presencia de anticuerpos antinucleares y la ausencia de anticuerpos anti-ADN bicatenario, el último de los cuales es más específico para el diagnóstico de lupus eritematoso sistémico y para la complicación de la nefritis lúpica en particular. No tenemos información sobre los niveles de complemento, que seríanútiles para diferenciar el lupus eritematoso sistémico de otras causas de glomerulonefritis (dado que C3 y C4 están típicamente bajos en pacientes con nefritis lúpica, una enfermedad mediada por  inmunocomplejos). Sin embargo, el hecho de que este paciente es hombre hace poco probable el diagnóstico de lupus, y debido a que la escleritis no es una característica particularmente común del lupus, creo que el lupus es un diagnóstico poco probable en este caso.5

 

OTRAS ENFERMEDADES SISTÉMICAS INMUNOMEDIADAS

Este paciente no tiene síntomas  gastrointestinales sugestivos de enfermedad inflamatoria intestinal ni tiene  inflamación órganos que contienen  cartílago que contiene (por ejemplo, orejas y nariz) sugerentes de un diagnóstico de policondritis recidivante. Su artritis es atípica para espondilitis anquilosante, y la afectación renal en pacientes con dicha enfermedad es rara

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Vasculitis Asociadas  anticuerpos anticitoplasma de neutrófilo (ANCA)

Las vasculitis asociadas a ANCA se refiere a un grupo de enfermedades sistémicas inmunomediadas que a menudo se asocian con escleritis. La glomerulonefritis, manifestada en este paciente por hematuria, proteinuria, y cilindros de glóbulos rojos, es una característica típica de las vasculitis asociada a ANCA. Los hallazgos de la piel de este paciente son compatibles con una erupción cutánea debida a vasculitis, que se observa comúnmente en pacientes con vasculitis asociadas a ANCA. La artritis también es una manifestación típica de este grupo de enfermedades. Los hallazgos de la resonancia magnética que involucran la parte inferior de la pierna son compatibles con vasculitis del músculo esquelético, la cual no es una manifestación común en vasculitis asociadas a ANCA, pero se ha informado.6-8 Las áreas más comunes de participación entre los pacientes con vasculitis asociada a ANCA son los tractos respiratorios superior e inferior. Este paciente no refería ningún síntoma respiratorio que sugiriesen afectación del tracto respiratorio, pero esto no descarta el diagnóstico. La constelación de hallazgos de este paciente como  escleritis, vasculitis de la piel y los músculos, glomerulonefritis y  artritis hacen que las  vasculitis asociada a ANCA sea el diagnóstico más probable en este caso, y por lo tanto, sospecho que el diagnóstico fue establecido por obtención de una muestra de sangre para análisis de ANCA.

En este paciente nos impresionaron tres elementos claves de la historia y el examen físico: la artritis migratoria; las lesiones purpúricas en sus manos, pies y pierna; y las lesiones nodulares en las superficies dorsales de los codos. Las lesiones nodulares eran compatibles con “granulomas de Churg-Strauss”, también conocidos como granulomas necrotizantes  extravasculares cutáneos pero más recientemente como dermatitis granulomatosa neutrofílica en empalizada .9 Sobre la base de estos hallazgos, combinando  los niveles elevados de reactantes de fase aguda, el sedimento urinario activo y la presencia de escleritis, se consideró asociada a las vasculitis asociadas a ANCA, o más específicamente, a la  granulomatosis con poliangeítis asociada a ANCA dirigido contra proteinasa 3 (PR3-ANCA), como  el diagnóstico más probable en este caso. Para establecer el diagnóstico, obtuvimos una biopsia de piel de la lesión papular del codo izquierdo y otra muestra de biopsia de una lesión en la mano izquierda. También obtuvimos una muestra de sangre para pruebas ANCA.

DIAGNOSTICO CLÍNICO PRESUNTIVO

GRANULOMATOSIS CON POLIANGEÍTIS ASOCIADA A ANTICUERPO ANTICITOPLASMÁTICO DE NEUTRÓFILOS DIRIGIDO CONTRA PROTEINASA 3.

 

DISCUSIÓN PATOLÓGICA

Una biopsia con sacabocados de 4 mm se obtuvo  de una pápula en el codo izquierdo. El examen histopatológico (fig.3) reveló un granuloma dérmico en empalizada, compuesto de histiocitos rodeados de linfocitos, con degeneración central del colágeno adyacente a la superficie epidérmica que indicaba un área de perforación. Células gigantes multinucleadas mezcladas con  neutrófilos con leucocitoclasia (neutrófilos con degeneración nuclear) estaban presentes en el infiltrado inflamatorio y colágeno necrobiótico.

Tomados en conjunto, los hallazgos fueron consistentes con dermatitis granulomatosa neutrofílica en  empalizada.

 

 



Figura 3. Muestra de biopsia de piel del codo.

Tinción con hematoxilina y eosina de una biopsia por sacabocados  de una pápula en el codo izquierdo muestra un granuloma  dérmico en empalizada, con degeneración central del colágeno adyacente a la superficie epidérmica que indica un área de perforación (Panel A). A mayor aumento (Panel B), células gigantes multinucleadas (flecha) son vistas, junto con neutrófilos con leucocitoclasia (punta de flecha) y colágeno necrobiótico (asterisco), hallazgos que son compatibles con dermatitis neutrofílica en empalizada.

 

Clínicamente, la dermatitis granulomattosa neutrofílica en empalizada se caracteriza con mayor frecuencia por múltiples pápulas o nódulos eritematosos discretos involucrando simétricamente codos y dedos en pacientes con enfermedad sistémica, incluidos lupus eritematoso  sistémico, artritis reumatoide, y vasculitis sistémicas. Las características son la presencia de granulomas en empalizada con necrobiosis de colágeno basófilo y neutrófilos intercalados con leucocitoclasia. 10 El diagnóstico diferencial histológico puede incluir  reacción a una picadura de insecto, erupción por drogas, e infección. La dermatitis granulatosa neutrofílica en empalizada se cree que es parte  de un espectro de la enfermedad que incluye nódulo reumatoides, necrobiosis lipoidica y granuloma anular, todos los cuales están asociados de forma independiente con enfermedades sistémicas subyacentes, como las vasculitis asociadas a ANCA y diabetes mellitus.9,11,12

Además, una muestra de biopsia con sacabocados de 4 mm de una pápula en la mano dorsal izquierda mostraba una vasculitis necrotizante de vasos pequeños con extravasación de eritrocitos y detritos leucocitoclásticos, hallazgos que fueron consistentes con vasculitis leucocitoclástica (Fig. 4). Los vasos cutáneos  de tamaño mediano estaban respetados. Lavasculitis leucocitoclástica se manifiesta típicamente por púrpura palpable que involucra la parte inferior de las piernas y se caracteriza histológicamente por infiltración neutrofílica con la tríada de leucocitoclasia, necrosis fibrinoide de paredes de los vasos y extravasación de eritrocitos13.

 

 


Figura 4. Muestra de biopsia de piel de la mano.

Tinción con hematoxilina y eosina de una biopsia por sacabocados espécimen de una pápula en la mano dorsal izquierda muestra una vasculitis dérmica necrotizante de vasos pequeños con extravasación de eritrocitos y detritos leucocitoclásticos, hallazgos que son compatibles con vasculitis leucocitoclástica.

 

La vasculitis leucocitoclástica puede ser idiopática o estar asociada con una amplia gama de causas, que incluyen infección, medicamentos, cáncer u otras eenfermedades sistémicas.13 La conferencia de consenso internacionaly las guías de Chapel Hill  revisada en 2012 clasifican las vasculitis leucocitoclástica de vasos pequeños como vasculitis de vasos pequeños, una categoría que abarca vasculitis asociada a ANCA y granulomatosis eosinofílica con poliangeítis, entre otros, y como vasculitis de un solo órgano con los hallazgos limitados a la piel.

En resumen el examen histológico de la biopsia de piel de este paciente  reveló la presencia de dermatitis granulomatosa neutrofílicaa en empalizada neutrófilos en empalizada, y la muestra de biopsia de piel de la mano dorsal izquierda mostró vasculitis leucocitoclástica. Nosotros conjeturamos que estas anormalidades aparentemente dispares pueden estar relacionadas, dado que la dermatitis granulmatosa neutrofílica en empalizada  ha sido previamente informada como surgiendo de  una vasculitis leucocitoclástica, con evolución al estado granulomatoso y, posteriormente, a la fibrosis en la etapa de resolución.9 En conjunto, la constelación de hallazgos de las dos biopsias de piel es consistente con distintos estadios de una dermatitis granulomatosa en empalizada.

La prueba de diagnóstico en este caso fue un análisis de sangre para ANCA. Dos clases de ANCA se ha demostrado que son de valor diagnóstico: PR3-ANCA y ANCA dirigidos contra mieloperoxidasa. Estos se correlacionan con patrones de inmunofluorescencia de ANCA citoplasmático y ANCA perinucleares, respectivamente. Este paciente tenía un título de PR3-ANCA de 31.744 unidades (valor de referencia, menos de 20). Comparado con biopsia, que se considera un estándar de referencia, la sensibilidad de las pruebas ANCA para diagnosticar vasculitis asociada a ANCA se estima en  85%, con una especificidad del 98% .15 La sensibilidad de las pruebas de ANCA es mayor entre los pacientes con enfermedad más extensa o grave, y títulos más altos se asocian con una mayor especificidad de la enfermedad.

Existe un espectro de síndromes dentro de la categoría de vasculitis asociada a ANCA. Incluido en ese espectro están la granulomatosis con poliangeítis, poliangeítis microscópica, variantes limitadas al riñón, , granulomatosis eosinofílica con poliangeítis, fibrosis pulmonar primaria y estenosis traqueal subglótica. El subtipo clínico es definido por las características clínicas, y en este caso, tanto granulomatosis con poliangeítis como la poliangeítis microscópica podrían considerarse.

Las  características granulomatosas de la biopsia de la piel del codo piel del paciente son más consistentes con granulomatosis con poliangeítis que con poliangeítis microscópica, y PR3-ANCA es más común entre pacientes con granulomatosis con poliangeítis. El diagnóstico en este caso es vasculitis asociada a ANCA, subtipo PR3-, compatible con granulomatosis con poliangeítis.

 

DISCUSIÓN DEL MANEJO

Incluso cuando iniciamos el tratamiento, buscamos también  determinar la extensión de la enfermedad de este paciente. Realizamos tomografía computarizada (TC) de tórax  debido a la predilección de la granulomatosis con poliangeítis que afecta los pulmones. Aunque el paciente no tenía síntomas pulmonares y respiraba bien, la tomografía computarizada mostró la presencia de opacidades en vidrio esmerilado en la región peribronquial central, un hallazgo consistente con hemorragia alveolar. El compromiso  multiorgánico de la  granulomatosis con poliangeítis – caracterizada por un síndrome pulmón-riñón (se presume capilaritis pulmonar y glomerulonefritis), artritis migratoria, vasculitis cutánea y escleritis: requirió un tratamiento intensivo. Él recibió glucocorticoides intravenosos en dosis altas durante 3 días, seguido de glucocorticoides orales. Él también recibió rituximab intravenoso mientras estaba en el hospital, seguido de una segunda dosis de forma ambulatoria. Su artritis, vasculitis, dolor en la pantorrilla y la escleritis se resolvió en unos días. Su sedimento de orina se normalizó en varias semanas. Las imágenes de tórax no se repitieron, pero  quedó sin síntomas pulmonares. Cuando las pruebas serológicas para ANCA se repitieron 8 días después de haber comenzado tratamiento, el título ya había disminuido de 31,744 a 13,312 unidades. Durante los siguientes  22 meses, el título de ANCA se volvió gradualmente negativo. Los glucocorticoides orales finalmente se suspendieron después de que la dosis se redujo a lo largo del curso de 6 meses.

Dos años y 11 meses después, el paciente comenzó a sentirse mal de nuevo. El examen  clínico reveló condritis auricular del oído derecho y escleritis anterior difusa recurrente del ojo  derecho. Su título de ANCA había subido desde negativo solo meses antes a más de 12,000 unidades, que era más bajo que su título de ANCA en ese momento de su diagnóstico inicial, pero todavía era fuertemente positivo. Se sometió a inducción de remisión con dos dosis de rituximab intravenoso, así como una dosis más baja de glucocorticoides orales que la que había recibido durante su primera inducción a la remisión.

La remisión se produjo rápidamente y la dosis de  glucocorticoides orales se redujeron y discontinuaron a los 3 meses. Posteriormente, una estrategia para mantenimiento de la remisión, por lo que el paciente recibió infusiones intravenosas de rituximab a intervalos cada vez más amplios: inicialmente  cada 6 meses, luego cada 9 meses, luego cada año, y actualmente cada 18 meses. El no ha recibido prednisona en más de 5 años y nunca ha recibido ciclofosfamida para el tratamiento de su granulomatosis con poliangeítis.

DIAGNOSTICO FINAL

VASCULITIS ASOCIADA A  ANTICUERPO CITOPLASMÁTICO ANTINEUTRÓFILO PROTEINASA 3 CONSISTENTE CON GRANULOMATOSIS CON POLIANGEÍTIS.

 

 

 

Tradcción de: “A 37-Year-Old Man with Joint Pain and Eye Redness”

Lucia Sobrin, M.D., M.P.H., John H. Stone, M.D., M.P.H., Ambrose J. Huang, M.D., John L. Niles, M.D., and Rosalynn M. Nazarian, M.D.

NEJM

https://www.nejm.org/doi/full/10.1056/NEJMcpc1909623

 

 

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UNA TRAVESÍA TRAICIONERA..

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En este ejercicio clínico se presenta un caso que es discutido por un médico internista al que se le van proporcionando datos de la historia clínica en forma secuencial, y este analiza el cuadro a la luz de los nuevos elementos, de una manera análoga al proceso diagnóstico en la práctica real de la medicina

 

 

Historia

Un hombre de 33 años con antecedentes de tabaquismo y consumo excesivo de alcohol fue ingresado en un hospital de Boston en septiembre tras acudir al servicio de urgencias con fiebre, vómitos, dolor abdominal y hemoptisis. Refirió el desarrollo de malestar general, fiebre y escalofríos seguidos de dolor abdominal difuso, náuseas y vómitos biliosos 2 días antes de la presentación. El día de la admisión presentó tos paroxística con producción de una cantidad moderada de sangre fresca, con emesis y melena en forma de café molido. No informó antecedentes médicos notables. El paciente era un inmigrante de habla hispana. A pesar de la disponibilidad de un intérprete médico, no proporcionó información más detallada sobre su historial social y de viajes.

 

El examen físico se destacó por dificultad respiratoria leve. La temperatura era de 38,7 ° C y la frecuencia cardíaca de 116 latidos por minuto y regular. La presión arterial era de 124/85 mm Hg, la frecuencia respiratoria era de 16 respiraciones por minuto y la saturación de oxígeno del 95% mientras el paciente respiraba aire ambiente. Los pulmones estaban limpios. Los ruidos intestinales eran normales; hubo dolor moderado a la palpación en la parte superior del abdomen, pero sin hepatoesplenomegalia. No había evidencias de hemorragia en el examen de la nariz y la orofaringe. La piel parecía normal.

 

En el momento de la presentación en el servicio de urgencias se sospechó hemorragia digestiva alta aguda, por lo que se inició administración de líquido intravenoso y un inhibidor de la bomba de protones. No se realizaron pruebas para la enfermedad por coronavirus 2019 (Covid-19) porque el paciente se presentó antes de que ocurriera la pandemia. Informó dificultad para respirar moderada. La radiografía y la posterior tomografía computarizada de tórax revelaron opacidades multifocales en parches en ambos pulmones ( Figura 1 ). Se inició vancomicina intravenosa y piperacilina-tazobactam.

 

 


Figura 1. Tomografía computada de tórax.

Muestra múltiples opacidades parcheadas del espacio aéreo y densidades de vidrio esmerilado en ambos pulmones.

 

PONENTE

Este hombre de 33 años se presenta con una enfermedad febril, hemoptisis, hematemesis y disnea antes de la pandemia de Covid-19. Un historial completo a menudo proporciona información crucial y debe obtenerse lo antes posible. Los intérpretes médicos deben participar de forma rutinaria cuando existan preocupaciones de comunicación inadecuada debido a una barrera del idioma. La hemorragia gastrointestinal superior requiere un examen rápido para identificar el origen del sangrado, ya que puede indicar una emergencia potencialmente mortal; El tratamiento empírico para la hemorragia por varices, incluida la administración de líquido intravenoso y un inhibidor de la bomba de protones, se inició de manera apropiada. Las densidades multifocales en los pulmones en la radiografía tienen un diagnóstico diferencial amplio, que incluye edema pulmonar, hemorragia, neumonía y neumonitis por aspiración. Es posible que los antecedentes no indiquen de manera confiable el origen del sangrado: la hemoptisis puede ocurrir de manera secundaria, después de la aspiración de sangre. Por el contrario, la sangre que se origina en los pulmones puede causar hematemesis o melena una vez que se logra el acceso al tracto gastrointestinal. Una diátesis hemorrágica podría explicar la hemorragia pulmonar y gastrointestinal concurrente; las medidas de coagulación pueden ser informativas. En vista de la historia de fiebre y los hallazgos pulmonares en el examen y las imágenes, está indicado el tratamiento antibiótico empírico para la neumonía. Puede haber una necesidad urgente de obtener hemoderivados compatibles.

 

EVOLUCIÓN

El nivel sérico de sodio fue de 131 mmol por litro, el nivel de potasio de 3,0 mmol por litro, el nivel de nitrógeno ureico en sangre de 16 mg por decilitro y el nivel de creatinina de 1,2 mg por decilitro. El nivel de aspartato aminotransferasa fue de 107 U por litro (rango normal, 10 a 50), el nivel de alanina aminotransferasa 67 U por litro (rango normal, 10 a 50) y el nivel de fosfatasa alcalina 115 U por litro (rango normal , 40 a 130). El nivel total de bilirrubina fue de 2,0 mg por decilitro (rango normal, 0 a 1,0 [34,2 μmol por litro; rango normal 0 a 17,1]). El recuento de glóbulos blancos fue de 8000 por milímetro cúbico, con 92,5% de neutrófilos, 4,1% de linfocitos, 3,0% de monocitos y 0,1% de eosinófilos. El nivel de hemoglobina fue de 11,8 g por decilitro y el recuento de plaquetas fue de 95.000 por milímetro cúbico. El tiempo de tromboplastina parcial fue de 40. 7 segundos (rango normal, 22,0 a 36,0) y el índice internacional normalizado (INR) fue 1,1 (rango normal, 0,9 a 1,1). Se detectaron glóbulos rojos no dismórficos en el análisis de orina, pero no se observaron glóbulos blancos ni cilindros.

 

PONENTE

La fiebre y la taquicardia despiertan preocupación por una infección subyacente. La neumonía y la neumonitis química después de la aspiración son causas frecuentes de fiebre aguda. Las vasculitis y otras enfermedades autoinmunes deben incluirse en el diagnóstico diferencial. Los resultados anormales en las pruebas de función hepática pueden explicarse por el historial de consumo excesivo de alcohol del paciente y, junto con el recuento bajo de plaquetas, apuntan a una hemorragia gastrointestinal superior como una complicación de la cirrosis. Alternativamente, el hallazgo de una función hepática anormal con un recuento bajo de plaquetas puede reflejar una respuesta sistémica a la infección, incluida la infección por una enfermedad transmitida por garrapatas como la babesiosis, que es endémica en el noreste de los Estados Unidos. La hiponatremia y la hipopotasemia moderadas son notables y podrían ser causadas por vómitos o pérdida renal de electrolitos. La hematuria podría indicar una infección subyacente o una afección patológica que afecte al tracto urinario. La linfopenia se puede observar en varias enfermedades infecciosas.

 

El tiempo de tromboplastina parcial está levemente elevado. La trombocitopenia moderada del paciente no explicaría el sangrado espontáneo. Dado que la hemoptisis o la hematemesis pueden presagiar una hemorragia potencialmente mortal, la identificación de la fuente de la hemorragia es fundamental y puede identificarse mediante broncoscopia o esofagogastroduodenoscopia.

 

 

EVOLUCIÓN

Se realizó una broncoscopia que reveló secreciones sanguinolentas no purulentas en el segmento posterior del lóbulo superior derecho y los lóbulos inferiores derecho e izquierdo de los pulmones. El retorno hemorrágico progresivamente creciente en el lavado broncoalveolar fue compatible con hemorragia alveolar. Se continuó con vancomicina y piperacilina-tazobactam y se inició doxiciclina.

 

 

PONENTE

El aumento del retorno hemorrágico del lavado broncoalveolar identifica el espacio alveolar como el sitio de hemorragia. La hemorragia alveolar difusa complica una variedad de enfermedades, que incluyen trastornos autoinmunitarios, neumonía bacteriana o viral y síndrome de dificultad respiratoria aguda (SDRA) por cualquier causa. La hematuria concomitante o la lesión renal aguda suscitarían preocupación por un síndrome pulmón-riñón atribuible a una enfermedad autoinmunitaria (p. Ej., Granulomatosis con poliangeítis, síndrome antimembrana basal glomerular o lupus eritematoso sistémico) o a toxinas o enfermedades infecciosas (p. Ej., Hantavirus infección, leptospirosis o legionelosis). La lesión pulmonar y la glomerulonefritis rápidamente progresiva son características de un síndrome pulmón-riñón. La sospecha de síndrome pulmón-riñón requiere el inicio inmediato del tratamiento, antes que el diagnóstico sea confirmado. Babesia microti y Anaplasma phagocytophilum son patógenos transmitidos por garrapatas que son endémicos en Massachusetts y podrían explicar los síntomas del paciente, hemorragia pulmonar y anomalías de laboratorio.

 

 

EVOLUCIÓN

Dada la identificación de los pulmones como la principal fuente de sangrado, no se llevó a cabo la esofagogastroduodenoscopia. El paciente tuvo un resultado de prueba positivo para el anticuerpo de superficie del virus de la hepatitis B pero un resultado negativo para el anticuerpo anti-core; las pruebas de anticuerpos contra el virus de la inmunodeficiencia humana y el virus de la hepatitis C fueron negativas. Las pruebas de orina para antígenos de legionella y Streptococcus pneumoniae fueron negativas, al igual que las pruebas de reacción en cadena de la polimerasa (PCR) para virus respiratorios (virus de influenza y parainfluenza, virus sincitial respiratorio, metapneumovirus humano y adenovirus). Las pruebas de PCR en sangre para especies de babesia, citomegalovirus, virus de Epstein-Barr, especies de ehrlichia y especies de anaplasma también fueron negativas. No hubo crecimiento bacteriano en el líquido de lavado broncoalveolar ni en los hemocultivos.

 

El paciente se volvió gravemente disneico e hipotenso y fue sometido a intubación de emergencia y ventilación mecánica por insuficiencia respiratoria hipoxémica. Los niveles de hemoglobina se mantuvieron estables y el tiempo de tromboplastina parcial y el INR permanecieron normales. Se iniciaron vasopresores. Se desarrolló insuficiencia renal anúrica, por lo que se inició terapia de reemplazo renal con hemofiltración venovenosa continua. Se observó una función normal del ventrículo izquierdo en la ecocardiografía transtorácica, y el riñón y el hígado tenían características morfológicas normales en la ecografía abdominal. Los niveles de alanina aminotransferasa aumentaron a 3745 U por litro, aspartato aminotransferasa a 6340 U por litro y bilirrubina total a 11,8 mg por decilitro, con un nivel directo de bilirrubina de 7,4 mg por decilitro.

 

 

PONENTE

Los resultados de las pruebas de laboratorio para varias infecciones respiratorias fueron negativos. El paciente presentaba disfunción multiorgánica, incluida lesión pulmonar, renal y hepática, a pesar de recibir antibioticoterapia empírica para sepsis y neumonía, incluida doxiciclina para cubrir posibles enfermedades transmitidas por garrapatas y neumonía bacteriana atípica. La insuficiencia renal y la hepatitis pueden deberse a hipoperfusión por shock o pueden ser manifestaciones orgánicas de enfermedades específicas. Es poco probable que se produzca un shock hemorrágico dado el nivel estable de hemoglobina.

 

 

EVOLUCIÓN

Dada la preocupación por un síndrome pulmón-riñon autoinmune, se inició tratamiento empírico con glucocorticoides en dosis altas y se realizó recambio plasmático. La hipotensión del paciente se resolvió en 2 días. Se obtuvo una muestra de biopsia del riñón que mostró lesión tubular aguda con necrosis tubular focal, pero no había glomerulonefritis ni enfermedad por complejos inmunes. Las pruebas de factor reumatoide, anticuerpos anticitoplasma de neutrófilos, anticuerpos antinucleares y anticuerpos antimembrana basal glomerular fueron negativas. Dados estos resultados, se suspendieron la plasmaféresis y los glucocorticoides.

 

 

PONENTE

Se ha excluido la glomerulonefritis rápidamente progresiva y las pruebas para enfermedades autoinmunes son negativas. La posibilidad de infección es una preocupación. Un historial detallado de viajes recientes y posibles exposiciones es fundamental y debe obtenerse lo antes posible.

 

 

EVOLUCIÓN

Se obtuvo una historia adicional de la familia del paciente. El paciente tenía una historia de 15 años de fumar aproximadamente un paquete de cigarrillos por día hasta que dejó de fumar varios meses antes de la presentación. También había consumido mucho alcohol hasta 3 semanas antes de la presentación. No había otros antecedentes médicos relevantes. Había crecido y vivido en una ciudad en el centro de México, sin viajar al sur ni al extranjero, antes de llegar a los Estados Unidos varias semanas antes. Había ingresado al país nadando a través del Río Grande y caminando por la naturaleza. Llegó a Massachusetts 4 días antes de la admisión.

 

Dada esta nueva información, se realizaron pruebas adicionales. Los resultados del análisis de orina fueron negativos para antígenos de coccidioides e histoplasma, y ​​los resultados de las pruebas serológicas de plasma obtenidas antes del recambio plasmático fueron negativos para estrongiloidiasis, micoplasmosis, dengue y fiebre Q.

 

 

PONENTE

La historia adicional abre el diagnóstico diferencial a infecciones adquiridas en México o durante los viajes del paciente. No pasó por zonas donde la malaria es endémica. El síndrome de hiperinfección por Strongyloides, una complicación grave de la infección por este helminto del suelo, que es más prevalente en las regiones tropicales y subtropicales que en el hemisferio norte, es una posibilidad, pero el resultado de una prueba serológica para S. stercoralis fue negativo. Es poco probable que se produzca una infección por hongos dados los resultados negativos de los análisis de orina para las especies de coccidioides e histoplasmas y el curso rápidamente progresivo de la enfermedad del paciente. Sin embargo, en su viaje tuvo un alto riesgo de exposición a patógenos zoonóticos como el hantavirus y la leptospirosis, que pueden provocar hemorragia pulmonar e insuficiencia renal.

 

 

EVOLUCIÓN

El paciente completó un ciclo de tratamiento de 11 días con vancomicina y ciclos de 2 semanas de piperacilina-tazobactam y doxiciclina. La fiebre y la insuficiencia respiratoria se resolvieron y se interrumpió la diálisis después de que la función renal había mejorado. La nueva debilidad muscular leve y la disfagia persistieron durante varias semanas. Los resultados de las pruebas para el hantavirus fueron negativos. Los resultados de una prueba cualitativa para anticuerpos IgM contra especies de leptospira en una muestra obtenida antes de la plasmaféresis fueron ambiguos, pero los resultados de la prueba repetida realizada con una muestra obtenida una semana después fueron positivos.

 

 

PONENTE

La combinación de un ensayo positivo para anticuerpos IgM contra especies de leptospira y síntomas compatibles proporciona evidencia de apoyo para una infección reciente o actual. Se recomiendan las pruebas de confirmación proporcionadas por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC). Aunque el paciente recibió plasma fresco congelado que contenía inmunoglobulinas derivadas del donante durante la plasmaféresis, es poco probable que un donante tuviera anticuerpos específicos contra la leptospirosis que a su vez crearían un resultado falso positivo; además, los anticuerpos del donante se diluyen a concentraciones sustancialmente más bajas en el receptor. La presentación clínica del paciente (enfermedad febril aguda con dolor abdominal, complicada por hemorragia pulmonar, insuficiencia renal, ictericia, hepatitis, hiponatremia, hipopotasemia y trombocitopenia) es compatible con el diagnóstico de leptospirosis.

 

El tratamiento de elección es un ciclo de penicilina de 7 días para la leptospirosis grave o doxiciclina para la enfermedad leve a moderada. La antibioterapia empírica que recibió el paciente incluyó piperacilina-tazobactam y doxiciclina durante más de 7 días. Dado que se espera que cada uno tenga actividad contra las especies de leptospira, es probable que la leptospirosis grave haya sido tratada adecuadamente. Aunque la leptospirosis puede tener un curso prolongado o bifásico, la segunda fase inmunomediada suele ocurrir después del aclaramiento de la leptospirosis, por lo que no está indicada una duración prolongada de la terapia con antibióticos.

 

EVOLUCIÓN

Diecisiete días después de que se completó el último ciclo de plasmaféresis, se enviaron muestras de suero y orina a los CDC para pruebas de confirmación. Una prueba de microaglutinación en suero (MAT) fue positiva para especies de leptospira, con un título de 1600, el límite superior de cuantificación. Una prueba de PCR de la orina fue negativa. Cuando el paciente fue dado de alta 6 semanas después de su presentación inicial, los volúmenes de orina eran normales y el nivel de creatinina se mantuvo elevado a 2,3 mg por decilitro. Un mes después, en una visita de consultorio impresionaba  sano. Tenía anemia normocítica leve pero los resultados de otros estudios de laboratorio fueron normales, incluido el resto del hemograma completo y las pruebas de función renal y hepática.

 

COMENTARIO

Este paciente presentó una enfermedad febril aguda, hemoptisis y hematemesis y se encontró que tenía hemorragia alveolar difusa. Tras un rápido deterioro, con disfunción multiorgánica, incluyendo SDRA y daño renal y hepático agudo, recibió tratamiento antibiótico empírico y glucocorticoides y se sometió a transfusiones de recambio plasmático hasta que se pudo excluir del diagnóstico diferencial una glomerulonefritis rápidamente progresiva. Después de un estudio exhaustivo, se hizo un diagnóstico de leptospirosis sobre la base de sus síntomas, su historial de exposición y un resultado positivo en las pruebas serológicas.

 

La leptospirosis es una enfermedad zoonótica de distribución mundial causada por bacterias espiroquetas gramnegativas pertenecientes al género leptospira. 1 Es más frecuente en áreas con recursos limitados y en climas tropicales y subtropicales. 2 Los roedores son el reservorio principal, pero las leptospiras colonizan los riñones de muchos animales domésticos y salvajes y se eliminan en la orina. Las puertas de entrada son lesiones menores en la piel y las membranas mucosas, generalmente después de la exposición ambiental a suelo o agua contaminados. Los brotes ocurren con fuertes lluvias e inundaciones, como lo demuestran los picos anuales de incidencia durante la temporada de lluvias en las comunidades pobres de Brasil. 3La exposición recreativa es otro factor de riesgo de leptospirosis. Se han informado brotes entre los participantes en un triatlón en Illinois y en un evento de viajes de aventura en Borneo (en el que más del 40% de los participantes se enfermaron). 4-6

 

La leptospirosis está ampliamente infradiagnosticada debido a su presentación variable (que en algunos casos incluye pocos o ningún síntoma), la naturaleza inespecífica de muchos de los síntomas, la falta de inclusión rutinaria en las consideraciones diagnósticas y las limitaciones de las pruebas diagnósticas. 1,7 Después de un período de incubación promedio de 7 a 12 días, se desarrolla una enfermedad aguda similar a la influenza, con síntomas que incluyen fiebre, dolores de cabeza, malestar general, mialgias, tos, dolor abdominal, náuseas y vómitos. Los pacientes con leptospirosis grave pueden tener manifestaciones en múltiples órganos; la forma ictérica, en la que hay daño hepático y renal, se denomina síndrome de Weil. 1La hiponatremia y la hipopotasemia son frecuentes en pacientes con insuficiencia renal resultante de leptospirosis. La afectación pulmonar ocurre con frecuencia y puede resultar en neumonía, hemoptisis o SDRA. El síndrome hemorrágico pulmonar severo es una complicación poco frecuente y se asocia con una alta mortalidad. 8 La leptospirosis puede simular otras enfermedades, como la influenza, la malaria y el dengue, lo que lleva a retrasos en el diagnóstico. 3,9 La sufusión conjuntival (enrojecimiento conjuntival sin exudado inflamatorio), aunque no se describe en este paciente, se considera un signo clínico clásico de leptospirosis y se produjo en el 20 al 99% de los pacientes infectados en dos grandes series de casos. 3,10Los síntomas y signos suelen resolverse con la aparición de anticuerpos específicos, pero pueden reaparecer en unos pocos días durante una segunda fase inmunomediada. Las dos fases pueden superponerse y ser clínicamente indistinguibles.

 

Las pautas de los CDC enfatizan una revisión del historial social y de viajes en la evaluación de inmigrantes y refugiados. 11Siempre que exista una barrera del idioma para la atención médica, se recomienda la ayuda de un intérprete profesional. Los inmigrantes y refugiados, por temor a la discriminación, pueden mostrarse reacios a proporcionar un historial, y algunos pacientes pueden no ser capaces de proporcionar un historial adecuado debido al estado de su enfermedad. No está claro cuál de estos factores condujo a la anamnesis inicialmente incompleta en este paciente, pero la anamnesis incompleta puede haber contribuido al retraso en el diagnóstico. El paciente tenía antecedentes de exposición probable y varios hallazgos consistentes con los criterios clínicos enumerados en la definición de caso de leptospirosis de los CDC de 2013, que incluyen fiebre, mialgias, síntomas gastrointestinales (dolor abdominal, náuseas y vómitos), manifestaciones pulmonares (hemoptisis) y ictericia con insuficiencia renal aguda. 12Los criterios de laboratorio para el diagnóstico distinguen entre los hallazgos que se consideran "de apoyo" de un diagnóstico, como la detección de anticuerpos IgM contra leptospira en una muestra de suero obtenida durante la fase aguda de la enfermedad, y los que se consideran "confirmatorios", incluida una MAT de 800 o más, como se identificó en este paciente, un aumento en el título de aglutinación de leptospira en un factor de cuatro medido en suero entre las fases aguda y convaleciente de la enfermedad, y detección directa de especies de leptospira mediante aislamiento por PCR o inmunofluorescencia. Sin embargo, la falta de detección de leptospiras no excluye el diagnóstico.

 

Se recomienda el tratamiento antibiótico sin demora cuando se sospecha leptospirosis. El diagnóstico a menudo se establece mediante pruebas serológicas. Las pruebas falsas negativas pueden ocurrir en los primeros días de la infección. El MAT, una prueba de confirmación realizada en el CDC, se considera el estándar de referencia actual. Los hallazgos positivos en las pruebas de PCR de orina, sangre, líquido cefalorraquídeo o tejidos son confirmatorios, pero los resultados negativos, como ocurrió en este paciente, no excluyen el diagnóstico debido a la presencia transitoria de leptospiras en sangre y tejidos.

 

Las leptospiras son susceptibles a muchos antibióticos. En casos leves de leptospirosis, la doxiciclina es el tratamiento de elección; las alternativas son amoxicilina y ampicilina. Para la enfermedad grave, se recomienda la penicilina (la ceftriaxona es una alternativa). La reacción de Jarisch-Herxheimer, en la que hay una respuesta inmune aguda a la liberación de antígenos bacterianos al inicio de la terapia con antibióticos, se desarrolla en el 20 al 40% de los pacientes 13.y puede haber explicado el repentino deterioro clínico de este paciente, que sufrió shock e insuficiencia respiratoria varias horas después de la administración de antibióticos. Dado que los anticuerpos y los complejos inmunes desempeñan un papel destacado en la patogenia de la leptospirosis, se han propuesto terapias inmunosupresoras, incluidos los glucocorticoides. El uso de glucocorticoides y plasmaféresis, administrados para otras indicaciones en el paciente del caso, se ha descrito en pacientes con leptospirosis grave, pero la evidencia de su efectividad es limitada y faltan datos de ensayos controlados, aleatorizados y de alta calidad. 14,15 Evitar la exposición a agua y suelo contaminados y mitigar el riesgo con el uso de medidas como el control de roedores urbanos son claves en la prevención de la leptospirosis en humanos.

 

El traicionero viaje de este paciente a través del desierto en la frontera entre Estados Unidos y México, durante el cual probablemente estuvo expuesto a la leptospira, fue seguido por un curso clínico peligroso, con síntomas inespecíficos potencialmente mortales y un diagnóstico tardío. Este caso destaca la importancia de un historial detallado, incluido el historial de viajes y exposición, para identificar posibles diagnósticos y orientar la evaluación diagnóstica.

 

 

Traducción de:

A Treacherous Course”

Nikolaus Jilg, M.D., Ph.D., Emily S. Lau, M.D., Meghan A. Baker, M.D., Sc.D., Bruce D. Levy, M.D., and Joseph Loscalzo, M.D., Ph.D.

https://www.nejm.org/doi/full/10.1056/NEJMcps2020668

 

 

 

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VARÓN DE 54 AÑOS CON PARO CARDÍACO...

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Un hombre de 54 años fue evaluado en este hospital después de un paro cardíaco asociado con fibrilación ventricular.

El paciente había estado en su estado de salud habitual hasta el mediodía del día de la admisión, cuando estaba en un restaurante de comida rápida y jadeó de repente, con temblores en todo el cuerpo seguido de pérdida del conocimiento. Los movimientos temblorosos cesaron rápidamente, pero permaneció sin respuesta. El personal de los servicios médicos de emergencia llegó después aproximadamente 4 minutos, y se inició la reanimación cardiopulmonar (RCP).

El ritmo cardíaco se identificó como fibrilación ventricular; se administraron cuatro choques, y el paciente recibió naloxona intravenosa, amiodarona y un bolo de epinefrina seguida de una infusión continua. Un ritmo cardíaco lento y de complejos amplios con una frecuencia de 40 latidos por minuto, según se informó con retorno simultáneo del estado mental, pero la RCP tuvo que reanudarse después de que reapareciera la falta de pulso.

El paciente llegó a este hospital 30 minutos después del paro inicial. El paciente era un hombre de mediana edad que no respondía y que se había sometido a RCP mecánica y no tenía signos externos de trauma. Cloruro de calcio intravenoso empírico, dextrosa con insulina y bicarbonato de sodio. Además, vasopresina, norepinefrina, rocuronio y ketamina se administraron por vía intravenosa, y  aspirina se administró por vía rectal. Se llevó a cabo una intubación de emergencia de la tráquea y se colocó  una sonda orogástrica, un catéter arterial femoral y un catéter venoso central por vía  femoral.

Un electrocardiograma (ECG) (Fig. 1) mostró una actividad auricular incierta, un ritmo idioventricular acelerado regular a una frecuencia de 70 latidos por minuto, con un complejo QRS muy ancho y contracciones ventriculares prematuras multifocales; posibles elevaciones del segmento ST en las derivaciones aVR, aVL y V1; y presencia de ondas U.

 

 



Figura 1 ECG iniciales.

Electrocardiogramas (ECG) obtenidos en la presentación. (Panel A) y después del retorno de la circulación espontánea (Panel B) muestran actividad auricular incierta; un ritmo idioventricular acelerado a una frecuencia de 70 latidos por minuto, con un complejo QRS muy amplio y contracciones ventriculares prematuras multifocales (flechas blancas); posibles elevaciones del segmento ST en derivaciones aVR, aVL y V1; y la presencia de ondas U (flechas negras).

 

Resultados de las pruebas de laboratorio iniciales obtenidos 25 minutos después de que el paciente arribó a este hospital  se muestran en la Tabla 1.

 
















TABLA 1

 

Imágenes de ecografía cardíaca obtenidas junto a la cama mostró una marcada disfunción ventricular izquierda global.

Se restauró la circulación espontánea con una la frecuencia cardíaca era de 108 latidos por minuto y una TA de 139/92 mm Hg mientras el paciente estaba recibiendo epinefrina y norepinefrina por vía intravenosa.

Un ECG repetido (Fig. 1B) mostró hallazgos similares a los que se ven en la presentación.

Se consultó al servicio de neurología. Una reevaluación neurológica, realizada después de suspendidos los sedantes mostró anisocoria y pupilas de reacción lenta (la izquierda tenía 7 mm de diámetro y la derecha 5 mm);  los reflejos corneales y la respuesta a los estímulos nociceptivos estaban ausentes. No se inició hipotermia terapéutica.

Se llevó a cabo una TC  axial de la cabeza (Figura 2),

 

 


Figura 2. TC de cabeza sin contraste.

La TC  era normal, sin evidencia de infarto, hemorragia intracraneal o masas.

 

Se llevó a cabo una coronariografía izquierda (Figura 3 D) y una  angiografía de coronaria derecha (Figura 3 E).

 


Figura 3. Angiografía coronaria  muestra s mínimas irregularidades luminales.

 

 

 

La TC de la cabeza (Fig. 2), realizada sin contraste intravenoso, reveló preservación de la diferenciación entre la sustancia gris y blanca, sin evidencia de infarto territorial, hemorragia intracraneal o masas.

El paciente fue trasladado al laboratorio de cateterismo cardíaco, donde un dispositivo transaórtico de asistencia ventricular percutánea fue colocado a través de la arteria femoral, y luego, se le retiró  la epinefrina y norepinefrina. La angiografía coronaria (fig. 3 D y E) revelaron solo irregularidades luminales mínimas.  Un cateterismo de los lados derecho e izquierdo del corazón reveló una presión auricular derecha de 13 mm Hg, una presión de enclavamiento capilar pulmonar de 27 mm Hg y una presión telediastólica del ventrículo izquierdo de 30 mm Hg. La saturación de oxígeno arterial pulmonar fue del 85%.

Resultados de pruebas de laboratorio adicionales durante el procedimiento de cateterismo (Tabla 1) fueron notables por un nivel de potasio en sangre de 2,0 mmol por litro (rango normal, 3,4 a 5,0). El paciente recibió 60 mmol de cloruro de potasio enteral  y 80 mmol de cloruro de potasio intravenoso. Tres horas después, el paciente llegó a este hospital, fue ingresado en cuidados intensivos cardíacos (UCI), con lo cual la obtención de una historia adicional se vio limitada solo al interrogatorio de familiares y amigos.

El paiente no tenía antecedentes de dolor torácico, disnea, o síntomas de insuficiencia cardíaca o arritmia. Tenía una dieta deficiente, que consistía principalmente en varios paquetes de dulces y golosinas diarios; 3 semanas antes, había cambiado el tipo de caramelos que estaba comiendo. No había estado en contacto con enfermos, ni había tenido fiebre o escalofríos, náuseas, vómitos, o diarrea.

Su  historial médico incluyó el uso previo de heroína e infección por el virus de la hepatitis C no tratada. El paciente nunca había recibido ninguna reacción adversa a  fármacos. Trabajaba en la  construcción. No bebía alcohol, fumaba un paquete de cigarrillos por día y lo había hecho durante 36 años, y había referido a sus familiares  que no había consumido opiáceos en los últimos 3 años.  No había antecedentes familiares de enfermedades cardíacas, respiratorias, renales, neurológicas o endocrinas.

La temperatura era de 34,0 ° C, la frecuencia cardíaca 119 latidos por minuto, la TA 81/53 mm Hg (con el dispositivo de asistencia ventricular percutánea), y la saturación de oxígeno del 95% mientras  estaba recibiendo oxígeno a través de un ventilador (fracción de oxígeno inspirado, 0,50;

frecuencia respiratoria, 24 respiraciones por minuto; presión positiva al final de la espiración, 5 cm de agua; volumen corriente, 450 ml). En el examen, no respondió; las pupilas permanecieron lentamente reactivas y asimétricas. No se notó tos ni arcadas, y los reflejos corneales permanecieron ausentes. No había laceraciones en la lengua. El ritmo cardíaco era taquicárdico e intermitentemente irregular, pero no se auscultaban soplos. La piel estaba tibia, sin erupciones ni  equimosis. El resto del examen era normal.

Los niveles en sangre de tirotropina, tiroxina libre, amilasa, lipasa y carboxihemoglobina eran normales; otros resultados de las pruebas de laboratorio se muestran en la Tabla 1. Cloruro de potasio (a una dosis de 40 mmol) se administró por vía intravenosa.

Un ECG (Fig. 4) mostró taquicardia sinusal con bloqueo fascicular anterior izquierdo alternando con bloqueo de rama izquierda, así como prolongación de QT corregido (QTc).

 

 


Figura 4.ECG obtenido al arribo del paciente a la unidad cardíaca intensiva.

Se ve taquicardia sinusal con hemibloqueo anterior izquierdo (flecha blanca), alternando con bloqueo de rama izquierda (flecha negra), así como una prolongación del QTc.

 

 

Una radiografía de tórax (Fig. 5) mostró pulmones limpios, sin evidencia de neumotórax, y una silueta cardíaca de tamaño normal. El tubo endotraqueal, el catéter de arteria pulmonar y el dispositivo percutáneo de asistencia ventricular estaban todos apropiadamente posicionados.

 

 


Figura 5. Rx de tórax  con equipo portátil.

Posicionamiento normal del tubo endotraqueal, catéter arterial pulmonar, y el dispositivo de asistencia ventricular percutáneo ventricular percutáneo. Los pulmones están limpios y la silueta cardíacaes de tamaño normal.

 

Una ecocardiografía transtorácica (Fig. 6) mostró un tamaño normal del ventrículo izquierdo pero disfunción biventricular severa, que era nueva en relación con un estudio ambulatorio obtenido 16 meses antes que había mostrado una función biventricular normal. El dispositivo de asistencia ventricular percutánea se confirmó que estaba en una posición adecuada, y no había evidencia de derrame pericárdico.

 

 


Figura 6. Ecocardiograma transtorácico.

Un ecocardiograma transtorácico (vista subcostal) muestra el ventrículo izquierdo de tamaño normal (asterisco) pero disfunción biventricular.

 

Se administró clevidipina intravenosa para la presión arterial elevada. Un monitoreo telemétrico mostró frecuentes duplas y tripletes  ventriculares, así como corridas de taquicardia  ventricular no sostenida. Se infundió amiodarona por vía intravenosa. Mediciones adicionales de gases en sangre arterial se obtuvieron 2 horas después de que el paciente llegara a la UCI (Tabla 1), y el paciente recibió 60 mmol de cloruro de potasio intravenoso, seguido de 40 mmol adicionales de cloruro de potasio intravenoso 2 horas después.

Un ECG repetido (Fig. 7) mostró taquicardia sinusal con una duración de QRS normal, latido ectópico ventricular, alteraciones inespecíficas del segmento ST  y  de la onda T, ondas U y prolongación del QTc.

 

 


Figura 7. Electrocardiograma de control en la unidad de cuidados intensivos cardíacos.

Un ECG repetido muestra taquicardia sinusal con una duración normal del QRS, latidos ectópicos ventriculares  estado normal (flecha blanca), y anomalías inespecíficas del segmento ST y de la onda T, ondas U (flechas negras) y prolongación del QTc.

 

 

Cuatro horas después, se administraron 40 mmol de cloruro de potasio por vía intravenosa después de recibir más resultados de pruebas.

La familia del paciente proporcionó antecedentes adicionales, y se hizo un diagnóstico.

 

DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL

Este hombre de 54 años se presentó con falla multiorgánica, trastornos metabólicos profundos y marcada hipopotasemia después de un paro cardíaco asociado con fibrilación ventricular.

Ante tal complejidad clínica, me centraré primero en los procesos que gobiernan la regulación del potasio y su  homeostasis,  que son esenciales para comprender y conectar los trastornos  metabólicos, renales, vasculares y defectos de conducción cardíacos observados.

 

REGULACIÓN DE POTASIO

El nivel de potasio en sangre es producto de la ingestión, recirculación interna y eliminación en los sistemas gastrointestinal y renal. La hipopotasemia puede surgir por inanición o anorexia, por drivers de la recirculación interna (incluidos los cambios en el estado ácido-base, así como el equilibrio iónico e internalización) y pérdida gastrointestinal o renal de potasio. Las pérdidas gastrointestinales de potasio pueden descartarse en este caso, ya que no hay antecedentes de vómitos, diarrea, uso de sonda nasogástrica, o ureterosigmoidostomía previa. La causa más probable de la hipopotasemia de este paciente es la pérdida renal  de potasio resultante de exceso de mineralocorticoides, en lugar de acidosis tubular renal o medicamentos como agentes diuréticos o anfotericina.

 

EXCESO DE MINERALOCORTICOIDES

En el estado fisiológico, los ligandos aldosterona y  cortisol se unen al receptor de mineralocorticoides y juntos vinculan los poderosos reguladores de iones, sal y agua en los túbulos colectores  corticales del riñón con la presión, volumen, y vasomoción del sistema cardiovascular. Existen múltiples medios por los cuales este sistema puede funcionar mal a nivel de ligando o receptor (o ambos), resultando en causas primarias o secundarias de hiperaldosteronismo o exceso de corticosteroides, también como causas relacionadas con un exceso o escasez de renina.En este paciente podemos descartar hiperaldosteronismo hiperreninémico (sobreestimulación de ligandos), dado que no hay evidencia de tumores secretores  de renina, estenosis de la arteria renal, disminución del volumen o insuficiencia cardíaca crónica, edema o ascitis, o elementos sindrómicos que pueden afectar al receptor.

Del mismo modo, no hay evidencia de exceso de aldosterona con hiporreninismo (sobreproducción de ligandos), que puede ocurrir con la   hiperplasia suprarrenal o en el contexto de crecimiento adenomatoso o canceroso de células secretoras de aldosterona de la corteza suprarrenal (Síndrome de Conn). Además, no hay evidencia de tumores de la médula suprarrenal o pituitaria que puede generar un exceso de corticoesteroides.

Sospecho que el mecanismo fisiológico que está causando que la hipopotasemia de este paciente sea más probablemente de exceso de mineralocorticoide o glucocorticoide estimulado por un compuesto exógeno   (como un medicamento o producto alimenticio) o endógeno agentes secretados por pituitaria, suprarrenal o tumores ectópicos. Muchas de las anomalías de este paciente valores de laboratorio, como las elevaciones en las líneas celulares hematopoyéticas, podrían atribuirse al efecto de un corticosteroide. Históricamente, el  glucósido digital se ha utilizado para tratar insuficiencia cardíaca y arritmias. Si este paciente, quien tenía desnutrición, insuficiencia renal y trastornos del metabolismo, estaba tomando productos digitales, los efectos tóxicos resultantes estarían a la cabeza de mis diagnósticos diferenciales.  Hoy, los compuestos digitálicos  rara vez son prescritos y no estaban presentes en este paciente. Uso y abuso de diuréticos o laxantes puede causar algunos elementos de la presentación de este paciente, al igual que una droga como la abiraterona o una sustancia como el jugo de toronja, pero ninguna de estas sustancias  se informan en la historia del caso.

 

EXCESO  DE MINERALOCORTICOIDES APARENTEMENTE ADQUIRIDOS

Síndromes de exceso de  mineralocorticoides like pueden imitar los efectos de la sobreabundancia de cortisol.

El cortisol y la aldosterona tienen afinidades de unión similares por el receptor de mineralocorticoides, pero la enzima 11β-hidroxiesteroide deshidrogenasa tipo 2 (11βHSD2) convierte el cortisol en cortisona, evitando así que el cortisol se una y active el receptor. Si esta enzima está bloqueada o inhibida, el cortisol puede activar el receptor, que estimularía la pérdida de potasio, la retención de sodio, la  hipertensión y la alcalosis metabólica. Rabdomiólisis e insuficiencia renal, ambas características de la presentación de este paciente, podrían ocurrir, resultando en una mayor probabilidad de irritabilidad ventricular y arritmias. Tales defectos enzimáticos puede ser una manifestación de un trastorno genético como una herencia autosómica recesiva mutación de HSD11B2, que codifica para la isoenzima renal 11βHSD2. Pacientes con esta mutación generalmente presente a una edad temprana con severa hipertensión y manifestaciones de órganos terminales, como como hipertrofia ventricular izquierda y cambios vasculares retinianos, renales, y  neurológicos, junto con retraso del crecimiento y retraso del crecimiento. Este paciente es de mediana edad y tiene un aspecto relativamente poco notable y un historial médico que no hace pensar en talmutación; de ahí la presencia de un trastorno enzimático adquirido es más probable que una anomalía genética subyacente no diagnosticada.

El aspecto notable de cada uno de los crecientes número de compuestos que pueden inducir aparente exceso de mineralocorticoides (cortisol, digital, ácido glicirretínico y abiraterona) es que son estructuralmente similares entre sí y a la aldosterona (Fig. 8). Por tanto, no es difícil imaginar que cada uno de estos compuestos podría causar un un exceso aparente de mineralocorticoides adquiridos.

 


 

Figura 8. Similitudes químicas de fármacos que pueden inducir exceso aparente de mineralocorticoides.

El aspecto notable de cada uno de los crecientes compuestos que puede inducir un aparente exceso de mineralocorticoides (cortisol, digital, ácido glicirretínico y abiraterona) es que son químicamente similares entre sí y a la aldosterona. Aquí se muestran los componentes aglicona de estos compuestos, que son todos congéneres del esterol de 21 carbonos. Por tanto, no es difícil imaginar que cada uno de estos compuestos pueda crear un exceso aparente de mineralocorticoides adquirido al unirse y activar el receptor de mineralocorticoide  y otros receptores críticos en la vía. De hecho, esta similitud química bien podría usarse para predecir el potencial de los compuestos para inducir un aparente exceso de mineralocorticoides. R1 y R2 en la estructura de la digital refleja los grupos de sustitución que distinguen a los glucósidos cardíacos.

 

De hecho, esta similitud química bien podría utilizarse para predecir el potencial de compuestos emergentes para inducir un aparente exceso de mineralocorticoides.

 

REGALIZ Y ÁCIDO GLICIRRETÍNICO

Se nos dice que este paciente tiene una mala alimentación y que come muchos dulces. ¿Podría estar relacionada su enfermedad al consumo de dulces? El regaliz ha sido durante mucho tiempo utilizado como medicamento y edulcorante de alimentos, aunque no sin efectos secundarios. En 1946, el médico-científico Revers informó que el ingrediente activo (succus liquiritiae, o " jugo de regaliz ”) de una preparación patentada  alivió la enfermedad ulcerosa.1 Sin embargo, cuando se modificó la preparación, el efecto beneficioso estuvo acompañado de edema, dolor de cabeza y disnea de esfuerzo.2 En estudios posteriores, los investigadores del ácido glicirrícico aislado de la planta de  regaliz inicialmente supusieron  un efecto directo sobre el receptor de mineralocorticoides; después, determinaron que había un efecto indirecto efecto a través de la inhibición de 11βHSD2.3 La falta de inhibición resultante de la metabolización del cortisol puede causar hipertensión, hipopotasemia, alcalosis metabólica, arritmias fatales e insuficiencia renal: la constelación de los signos y síntomas observados en este paciente, muchos de los cuales fueron observados por Revers.

En resumen, la retención de agua y sodio y la pérdida de potasio surge de los efectos tóxicos de la actividad de ATPasa en el conducto colector, que también aumenta la presión arterial a través de la expansión de volumen de sangre. Las medidas contrarreguladoras reducen secreción renal de renina y angiotensina II y producción de aldosterona en la corteza suprarrenal.

Sin embargo, el aumento de los niveles de cortisol y la actividad irrestricta del receptor  mineralocorticoide por el cortisol puede elevar el nivel de aldosterona (pseudohiperaldosteronismo), que luego puede provocar una cascada de aumento adicional en el volumen de sangre y la precarga cardíaca. Además, el ácido  glicirretínico en sí mismo puede inhibir la reducción de la aldosterona por enzimas hepáticas (5β-reductasa y 3β-hidroxiesteroide deshidrogenasa), por lo que genera aún más aumento de los niveles de aldosterona circulante. Estos fenómenos que compiten tienen efectos variables en los niveles de aldosterona. El tono vasomotor elevado se mantiene a medida que se reduce la biodisponibilidad del óxido nítrico y aumenta la endotelina vascular, mejorando las respuestas contráctiles a las hormonas presoras (Figura 9) 4

 

 



Figura 9. Efectos fisiológicos del ácido glicirretínico.

Primero se supuso que el ácido glicirretínico tenía un efecto directo sobre el receptor de mineralocorticoides, pero posteriormente se descubrió que tenía un efecto  indirecto a través de la inhibición de la 11β-hidroxiesteroide deshidrogenasa tipo 2 (11βHSD2) .3 La presencia sin obstáculos resultante de cortisol puede inducir hipertensión, hipopotasemia, alcalosis metabólica, arritmias fatales e insuficiencia renal: la constelación de los efectos observados en este paciente. La retención de agua y sodio y la pérdida de potasio surgen de los efectos tóxicos de la actividad de la ATPasa en el conducto colector, además aumento de la presión arterial a través de la expansión del volumen sanguíneo. Las medidas contrarreguladoras reducen la secreción de la renina renal y la angiotensina II y producción de aldosterona en la corteza suprarrenal. Sin embargo, el aumento de los niveles de cortisol y la activación ilimitada del receptor  mineralocorticoide puede elevar el nivel de aldosterona (pseudohiperaldosteronismo), provocando una cascada de elevaciones adicionales en el volumen de sangre y de la precarga cardíaca. El ácido glicirretínico también puede inhibir el metabolismo de la aldosterona por las enzimas hepáticas (5β-reductasa y 3β-hidroxiesteroide deshidrogenasa), lo que aumenta aún más los niveles de aldosterona circulante. El tono vasomotor elevado se mantiene a medida que se reduce la biodisponibilidad del óxido nítrico (NO) y aumenta la endotelina vascular (ET-1), lo que mejora las respuestas contráctiles a las hormonas presoras.

Esta figura está adaptada de Deutch et al.4 ACE se refiere a enzima convertidora de angiotensina.

 

 

Los efectos sobre la conducción cardíaca son similares a otros inhibidores de la ATPasa de sodio-potasio.5

Referencia anterior al glucósido cardíaco derivado de plantas digitalis no es tangencial. Aunque el ácido  glicirretínico y la digital actúan en diferentes sitios, ambos afectan el equilibrio iónico en el control generadora de impulsos y de la conducción.

Dado que el glucósido ácido glicirretínico ácido inhibe competitivamente la unión de ATP a la enzima y las preparaciones  de digital inhiben la bomba de sodio al unirse a su sitio extracelular de unión al potasio, 6 existe el potencial para efectos similares sobre la conducción cardíaca. Estas anomalías del ECG del paciente (además de las asociadas con hipopotasemia) bien puede imitar los efectos tóxicos clásicos vistos con digitalis, con regularización de la fibrilación auricular y bloqueo fascicular alternante.

Algunas de las intervenciones  farmacológicas  iniciales prescritas tradicionalmente utilizadas para reanimaciones que también se utilizaron en este paciente pueden haber  agravado su condición. El uso de catecolaminas, como epinefrina y norepinefrina, y vasopresina podría haber exacerbado los efectos del bloqueo de 11βHSD2. La conversión a reanimación mecánica  permitió a este paciente evitar posibles efectos secundarios metabólicos de potentes inótrópicos y vasoconstrictores mientras proporcionan tándem y soporte cardíaco sincronizado. El cloruro de calcio intravenoso, así como dextrosa e insulina, podría haber hecho que la hipopotasemia de este paciente empeorase  y conducir  a su hipercalcemia transitoria,  que, en un paciente con un trastorno metabólicos  complicados  por desnutrición crónica, hipoalbuminemia e hiperglucemia, exacerbaran el efecto general. La hipercalcemia persistente no se observó en este paciente, y de hecho, el nivel de calcio ionizado era normal, incluso con niveles marcadamente elevados de calcio y fósforo. El nivel de potasio inicial del paciente. de 3,5 mmol por litro probablemente era falso,  dado que la muestra se había hemolizado; el nivel probablemente fue menor (tan bajo como 1,6 mmol por litro). Posteriormente, cuando se observó hipertensión, el paciente fue tratado con un bloqueador de los canales de calcio (una clase de droga que tradicionalmente ha sido considerada que tiene efectos mínimos en el nivel de potasio en sangre y, de hecho, puede elevar los niveles yconducir el ion intracelularmente). El tratamiento con terapia de temperatura, que no se implementó en este paciente, bien podría haber impulsado el potasio a niveles aún más bajos.

Un diagnóstico preciso de hipopotasemia debido a consumo de regaliz a menudo se realiza por asociación. Puede estar respaldado por documentación de niveles  inapropiadamente  elevados de potasio en orina, con un gradiente de potasio transtubular por encima de 7, coincidente con niveles bajos de renina plasmática. Los niveles de aldosterona y  angiotensina II a menudo están bajos en el consumo de regaliz, pero pueden variar ampliamente y no son discriminatorios. Una recolección de orina de 24 horas puede ser necesaria para descartar una disfunción tubular subyacente, así como una disminución del nivel  de cortisona libre urinaria y una relación aumentada de cortisol libre en orina sobre  la cortisona libre urinaria. En contraste, el hiperaldosteronismo primario se asocia con un aumento de la proporción de aldosterona a renina, y el hiperaldosteronismo secundario con disminución o proporción normal pero con niveles elevados del nivel de  renina plasmática. Los efectos del regaliz sobre la actividad de 11βHSD2 son similares a los observados en niños con síndrome de aparente exceso de mineralocorticoides. Sin embargo, la proporción urinaria elevada de 5β-tetrahidrocortisol al 5α-tetrahidrocortisol que ocurre con la ingestión de regaliz es diferente a los hallazgos en estos niños, en los que la actividad de la 5α-reductasa aumenta en relación con la actividad de la 5β-reductasa para identificar los niveles de glucósidos y agliconas en plasma y orina están disponibles y podrían ser de valor diagnóstico en este caso.

A diferencia del síndrome de Liddle, el exceso aparente de mineralocorticoide  y aldosteronismo remediable con glucocorticoides, todos los cuales no se pueden corregir y requieren suplementos de potasio de por vida y diuréticos ahorradores de potasio - las manifestaciones del exceso de regaliz son eventualmente reversibles con el cese de la ingestión. Ácido glicirretínico tiene una vida media larga, un gran volumen de distribución, y recirculación enterohepática extensa, y la hipopotasemia puede tardar de 1 a 2 semanas en resolverse.

La normalización del eje renina-aldosterona y la presión arterial puede tardar varios meses. Como

tales, las consecuencias devastadoras después del paro  cardíaco probablemente dominará mucho después de la suspensión de los dulces.

 

DIAGNÓSTICO PRESUNTIVO

EFECTOS TÓXICOS METABÓLICOS, RENALES, VASCULARES Y CARDÍACOS POR EXCESO APARENTE DE MINERALOCORTICOIDES DEBIDO AL CONSUMO DE REGALIZ.

 

DISCUSIÓN PATOLÓGICA

En una muestra de orina al azar, el el nivel de sodio fue de 119 mmol por litro, el nivel de potasio 13,8 mmol por litro, el nivel de cloruro 98 mmol por litro y el nivel de creatinina 0,06 g por litro. La elevada proporción de potasio a creatinina. en la orina (230 mmol de potasio por gramo de creatinina) sugirió pérdida renal de potasio, ya que una proporción superior a 13 mmol de potasio por gramo de creatinina está asociado con pérdida renal de potasio. Se debería notar que la proporción de potasio a creatinina puede no ser confiable en el contexto de injuria renal aguda.8 Ciertos tipos de diuréticos pueden causar o exacerbar las pérdidas renales de potasio. Sin embargo, un ensayo que evaluó la presencia de varios diuréticos de asa y tiazídicos en la orina fue negativo.

Se realizó una medición de la actividad de la renina plasmática y de los niveles de aldosterona sérica  para evaluar la presencia de exceso de mineralocorticoides. La actividad de la renina plasmática se evaluó con el uso de un ensayo que mide la capacidad de renina endógena para actuar sobre el angiotensinógeno endógeno in vitro para formar angiotensina I. La actividad de la renina plasmática era indetectable (menos de 0,4 ng por mililitro por hora; rango de referencia, igual o menor de 0,6 a 3,0). Los nivel de aldosterona sérica, medido por medio de cromatografía líquida de alta resolución y espectrometría de masas, también estaba por debajo del nivel de detección (menos  de 4.0 ng por decilitro; rango de referencia, igual o menor de 21). En conjunto, el nivel bajo de aldosterona y la baja actividad de la renina no proporcionan evidencia de ya sea hiperaldosteronismo primario (en el que el el nivel de aldosterona estaría elevado y el nivel de renina es bajo) o hiperaldosteronismo secundario (en el que tanto el nivel de aldosterona como el nivel de renina están elevados).

En una muestra de orina aleatoria, el nivel de cortisol libre urinaio estaba muy elevado a 1857 μg por gramo de creatinina (rango de referencia, 1 a 119).

Medición de los niveles de cortisol y cortisona en orina pueden ayudar en el diagnóstico de enfermedades hereditarias o anomalías adquiridas de 11βHSD2. La relación de cortisol libre urinario sobre cortisona urinaria se esperaría que estuviese elevado en caso de deficiencia o inhibición (por ejemplo, por metabolitos de regaliz) de la actividad de la11βHSD2, que reduciría la conversión de cortisol a cortisona. Se recomienda que la evaluación de los niveles de cortisol y cortisona en orina se base en una muestra de orina de 24 horas debido a la naturaleza pulsátil de la secreción de cortisol. La capacidad para medir metabolitos del ácido glicirrético tanto en la sangre como en la orina, y dichas pruebas pueden estar disponibles en laboratorios.9 Pruebas de metabolitos del ácido glicirretínico no se realizaron en este caso.

 

DIAGNÓSTICO PATOLÓGICO

PSEUDOHIPERALDOSTERONISMO SUGESTIVO DE EXCESIVO CONSUMO DE REGALIZ.

 

 

IMPRESIÓN CLÍNICA Y MANEJO

Las causas de pérdida de potasio renal se pueden dividir en dos categorías: aquellos típicamente asociados con presión arterial normal o baja, como la acidosis tubular renal, el uso de diuréticos, las  deficiencias de magnesio, el síndrome de  Bartter y el síndrome de Gitelman, y aquellos asociados  con hipertensión, incluida la estenosis de la arteria renal, el hiperaldosteronismo y el exceso aparente de mineralocorticoides.10 La presión arterial basal o habitual  de este paciente era desconocida (dado que estaba en shock en la presentación), su screenig para diuréticos fue negativa, y su magnesio basal el nivel era normal. Es notable que sus  niveles de renina plasmática y aldosterona sérica fueron ambos bajos, en consonancia con un trastorno que se asocia con un mineralocorticoide distinto de la aldosterona, como el síndrome de Cushing o el síndrome de ACTH ectópico, síndrome de Liddle o un exceso aparente de mineralocorticoides  debido a la deficiencia de 11βHSD2 o consumo de regaliz. Aunque el nivel elevado de cortisol libre urinario de este paciente  podría ser consistente con varios de estas posibilidades diagnósticas, su edad en el momento de la presentación y los niveles de potasio previamente normales no apoyan un síndrome hereditario. Una investigación exahustiva reveló un cambio reciente a un dulce que contiene regaliz  como la causa probable de su hipopotasemia.7,11

La hipopotasemia persistente produce hiperpolarización de las membranas celulares y debilidad muscular.Niveles de potasio en sangre extremadamente bajos (menos  de 2,5 mmol por litro) puede provocar rabdomiólisis, arritmias, y parálisis respiratoria. Con nivel de  potasio en sangre de 2,0 mmol por litro, el déficit corporal total de este paciente es de aproximadamente 400 a 600 mmol; por lo tanto, se justifica una amplia repleción. Las opciones para la repleción incluyen cloruro de potasio oral a una dosis de hasta 150 mmol por día, cloruro de potasio intravenoso (con un periférico concentración de cloruro de potasio por vía intravenosa limitado a 40 mmol por litro para prevenir la flebitis), o cloruro de potasio intravenoso central, si  concentraciones mayores son necesarias. Estudios previos sugieren una tasa máxima de reposición de potasio de 20 mmol por hora, 1 aunque este paciente recibió tratamiento de emergencia con más de 400 mmol de cloruro de potasio en el transcurso de 12 horas. En tales casos, es necesario monitorear al paciente con telemetría continua y mediciones   del nivel de potasio frecuntes para evitar una corrección excesiva. El manejo adicional incluye el cese del consumo de regaliz, repleción continua de potasio en curso (teniendo en cuenta tanto el déficit como la necesidad diaria de potasio), y el uso de diuréticos ahorradores de potasio si se considera necesario, ya que los efectos del regaliz pueden persistir durante semanas después del cese.

 

SEGUIMIENTO

Durante las primeras 12 horas de hospitalización  este paciente, 420 mmol de potasio se requirieron  para lograr un nivel de potasio de 4,3 mmol por litro. Varias horas después de su llegada a la UCI cardíaca, su presión arterial se volvió más lábil y recibió múltiples vasopresores. Fue evaluado para oxigenación por membrana  extracorpórea, pero se consideró no ser candidato debido a su mal pronóstico  neurológico. Comenzó a tener oliguria, que progresó a anuria. Se discutieron los objetivos de la atención con su familia, que declinó la terapia de reemplazo renal, y el paciente fue posteriormente trasladado a una habitación solo donde murió en compañía de sus familiares 32 horas después de la presentación. En base a una historia adicional se supo que el paciente estaba comiendo dos paquetes grandes de caramelos por día. Tres semanas antes de la presentación, el habá cambiado de comer caramelos con gusto a fruta a caramelos dulces con ácido glicirricico que es convertido a ácido glicirrético  después de consumido

DIAGNÓSTICO FINAL

PSEUDOHIPERALDOSTERONISMO SUGESTIVO DE EXCESO DE CONSUMO DE REGALIZ  COMPLICADO POR PARO CARDÍACO ASOCIADO A  FIBRILACIÓN VENTRICULAR  

 

Traducción de:

 A 54-Year-Old Man  with Sudden Cardiac Arrest

Elazer R. Edelman, M.D., Ph.D., Neel M. Butala, M.D., M.B.A., Laura L. Avery, M.D., Andrew L. Lundquist, M.D., Ph.D., and Anand S. Dighe, M.D., Ph.D.

 https://www.nejm.org/doi/10.1056/NEJMcpc2002420


 

 

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Copyright © 2020 Massachusetts

2464 / 5000

Resultados de traducción

cómodamente con su familia junto a su cama, 32 horas

después de la presentación. Sobre la base de adicionales

historia obtenida de su familia, el paciente fue

comer uno o dos paquetes grandes de caramelos blandos

diario. Tres semanas antes de la presentación, había

pasó de comer caramelos blandos con sabor a fruta a

comer caramelos blandos con sabor a regaliz que contenían

ácido glicirrícico, que se convierte en glicirretínico

ácido después de que se consume.

Diagnostico final

Pseudohiperaldosteronismo sugestivo de excesiva

consumo de regaliz complicado por problemas cardíacos

parada asociada con fibrilación ventricular.

Los formularios de divulgación proporcionados por los autores están disponibles con

el texto completo de este artículo en NEJM.org.

Agradecemos al Dr. Christopher H. Newton-Cheh por su ayuda.

con la presentación del caso y preparación de una versión anterior

del manuscrito.

Referencias

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VARÓN DE 19 AÑOS CON SHOCK, FALLO MULTIORGÁNICO, Y RASH CUTÁNEO...

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Un hombre de 19 años fue ingresado en la unidad de cuidados intensivos pediátricos (PICU) de este hospital debido a un shock, falla orgánica múltiple y rash cutáneo.

 

El paciente había estado bien hasta 20 horas antes de esta admisión, cuando le surgieron dolor abdominal difuso y náuseas después de comer arroz, pollo y sobrantes de una comida en un restaurante. Ocurrieron múltiples episodios de emesis, con vómito bilioso a marrón rojizo. El dolor abdominal y los vómitos fueron seguidos por el desarrollo de escalofríos, debilidad generalizada, mialgias difusas de empeoramiento progresivo, dolor de pecho, dificultad para respirar, dolor de cabeza, rigidez de cuello y visión borrosa. Cinco horas antes de esta admisión, se desarrolló una coloración violácea de la piel y un amigo llevó al paciente al departamento de emergencias de otro hospital para su evaluación.

 

A su llegada al servicio de urgencias del otro hospital, 4,5 horas antes de este ingreso, el paciente refirió mialgias difusas que calificó con 8 en una escala de 0 a 10, indicando 10 el dolor más severo. Al examinarlo, parecía pálido, ansioso y moderadamente angustiado; respondió a las preguntas de manera adecuada y se orientó a la persona, el lugar, el tiempo y la situación. La temperatura era de 37,4 ° C, el pulso de 147 latidos por minuto, la presión arterial de 154/124 mm Hg, la frecuencia respiratoria de 24 respiraciones por minuto y la saturación de oxígeno del 97% mientras respiraba aire ambiente. Las membranas mucosas orales estaban secas. A la auscultación del corazón, la taquicardia estaba presente con un ritmo regular. Los pulsos radiales fueron normales. Los pulmones estaban limpios, sin crepitaciones, roncus ni sibilancias. El abdomen era blando y no distendido, sin dolor a la palpación; el paciente vomitó material amarillo verdoso durante el examen. La piel era cálida y seca y tenía un aspecto moteado.

 

Se obtuvieron muestras de sangre y se enviaron al laboratorio para cultivo, hemograma completo y pruebas de función renal, función hepática y coagulación, así como medición de niveles de electrolitos, glucosa, lipasa, ácido láctico y troponina. Se envió una muestra de orina para análisis de orina y cultivo, y se obtuvo un hisopado nasofaríngeo para la prueba de ácido nucleico del virus de la influenza. Aproximadamente 40 minutos después de la llegada del paciente al otro hospital, se administraron por vía intravenosa ondansetrón, ceftriaxona y un bolo de 2 litros de solución salina normal al 0,90%.

 

Durante los siguientes 30 minutos, la taquipnea empeoró y se desarrolló dificultad para respirar, hipoxemia y cianosis. Se administró oxígeno suplementario a través de una mascarilla facial con reservorio, lo que resultó en una saturación de oxígeno del 83%; luego, se administró oxígeno a través de una cánula nasal de alto flujo a una velocidad de 40 litros por minuto. Se administraron dosis intravenosas de dexametasona y vancomicina.

 

Durante los siguientes 40 minutos, la presión arterial sistólica descendió a 70 mm Hg y se observó que los pulsos pedios eran débiles. Aproximadamente 110 minutos después de la llegada del paciente al otro hospital, se colocó un catéter venoso central de triple lumen en la vena femoral derecha y se inició una infusión intravenosa continua de norepinefrina. Tras la administración de dosis intravenosas de midazolam, etomidato y fentanilo, se realizó intubación traqueal y se inició ventilación mecánica con control de volumen regulado por presión, con un volumen corriente de 6 ml por kilogramo de peso corporal, a una frecuencia de 24 respiraciones por minuto, una presión positiva al final de la espiración de 10 cm de agua y una fracción de oxígeno inspirado (F io 2 ) del 100%. Se inició una infusión continua de propofol.

 

Persistió la hipotensión y se desarrolló una erupción purpúrica difusa. Aproximadamente 2 horas después de la llegada del paciente al otro hospital, se le administró una dosis de piperacilina-tazobactam, se administró un bolo de 1 litro de solución salina normal al 0,45% con 150 meq de bicarbonato de sodio y se insertó un catéter de Foley. Veinte minutos más tarde, se añadió una infusión intravenosa continua de fenilefrina, seguida 7 minutos después de una infusión de vasopresina. El paciente fue trasladado en helicóptero a la UCIP de este hospital.

 

Al ingreso del paciente a este hospital, se obtuvieron antecedentes adicionales de los miembros de la familia. Un amigo que había comido lo mismo que el paciente la noche anterior a la admisión había vomitado una vez poco después, pero no se había enfermado progresivamente. El paciente tenía antecedentes de ansiedad y depresión, así como infecciones de oído intermitentes durante la infancia. No tenía alergias a medicamentos conocidas. Según los informes, había recibido todas las vacunas infantiles de rutina. Fumaba dos paquetes de cigarrillos a la semana, fumaba marihuana a diario y tomaba dos bebidas alcohólicas aproximadamente 2 veces por semana. Utilizaba dextrometorfano y difenhidramina de forma recreativa, pero no consumía otras drogas ilícitas.

El paciente vivía en el norte de Nueva Inglaterra con su madre, su hermano y tres gatos, pero se había quedado con un amigo durante 5 días antes de la admisión, tiempo durante el cual había visitado una playa junto al océano y un lugar de música. Trabajaba a tiempo parcial en un restaurante; no había viajado recientemente ni había tenido ninguna otra exposición a animales o personas enfermas. Su padre tenía enfermedad de las arterias coronarias, su madre tenía hipotiroidismo y su hermano había tenido meningitis viral a las 6 semanas de edad.

 

En el examen, el paciente estaba  sedado farmacológicamente. La temperatura era de 40,8 ° C, el pulso de 166 latidos por minuto, la presión arterial de 120/53 mm Hg, la frecuencia respiratoria de 28 respiraciones por minuto y la saturación de oxígeno del 95% mientras estaba recibiendo ventilación mecánica con una F io 2 de 50. %. Abría los ojos de vez en cuando. Las pupilas eran iguales y reactivas a la luz. Los pulsos femorales eran palpables, pero los pulsos periféricos no eran palpables y los dedos estaban fríos. Había anasarca difusa y supuración de los sitios de punción venosa y del sitio de inserción del catéter venoso central. Existía una erupción purpúrica reticular difusa en cara, pecho, abdomen, espalda, brazos y piernas, sin afectar las palmas de las manos y las plantas de los pies ( fig.1). Se colocó un catéter de Foley, sin recolección de orina. Los resultados de las pruebas de laboratorio se muestran en la Tabla 1 . La radiografía de tórax reveló espacio aéreo perihiliar y opacidades intersticiales difusas y derrames pleurales bilaterales pequeños en capas.

 

 


Figura 1. Imágenes del paciente.

Al ingreso en este hospital, el paciente presentaba una erupción purpúrica reticular difusa de rápida evolución en la cara (no mostrada), pecho y abdomen (Panel A), brazos (Panel B) y piernas (Panel C).

 

 





Tabla 1. Datos de laboratorio.

 

Se obtuvo un ecocardiograma transtorácico mientras el paciente recibía norepinefrina, epinefrina y vasopresina. El ventrículo izquierdo tenía una disfunción moderada con anomalías regionales en el movimiento de la pared; el movimiento del tabique disminuyó, pero el movimiento apical pareció conservado. El ventrículo derecho presentaba una disfunción de leve a moderada con llenado insuficiente. No había derrame pericárdico.

 

Aproximadamente 7 horas después de la admisión a este hospital, se recibió el resultado de una prueba de diagnóstico y se tomaron decisiones de manejo adicionales.

 

DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL

El paciente presentó manchas en la piel y una erupción reticular rápidamente progresiva que fue más prominente en las regiones acras. Estos hallazgos se produjeron junto con el síndrome de respuesta inflamatoria sistémica (SRIS), que incluye fiebre, shock, acidosis láctica grave e insuficiencia respiratoria y renal aguda. Quizás las características más llamativas de este caso fueron la coagulopatía profunda y el rápido inicio de la enfermedad, con un pródromo que duró menos de 24 horas. Consideraciones adicionales fueron su corta edad y la ausencia de factores de riesgo típicamente asociados con la sepsis (p. Ej., Una enfermedad crónica o condición coexistente).

 

NECROSIS CUTÁNEA

La calcifilaxis y la necrosis cutánea inducida por warfarina pueden causar una erupción reticular en las primeras etapas del desarrollo. Este paciente no estaba recibiendo warfarina. Las lesiones de calcifilaxis ocurren típicamente en regiones de alta adiposidad (la parte inferior del abdomen, las nalgas o la parte superior de las piernas), son extremadamente dolorosas cuando se tocan y progresan durante un período de días o semanas. Por el contrario, los hallazgos cutáneos de este paciente se presentaron en una distribución acral, no eran dolorosos y progresaron mucho más rápidamente. Además, la calcifilaxis afecta predominantemente a pacientes de edad avanzada y a aquellos con insuficiencia renal crónica, y la calcifilaxis sola no se asocia con coagulopatía sistémica o SIRS.

 

PÚRPURA TROMBOCITOPÉNICA

Dos formas de púrpura trombocitopénica pueden causar lesiones cutáneas y trombocitopenia profunda: púrpura trombocitopénica inmune y púrpura trombocitopénica trombótica. Estas son condiciones hematológicas distintas, pero para los propósitos de esta discusión, me enfocaré en sus similitudes. En ambos trastornos, el ataque autoinmune conduce a trombocitopenia. La presentación casi siempre es subaguda. Los hallazgos cutáneos tienden a incluir moretones fáciles y una erupción petequial, que se observa con mayor frecuencia en las piernas. Es de destacar que ninguno de los trastornos está asociado con SIRS o coagulopatía, que son características definitorias de este caso.

 

VASCULITIS CRIOGLOBULINÉMICA

La vasculitis crioglobulinémica es una vasculitis de vasos pequeños que por lo general produce un exantema eritematoso en parches, así como artralgias, polineuropatía y fatiga. A diferencia de este paciente, los pacientes con vasculitis crioglobulinémica a menudo tienen un trastorno subyacente (con mayor frecuencia hepatitis C), tienen una evolución subaguda de la enfermedad y no tienen SIRS ni coagulopatía.

 

SÍNDROME ANTIFOSFOLÍPIDO CATASTRÓFICO

A pesar de su nombre, el síndrome antifosfolípido catastrófico generalmente evoluciona durante un período de días o semanas, un período mucho más largo que el observado en este caso. Este síndrome se asocia con múltiples episodios trombóticos discretos (p. Ej., Trombosis venosa profunda, embolia pulmonar y accidente cerebrovascular), en lugar de trombosis microvascular sistémica difusa. Aunque el tiempo de tromboplastina parcial activada a menudo se prolonga, no suele ocurrir coagulopatía de consumo generalizada con hipofibrinogenemia. Además, el síndrome antifosfolípido catastrófico a menudo ocurre en el contexto de un diagnóstico subyacente de síndrome antifosfolípido u otra enfermedad autoinmune. Los pacientes con este síndrome no presentan shock; de hecho, pueden tener hipertensión grave por afectación renal.

 

PÚRPURA FULMINANTE INFECCIOSA

La púrpura fulminante infecciosa aguda es un tipo de coagulación intravascular diseminada extremadamente trombótica ( figura 2A ) que se asocia con mayor frecuencia con la infección invasiva por Neisseria meningitidis , Streptococcus pneumoniae o Capnocytophaga canimorsus .La púrpura fulminante es el resultado de una trombosis sistémica incontrolada desencadenada por una respuesta inflamatoria desadaptativa en el huésped, que conduce a la tríada de coagulopatía de consumo grave, SIRS y exantema purpúrico. El inicio de la enfermedad es extremadamente rápido, con una erupción reticular y manchas en la piel que a menudo ocurren en las primeras etapas y un SRIS potencialmente mortal y una coagulopatía que generalmente se desarrollan dentro de las 24 horas o menos. Todas estas características concuerdan con la presentación de este paciente.

 

Además, el diagnóstico de púrpura fulminante concuerda con varias anomalías de laboratorio observadas en este paciente. El nivel de ácido láctico sustancialmente elevado en el momento de la presentación sugiere SIRS grave y shock. El cociente internacional normalizado del tiempo de protrombina notablemente prolongado y el tiempo de tromboplastina parcial activada, la trombocitopenia grave y el nivel de fibrinógeno plasmático indetectable son características de la coagulopatía de consumo profundo. Los pacientes con púrpura fulminante suelen tener un nivel de fibrinógeno bajo o pseudonormal en presencia de estímulos inflamatorios abrumadores. En algunos pacientes, la hipofibrinogenemia profunda da como resultado el desacoplamiento del nivel de proteína C reactiva y la velocidad de sedimentación globular con un aumento aislado en el nivel de proteína C reactiva y una velocidad de sedimentación globular desproporcionadamente baja, un hallazgo que también se observó en este paciente. Además, los niveles bajos de las proteínas C y S de los anticoagulantes endógenos y la antitrombina son características de la púrpura fulminante que se observaron en este paciente.

 

En conjunto, las características de la presentación de este paciente fueron más consistentes con la púrpura fulminante infecciosa aguda grave. Dada su edad y la presencia reportada de rigidez de cuello y hallazgos neurológicos, sospechamos que el desencadenante era la enfermedad meningocócica.

 

 



Figura 2.

Presentaciones de coagulación intravascular diseminada y funciones in vivo de la proteína C.

La coagulación intravascular diseminada (Panel A) es una designación general que abarca muchas entidades clínicas distintas con diferentes fisiopatología y fenotipos hemostáticos. Por ejemplo, la leucemia promielocítica aguda y los traumatismos tienden a provocar una coagulopatía hemorrágica, mientras que la púrpura fulminante y el cáncer suelen ser muy trombóticos. Se muestran las funciones in vivo de la proteína C (Panel B). En un proceso conocido como cambio de trombina (thrombin switch), la unión de la trombina (factor IIa) a la trombomodulina induce un cambio conformacional que convierte la trombina en una enzima anticoagulante que es capaz de escindir y activar la proteína C unida al receptor de la proteína C endotelial. La proteína C activada luego escinde e inactiva los factores Va y VIIIa, regulando así negativamente la coagulación (como se muestra en el lado izquierdo del panel), o escinde y activa el receptor 1 activado por proteasa para iniciar una vía de señalización antiinflamatoria y citoprotectora endotelial que se asocia con mejores  resultados en la sepsis (como se muestra en el lado derecho del panel).

 

DIAGNÓSTICO PRESUNTIVO

PÚRPURA FULMINANTE POR MENINGOCOCEMIA.

 

DISCUSIÓN PATOLÓGICA

Se habían obtenido hemocultivos en el otro hospital antes de la administración de la terapia antimicrobiana. Después de aproximadamente 11 horas de incubación, se detectó crecimiento microbiano en la botella de hemocultivo aeróbico. Una tinción de Gram del caldo de hemocultivo reveló diplococos gramnegativos uniformes. Sobre la base de este hallazgo, el caldo se subcultivó en placas de agar sangre y chocolate. Después de la incubación durante la noche en medio sólido, se detectaron colonias no hemolíticas pequeñas, grises y brillantes. Las pruebas fenotípicas revelaron actividad oxidasa y catalasa, así como una falla en la separación del indol de la molécula de triptófano después de la adición de reactivo de indol localizado; Estos hallazgos sugieren pero no son específicos de las especies de Neisseria. Se realizó un panel de pruebas bioquímicas rápidas que combinó pruebas de fermentación de carbohidratos y pruebas de detección directa de enzimas. Después de un período de incubación de 4 horas, el aislado se identificó como N. meningitidis .

 

Se envió un aislado del organismo al laboratorio estatal para su confirmación, pruebas de susceptibilidad y serogrupo. El serogrupo mediante aglutinación en portaobjetos con un conjunto de antisueros contra serogrupos comunes identificó el aislado como N. meningitidis serogrupo C. Una prueba de disco Cefinase resultó negativa para beta-lactamasa. La prueba de susceptibilidad antimicrobiana se realizó con el uso de la prueba Epsilometer y métodos de microdilución en caldo. La concentración inhibitoria mínima fue de 0,002 μg por mililitro de ceftriaxona, lo que indica que el organismo era susceptible a la terapia que estaba recibiendo el paciente. Los hemocultivos adicionales que se habían obtenido después del traslado del paciente a este hospital fueron negativos.

 

DIAGNÓSTICO PATOLÓGICO

BACTEREMIA POR NEISSERIA MENINGITIDIS .

 

 

 

DISCUSIÓN DEL MANEJO

MANEJO DEL SHOCK Y LA INSUFICIENCIA MULTIORGÁNICA

Este paciente presentó shock séptico (definido como el uso de vasopresores para mantener una presión arterial media de más de 65 mm Hg o un nivel de ácido láctico en suero mayor de 18 mg por decilitro) y fallo multiorgánico. 1 Los retrasos en la reversión del shock y en la administración de antibióticos apropiados se asocian con un aumento de la mortalidad relacionada con la sepsis. 2-5En las primeras 3 horas después de la presentación inicial del paciente en el otro hospital, recibió 30 ml por kilogramo de líquidos de reanimación e infusiones de noradrenalina, vasopresina y epinefrina para revertir la hipotensión asociada con síndrome de extravasación capilar, vasoplejía y un grado moderado de disfunción miocárdica . También recibió ceftriaxona dentro de los 45 minutos posteriores a su llegada al otro hospital. Todos estos tratamientos son consistentes con las recomendaciones de las guías de la Campaña Sobreviviendo a la Sepsis (Surviving Sepsis Campaign guidelines), para el manejo del shock séptico en adultos. 6

 

Después de la intubación traqueal se inició una estrategia de ventilación mecánica protectora pulmonar, con el uso de recomendaciones de presión positiva al final de la espiración (10 cm de agua en este caso), volumen corriente (4 a 6 ml por kilogramo) y  presión meseta (menos de 30 cm de agua) de las pautas de la Red del síndrome de dificultad respiratoria aguda. 7 El objetivo fue promover la oxigenación asegurando una capacidad residual funcional adecuada y la reducción de la fracción de shunt intrapulmonar, así como a límite barotrauma mediante el uso de un volumen corriente bajo y permitiendo la hipercapnia.

 

A la llegada del paciente a este hospital, tuvo un shock persistente y recibió 9 litros adicionales (100 ml por kilogramo) de líquidos durante el período subsiguiente de 12 horas, incluidos cristaloides para tratar la hipotensión intermitente y hemoderivados para corregir la coagulopatía grave. Continuó recibiendo infusiones de norepinefrina (70 μg por minuto), vasopresina (0.04 U por minuto) y epinefrina (10 μg por minuto). Además, se administró dextrosa para la hipoglucemia grave asociada con arritmias y se administró calcio por vía intravenosa para la hipocalcemia, que puede contribuir a la hipotensión en pacientes con shock séptico.

 

Se consideró la oxigenación por membrana extracorpórea (ECMO); sin embargo, el paciente sólo tenía una disfunción cardíaca modesta (fracción de eyección del ventrículo izquierdo, 35%) y se consideró poco probable que la ECMO tuviera un efecto beneficioso sobre la hipotensión asociada con el síndrome de extravasación capilar y la vasoplejía. Además, planteaba un riesgo sustancial de deterioro adicional después del contacto entre la sangre y los componentes del circuito.

 

En los niños críticamente enfermos, un balance de líquidos positivo se asocia con peores resultados que un balance de líquidos uniforme o negativo. 8 Debido a que el paciente tenía anuria, se colocó un catéter de hemodiálisis en la vena yugular interna derecha el día 1 de hospitalización y se instituyó hemofiltración venovenosa continua el día 2 de hospitalización, con un balance hídrico negativo alcanzado el día 3 de hospitalización.

 

Las radiografías de tórax obtenidas a las 10 horas y 5 días después del ingreso no mostraron progresión del edema pulmonar. El régimen de antibióticos de amplio espectro se redujo a ceftriaxona una vez que estuvieron disponibles los resultados de las pruebas de sensibilidad a los antimicrobianos. Los medicamentos vasoactivos se suspendieron el día 6 de hospitalización y el paciente fue extubado el día 15 de hospitalización. El paciente fue dado de alta de la UCIP, mientras recibía hemodiálisis intermitente, el día 26 de hospitalización.

 

La púrpura fulminante es una emergencia médica. La administración rápida de antibióticos apropiados y la atención de apoyo de alta calidad son fundamentales. Más allá de estos tratamientos, el manejo de la enfermedad aguda se centra en detener el proceso de trombosis descontrolada mediante la repleción de anticoagulantes endógenos y la administración de anticoagulación terapéutica.

 

REPLECIÓN DE PROTEÍNA C Y ANTITROMBINA

El tratamiento de la púrpura fulminante infecciosa aguda se basa en nuestro conocimiento de los mecanismos subyacentes al proceso de la enfermedad, que sigue siendo incompleto. Sin embargo, sabemos que la púrpura fulminante se asocia con una reacción inflamatoria grave que da como resultado la activación difusa de la coagulación y el fracaso de los mecanismos anticoagulantes endógenos, en particular el sistema de proteína C. 9,10 La trombomodulina, un cofactor crucial para la activación de la proteína C, se pierde del endotelio. Por lo tanto, se necesita una rápida repleción de proteína C y antitrombina para revertir estos procesos.

 

Las funciones in vivo de la proteína C incluyen la inactivación de los factores Va y VIIIa y el inicio de la señalización antiinflamatoria y citoprotectora a través del receptor 1 activado por proteasa endotelial ( Fig. 2B ). 11 En los Estados Unidos se encuentran disponibles dos formas de repleción de proteína C dirigida: concentrado de proteína C derivada de plasma y concentrado de complejo de protrombina de cuatro factores (prothrombin complex concéntrate) (PCC), que contiene los factores de coagulación dependientes de la vitamina K, incluida una cantidad sustancial de proteína C ( Tabla 2). En este paciente, elegimos utilizar PCC como fuente de proteína C porque estaba más disponible. En teoría, existe el riesgo de que la administración de los factores procoagulantes contenidos en el PCC pueda inducir trombosis; sin embargo, en la práctica, la administración de PCC restaura el nivel de proteína C al rango normal mientras que otros factores procoagulantes permanecen agotados. Además, el beneficio de proporcionar proteína C compensa cualquier riesgo asociado con la administración de otros factores procoagulantes.

 

 


Tabla 2. Contenido y dosificación de productos que contienen proteína C.

 

Buscamos la repleción de antitrombina con concentrado de antitrombina derivado de plasma. El uso de concentrados para reemplazar estos factores nos permitió corregir rápidamente el desequilibrio protrombótico con un pequeño volumen de producto. Es importante señalar que la terapia inmediata es clave. La repleción de proteína C puede tener un beneficio solo dentro de las 48 a 72 horas posteriores a la aparición de los primeros síntomas de púrpura fulminante, debido a la disminución de la retención de trombomodulina en el endotelio vascular. 12,13 La repleción de proteína C se ha asociado con un aumento de la supervivencia entre los pacientes con púrpura fulminante, así como con una reducción de la pérdida de tejido y de los procedimientos de amputación entre los supervivientes. 14-18

 

El plasma fresco congelado proporciona una repleción equilibrada de factores de coagulación. Se administró a este paciente a una dosis de 20 ml por kilogramo por día, comenzando el día 1 de hospitalización. Una vez que se alcancen de manera sostenible los niveles objetivo de proteína C y antitrombina (más de  70% para cada una) mediante la administración de plasma fresco congelado y concentrados de factor, la terapia de mantenimiento puede consistir solo en plasma fresco congelado, con una disminución lenta del volumen de plasma administrado cada día.

 

ANTICOAGULACIÓN TERAPÉUTICA

A pesar de la coagulopatía subyacente, los pacientes con púrpura fulminante se benefician del uso de heparina terapéutica. 19 La heparina intravenosa no fraccionada debe administrarse de forma agresiva en pacientes con púrpura fulminante, independientemente de cualquier alteración en las pruebas de coagulación de laboratorio. Hay tres consideraciones importantes con respecto al uso de heparina en estos pacientes. Primero, la dosis de heparina debe ser suficiente para superar la resistencia inicial a la heparina que se desarrolla en muchos pacientes como resultado de una inflamación abrumadora. 20En segundo lugar, la antitrombina, el sustrato de la heparina necesario para su actividad, debe reponerse adecuadamente mediante el uso de concentrado y plasma fresco congelado. En tercer lugar, el paciente debe ser monitoreado con el uso del ensayo anti-factor Xa hasta que se resuelva la coagulopatía aguda y el tiempo de tromboplastina parcial activada sea confiable. Aunque no se ha establecido un límite claro en la literatura, la práctica general en nuestro hospital es mantener un recuento de plaquetas de más de 30.000 por microlitro mientras el paciente está recibiendo anticoagulación y continuar con la administración de heparina terapéutica hasta la disminución del Dímero-D  o que  el nivel de dímero se haya estabilizado.

 

CURSO HOSPITALARIO

Tras el ingreso del paciente en este hospital, el exantema purpúrico y la isquemia digital empeoraron progresivamente. La anuria persistió; el nivel de creatinina aumentó a 4,67 mg por decilitro el día 2 de hospitalización y se inició la hemofiltración venovenosa continua. El nivel de calcio ionizado fue de 0,76 mmol por litro (rango de referencia, 1,14 a 1,30) y se inició una infusión intravenosa continua de carbonato de calcio. El nivel de troponina T de alta sensibilidad aumentó de 327 ng por litro (rango de referencia, 0 a 9) en el día 2 de hospitalización a 8950 ng por litro el día 3 de hospitalización,  mejora de la función del ventrículo izquierdo y del ventrículo derecho, con resolución de anomalías en el movimiento del tabique.

El día 5 de hospitalización, se observó que el paciente tenía bradicardia sinusal intermitente mientras estaba despierto, con bloqueo auriculoventricular de primer grado intermitente y bloqueo auriculoventricular de segundo grado tipo I. Un ecocardiograma mostró disfunción ventricular izquierda leve global (fracción de eyección del ventrículo izquierdo, 51%). El día 6 de hospitalización se observó que el paciente presentaba bloqueo auriculoventricular de tercer grado con pausas variables, con grados variables de bloqueo auriculoventricular ( fig. 3 ).

 

 

 




Figura 3. Estudios electrocardiográficos.

Un electrocardiograma obtenido el día 2 de hospitalización (Panel A) muestra taquicardia sinusal a una frecuencia de 135 latidos por minuto, eje normal, conducción intraventricular inespecífica bloqueo con una duración QRS de 125 mseg, anomalías difusas de la repolarización con inversión de la onda T, y cambios inespecíficos de ST-T con prolongación del intervalo QT corregido. Un electrocardiograma obtenido el día 3 de hospitalización (Panel B) muestra taquicardia sinusal leve, reducción de la prolongación del QRS y anormalidades de repolarización persistentes. El sexto día de hospitalización, bloqueo atrioventricular de tercer grado se notó en el monitor, pero para la hora en que se obtuvo el electrocardiograma (Panel C), había ritmo sinusal con bloqueo auriculoventricular  de tipo I y tipo II de segundo grado.

 

El manejo de la disfunción cardíaca de este paciente se centró en tratar la causa y apoyar el sistema cardiovascular con un tratamiento agresivo de las arritmias. Se colocó un marcapasos transvenoso temporal por vía transcutánea a través de la vena subclavia derecha. El dispositivo se fijó a una frecuencia de 75 latidos por minuto y una corriente de 5 miliamperios para garantizar una respuesta ventricular adecuada y una contractilidad miocárdica eficaz. Aunque no se realizó biopsia endomiocárdica, el diagnóstico más plausible de disfunción cardíaca de esta paciente fue  miocarditis intersticial aguda con afectación del sistema de conducción. El marcapasos se retiró el día 13 de hospitalización.

 

Este paciente tuvo un curso hospitalario prolongado con muchas complicaciones de su meningococemia fulminante, incluida la necrosis de brazos y piernas y gangrena, lo que provocó amputaciones de partes de los 10 dedos y amputaciones bilaterales por debajo de la rodilla. Permaneció dependiente de hemodiálisis durante toda la hospitalización, pero tras el alta, tenía función renal suficiente para interrumpir la hemodiálisis. Es de destacar que durante su hospitalización nos enteramos de que había recibido solo una dosis de la vacuna antimeningocócica conjugada, sin refuerzo, y una dosis de la vacuna antimeningocócica del serogrupo B. En general, tuvo una recuperación relativamente buena de lo que fue una presentación muy grave y aguda de púrpura fulminante meningocócica.

 

DIAGNOSTICO FINAL

PÚRPURA FULMINANTE MENINGOCÓCICA.



Traducción de:

“A 19-Year-Old Man with Shock, Multiple Organ Failure, and Rash”

Pavan K. Bendapudi, M.D., Michael J. Whalen, M.D., Manuella Lahoud-Rahme, M.D., and Julian A. Villalba, M.D.

 

https://www.nejm.org/doi/full/10.1056/NEJMcpc2027093

 

 

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En este ejercicio clínico se presenta un caso que es discutido por un médico internista al que se le van proporcionando datos de la historia clínica en forma secuencial, y este analiza el cuadro a la luz de los nuevos elementos, de una manera análoga al proceso diagnóstico en la práctica real de la medicina

 

Historia

Un hombre de 44 años se presentó con fatiga y una pérdida involuntaria de peso de 7 kg durante los 6 meses anteriores e informó un historial de 2 años de dolor en la cadera y la pared torácica. Anteriormente se había presentado a otro hospital con dolor agudo en la clavícula derecha que ocurrió después de que él se había empujado a una posición de pie presionando los brazos de una silla. Una radiografía del hombro mostró una fractura en el tercio distal de la clavícula en el sitio de una lesión lítica.

 

PONENTE

La fractura después de un traumatismo mínimo es patológica y puede estar relacionada con osteomielitis, enfermedad ósea metabólica o destrucción local por un tumor óseo primario o secundario. Los tumores óseos primarios pueden ser benignos o malignos, como ocurre en pacientes con mieloma múltiple. Los tumores óseos secundarios son causados ​​con mayor frecuencia por metástasis de mama, tiroides,  pulmón o los riñón.

 

EVOLUCIÓN

El paciente no refirió fiebre, sudores nocturnos, disnea, tos, confusión, trastornos gastrointestinales,  ni síntomas como  poliuria o hematuria. Recientemente había inmigrado a los Estados Unidos. No traía registros médicos, pero informó antecedentes de cálculos renales, enfermedad renal crónica, hipertensión y tres infartos de miocardio, así como antecedentes familiares de carcinoma de células renales. Sus medicamentos incluían metoprolol, aspirina, y clopidogrel. Informó que no consumía tabaco, alcohol ni drogas recreativas. En el examen físico, parecía estar en una leve mal estado general y apoyaba su codo derecho con la mano izquierda. Estaba afebril. Su presión arterial era 149/92 mm Hg, pulso 67 latidos por minuto, frecuencia respiratoria 18 respiraciones por minuto y saturación de oxígeno 99% mientras respiraba aire ambiente. No tenía adenopatías palpables, y su cuello era flexible. La exploración cardíaca, pulmonar, abdominal, y  sistemas nervioso eran normales. El examen musculoesquelético fue notable por dolor, hinchazón y deformidad en el área sobre el extremo distal de la clavícula derecha, con piel en tienda sobre el fragmento medial. El examen neurovascular del brazo derecho fue normal.

 

PONENTE

Los síntomas constitucionales del paciente despiertan una mayor preocupación por el cáncer, posiblemente mieloma múltiple o un tumor sólido en  hueso. Otras causas menos probables incluyen osteomielitis crónica y enfermedad ósea de Paget. El hiperparatiroidismo primario es también posible dado que la fractura se produjo en el sitio de una lesión ósea lítica (un hallazgo que puede ser compatible con osteítis fibrosa quística) y que tiene antecedentes de nefrolitiasis. El carcinoma de células renales sigue siendo una preocupación potencial, especialmente dada la historia familiar.

 

EVOLUCIÓN

El recuento de glóbulos blancos fue de 18,300 por microlitro con un recuento diferencial normal y el recuento de plaquetas era normal. El nivel de hemoglobina fue de 16,4 g por decilitro. El nivel de nitrógeno ureico en sangre fue de 28 mg por decilitro, y el nivel de creatinina 2,3 mg por decilitro, con un nivel de referencia de 1,8 mg por decilitro. El nivel de calcio sérico fue de 14,3 mg por decilitro (rango normal, 8.0 a 10.5 mg por decilitro), el nivel de calcio corregido 14,5 mg por decilitro, y el nivel de albúmina 3,8 mg por decilitro. El nivel sérico de fósforo fue de 2,5 mg por decilitro (normal rango, 2.7 a 4.5), fosfatasa alcalina 621 unidades por litro (rango normal, 25 a 100) y proteínas totales 7,3 g por decilitro (rango normal, 6,8 a 8,6). Los niveles de alanina aminotransferasa, aspartato aminotransferasa, γ-glutamiltransferasa y electrolitos estaban dentro de los límites normales. La electroforesis de proteínas en suero y orina no mostró gamapatías monoclonales.

 

PONENTE

Un nivel elevado de calcio sérico combinado con fatiga, pérdida de peso y fractura patológica coloca al cáncer en la cima del diagnóstico diferencial, pero el hiperparatiroidismo primario también es una consideración. Estas dos condiciones explican más del 90% de los casos de hipercalcemia.  El hiperparatiroidismo primario es la causa más común en el ámbito ambulatorio, mientras que el cáncer es la causa más común en pacientes hospitalizados. La leucocitosis podría ser compatible con lo último (es decir, leucocitosis paraneoplásica). El nivel bajo de fósforo sérico sugiere un aumento del nivel de hormona paratiroidea (PTH) o un cáncer epitelioide (p. ej., carcinoma de pulmón de células escamosas) asociado con un nivel elevado de péptido relacionado a la PTH  (PTHrP).

La hipercalcemia puede explicar el empeoramiento de la  función renal. La ausencia de anemia argumenta contra el mieloma múltiple o la pérdida crónica de sangre, pero sería útil repetir la evaluación del nivel de hemoglobina después de la  administración de líquido intravenoso, ya que la hemoconcentración se puede asociar probablemente  con hipercalcemia marcada.

La ausencia de una paraproteína o un pico monoclonal argumenta en contra del mieloma múltiple. El carcinoma de células renales puede secretar PTHrP y en raras ocasiones tanto PTHrP como PTH. La combinación de un nivel elevado de fosfatasa alcalina y un nivel normal de γ-glutamiltransferasa indica enfermedad ósea. Además, la importante elevación en el nivel de fosfatasa alcalina en un paciente con fractura es poco probable que se deba únicamente a aumento del recambio óseo asociado con la formación del callo óseo, sino que sugiere enfermedad ósea  más extensa. No hay linfadenopatía ni hepatoesplenomegalia que sugieran  que un linfoma o una enfermedad granulomatosa sean la causa de la hipercalcemia pero estos diagnósticos no pueden descartarse.

Dada la confirmación de la hipercalcemia, está indicada la medición del nivel de PTH en suero para diferenciar las hipercalcemias mediadas por PTH de las hipercalcemias no mediadas por PTH. Los niveles  elevados o inapropiadamente normales de PTH generalmente hiperparatiroidismo primario, pero también puede indicar una  hipercalcemia hipocalciúrica familiar  o hiperparatiroidismo terciario. Niveles bajos de PTH en general sugieren cáncer (excepto en casos de carcinoma de paratiroides y secreción ectópica de PTH de un tumor no paratiroideo), enfermedad granulomatosa o intoxicación por vitamina D.

A la espera de más resultados de pruebas, la hipercalcemia debe tratarse con prontitud, inicialmente con administración intravenosa solución salina normal isotónica ajustada a mantener la producción de orina de 100 a 150 ml por hora. Si la hidratación es insuficientemente efectiva, la solución salina debe ser seguida por la administración intravenosa  de bisfosfonato o denosumab. Aunque la insuficiencia renal del paciente contraindica el uso de un bisfosfonato para   el tratamiento de la osteoporosis, el nivel de creatinina, de 2,3 mg por decilitro, no contraindicaría su uso en el tratamiento de la hipercalcemia. Denosumab, si está disponible, se prefiere en casos de insuficiencia renal grave. La  administración subcutánea de calcitonina puede ser un complemento útil inicialmente, ya que funciona más rápidamente que los bisfosfonatos o el denosumab, aunque su uso está limitado por el rápido desarrollo de taquifilaxia. Los diuréticos de asa promueven calciuresis y puede ser útil en pacientes con signos de sobrecarga de volumen.

 

EVOLUCIÓN

El nivel de PTH en suero fue de 4023 pg por mililitro (rango normal, 11 a 90), el nivel de  25-hidroxivitamina D 24 ng por mililitro (un nivel mayor de 20 ng por mililitro se considera suficiente), y la 1,25-dihidroxivitamina D nivel 71 pg mililitro (rango normal, 28 a 72). El nivel de PTHrP fue 14 pg mililitros (rango normal, 14 a 27). Se obtuvo una radiografía de tórax que  mostró múltiples  lesiones líticas en las costillas y clavícula derecha, múltiples fracturas de costillas y la fractura descrita anteriormente de la clavícula derecha, todo lo cual sugiere enfermedad metastásica. Una tomografía computarizada (TC) de tórax, abdomen y pelvis y una tomografía por emisión de positrones con 18F-fluorodesoxiglucosa (FDG-PET) corporal total mostró múltiples lesiones hipermetabólicas en las costillas, clavícula derecha y pelvis. Había  también una masa mediastínica anterior bien circunscrita que medía 3,7 cm en su diámetro más grande, que mostró una leve avidez por FDG. Ambos riñones estaban atróficos y contenían múltiples cálculos  no obstructivos. Había asimismo calcificaciones ateroscleróticas de la aorta toráciica, sus ramas principales y las arterias coronarias (Fig. 1).

Se administraron líquidos y 4 mg de ácido zoledrónico. por vía intravenosa, y después de 3 días el nivel de calcio del paciente corregido por albúmina había disminuido a 10 mg por decilitro, y el nivel de creatinina sérica a 1,9 mg por decilitro. Al repetir la medición, la hemoglobina el nivel había disminuido a 15,1 g por decilitro.

 

 



Figura 1. Resultados de la TC axial y la PET de tórax.

Una tomografía computarizada (TC) muestra una masa en el mediastino anterior (Panel A, flecha) que mide 2,9 por 3,7 por 2 cm. Los huesos, incluidas las costillas, el esternón, y un cuerpo vertebral, se indican con puntas de flecha. Una  tomografía por emisión de positrones (PET) muestra una masa mediastínica hipermetabólica (Panel B, flecha) con actividad ósea difusamente hipermetabólica que incluye la costillas, el esternón y un cuerpo vertebral (puntas de flecha).

 

 

PONENTE

El alto nivel de PTH es consistente con hipercalcemia  mediada por PTH. El grado de elevación de calcio y PTH junto con una baja en el nivel de fósforo deja el hiperparatiroidismo primario como el diagnóstico más probable. Las causas más comunes de hiperparatiroidismo primario son los adenomas de paratiroides y la hiperplasia glandular, pero en este paciente el extremadamente alto nivel de PTH sugiere carcinoma de paratiroides.

La masa mediastínica anterior observada en la TC y FDG-PET puede representar una masa tímica, un linfoma, un tumor de células germinales o tejido tiroideo o paratiroideo intratorácico. Durante la embriogénesis, las glándulas paratiroides descienden al cuello; las glándulas inferiores viajan con el timo y pueden ser llevadas a ubicaciones dentro o adyacentes al timo en el mediastino anterior. Una neoplasia  ectópica de paratiroides explicaría la hipercalcemia de este paciente con niveles tan elevados de PTH.

 

EVOLUCIÓN

Sae obtuvo una gammagrafía plana con sestamibi marcado con tecnecio-99m que no mostró captación anormal compatible con un adenoma paratiroideo.

 

PONENTE

Dado el marcado grado de elevación de la PTH, la detección de un tumor paratiroideo en la imagen hubiera sido de esperar, pero los tumores ectópicos posiblemente que no se detecten en el escaneo de sestamibi si el escaneo se limita al cuello y no incluye el tórax. Otros estudios de imágenes, incluidos la TC y RMN  cuatridimensionales pueden ser valiosos cuando los resultados del escaneo  con sestamibi no son concluyentes.

 

EVOLUCIÓN

El equipo médico extrahospitalario había sospechado cáncer metastásico con múltiples lesiones óseas además del hiperparatiroidismo. Se realizó una biopsia de la lesión más accesible en la clavícula derecha cuyo  análisis patológico reveló células gigantes multinucleadas en un fondo fibroso, con deposición de hemosiderina y hemorragia intersticial, hallazgos consistentes con tumor pardo. No se identificaron células malignas.

El paciente fue derivado a endocrinología. Al revisar la gammagrafía con sestamibi, el endocrinólogo señaló que no incluía una vista completa del tórax e identificó una pequeña área de captación del isótopo en el borde inferior del campo (Fig. 2).

 

 


Figura 2. Scan plano con sestamibi de la paratiroides.

Un scan anteroposterior temprano del cuello muestra atrapamiento de una glándula tiroides adenomatosa agrandada (Panel A, flecha), y una exploración anteroposterior retrasada del cuello muestra un lavado incompleto del radiotrazador de la tiroides (Panel B, flecha). No hay retención de sestamibi en el cuello en las imágenes tempranas o tardías, lo cual es consistente con un adenoma paratiroideo. Sin embargo, el borde inferior de la imagen inicial muestra una estructura con captación del radiotrazador (punta de flecha) que no está en el campo de visión de la imagen retrasada.

 

PONENTE

Los tumores pardos son el resultado esquelético de hiperparatiroidismo primario no reconocido (osteítis fibrosa quística) y son típicamente lesiones óseas radiolúcidas expansibles que pueden tener un aspecto multilocular en las imágenes. Ellos se encuentran con poca frecuencia en la práctica actual dado que el hiperparatiroidismo se detecta típicamente temprano a través de la identificación de hipercalcemia en análisis químico de rutina.

 

EVOLUCIÓN

Se realizó una exploración con sestamibi de nuevo, esta vez  incluyendo imágenes del tórax la cualmostró una avidez isotópica en la masa que se había identificado  dentro del mediastino en PET-TC (fig. 3).

Una evaluación de la densidad mineral ósea mostró osteoporosis en el tercio distal del radio no dominante y osteopenia en la columna lumbar y cuello femoral.

 

 


Figura 3. Scan planar con sestamibi de la paratiroides, con y sin fusión con TC.

Una imagen anteroposterior retrasada del cuello y el tórax (panel A) muestra una captación persistente en el mediastino anterior (flecha), sin atrapamiento de sestamibi en el cuello (punta de flecha negra). Fusión manual de imágenes de sestamibi con una imagen coronal del corazón obtenida en la TC muestra la captación del radiotrazador en la masa mediastínica anterior (Panel B, flecha), hallazgo compatible con neoplasia de paratiroides. Las puntas de flecha azules en los Paneles A y B muestran una captación normal del  trazador en el corazón.

 

PONENTE

El escaneo con sestamibi, que ahora proporcionó un apropiado campo de visión, confirmó que lo que había sido visto como hiperparatiroidismo primario era en realidad secundario a una glándula paratiroidea ectópica, mediastínica hiperfuncionante. La hipercalcemia severa, los niveles de PTH notablemente altos, y el grado de afectación renal y esquelética sugieren un carcinoma de paratiroides ectópico.

La puntuación T más baja en el antebrazo, que tiene más hueso cortical que el esqueleto axial, es coherente con el mayor efecto de la PTH en hueso cortical que hueso trabecular.

 

EVOLUCIÓN

El paciente fue derivado a cirugía cardiotorácica para resección de LA masa mediastínica. Durante la cirugía su nivel de PTH bajó de 4166 a 261 pg por mililitro, y para el día 5 postoperatorio había disminuido a 87 pg por mililitro. Su postoperatorio se complicó por una profunda y prolongada hipocalcemia para la cual se administró una infusión intravenosa de calcio, calcitriol y colecalciferol.

 

PONENTE

La hipocalcemia severa es consistente con síndrome del hueso hambriento. La paratiroidectomía es seguido de una fuerte caída en los niveles de PTH. Las glándulas paratiroides restantes están típicamente atróficas y funcionalmente hipoparatiroideas, una condición que resulta en una rápida afluencia de calcio y fosfato en los huesos profundamente  desmineralizados.

 

EVOLUCIÓN

La masa resecada consistió en un tumor paratiroideo hipercelular encapsulado, de 2,5 cm en su mayor dimensión, con atipia celular y múltiples nidos de pequeños tumores dentro de la cápsula fibrosa. Un tumor de 0,5 cm bien definido y separado se identificó como un nódulo en tejido adiposo adyacente. La tinción inmunohistológica del nódulo fue positivo para PTH, citoqueratina y cromogranina, y tenía un índice de proliferación Ki-67 del 7%.

 

PONENTE

La diferenciación histológica de un adenoma paratiroideo atípico y un carcinoma pueden ser un desafío, y las pruebas inmunohistoquímicas pueden ser útiles. Es más útil obtener un panel de marcadores que cualquier marcador individual; la tinción para PTH, cromogranina y citoqueratina son consistentes con tejido paratiroideo. El elevado índice de proliferación Ki-67 sugiere cáncer. Parafibromina, una proteína codificada por el gen supresor tumoral  CDC73 (también conocido como HRPT2), es el indicador más constantemente útil y también debe serinvestigado. En el momento de la presentación esta prueba no estaba disponible en nuestra institución. La ausencia  completa difusa de parafibromina nuclear en la tinción es característica de las mutaciones de la línea somática y germinal del CDC73 asociadas con ambas formas esporádicas y heredadas de carcinoma de paratiroides

La edad del paciente (menos de 45 años), antecedentes familiares de carcinoma de células renales y los hallazgos patológicos apoyan las pruebas genéticas para la mutación CDC73 de la línea germinal para descartar el síndrome de hiperparatiroidismo-tumor de la mandíbula (hyperparathyroidism-jaw tumour síndrome) (HPT-JT), que se caracteriza por tumores paratiroideos que a menudo son carcinomas, fibromas osificantes de la mandíbula, tumores renales o varios otros tipos de tumor.

 

EVOLUCIÓN

El paciente fue dado de alta con grandes dosis de calcio y calcitriol para mantener la normocalcemia, y este tratamiento fue necesario durante los siguientes  6 meses. Las pruebas genéticas para HPT-JT fueron negativas.

Se planificó un seguimiento estrecho para evaluar recurrencia de la enfermedad. Cinco años después de la cirugía cardiotorácica, el nivel de PTH había aumentado a 368 pg por mililitro, el nivel de calcio corregido por albúmina fue 10,2 mg decilitro y el nivel de 25-hidroxivitamina D estaba en el rango normal. Un estudio de fusión de sestamibi– tomografía computarizada de emisión de fotón único mostró una nueva lesión de 1,3 cm en el mediastino que sugirió recurrencia del cáncer, pero no hubo nuevas fracturas y las lesiones óseas se mantuvieron estables.

Hubo un aumento en la densidad mineral ósea de 6,8% en el radio distal y 5,6% en columna vertebral lumbar pero una disminución del 10,6% en el cuello femoral. El nivel de creatinina se mantuvo estable en 1.8 mg por decilitro, pero un nuevo cálculo renal no obstructivo, que medía 7 mm en su dimensión más grande, fue detectado. Fue remitido de nuevo a cirugía torácica para obtener más imágenes de diagnóstico, pero posteriormente se perdió  durante el seguimiento, a pesar de los esfuerzos para ponerse  en contacto con él.

 

PONENTE

La recurrencia del cáncer de paratiroides es común y típicamente se manifiesta como un aumento gradual en suero de los niveles de calcio y PTH. La citorreducción quirúrgica  es el tratamiento de elección para la enfermedad recurrente o metastásica. La vigilancia  tumoral  de por vida, debe realizarse mediante el seguimiento de los niveles de PTH y calcio.

 

 

COMENTARIO

El paciente, un hombre de 44 años que se presentó con múltiples lesiones óseas líticas y una fractura por fragilidad en el sitio de un área de osteítis fibroquística previamente no reconocida, tenía hipercalcemia severa que resultó ser secundaria  a hiperparatiroidismo primario. Su nivel de PTH extremadamente alta, junto con resultados negativos en la imagen de las glándulas paratiroides y la detección de una masa mediastínica en las imágenes de tórax, condujo al diagnóstico de un carcinoma paratiroides ectópico. El paciente tenía enfermedad renal crónica, nefrolitiasis recurrente, calcificación vascular acelerada y osteoporosis, todos  órganos terminales de los efectos del hiperparatiroidismo primario.

El nivel de calcio marcadamente elevado en un paciente con enfermedad ósea generalizada sugería fuertemente cáncer. Sin embargo, el nivel  marcadamente elevado de PTH redirigió el diagnóstico diferencial porque la hipercalcemia asociada al cáncer típicamente resulta en niveles bajos de PTH, con raras excepciones de cáncer de paratiroides y o de la producción ectópica de PTH a partir de un tumor no paratiroideo.1 La biopsia diagnóstica confirmó enfermedad ósea típica del hiperparatiroidismo primario, y la ubicación ectópica del tumor mediastínico asociado a un nivel de  PTH marcadamente elevada despertó preocupación por el cáncer de paratiroides.

La hipercalcemia severa se define como un nivel de calcio en suero corregido por albúmina de más de 14 mg por decilitro.2 La causa más común en pacientes hospitalizados es la hipercalcemia de la malignidad.

Todos los pacientes con hipercalcemia grave requieren un tratamiento acelerado para corregir la hipercalcemia y restaurar la euvolemia mientras que el desorden está siendo determinado para lograr un tratamiento definitivo 3

El cáncer de paratiroides es poco común y representa menos del 1% de los casos de hiperparatiroidismo primario y el 0,005% de todos los cánceres en los Estados Unidos.

La enfermedad renal crónica y la  irradiación previa del cuello se han asociado con un aumento

incidencia, y el cáncer de paratiroides puede ocurrir como parte de un síndrome familiar.4 Puede ser difícil discernir la diferencia histológica entre adenomas atípicos y carcinoma. Hallazgos que indican un diagnóstico de cáncer de paratiroides incluyen invasión local más allá de la cápsula tumoral, metástasis a los ganglios linfáticos o a distancia y recidiva local.

Además de la evaluación histológica de rutina, el uso de un panel de marcadores inmunohistoquímico puede ayudar en el diagnóstico. En un informe, un panel que incluía parafibromina, galectina 3, PGP9.5 y Ki-67 tenían una sensibilidad combinada del 79% y especificidad del 100% para carcinoma de paratiroides.5 Cuando se sospecha   el síndrome HPT-J se realizan pruebas genéticas para una mutación de la línea germinal en CDC73.6 En algunos casos, un diagnóstico definitivo no se puede hacer sobre la base de la evaluación histológica sola, pero se hace evidente cuando recidiva local o metástasis a distancia 7-9 El cáncer de paratiroides puede hacer metástasis al pulmón, los huesos y el hígado. La diferenciación radiográfica de un tumor pardo  de un cáncer metastásico al hueso puede ser un desafío.  La PET-CT- 68Ga-Dotatate puede ser útil, ya que Dotatate se acumula en las lesiones óseas metastásicas pero no en los  tumores pardos.10

El único tratamiento curativo para el cáncer  de paratiroides es una cirugía con disección en bloque. La radioterapia auxiliar tiene un beneficio limitado (su uso se ha informado sólo en pequeños estudios observacionales), 4 y no se ha demostrado que la quimioterapia pueda ser beneficiosa. Si no se puede realizar la cirugía de manera oportuna o el paciente no es un candidato  quirúrgico, cinacalcet añadido a un régimen de bisfosfonato o denosumab o ambos pueden mejorar la hipercalcemia, el principal impulsor de morbilidad y mortalidad. Cinacalcet, que aumenta la sensibilidad del sensor del receptor de calcio, se ha asociado con una reducción de la secreción de PTH y niveles de calcio sérico y está indicado para el tratamiento de la hipercalcemia en pacientes con cáncer de paratiroides.

Los datos limitados de informes de casos o series han sugerido una mejora transitoria en la PTH y niveles de calcio después de la inyección percutánea de alcohol en pacientes con enfermedad recurrente localizada en el cuello o ablación por radiofrecuencia (con o sin embolización arterial transcatéter) en pacientes con metástasis irresecables de pulmón e hígado 4

El hiperparatiroidismo primario de larga duración probablemente ha contribuido a algunos de los problemas de este paciente. La hipercalcemia reduce la tasa de filtración glomerular por vasoconstricción de la arteriola glomerular aferente y depleción de volumen, que resulta de la natriuresis, poliuria, y la capacidad alterada del cuerpo para concentrar la orina cuando hay una disminución de la reabsorción del sodio en el túbulo proximal. Hipercalcemia también es una causa de diabetes insípida  nefrogénica y contribuye al desarrollo de tanto nefrolitiasis como nefrocalcinosis.11 Hipertensión es frecuente en pacientes con hiperparatiroidismo, y elevaciones sostenidas en niveles de PTH, calcio o ambos se han asociado con vasoconstricción, catecolaminas elevadas niveles y exceso de aldosterona. Además, la hipercalcemia crónica está asociada con el depósito de calcio en las arterias coronarias.12,13

Este caso destaca las manifestaciones  clínicas generalizadas, consideraciones de diagnóstico y enfoques para el tratamiento de la hipercalcemia grave e hiperparatiroidismo primario que surge de un carcinoma de paratiroides localizado ectópicamente.

 

 

Traducción de:

"Looking for the Outsider"

Danica M. Vodopivec, M.D., Dylan D. Thomas, M.D., Nadine E. Palermo, D.O., Devin W. Steenkamp, M.B., Ch.B., and Stephanie L. Lee, M.D., Ph.D.

https://www.nejm.org/doi/full/10.1056/NEJMcps2004935

 

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VARÓN DE 35 AÑOS CON LINFADENOPATÍAS Y PETEQUIAS

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Un hombre de 35 años fue ingresado en este hospital debido a linfadenopatía y trombocitopenia.

El paciente había estado bien hasta 4 meses antes de este ingreso, cuando presentó  una inflamación indolora en ambas regiones inguinales sin  otros síntomas.

Tres meses antes de este ingreso, el paciente fue evaluado en atención primaria de este hospital. Tenía múltiples ganglios linfáticos inguinales agrandados, que eran móviles y no dolorosos a la palpación; el más grande tenía 3 cm de diámetro. El recuento de glóbulos blancos en ese momento era de  5460 por microlitro (rango de referencia, 4500 a 11,000), el recuento de  plaquetas 168.000 por microlitro (rango de referencia, 150.000 a 400.000), y la hemoglobina de 11,4 g por decilitro (rango de referencia, 13,5 a 17,5). Un ensayo de liberación de interferón-γ para Mycobacterium tuberculosis (IGRA), fue negativo, al igual que la detección para el antígeno p24 del virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) tipo 1 y el VIH tipo 1 y anticuerpos de tipo 2. El paciente fue derivado para una biopsia de ganglio linfático pero decidió no realizarla.

Tres semanas antes de este ingreso, el paciente fue nuevamente evaluado en atención primaria de este hospital. El tamaño de los ganglios linfáticos agrandados no había cambiado, y no hubo nuevos síntomas. De nuevo fue remitido para una biopsia.

Tres días después, se realizó una biopsia con aguja gruesa de un ganglio inguinal izquierdo. El examen patológico de la muestra de biopsia (Fig. 1) reveló tejido necrótico con fibrosis e inflamación linfohistiocítica; no había tejido ganglionar definido. La tinción para bacilos acidorresistentes, la tinción de Brown-Hopps y la tinción de Grocott con metenamina-plata fueron negativas. No se identificaron células malignas.

 

 


Figura 1. Muestra de biopsia de ganglio linfático inguinal izquierdo.

La tinción con hematoxilina y eosina de la muestra de biopsia se muestra a bajo aumento (Panel A) y a gran aumento (Paneles B, C y D). La muestra muestra una necrosis extensa (Panel B, flecha) con algunas células inflamatorias; células gigantes de tipo Langerhans (Panel C, flechas) adyacentes a histiocitos y necrosis; e inflamación linfohistiocítica (Panel D), sin evidencia de linfoma u otros cánceres.

 

 

Tres días antes de la admisión actual, desarrolló una hemorragia nasal que se resolvió resuelto espontáneamente. La mañana de la admisión, desarrolló una erupción petequial en ambas piernas, y el paciente se presentó al departamento de emergencias de este hospital para una evaluación adicional.

En el servicio de urgencias, el paciente refirió 3 meses de tos no productiva que había atribuido a reflujo gastroesofágico. No tenía fiebre, escalofríos, pérdida de peso, sudores nocturnos, disnea, dolor de cabeza o masas palpables además de la linfadenopatía inguinal.

Tenía antecedentes de rasgo de β-talasemia y deficiencias de vitamina B12 y folato. En los últimos 15 años, una erupción pruriginosa crónica en los muslos había aparecido de forma intermitente. Dos meses antes de esta admisión, había recibido un diagnóstico de infección por Helicobacter pylori y había sido tratada con amoxicilina, claritromicina y omeprazol. Los medicamentos actuales incluían cianocobalamina, aerosol nasal de folato, albuterol, fluticasona, y crema de clotrimazol. No se tenía alergias a medicamentos.

El paciente trabajaba como científico y su investigador. Su trabajo como investigador  incluía ratones, pero no tenía mascotas. Él era casado y monógamo con su esposa. Once años antes, el paciente se había trasladado a una zona urbana de Nueva Inglaterra desde el noreste de la India, donde había nacido. Había viajado por última vez a la India 6 años antes. Los miembros de la familia lo habían visitado 4 años antes. El paciente también había viajado por todas las regiones de los Estados Unidos durante los últimos 11 años. Bebía una bebida alcohólica a la semana y no fumaba ni usaba drogas ilícitas. La madre del paciente tenía hipertensión y su padre había muerto de una valvulopatía cardíaca. Una de sus hermanas había recibido tratamiento para tuberculosis pulmonar 1 año antes, y una segunda hermana tenía tuberculosis latente; una tercera hermana tenía diabetes.

En el examen, la temperatura era de 36,2 ° C, la presión arterial 127/79 mm Hg, el pulso 82 por minuto y la saturación de oxígeno al 100% mientras el paciente respiraba aire ambiente. El índice de masa corporal era de 25,4. Impresionaba en buen estado. Tenía púrpura, e incluso una ampolla hemorrágica de 1 cm de diámetro, en la mucosa oral. Había petequias difusas en piernas y algunas petequias en el torso, flancos, y antebrazos. Había ganglios linfáticos inguinales  agrandados, no dolorosos, que estaban fijos de hasta 4 cm de diámetro en el lado izquierdo y eran móviles en el lado derecho; no se encontró ninguna  otra linfadenopatía  palpable.

El recuento de plaquetas fue 0 por microlitro (referencia rango, 150.000 a 400.000). Los niveles en sangre de  electrolitos y la glucosa eran normales, al igual que los resultados de las pruebas de función hepática, renal y análisis de orina. La detección de VIH y virus de la hepatitis C fue negativo. Otros resultados de pruebas de laboratorio se muestra en la Tabla 1. El frotis de sangre periférica mostró muy pocas plaquetas y no mostró grumos de plaquetas. Había glóbulos rojos en diana y eliptocitos; las características morfológicas de la los linfocitos eran normales.

 

 



Tabla 1.

Una ecografía de las zonas  palpables en la ingle izquierda (Fig. 2A) reveló una masa bien circunscrita superficial a los vasos ilíacos, con una gruesa corteza hiperémica y necrosis central. Una tomografía computarizada (TC) de tórax, abdomen y  pelvis (Fig.2B, 2C y 2D), realizado tras la administración intravenosa de material de contraste, reveló un conglomerado de ganglios linfáticos, que medía  4,0 cm por 2,1 cm por 3,1 cm, en la región inguinal izquierda superficial, con realce periférico e hipodensidad central. Había ganglios de aspecto similar en el retroperitoneo y en la  cadena ilíaca izquierda. También había linfadenopatía  hiliar  bilateral y mediastínica, con la medición de los ganglios linfáticos hasta 1,4 cm de diámetro, así como un pequeño ganglio linfático en la cisura menor derecha.

El bazo medía 13,5 cm de longitud (rango de referencia, menos de 12,2 cm). Tomografía de emisión de positrones (PET) desde la base del cráneo hasta los muslos (Fig.2E y 2F), realizada después de la administración del trazador 18F-fluorodesoxiglucosa (FDG), reveló áreas extensas de captación intensa de FDG en el tórax, abdomen y pelvis, así como captación fisiológica en la faringe y área  mandíbula.

 

 




Figura 2. Estudios de imagen.

Una imagen ecográfica de la región inguinal izquierda, obtenida con Doppler color (Panel A), muestra una masa hipoecoica bien circunscrita (marcada con el óvalo) superficial a los vasos ilíacos izquierdos, con una gruesa corteza hiperémica. El centro de la masa es marcadamente hipoecoico y tiene focos ecogénicos dispersos que son indicativos de detritos. Una imagen de tomografía computarizada (TC) axial (Panel B) muestra una masa ganglionar (contorno) con realce periférico e hipodensidad central, un hallazgo que corresponde a la anomalía observada en la ecografía y examen físico. Las imágenes reconstrucción coronal y sagital de TC (paneles C y D, respectivamente) muestran ganglios linfáticos con realce periférico e hipodensidad  central en el retroperitoneo (flechas) y cadena ilíaca izquierda (puntas de flecha), además de la masa ganglionar dominante en la ingle izquierda (contorno). Una tomografía por emisión de positrones  18F-fluorodesoxiglucosa (PET-FDG)  (Panel E)  de cuerpo entero FDG-PET (Panel F) muestran una captación marcada de FDG en la masa ganglionar inguinal izquierda  (descripciones), así como una captación moderada de FDG en múltiples ganglios linfáticos hiliares bilaterales y mediastínicos  (flechas negras), ganglios linfáticos retroperitoneales (flecha blanca) y  ganglios de la cadena ilíaca izquierda (punta de flecha).

 

Se administró prednisona y el paciente fue ingresado en el hospital. El segundo día de hospitalización, se interrumpió la prednisona y se administró inmunoglobulina intravenosa (IVIG).

Durante los siguientes 3 días, el recuento de plaquetas aumentó y las petequias disminuyeron. En el sexto día de hospitalización, el recuento de plaquetas fue de 83 por microlitro.

Se realizó un procedimiento de diagnóstico.


 DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL

Este hombre de 35 años inicialmente se presentó  con linfadenopatía inguinal bilateral y ningún otro síntoma. Cuatro meses después, fue admitido en este hospital con persistente linfadenopatía inguinal y trombocitopenia grave, en el ínterin se sometió  a un biopsia con aguja  que no fue diagnóstica. Aunque el diagnóstico diferencial de linfadenopatía es muy amplio, las causas de la trombocitopenia son más limitadas. Siguiendo la cronología de este caso, primero consideraremos las posibles causas de linfadenopatía en el momento de la presentación de la enfermedad del paciente. Luego  podremos reducir el diagnóstico diferencial teniendo en cuenta la superpuesta trombocitopenia que se identificó durante su posterior presentación. Finalmente, podemos utilizar la información disponible de la biopsia del ganglio linfático para estrechar aún más nuestros diagnósticos  diferenciales

 

LINFADENOPATÍAS

Un agrandamiento anormal de los ganglios linfáticos pueden ser el resultado de  muchos procesos, que van desde benignos a cancerosos y de indolentes a agresivos. Un enfoque típico para determinar la causa de la linfadenopatía en adultos es considerar la ubicación, la extensión (localizada o generalizada), y características de los ganglios linfáticos, que incluyen tamaño, dolor, firmeza y fijación a los tejidos  subyacentes. Aunque las características de los ganglios linfáticos observadas en el examen pueden alterar la probabilidad de cáncer, estos hallazgos rara vez proporcionan suficiente información para establecer un diagnóstico. Por ejemplo, linfadenopatías generalizadas pueden parecer localizadas, ya que algunos ganglios linfáticos agrandados pueden no ser detectado en el examen físico. Por lo tanto, una evaluación precisa de la extensión de las linfadenopatías requiere imágenes desde el cuello hasta la pelvis, que pueden no ser necesarias o prácticas para todos los pacientes con linfadenopatías. Incluso si uno hace un diagnóstico correcto, existe el riesgo de pasar por alto el proceso  subyacente o un proceso superpuesto importante; de hecho, muchas entidades que causan linfadenopatía (p. ej., infección por VIH, algunas enfermedades  del tejido conectivo y síndromes de inmunodeficiencia) también aumentan el riesgo de que otras causas de linfadenopatías (por ejemplo, linfoma) estén presentes.

En cambio, puede ser útil considerar que muchas causas de linfadenopatía, incluidas algunas que amenazan la vida (cáncer) y algunas enfermedades esotéricas (p. ej., enfermedad de Kikuchi-Fujimoto), pueden ser diagnosticado solo con una biopsia de un ganglio afectado. Enfermedades que pueden diagnosticarse solo con una biopsia abarcan una amplia gama de presentaciones, que se superponen con las presentaciones de enfermedades que pueden diagnosticarse sin una biopsia (por ejemplo, infecciones y enfermedades del tejido conectivo). Por lo tanto, un enfoque alternativo sería considerar primero las razones para no realizar una biopsia de ganglio linfático en un paciente que se presenta con linfadenopatía.

En muchos casos, la causa de la linfadenopatía es evidente en el contexto clínico y puede ser confirmado por los resultados de pruebas no invasivas o por una respuesta al tratamiento empírico, y por lo tanto la biopsia es innecesaria. Para maximizar la probabilidad de hacer un diagnóstico de forma no invasiva, es importante obtener un historial completo, incluyendo información sobre el ritmo de crecimiento del ganglio linfático (aunque en mi experiencia esto a menudo es difícil para los pacientes recordar con precisión), viajes y exposiciones a animales, y factores de riesgo para infecciones como la infección por VIH y tuberculosis  y  realizar un examen físico para determinar la ubicación y las características de los ganglios anormales.1 La ubicación puede proporcionar una pista importante para el diagnóstico subyacente después de la consideración de los patrones de drenaje  linfático normal (por ejemplo, linfadenopatía axilar podría sugerir una infección del brazo o una linfadenopatía  inguinal podría sugerir una enfermedad de transmisión sexual). Varias infecciones que pueden ser diagnosticadas de forma no invasiva debe al menos ser consideradas, debido a que pueden ser enfermedades  comunes, tratables, potencialmente mortales o de gran importancia para la salud pública. Estos incluyen mononucleosis infecciosa, enfermedad de Lyme, sífilis, infección por VIH, peste bubónica, ántrax y tularemia. Finalmente, vale la pena recordando que ciertos medicamentos pueden asociarse con linfadenopatía, 2 a menudo en el contexto del síndrome de hipersensibilidad inducido por fármacos, y presunta identificación y retiro de un agente infractor es esencial.

En otros casos, la causa de la linfadenopatía no es evidente pero el paciente está asintomático y las características de los ganglios linfáticos son coherentes con un proceso benigno (en el que los ganglios suelen ser pequeños y móviles, aunque incluso los ganglios pequeños pueden ser cancerosos2). En esta situación, una estrategia de "observar y esperar" es razonable si se puede asegurar  un seguimiento adecuado después de 2 a 4 semanas. En mi opinión, no es recomendable prescribir un curso empírico de antibióticos para tales pacientes a menos que el tratamiento se dirija claramente a una infección sospechada que es consistente con la presentación clínica (por ejemplo, en pacientes con enfermedad por arañazo de gato).

En general, las pruebas de rutina, como los anticuerpos antinucleares o tirotropina, es poco probable que sean útiles para determinar la causa de la linfadenopatía en ausencia de una sospecha fundada en la presentación clínica. Sin embargo, el  test para VIH se debe relizar.

Al aplicar este enfoque a este paciente, podemos comenzar preguntando si hubo un diagnóstico  clínico aparente que podría haber sido hecho de forma no invasiva en el momento de la presentación  inicial. La ubicación inguinal de las  linfadenopatías aumenta la posibilidad de infección o cáncer que surge de las piernas, región genital u área  anorrectal. Sin embargo, la historia y el examen físico no revelaron evidencias o factores de riesgo de tales enfermedades. No había  historia de exposición que sugeriría una infección transmitida sexualmente; es más, infecciones de transmisión sexual que pueden causar linfadenopatía inguinal (linfogranuloma  venéreo, chancroide o infección por virus del herpes simple) se asocian típicamente con hallazgos genitales cutáneos característicos los cuales estuvieron ausentes en este caso. La sífilis aún merece consideración, ya que puede causar linfadenopatía inguinal indolora y el chancro inicial puede pasar desapercibido. Por lo tanto, la presentación inicial de este paciente  podría ser coherente con sífilis.4 Más allá de esa posibilidad, no hay diagnóstico fácilmente aparente. Dada la ausencia de otros síntomas o hallazgos en el examen, unas pocas semanas de observación fue un enfoque razonable

Cuando el paciente se presentó varios meses más tarde, la situación había cambiado. Las linfadenopatías persistentes fueron ahora  generalizadas (sobre la base de de los resultados de la TC y la PET) y se asoció con trombocitopenia severa. La observación ciertamente ya no era una opción. El diagnóstico diferencial de linfadenopatías generalizadas es incluso más amplio que el de las linfadenopatías localizadas, y hay pocas pistas para el  diagnóstico, a excepción de la trombocitopenia.

Por lo tanto, el siguiente paso es considerar cómo la presencia de trombocitopenia puede estrechar el diagnóstico diferencial.

 

TROMBOCITOPENIA

El diagnóstico diferencial de la trombocitopenia incluye pseudotrombocitopenia; la disminución de la producción de plaquetas, que con mayor frecuencia se debe a infección, cáncer o uso de drogas; consumo de plaquetas debido a anemia hemolítica microangiopática, trombocitopenia inducida por heparina o síndrome hemofagocítico; mayor destrucción de plaquetas debido a una causa inmune o mecánica o uso de drogas; secuestro esplénico; el embarazo; trombocitopenia dilucional; y la trombocitopenia  congénita. Una revisión de la completa del hemograma y un frotis de sangre periférica, pruebas de embarazo (si es apropiado), una evaluación del  tamaño del bazo y una revisión cuidadosa de los medicamentos y los suplementos suelen conducir a la identificación de la categoría fisiopatológica pertinente, estrechando el diagnóstico diferencial.

En este caso, los recuentos sanguíneos distintos del  recuento de plaquetas era casi normal y la morfología características de las células no eran notables, excepto por anomalías que fueron fácilmente explicadas por la β-talasemia conocida del paciente. El bazo estaba ligeramente agrandado, pero esto no explicaría un recuento de plaquetas de 0 por microlitro. Por lo tanto, este paciente tenía trombocitopenia severa  “hematológicamente aislada”, que sugiere ya sea un proceso relacionado con un  fármaco o una trombocitopenia inmunológica. En ausencia de un fármaco aparentemente responsable, la trombocitopenia del paciente lo más probable es que se trate de trombocitopenia inmunitaria.

 

TROMBOCITOPENIA INMUNITARIA

La trombocitopenia inmunitaria tiene su propio diagnóstico diferencial, siendo los desencadenantes más comunes una enfermedad idiopática, infecciones (p. ej., infección con VIH, virus de Epstein-Barr, citomegalovirus, virus de la varicela-zóster, virus de la hepatitis C o infección por H. pylori), enfermedades autoinmunes, cánceres linfoides, síndromes de inmunodeficiencia y trastornos tiroideos. Al comparar esta lista con la de linfadenopatía generalizada, podemos reducir el diagnóstico diferencial considerablemente. La infección por VIH y hepatitis C se descartaron mediante pruebas de laboratorio y otras infecciones asociadas con trombocitopenia inmune no sería esperable que causen linfadenopatía  asintomática durante  4 meses. No hay evidencia de una enfermedad autoinmune o trastorno de la tiroides y no hay historia de inmunodeficiencia, que deje al cáncer  linfoide como posible diagnóstico. Muchos como cánceres pueden asociarse con trombocitopenia inmunitaria, y algunos - especialmente indolentes como  linfomas no Hodgkin de células B  y linfomas de Hodgkin que podrían tener un curso indolente de varios meses.

 

HALLAZGOS DE LA BIOPSIA

En este caso, se realizó una biopsia de ganglio linfático antes de la admisión. Aunque los resultados no fueron diagnósticos, fueron  muy informativos, con  biopsia que muestran evidencia de necrosis prominente y proliferación linfohistiocítica (Figura 1). Los estudios de imágenes también mostraron hallazgos consistentes con necrosis  sustancial  de los ganglios linfáticos. La cantidad de necrosis observada en la biopsia y la imagen no es consistente con linfomas indolentes no Hodgkin o linfoma de Hodgkin y es más sugerente de una infección o un trastorno histiocítico, incluyendo trastornos idiopáticos como la enfermedad de Kikuchi-Fujimoto. Desafortunadamente, esto complica nuestro diagnóstico diferencial, ya que estos trastornos no están  típicamente asociado con trombocitopenia inmune.

Dado que el enfoque  en este caso se centra en la combinación de linfadenopatías generalizadas, trombocitopenia inmune, e intensa necrosis de los ganglios linfáticos y que no existen  diagnósticos que expliquen  fácilmente esta situación, en su lugar nos centraremos en la combinación de linfadenopatía y necrosis prominente, dejando de lado la trombocitopenia inmune por ahora. Podemos estrechar aún más el diagnóstico diferencial considerando solo entidades que podrían manifestarse como linfadenopatía durante 4 meses sin ningún otro síntoma. La lista restante incluye infecciones (sífilis, toxoplasmosis, tuberculosis y linfadenitis micobacterianano tuberculosa), y enfermedad de Kikuchi-Fujimoto. Cánceres con prominentes histiocitosis, como sarcoma histiocítico e histiocitosis de células de Langerhans, rara vez se manifiestan  como linfadenopatía aislada, y si ocurre linfadenopatía  aislada en la histiocitosis de células de Langerhans, típicamente involucra el área cervical; además, el sarcoma histiocítico es un cáncer  agresivo, que no sería compatible con la presentación de este paciente.

Ninguna de las entidades restantes en el diagnóstico diferencial se asocia típicamente con trombocitopenia inmune, pero la mayoría puede serlo. Es más, la trombocitopenia inmunitaria puede ser idiopática.

Aunque ya hemos planteado la posibilidad de la sífilis, es notable que el paciente no refirió nuevas exposiciones sexuales, la sífilis primaria típicamente no persistiría durante 4 meses, y la linfadenopatía sería más consistente con sífilis secundaria, que estaría asociada con manifestaciones clínicas adicionales. Por tanto, la sífilis sigue siendo posible, pero  poco probable en este caso. El paciente no tuvo ninguna exposición que sugiera toxoplasmosis, y la afectación inguinal sería inusual para esta enfermedad. La enfermedad de Kikuchi-Fujimoto rara vez es asintomática y generalmente tiene compromiso cervical.  Las linfadenitis por  Micobacterias no tuberculosas  suelen afectar a pacientes más jóvenes y rara vez causa linfadenopatía inguinal o generalizada.

 

TUBERCULOSIS

Aunque este paciente tenía factores de riesgo epidemiológico para  tuberculosis, tenía un IGRA negativo, que se opone a este diagnóstico. Esta prueba no es ideal para el diagnóstico de tuberculosis activa, pero tiene una sensibilidad de aproximadamente 90% y una especificidad del 80% para el diagnóstico de linfadenitis tuberculosa, 5 y por lo tanto el IGRA negativo en este caso disminuye la probabilidad de pre test  de tuberculosis por un factor de aproximadamente seis. La ausencia de bacilos acidorresistentes en la tinción de la biopsia de los ganglios linfáticos disminuye aún más la probabilidad. Sin embargo, este paciente era originario de la India, donde M. tuberculosis es endémico, y tenía antecedentes personales directos de exposición a la tuberculosis. Su presentación clínica encajaría bien con el diagnóstico de tuberculosis, al igual que la aparición de la linfadenopatía en imágenes y biopsia. La trombocitopenia inmune sólo en raras ocasiones ha sido descrita con tuberculosis, pero esto es igual para todos los diagnósticos planteados en este paciente. Por lo tanto, a pesar de la negatividad del  IGRA  y  tinción para bacilos acidorresistentes, creo que el diagnóstico más probable en este paciente es linfadenitis tuberculosa.  Para confirmar este diagnóstico, recomendaría una biopsia de ganglio linfático por escisión, que sería el siguiente paso en la evaluación de este paciente con linfadenopatía no diagnosticada.

DIAGNÓSTICO PRESUNTIVO

LINFADENITIS TUBERCULOSA.

 

DISCUSIÓN PATOLÓGICA

Se realizó  escisión de un ganglio inguinal izquierdo. En un examen general, el ganglio linfático medía 4,5 cm por 3,4 cm por 2,4 cm y estaba rodeado de tejido  fibrograso. La sección del ganglio linfático mostró una superficies de corte nodular bronceado que miden hasta 1,2 cm en su mayor dimensión, con áreas de material blanco. En examen microscópico, la arquitectura de los ganglios linfáticos estaba distorsionada por numerosos granulomas con abundante necrosis, que correspondía al material blanco visto en el examen macroscópico (Fig. 3). Había granulomas coalescentes con grandes áreas de necrosis y microabscesos neutrofílicos focales, con algunos granulomas  infiltrando el tejido  subcutáneo . Las áreas adyacentes mostraron hiperplasia  folicular, fibrosis capsular e inmunoblastos  paracorticales dispersos. No había células de  Reed-Sternberg u otra evidencia de linfoma u otros cánceres. Una tinción para bacilos acidorresistentes mostró organismos ocasionales. La tinción de Fite  y con metenamina-plata de Grocott fue negativa.

 

 



Figura 3. Muestra escisional de ganglio linfático inguinal izquierdo.

La tinción con hematoxilina y eosina de una sección transversal del ganglio linfático extirpado se muestra en una imagen de diapositiva completa en bajo aumento (Panel A) y con gran aumento (Paneles B y C). La muestra muestra una necrosis extensa. (Panel A, flechas), con grandes áreas de necrosis (Panel B, asterisco) presentes en todo el ganglio linfático y gigantes células de tipo Langerhans (Panel C, flechas) adyacentes a histiocitos en empalizada alrededor de áreas de necrosis. La tinción de Ziehl-Neelsen modificada  (paneles D y E) muestra bacilos acidorresistentes (flechas).

 

 

Se realizaron más estudios para identificar los organismos acidorresistentes. El examen de un frotis ganglionar  para bacilos ácido-resistentes fue negativo, lo cual no es sorprendente, porque este método puede detectar solo una alta concentración de organismos, mientras que el cultivo puede detectar una concentración nivel mucho más baja. El día 23 de incubación en caldo líquido, se detectó crecimiento de micobacterias.

Al examinar un nuevo frotis realizado directamente del caldo líquido, el organismo mostró cordones, una característica morfológica consistente con M. tuberculosis. En última instancia, una sonda de ADN del organismo identificó M. tuberculosis, y se estableció el diagnóstico de linfadenitis tuberculosa.

 

DIAGNÓSTICO PATOLÓGICO

LINFADENITIS POR MYCOBACTERIUM TUBERCULOSIS.

 

 

DISCUSIÓN DEL MANEJO

Cuando este paciente  por lo demás saludable se presentó para evaluación 3 meses antes del ingreso actual, estaba asintomático y un IGRA fue negativo. Varias semanas antes del ingreso actual, se consideró una biopsia de ganglio linfático como no diagnóstica. La totalidad de la información en ese momento nos puso lejos de un diagnóstico de tuberculosis latente o activa. Sin embargo, en retrospectiva, tenía una sólida historia de exposición a familiares con tuberculosis activa. Aunque el diagnóstico de su linfadenopatía eventualmente habría llevado a una biopsia  por escisión  de un ganglio linfático inguinal, la evaluación se  aceleró por el desarrollo de trombocitopenia inmunitaria grave.

La trombocitopenia inmunitaria ha estado asociada  con tuberculosis  pulmonar y extrapulmonar activa en varias series de casos en contextos con una alta prevalencia de la enfermedad tuberculosa, 6-8 pero se estima que es la única manifestación de infección sólo en el 1% de los casos.9 El mecanismo subyacente de  la asociación no se conoce pero se piensa que puede ser inmunomediada; hipótesis alternativas incluyen infiltración de médula ósea y secuestro esplénico. En este caso, a pesar de una prueba negativa de anticuerpos antiplaquetarios, la destrucción mediada por anticuerpos de las  plaquetas se consideró como la causa más probable de la disminución aguda del recuento de plaquetas. Un frotis de sangre periférica no mostró evidencia de anemia hemolítica microangiopática. En la mayoría de los casos notificados de trombocitopenia inmune  asociada con tuberculosis activa, el recuento de plaquetas se recuperó variassemanas después del inicio de la terapia antituberculosa e inmunosupresión.

Después de la identificación de los bacilos acidorresistentes como M. tuberculosis, se descartó afectación pulmonar y luego la terapia estándar de cuatro medicamentos con rifampicina, isoniazida, etambutol y pirazinamida fue iniciado. IgIV y una dosis única de prednisona fueron administrados para el tratamiento de la trombocitopenia inmune. El recuento de plaquetas aumentó a 139.000 por microlitro después de 2 semanas de la terapia. Después de 2 meses de terapia, el tratamiento con etambutol y pirazinamida fue discontinuado.

Una tomografía computarizada de seguimiento de tórax, abdomen y pelvis se obtuvo 5 meses después de la admisión hospitalaria la que mostró la resolución de la linfadenopatía difusa. Siete meses después de su hospitalización, el paciente sigue bien, y su recuento de plaquetas se mantiene estable en 138.000 por microlitro.

En la revisión de la muestra  de biopsia origina se detectó un bacilo acidorresistente en gran aumento. Puede ser muy difícil detectar un solo bacilo acidorresistente, que mide 1 a 10 μm de longitud. La sensibilidad y la especificidad de tinción histoquímica en los granulomas  necrotizantes dependen de las características de la tinción y la concentración de las micobacterias.

Entre los pacientes con cultivo positivo, la tinción de tejido incluido en parafina para bacilos acidorresistentes se informa que es positivo en 18 a 85% de los casos.10 Además, la tuberculosis extrapulmonar es una forma más leve de la enfermedad y podría estar asociada con una menor carga de organismos.11 Es importante reconocer las limitaciones de la tinción de tejido incluido en parafina para bacilos acidorresistentes  para no descartar el diagnóstico de tuberculosis sobre la base de una tinción negativa. El cultivo Micobacteriano siempre debe realizarse si hay

cualquier sospecha de infección por micobacterias.

 

DIAGNOSTICO FINAL

LINFADENITIS GRANULOMATOSA NECROTIZANTE DEBIDA A COMPLEJO DE  MYCOBACTERIUM TUBERCULOSIS.

 

 

Traducción de:

“A 35-Year-Old Man with Lymphadenopathy and Petechiae”

Philippe Armand, M.D., Ph.D., Allen P. Heeger, D.O., Sanjat Kanjilal, M.D., M.P.H., and Melissa KrystelWhittemore, M.D.

NEJM

 

https://www.nejm.org/doi/pdf/10.1056/NEJMcpc2004979

 

 

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UNA BARRERA DE FRUSTRACIÓN...

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En este ejercicio clínico se presenta un caso que es discutido por un médico internista al que se le van proporcionando datos de la historia clínica en forma secuencial, y este analiza el cuadro a la luz de los nuevos elementos, de una manera análoga al proceso diagnóstico en la práctica real de la medicina

 

HISTORIA

Un hombre de 74 años se presentó al departamento de emergencias con ictericia. Tres días antes, su esposa había notado una coloración amarilla en sus ojos y la piel, que fue seguida por letargo progresivo, confusión y fiebre subjetiva. Se quejaba de un leve dolor en el cuadrante superior derecho que era constante y no estaba relacionado con las comidas.  No refería rigidez en el cuello, dolor en el pecho, tos, disnea, distensión abdominal, cambios en los hábitos  intestinales,  disuria, o rash cutáneo.

 

 

PONENTE

Las causas de ictericia que amenazan la vida incluyen insuficiencia hepática aguda y colangitis. Es esencial para determinar si su ictericia es predominantemente conjugada o la hiperbilirrubinemia es no conjugada; en el primer caso sugiere enfermedad hepatobiliar, y el último apunta a hemólisis o alteración de la conjugación de bilirrubina (por ejemplo, síndrome de Gilbert). La hiperbilirrubinemia conjugada se puede caracterizar como intrahepática (por ejemplo, hepatitis viral) o extrahepática (por ejemplo, coledocolitiasis). El dolor en su cuadrante superior derecho hace que la enfermedad hepatobiliar sea un diagnóstico más probable que hemólisis y sugiere congestión hepática, infiltración o inflamación.

 

EVOLUCIÓN

La historia clínica del paciente incluía hipertensión, diabetes, hiperlipidemia y gota. Tres años antes, se le había realizado una colecistectomía laparoscópica por colecistitis aguda. El procedimiento se complicó por una lesión del conducto biliar común por la cual posteriormente se sometió a una hepaticojejunostomía. Después de este procedimiento, hubo una elevación sostenida en el nivel de fosfatasa alcalina, que osciló entre 262 y 462 U por litro (rango normal, 31 a 95). Sus medicamentos incluían metformina, gliburida, simvastatina, metoprolol y alopurinol. No tenía antecedentes de tabaco, alcohol, o uso de sustancias ilícitas. Nunca había viajado fuera del noreste de los Estados Unidos.

 

 

PONENTE

La anastomosis quirúrgica entre el sistema biliar y el yeyuno puede conducir a una estenosis biliar, que puede conferir una predisposición a la colangitis o cirrosis. El nivel elevado de fosfatasa alcalina después de su hepaticoyeyunostomía puede reflejar la formación de una  estenosis. La diabetes es un factor de riesgo para la infección hepatobiliar y la esteatohepatitis  no alcohólica. El tratamiento con alopurinol puede causar daño hepático inducido por medicamentos,  caracterizado por fiebre, ictericia y malestar en el cuadrante superior derecho. Su residencia en el noreste de Estados Unidos lo pone en riesgo de infección por Babesia microti, que se manifiesta con fiebre y anemia hemolítica.

 

 

EVOLUCIÓN

La temperatura del paciente era de 38.0 ° C, la frecuencia cardíaca era de 88 latidos por minuto, la presión arterial 157/81 mm Hg, frecuencia respiratoria 12 respiraciones por minuto y saturación de oxígeno 99% respirando aire ambiente. Impresionaba  enfermo. Su piel estaba ictericia. Un examen  cardiopulmonar fue normal Tenía una cicatriz de laparotomía en la línea media y leve dolor en el cuadrante superior derecho. No había distensión abdominal ni hepatoesplenomegalia. No había eritema palmar, ginecomastia, spyders ni edema en miembros inferiores. No podía deletrear "mundo" hacia atrás, lo que indicaba deterioro de la atención; no tenía asterixis, y el resto de su examen neurológico era normal

 

 

PONENTE

Una colangitis por estenosis, cálculos o cáncer sigue siendo la principal preocupación dada la ictericia y la fiebre baja. Ninguno de sus otros signos vitales apuntan a sepsis, pero la capacidad de concentración disminuida puede ser un signo de lesión del órgano terminal. Una encefalopatía hepática incipiente podría explicar su falta de atención, aunque no tiene asterixis ni estigmas de cirrosis. Dado que la evidencia de enfermedad hepática crónica y la colangitis son  equívocos, debe considerarse también una causa de ictericia no hepatobiliar tal como hemólisis.

 

 

EVOLUCIÓN

El recuento de glóbulos blancos fue de 11.800 por milímetro cúbico, el nivel de hemoglobina 11.2 g por decilitro, volumen corpuscular medio  99.6 fl, y el recuento de plaquetas 450,000 por milímetro cúbico. El panel metabólico  básico era normal. El nivel de  alanina aminotransferasa era de 68 U por litro (normal, 12 a 60), de aspartato aminotransferasa 84 U por litro (normal  17 a 42), y fosfatasa alcalina 313 U por litro (normal, 31 a 95). La bilirrubina total era de 8.2 mg por decilitro (normal, 0.2 a 1.3 mg por decilitro), y el  nivel de bilirrubina directa 4.6 mg por decilitro (normal menos de0,8 mg por decilitro),el cociente normalizado internacional (INR) 1.1, y el nivel de albúmina de  3.6 g por decilitro.

 

 

PONENTE

Su INR, nivel de albúmina y recuento de plaquetas normales hacen improbable la insuficiencia hepática aguda o crónica. El  nivel de fosfatasa alcalina elevada estable probablemente refleje una estenosis biliar que se formó después de su hepaticojejunostomía, pero también deben considerarse otras causas de colestasis extrahepáticas  que le confieren una predisposición a la colangitis, incluyendo la coledocolitiasis y el colangiocarcinoma, debe ser considerados. Causas intrahepáticas de colestasis como la hepatitis viral, reacciones farmacológicas, y enfermedades infiltrativas (p. ej., sarcoidosis) son posibles pero generalmente no producen colangitis.

Su anemia leve podría explicarse por un cáncer hepatobiliar o gastrointestinal o por enfermedad ulcerosa péptica. Alternativamente, la hiperbilirrubinemia indirecta sugiere que la hemólisis puede ser responsable de su anemia. Debe obtenerse un frotis de sangre periférica, y un nivel de ferritina, de lactato deshidrogenasa,  de haptoglobina y se debe medir el recuento de reticulocitos.

Una colangitis puede desencadenar una coagulación intravascular diseminada  con hemólisis microangiopática asociada, pero el recuento normal de  plaqueta y el  INR normal hacen poco probable la CID. Una infección sistémica puede también desencadenar la hemólisis en el caso no diagnosticado de deficiencia de glucosa-6-fosfato deshidrogenasa, pero la ausencia de episodios previos de hemólisis en una persona que tiene 74 años de edad hace muy poco probable este diagnóstico. La enfermedad de Wilson puede manifestarse con anemia hemolítica, cognición deteriorada, y hepatitis, pero estos pacientes se suelen presentar con esta enfermedad a una edad más temprana.

 

 

EVOLUCIÓN

Ultrasonografía del cuadrante superior derecho reveló una lesión quística compleja de 3 cm en el lóbulo hepático derecho. No había dilatación de la vía biliar, ascitis, trombosis de la vena porta o vena hepática, o evidencia imagenológica de cirrosis. En las siguientes 5 horas, el paciente se desorientó más y se puso letárgico. Se repitió un recuento de glóbulos blancos que fue de 32,000 por milímetro cúbico, con 85% de neutrófilos, 8% de bandas, 4% de linfocitos, 2% de monocitos y 1% basófilos. El recuento de plaquetas fue de 122.000 por milímetro cúbico. Su muestra de sangre fue reportada por el laboratorio como hemolizada; por lo tanto, el nivel sérico de hemoglobina y los resultados de las pruebas bioquímicas no estaban disponibles. Un frotis de sangre periférica mostró neutrófilos vacuolados con granulaciones tóxicas y cuerpos de Döhle, policromasia, anemia, y trombocitopenia leve. No había esquistocitos, esferocitos, células mordidas (bite cells), u organismos  intracelulares. Una tomografía computarizada (TC) de la cabeza sin realce de contraste fue normal.

 

 

PONENTE

Un quiste hepático complejo podría ser causado por un cáncer primario o metastásico o podría  representar una infección bacteriana o parasitaria. Un absceso piógeno podría  haber sido consecuencia de colangitis ascendente en el árbol biliar anastomosado o una infección por  bacterias no relacionadas con el tracto biliar. Entamoeba  histolítica causa abscesos hepáticos, pero la infección asociada con este parásito es raro en los Estados Unidos.  Un quiste hidatídico es poco probable ya que el paciente  no viajó a regiones en las que Echinococcus granuloso es endémico. Dada la edad del paciente, la posibilidad de una neoplasia quística debe ser considerada, aunque la forma de  presentación fulminante la presencia  presencia de leucocitosis hacen que una infección sea mucho más probable. Una  TC de abdomen puede ayudar a distinguir entre estas posibilidades.

La intensa leucocitosis que  desarrolló  en el curso de 5 horas apunta a un severo  estrés fisiológico. Una perforación o un infarto intestinal son posibles, pero los resultados del  examen del abdomen hace  que estos dos diagnósticos  sean poco probables. Las granulaciones tóxicas y los cuerpos de Döhle son característica de la infección bacteriana, como es la trombocitopenia que puede reflejar  coagulación intravascular diseminada. Clostridium difficile puede causar elevaciones marcadas en el recuento de glóbulos blancos, pero el paciente no tiene diarrea ni dolor abdominal. Una leucemia aguda no se desarrollaría en este marco de tiempo y es un diagnóstico poco probable ante la ausencia de blastos  en el frotis de sangre periférica.

Las muestras de sangre hemolizada comúnmente reflejan hemólisis in vitro por cuestiones relacionadas con la recolección de la sangre (por ejemplo, agujas de diámetro pequeño), o manejo de la sangre (por ejemplo, agitar el tubo vigorosamente). Sin embargo, la combinación de sepsis  y una muestra de sangre hemolizada obliga a considerar  hemólisis in vivo. La bacteriemia por Clostridium perfringens puede originarse a partir de una  infección intraabdominal y conducir a hemólisis  intravascular.  Otras infecciones que resultan en hemólisis  intravascular  incluyen bartonelosis, malaria, y babesiosis. El paciente no ha viajado a regiones que lo podrían exponer a  sandflies que transmiten Bartonella bacilliformis o a los mosquitos que transmiten plasmodium. La infección fulminante  por  Babesia microti se ve en pacientes asplénicos o inmunocomprometidos.

 

 

EVOLUCIÓN

Una TC de abdomen y pelvis sin contraste  mostró una cavidad  de 3,6 cm, conteniendo aire, que c en el lóbulo hepático derecho posterior consistente. con un absceso hepático (fig. 1). No había dilatación de la vía biliar, ni trombosis de la vena hepática o de la vena porta, ascitis o evidencia radiográfica de cirrosis. El recuento de glóbulos blancos aumentó a 34.700. por milímetro cúbico, el recuento de plaquetas fue 136,000 por milímetro cúbico, y el INR fue 1.5; no había otros resultados de pruebas de suero disponibles porque la muestra de sangre fue reportada nuevamente como hemolizada. Un análisis de orina mostró 1+ proteína, 4+ sangre, y 2 glóbulos rojos y 7 glóbulos blancos por campo a gran aumento. Se comenzó a administrar vancomicina y una combinación de piperacilina y tazobactam. Se consultó al servicio de cirugía general y de radiología intervencionisa para drenaje del absceso hepático.

 

 


Figura 1. Tomografía computarizada de abdomen y pelvis sin contraste.

Una tomografía computarizada (TC) de abdomen y pelvis sin realce de contraste muestra una cavidad que contiene aire de 3,6 cm (flecha) en la parte posterior del lóbulo hepático derecho, un hallazgo consistente con un absceso hepático.

 

 

PONENTE

El alto nivel de hemoglobina  en el sedimento  de orina junto con la presencia de unos pocos glóbulos rojos  sugiere rabdomiolisis o hemólisis  intravascular. Esto  último es consistente con los dos informes de muestras de sangre hemolizada. Una anemia hemolítica autoinmune, una microangiopatía trombótica, y las infecciones son las causas adquiridas más comunes de hemólisis intravascular. El paciente no tiene cáncer o exposición a drogas lo que le conferiría una predisposición a anticuerpos contra eritrocitos, aunque generalmente en anemia hemolítica autoinmune no se encuentra factores precipitantes. Un diagnóstico de púrpura trombocitopénica trombótica es descartado por la ausencia de esquistocitos.

C. perfringens produce una fosfolipasa que causa  hemólisis intravascular. Una sepsis clostridial explicaría la hemólisis intravascular, la profunda leucocitosis, y el absceso hepático conteniendo aire. Un  absceso piógeno puede haberse desarrollado a partir de la colangitis secundaria a la  reconstrucción de su  sistema biliar extrahepático.  Una colangiografía por resonancia magnética es más sensible que una ecografía o TC en la evaluación de una estenosis  biliar; sin embargo, la prioridad inmediata es el drenaje del absceso hepático. Sospecho que tiene bacteriemia por C. perfringens. Un tratamiento con clindamicina debe ser iniciado para suprimir la producción de toxinas clostridiales.

 

 

EVOLUCIÓN

El paciente presentaba severa dificultad respiratoria que lo llevó a la intubación y ventilación mecánica. Rápidamente después desarrolló hipotensión, por lo que recibió cuatro vasopresores. Su condicion era considera demasiado inestable para la intervención quirúrgica.

Otra muestra de sangre se informó  hemolizada (fig. 2).

 

 


Figura 2. Muestras de sangre centrifugadas en la  presentación y después de la presentación.

La muestra de sangre centrifugada del paciente en el momento de la presentación (Panel A) muestra un aspecto normal. La capa amarilla (*) representa plasma. La capa blanca del medio   (+) representa el gel del tubo de recolección. La capa roja inferior (^) refleja la coagulación de los glóbulos rojos.

La tercera muestra de sangre centrifugada del paciente (Panel B) carece de la capa de plasma amarilla que se muestra en el Panel A. La coloración roja de la capa superior (#) representa hemoglobina libre (de hemólisis) que se ha mezclado con plasma.

 

La tinción de Gram de sus cultivos de sangre reveló bacilos grampositivos.  El paciente presentó disociación electromecánica  refractaria y  falleció 10 horas después de la presentación. En sus hemocultivos desarrolló posteriormente  C. perfringens.

 

COMENTARIO

Aproximadamente el 5% de las muestras de sangre son reportadas por laboratorios como hemolizadas.1 Esta situación cotidiana de hemólisis in vitro es abordada repitiendo las muestras de sangre y nuevo análisis. Sin embargo, pistas contextuales pueden alertar al clínico para sospechar hemólisis in vivo. En este caso, una segunda muestra hemolizada  junto con pigmenturia sugirió hemólisis intravascular. La agudeza y gravedad de la hemólisis, la leucocitosis profunda, y la presencia de un absceso hepático apuntó a  septicemia causada por C. perfringens.

Los abscesos hepáticos piógenos se originan en infecciones  intraabdominales (por ejemplo, diverticulitis), una siembra hematógen en el contexto de bacteriemia, o por diseminación contigua de la infección del tracto biliar. La causa de un absceso hepático es desconocida hasta en el 35% de los casos2. Una infección ascendente en unsistema biliar reconstruido era una posible fuente de su absceso hepático. Las estenosis anastomóticas se desarrollan en el 30% de los pacientes sometidos a hepaticoyeyunostomía con injuria de la vía biliar por colecistectomía con reconstrucción en Y de Roux.  Esta complicación típicamente se desarrolla años después de la cirugía y puede conducir a colangitis.

Los abscesos hepáticos piógenos son generalmente causados por el grupo de Streptococcus anginosus, bacilos gramnegativos anaeróbicos (p. ej., bacteroides), pseudomonas  aeruginosa, Escherichia coli o Klebsiella pneumoniae. Hasta el 30% de estos abscesos son polimicrobianos. Distintas especies de Streptococcus son  los patógenos más comunes en los Estados Unidos, mientras que klebsiella es el organismo predominante en Asia.5,6 Las características en este paciente que apoyaron a un absceso hepático piógeno sobre un absceso hepático amebiano fueron su edad avanzada, ictericia y diabetes mellitus7 y el hecho de que no existían antecedentes de viajes a  regiones donde se encuentra Entamoeba histolytica. Un absceso hepático causado por C. perfringens es raro.4 Los factores de riesgo incluyen diabetes mellitus, cáncer gastrointestinal, y cirrosis. La mayoría de los pacientes se presentan con fiebre y dolor abdominal. Aunque algunos pacientes no presentan síntomas de localización. En una serie de casos con 20 pacientes con abscesos hepáticos de C. perfringens,  en todos los pacientes hubo evidencia de hemólisis intravascular en la presentación y tuvieron un rápido crecimiento de C. perfringens en la sangre.8

C. perfringens es un bacilo grampositivo anaeróbico formador de esporas,  que es un comensal del tracto  gastrointestinal y ginecológico,  así como  también se encuentra de forma ubicua en el suelo.9 Diez diferentes  exotoxinas han sido descritas y ellas dan cuenta del  espectro de manifestaciones clínicas asociadas a este organismo. 8 La ingestión de una  enterotoxinas preformada resulta en una gastroenteritis  por C. perfringens autolimitada.10 El resto de las enfermedades por C. perfringens involucran la germinación de esporas endógenas y la  producción de toxinas, que son facilitadas por las condiciones anaeróbicas (por ejemplo, un trauma penetrante o un intestino isquémico). El ejemplo más común es la mionecrosis clostridial, una infección necrotizante del músculo y tejidos blandos que usualmente involucra una extremidad.8,11

Una bacteriemia por C. perfringens sin producción de toxinas puede ser asintomática. Una bacteriemia con producción de toxina conduce a sepsis severa con hemólisis en hasta el 15% de los casos.8,10  La exotoxina fosfolipasa C lecitinasa cliva los fosfolípidos de la membrana de los glóbulos rojos, lo que conduce a una abrupta y severa  hemólisis intravascular. La interrupción de la barrera gastrointestinal como consecuencia de  cirugía o  cáncer es el factor de riesgo más común para bacteriemia y hemólisis  por C. perfringens. La terapia combinada con penicilina y clindamicina es recomendada para enfermedad severa.8 El drenaje rápido de cualquier foco de infección es crítico, aunque la tasa de mortalidad sigue siendo superior al 75%, con un tiempo medio desde la presentación hasta la muerte de 10 horas.8

Históricamente, las muestras de laboratorio se han informado como hemolizado en base a la inspección visual después de la centrifugación, con el color del suero o plasma que sirve como un correlato de la concentración de hemoglobina libre.12 Un tinte rosado desarrolla en hemólisis leve, mientras que un color rojizo se observa  en  hemólisis severa, reflejando la mayor concentración de hemoglobina libre. Cada vez más, los instrumentos automatizados en los analizadores químicos y de coagulación miden la concentración plasmática de hemoglobina libre.  La hemólisis in vitro por lo general resulta de factores asociados con la recolección de la sangre, como la aplicación prolongada de un torniquete, el uso de agujas de pequeño calibre, y la toma de muestras de catéteres intravenosos en lugar de realizando venopunción directa.12 Problemas con el transporte, procesamiento y almacenamiento de las muestras de sangre representan una fracción más pequeña de in causas de hemólisis in vitro.

Distinguir una hemólisis in vitro de una hemólisis in vivo puede ser un desafío.  En ambos casos, los resultados de los análisis de sangre mostrarán aumento de potasio y de láctico deshidrogenasa, características que reflejan la liberación de estos componentes intracelulares en el suero. La hemólisis in vivo es sugerida por acidosis láctica, reticulocitosis, hiperbilirrubinemia indirecta, esquistocitos en el frotis periférico, o hemoglobina libre en la orina, que puede ser inferido por  un alto grado de positividad para hemoglobina en una tira reactiva sin glóbulos rojos en la microscopia.12

Una  muestra de sangre hemolizada aumentan los costos y retrasar la atención.12,13 En un paciente que se encuentra críticamente enfermos, repetidos informes de muestras de sangre hemolizadas puede representar una barrera frustrante para hacer un diagnostico.  Este caso nos recuerda que a veces tales informes en determinados contextos no son una barrera frustrante sino que pueden significar una respuesta en sí misma. 7

 

 

Traducción de:

“Overcoming the Barrier”

Rabih M. Geha, M.D., Gurpreet Dhaliwal, M.D., Lisa G. Winston, M.D., Thomas S. Kickler, M.D., and Reza Manesh, M.D.

NEJM

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Discinesia de la danza del vientre ( Belly dancer’s dyskinesia), en un paciente de 10 años.

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Paciente de sexo masculino de 10 años de edad que acude a la consulta por cuadro clínico de aproximadamente 2 semanas de evolución caracterizado por la presencia de movimientos involuntarios en la región abdominal de manera persistente sin antecedentes personales ni familiares de importancia





Se trata de un cuadro de discinesia limitada a la musculatura  axial caracterizada por mioclonus  que afecta  la pared abdominal anterior. Este tipo particular de movimientos involuntarios, rítmicos, repetitivos que pueden ser hasta dolorosos generalmente bilaterales se han dado en llamar discinesia de la danza del vientre ( Belly dancer’s dyskinesia),   porque recuerda la típica danza oriental o egipcia. A veces estos movimientos involuntarios involucran también al diafragma por lo que se ha llamado también mioclonus diafragmático,   flutter diafragmático o enfermedad de Leeuwenhoek. Estas contracciones del diafragma pueden verse fácilmente en un examen fluoroscópico. Puede estar relacionado con la introducción de algunas drogas bloqueadoras de la dopamina como la metoclopramida, la domperidona   pudiendo aparecer durante la administración de las mismas o a veces varios meses después de haber finalizado su uso. También se ha visto después de cirugías abdominales, síndrome de desmielinización osmótica, compresiones medulares etc. Sin embargo no siempre la causa es clara y puede no encontrarse.

Lamentablemente el paciente se perdió en el seguimiento y no se pudo determinar el origen del cuadro. Quedaron pendientes estudios de imágenes de RMN cerebral  y médula para descartar lesiones de los ganglios de la base así como compresiones medulares. Imágenes torácicas para descartar compresiones del nervio frénico.

El tratamiento además de interrumpir cualquier medicación especialmente los bloqueadores de la dopamina, consiste en la administración de benzodiacepinas sobre todo clonacepan. También  hay reportes de uso de levetiracetam,  diazepam  y difenhidramina, fenitoína,  carbamacepina, haloperidol, ácido valproico etc.

FUENTE UPTODATE

 



 

 Cortesía:

Dr. Jean Muñoz Macías

Manta Ecuador

 

 

VARÓN DE 16 AÑOS CON CEFALEA, DOLOR ABDOMINAL E HIPERTENSIÓN.

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Un paciente de 16 años fue ingresado en este hospital por dolor de cabeza, náuseas, vómitos y dolor abdominal.

 

El paciente había estado bien hasta 17 meses antes de este ingreso, cuando comenzó a tener episodios de dolor de cabeza y de cuello varias veces por semana después de un accidente de vehículo todo terreno (ATV). Dos meses después, el paciente chocó con otro adolescente mientras jugaba fútbol, ​​y los episodios de dolor de cabeza y de cuello empeoraron. Calificó el dolor en 8 en una escala de 0 a 10, donde 10 indica el dolor más severo.

 

Quince meses antes de este ingreso, el paciente fue evaluado en la clínica pediátrica de otro hospital. En el examen, el pulso era de 95 latidos por minuto y la presión arterial de 117/78 mm Hg. Había un leve dolor a la palpación en el área del músculo trapecio. Una radiografía de la columna cervical fue normal. Durante los siguientes 15 meses, el paciente fue seguido en las clínicas de pediatría y neurología del otro hospital. Se prescribieron ibuprofeno, nortriptilina, sumatriptán, ciclobenzaprina y diazepam, pero el dolor de cabeza no remitió. Se sometió a fisioterapia, ajuste quiropráctico, terapia de masajes y acupuntura, pero los síntomas persistieron.

 

Tres meses antes de este ingreso, comenzaron a aparecer náuseas durante los episodios de cefalea. El dolor se hacía más intenso cuando el paciente estaba acostado o estaba físicamente activo, lo que provocaba una visión de túnel y vómitos; después de que vomitaba, el dolor se volvió menos intenso. Fue evaluado en la clínica pediátrica del otro hospital. En el examen, el pulso era de 104 latidos por minuto y la presión arterial de 128/80 mm Hg. Por recomendación de sus médicos, el paciente dejó de participar en todos los deportes.

 

Dos días antes de este ingreso, el dolor empeoró y despertó al paciente del sueño. Las náuseas eran constantes y los vómitos se producían dos veces al día. El paciente no pudo asistir a la escuela debido a los síntomas. Sus padres lo llevaron a la clínica pediátrica del otro hospital. En el examen, la temperatura era de 36,8 ° C, el pulso de 115 latidos por minuto y la presión arterial de 120/64 mm Hg. La altura fue de 183,6 cm y el índice de masa corporal de 27,0. El examen físico fue normal. Se realizó un diagnóstico probable de migrañas mixtas y cefaleas tensionales. Se prescribió prednisona, zolmitriptán y ondansetrón y se envió al paciente a su domicilio.

 

El día de este ingreso, el paciente presentó un nuevo dolor severo en el lado derecho del abdomen que lo despertó del sueño. El dolor de cabeza, el dolor de cuello y las náuseas eran constantes. El paciente fue trasladado al servicio de urgencias del otro hospital. En el examen, la temperatura era de 36,8 ° C, el pulso de 160 latidos por minuto, la presión arterial de 239/162 mm Hg, la frecuencia respiratoria de 18 respiraciones por minuto y la saturación de oxígeno del 100% mientras recibía oxígeno a través de una cánula nasal a una tasa de 4 litros por minuto. El recuento de glóbulos blancos fue de 22,380 por microlitro (rango de referencia en otro hospital, 3800 a 10,500), el nivel de ácido láctico 2,7 mmol por litro (24 mg por decilitro; rango de referencia, 0,5 a 2,2 mmol por litro [5 a 20 mg por decilitro]), y el nivel de creatinina 1,3 mg por decilitro ( rango de referencia, 0,6 a 1. 3 mg por decilitro). Un electrocardiograma (ECG) mostró taquicardia sinusal con aumento de la amplitud de las ondas R y S en las derivaciones precordiales, así como alteraciones inespecíficas de la repolarización. Una hora más tarde, un ECG repetido mostró un ritmo auricular ectópico con frecuentes contracciones ventriculares prematuras a una frecuencia de 66 latidos por minuto.

 

Se administraron por vía intravenosa hidromorfona, morfina, ondansetrón, metoclopramida y solución de Ringer lactato. Se inició una infusión de nitroglicerina y la presión arterial sistólica disminuyó a 143 mm Hg; se detuvo la infusión y la presión arterial sistólica aumentó a 212 mm Hg. Se administró labetalol intravenoso y la presión arterial sistólica disminuyó a 92 mm Hg. Se inició una infusión de esmolol y el paciente fue trasladado a la unidad de cuidados intensivos pediátricos (UCIP) de este hospital, llegando 3 horas después de su presentación en el otro hospital. Poco después de su llegada, se detuvo la infusión de esmolol.

 

Al ingreso en este hospital, se obtuvieron antecedentes adicionales. El paciente había jugado paintball unos días antes, pero no recordaba ningún traumatismo directo en el pecho o el abdomen. Una revisión de los sistemas se destacó por la intolerancia al calor y los sudores nocturnos. Tenía antecedentes de acné y había recibido un diagnóstico de neumonía que afectaba el lóbulo superior derecho 10 meses antes de esta admisión. Tenía un crecimiento y desarrollo normales y había recibido todas las vacunas infantiles de rutina. Sus medicamentos incluían doxiciclina y tretinoína tópica, clindamicina y peróxido de benzoilo, además de zolmitriptán y ondansetrón; no había comenzado a tomar la prednisona recetada recientemente. No hubo alergias a medicamentos conocidas.

 

El paciente vivía en un área suburbana de Nueva Inglaterra con sus padres y su hermano menor. Se desempeñó bien en la escuela secundaria. Antes de la reciente progresión de sus síntomas, había participado en fútbol, ​​baloncesto y atletismo. No fumaba tabaco ni usaba drogas ilícitas. Tomaba una o dos bebidas alcohólicas al mes. Su padre y sus abuelos paternos tenían hipertensión y sus tías maternas tenían migrañas; su madre y su hermano estaban sanos.

 

En el examen, la temperatura era de 36,6 ° C, el pulso de 126 latidos por minuto, la presión arterial de 90/44 mm Hg, la frecuencia respiratoria de 15 respiraciones por minuto y la saturación de oxígeno del 100% mientras el paciente recibía oxígeno a través de una cánula nasal a razón de 4 litros por minuto. Parecía cansado, pálido y diaforético. Estaba angustiado por el dolor; hablaba en frases breves y tenía hipo frecuente. El abdomen no estaba distendido con marcada sensibilidad en el cuadrante superior derecho y flanco derecho, con rebote y protección. La piel estaba tibia y húmeda, y había algo de hiperpigmentación inguinal. No se observaron manchas café con leche.

 

El recuento de glóbulos blancos fue 27.140 por microlitro (rango de referencia en este hospital, 4500 a 13.000), el nivel de ácido láctico 3.4 mmol por litro (31 mg por decilitro; rango de referencia, 0.5 a 2.0 mmol por litro [5 a 18 mg por decilitro]), el nivel de creatinina 1,64 mg por decilitro (145 μmol por litro; rango de referencia, 0,60 a 1,50 mg por decilitro [53 a 133 μmol por litro]), y el nivel de troponina T de alta sensibilidad 188 ng por litro (referencia rango, 0 a 14). Los resultados de las pruebas de laboratorio adicionales se muestran en la Tabla 1. El día 2 de hospitalización, el análisis de orina reveló sangre 1+, trazas de cetonas, un pH de 5,0 y una gravedad específica de 1,015; El examen microscópico del sedimento urinario reveló células escamosas, cristales y mucina, así como de 3 a 5 cilindros hialinos por campo de alto aumento, menos de 10 glóbulos blancos por campo de alto aumento y ausencia de glóbulos rojos.

 



Tabla 1. Datos de laboratorio.

 

Se hizo un diagnóstico.

 

DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL

Este paciente de 16 años presentaba signos y síntomas que tienen varias causas superpuestas. Para abordar primero este caso, definiré las cuestiones de primer plano, que son las características de la presentación actual de este paciente: emergencia hipertensiva, dolor de cabeza y dolor abdominal intenso. Luego, para construir un diagnóstico diferencial, consideraré los antecedentes, que son las características únicas de la historia de este paciente que pueden estar contribuyendo al problema actual: una historia de 17 meses de empeoramiento de la cefalea episódica y evidencia de hipertrofia ventricular izquierda en el ECG. Al conciliar los problemas de primer plano con los problemas de fondo, intentaré llegar al diagnóstico correcto.

 

PRIMER PLANO - EMERGENCIA HIPERTENSIVA

El paciente se presentó al otro hospital con una presión arterial de 239/162 mm Hg y evidencia de daño miocárdico y renal, que eran manifestaciones de emergencia hipertensiva. 1 En la población pediátrica, las causas de urgencia hipertensiva varían según la edad. En niños de 13 a 18 años, las posibles causas incluyen hipertensión primaria por síndrome metabólico, enfermedad parenquimatosa o vascular de los riñones, coartación aórtica, ingestión de ciertos medicamentos o sustancias ilícitas, tumores intracraneales, causas endocrinas como el síndrome de Cushing y el feocromocitoma y paraganglioma y causas metabólicas como la porfiria. 1

 

¿Se puede descartar alguna de estas entidades en este momento? La enfermedad parenquimatosa o vascular de los riñones con frecuencia causa hipertensión crónica antes que otras lesiones de órganos diana. Aunque es posible que la hipertensión no se reconozca en un consultorio de atención primaria pediátrica, no hay evidencia de que se haya obtenido una medición anormal de la presión arterial en este paciente antes de la presentación actual. 2 Además, no se mencionan antecedentes de infección del tracto urinario, fiebre inexplicable, dolor en el costado (antes de la presentación actual), disuria, edema o soplos abdominales. Debido a que el paciente tenía un nivel de creatinina en aumento, su lesión renal probablemente sea aguda.

 

La coartación aórtica es más común en pacientes masculinos que en pacientes femeninas, pero por lo general ocurre a una edad más temprana. Por lo general, se asocia con soplos y puede estar precedido por la detección de mediciones de presión arterial más bajas en las piernas que en los brazos, y ninguno de estos hallazgos se mencionó específicamente en este caso.

 

Sería prudente realizar un cribado toxicológico en este paciente. Sin embargo, su lista de medicamentos no incluye ningún fármaco asociado con una emergencia hipertensiva y su historial no sugiere que sea probable la ingestión de sustancias ilícitas.

 

ANTECEDENTES: DOLOR DE CABEZA

Antes del ingreso actual, el síntoma más perturbador de este paciente era un dolor de cabeza episódico de frecuencia y gravedad cada vez mayores. Aunque hay muchas causas de dolor de cabeza, la naturaleza y el curso temporal de los episodios y la respuesta a los tratamientos pueden ayudar a determinar el diagnóstico.

 

Al menos el 27% de los jóvenes de 16 a 18 años tienen dolor de cabeza recurrente. 3 En los niños, la causa más común de dolor de cabeza episódico recurrente son las migrañas, que generalmente se asocian con dolor punzante y empeoran con la actividad, lo que resulta en la evitación de la actividad. La segunda causa más común son los dolores de cabeza por tensión, que típicamente se asocian con dolor difuso no pulsátil predominantemente en la región occipital y no empeoran con la actividad. Este paciente tenía características tanto de migrañas como de dolores de cabeza por tensión. Sin embargo, durante los 15 meses previos al ingreso actual, se sometió a ensayos con medicamentos que normalmente son efectivos en el tratamiento de estas afecciones y su dolor de cabeza no disminuyó, lo que sugiere que su dolor de cabeza crónico se debe a otra causa.

 

Los dolores de cabeza causados ​​por un tumor intracraneal son típicamente progresivos, dan lugar a náuseas y vómitos y están asociados con un aumento de la presión intracraneal, lo que hace que el dolor empeore cuando el paciente esté acostado y mejore después de que el paciente vomite; todas estas características se observaron en este paciente. Sin embargo, los pacientes con un tumor intracraneal suelen presentar al menos un hallazgo neurológico, como visión alterada, marcha inestable, cambios en el comportamiento o el rendimiento escolar o deterioro del crecimiento; ninguno de estos hallazgos estuvo presente en este paciente.

 

Los dolores de cabeza crónicos postraumáticos son una consideración obvia en este paciente, ya que había sido lesionado 17 meses antes en un accidente de ATV y nuevamente 2 meses después en una colisión mientras jugaba fútbol. El latigazo cervical o la conmoción cerebral pueden provocar dolores de cabeza postraumáticos crónicos prolongados. Los síntomas asociados más comunes incluyen mareos (en el 59% de los pacientes), fatiga (91%), sensibilidad al ruido (49%), irritabilidad, ansiedad, insomnio y pérdida de concentración 4 ; este paciente no informó ninguno de estos síntomas. Además, la mayoría de los pacientes con dolores de cabeza crónicos postraumáticos se recuperan dentro de los 3 meses posteriores al trauma, y ​​solo del 10 al 15% informa síntomas persistentes al año.

 

Finalmente, la hipertensión severa puede causar dolor de cabeza y aumento de la presión intracraneal. Debido a que este paciente tenía una emergencia hipertensiva y síntomas de aumento de la presión intracraneal, la hipertensión no controlada es la causa más probable de su dolor de cabeza.

 

CONCILIAR EL PRIMER PLANO CON EL FONDO

Al conciliar los principales problemas de primer plano y de fondo, me centraré en cinco afecciones que podrían haber causado una emergencia hipertensiva y dolor de cabeza en este paciente: síndrome metabólico, síndrome de Cushing, porfiria, hipertiroidismo y feocromocitoma y paraganglioma.

 

Síndrome metabólico

Para recibir un diagnóstico de síndrome metabólico, un paciente debe cumplir con tres de los siguientes cinco criterios: obesidad central, hiperglucemia, hipertrigliceridemia, un nivel bajo de colesterol unido a lipoproteínas de alta densidad e hipertensión. 5 Este paciente tenía hipertensión e hiperglucemia pero no cumplía con los demás criterios; estaba en el percentil 85 de IMC, lo que es consistente con el estado de sobrepeso, no obeso. Por lo tanto, su emergencia hipertensiva no se desarrolló en el contexto del síndrome metabólico.

 

Síndrome de Cushing

El síndrome de Cushing es un trastorno multisistémico causado por la exposición prolongada a un exceso de glucocorticoides. Se asocia con aumento de peso e hipertensión y puede provocar dolores de cabeza. El dolor abdominal severo, aunque raro, puede ocurrir cuando un tumor adrenocorticotrópico ectópico que causa el síndrome de Cushing da como resultado la ruptura de una víscera. Los niños con síndrome de Cushing suelen presentar aumento de peso sin aumento de altura concomitante. 6 En este caso, se proporcionan mediciones de un solo punto temporal, pero es poco probable que el paciente se haya salido de su trayectoria de crecimiento, ya que se encontraba en el percentil 90 de estatura. Los intentos de puntuación predictiva han identificado osteoporosis, atrofia muscular, estrías lívidas, plétora, equimosis y una almohadilla de grasa dorsocervical como hallazgos clave del síndrome de Cushing.7 y ninguno de estos hallazgos estuvo presente en este paciente.

 

Porfiria

La porfiria es una condición poco común de síntesis de hemo desordenada. Se asocia con afectación del sistema nervioso central (SNC) (incluidos dolores de cabeza) y dolor abdominal y puede causar hipertensión y taquicardia. Sin embargo, otros efectos sobre el SNC incluyen agitación, insomnio, alucinaciones y, en muchos casos, hiponatremia, hallazgos que no estaban presentes en este paciente. Los ataques sintomáticos ocurren con mayor frecuencia entre los 14 y los 45 años de edad, pero ocurren con más frecuencia en pacientes mujeres que en pacientes masculinos (4: 1). 8 El dolor abdominal tiende a ser el síntoma principal; típicamente se localiza en la parte inferior del abdomen, es de carácter cólico y no causa peritonitis.

 

Hipertiroidismo

El hipertiroidismo puede causar hipertensión, intolerancia al calor, sudores nocturnos y dolores de cabeza. Si no se trata, el hipertiroidismo da como resultado un crecimiento acelerado con un aumento de peso desacelerado 9 ; este paciente tenía sobrepeso. El hipertiroidismo también puede resultar en un bajo rendimiento escolar y labilidad emocional, hallazgos que no estaban presentes en este paciente. Otros hallazgos comunes incluyen reflejos enérgicos y debilidad de los músculos proximales. Aunque los resultados de un examen neurológico no se proporcionan explícitamente en este caso, no se mencionan estos signos que sugieran hipertiroidismo.

 

Feocromocitoma y paraganglioma

El feocromocitoma y el paraganglioma son tumores neuroendocrinos derivados de la médula suprarrenal y los ganglios autónomos paravertebrales, respectivamente. Los síntomas del exceso de catecolaminas, que pueden ser secretadas por estos tumores, pueden simular más de otros 30 trastornos médicos. 10 Este paciente presentaba cuatro de los cinco hallazgos clásicos del feocromocitoma, conocido como las “cinco H” (hypertension, headache, hyperglycemia, hiperhidrosis, hypermetabolism): tenía hipertensión, cefalea, hiperglucemia y posible hiperhidrosis pero no tenía hipermetabolismo.

 

Hallazgos restantes

Ahora que he abordado los principales problemas de primer plano y de fondo en este caso y he reducido el diagnóstico diferencial al feocromocitoma, conciliaré los hallazgos restantes con este diagnóstico. Primero, el paciente tuvo una respuesta dramática a la terapia antihipertensiva, con una disminución de la presión arterial sistólica a 92 mm Hg después de la administración de labetalol. Esta marcada respuesta a los bloqueos alfa y beta combinados puede indicar hipertensión provocada por un exceso de catecolaminas. En segundo lugar, el dolor abdominal intenso con rebote y protección sugiere inflamación peritoneal.El infarto hemorrágico dentro de un tumor, la peritonitis, la hemorragia abdominal, la oclusión vascular mesentérica y la isquemia intestinal son todas manifestaciones del feocromocitoma que pueden provocar inflamación peritoneal. En tercer lugar, existe evidencia de hipertrofia ventricular izquierda, que ocurre en el 33% de los pacientes con feocromocitoma o paraganglioma. 11 Los niveles elevados de troponina también ocurren con frecuencia, como resultado tanto de la poscarga impulsada por las catecolaminas como de la taquicardia. Puede ocurrir neutrofilia, de modo que el feocromocitoma puede enmascararse como una infección.En cuarto lugar, es poco probable que la aparición de síntomas después de episodios de trauma y actividad física sea una coincidencia. Es bien sabido que la actividad física, las lesiones y el dolor pueden exacerbar los síntomas del feocromocitoma. El tema final es la presencia de hiperglucemia al ingreso en este hospital. Con la liberación de catecolaminas, los receptores adrenérgicos βestimulan la gluconeogénesis y los receptores adrenérgicos α 2 disminuyen la liberación de insulina y pueden causar hiperglucemia.

 

En conjunto, todas las características sugieren que el diagnóstico más probable en este paciente es feocromocitoma. El primer paso para establecer este diagnóstico es realizar imágenes abdominales para buscar un tumor suprarrenal compatible con feocromocitoma.

 

DIAGNÓSTICO PRESUNTIVO

FEOCROMOCITOMA CON URGENCIA HIPERTENSIVA.

 

ESTUDIOS DE IMAGEN

 

La ecografía reveló una masa suprarrenal derecha heterogénea ( Figura 1A y 1B ). La tomografía computarizada (TC) reveló realce parcial de la masa y hemorragia circundante ( Figura 1C y 1D ). Estas características de imagen son más consistentes con el feocromocitoma suprarrenal. En pacientes con feocromocitoma, la resonancia magnética (MRI) generalmente revelaría una masa suprarrenal que es hipointensa en las imágenes ponderadas en T1 y tiene una señal muy brillante (descrita como una apariencia de bombilla o lámpara) en las imágenes ponderadas en T2, aunque los hallazgos pueden variar debido a una hemorragia. La TC y la RM tienen una sensibilidad superior al 90% para la detección de estos tumores, así como una especificidad del 70 al 80%. 12 Imagen funcional mediante gammagrafía se puede realizar MIBG marcado con 123 I (metayodobencilguanidina). Además, la tomografía por emisión de positrones y la TC con DOTATATE marcado con 68 Ga (ácido 1,4,7,10-tetraazaciclododecano-1,4,7,10-tetraacético-octreotato), que tiene alta afinidad por los receptores de somatostatina presentes  ha demostrado que estos tumores tienen una alta sensibilidad para la detección de enfermedades metastásicas o multifocales.

 


Figura 1. Estudios de imagen abdominal.

Las imágenes de ultrasonido sagital y transversal del cuadrante superior derecho (paneles A y B, respectivamente) muestran una gran masa suprarrenal derecha heterogénea (flechas). Imágenes de TC del abdomen con contraste retardado coronal y sagital (Paneles C y D, respectivamente) muestran una masa suprarrenal derecha no calcificada, heterogéneamente realzada (flechas), mide 7 cm de diámetro, desplazando el riñón derecho hacia abajo. Hay tejido blando hiperdenso (puntas de flecha) alrededor riñón derecho y se extiende hacia el flanco derecho, hallazgo compatible con hemorragia.

 

 

ESTUDIOS DE LABORATORIO

 Se pueden obtener los niveles de metanefrinas libres (metanefrina y normetanefrina) en plasma o los niveles de metanefrinas fraccionadas en una muestra de orina de 24 horas para establecer el diagnóstico de feocromocitoma. 13 Algunos expertos abogan por la medición de los niveles plasmáticos de metanefrinas libres como prueba de primera línea, dado el alto valor predictivo negativo y la sencillez de obtención de la muestra, 14especialmente en pacientes para los que existe un alto índice de sospecha de este diagnóstico. La medición de los niveles de metanefrinas fraccionadas en una muestra de orina de 24 horas se puede utilizar como prueba de confirmación para descartar la posibilidad de un resultado falso positivo, dada la baja incidencia de feocromocitoma. Aunque la medición de los niveles de catecolaminas y sus metabolitos en una muestra de orina de 24 horas es la prueba de primera línea preferida para el diagnóstico de neuroblastoma, 15 también pueden observarse niveles elevados en pacientes con feocromocitoma. En este paciente, los niveles plasmáticos de metanefrinas libres obtenidos el día 1 de hospitalización estaban elevados ( Tabla 2), al igual que los niveles de metanefrinas fraccionadas, catecolaminas y otros metabolitos de catecolaminas en una muestra de orina de 24 horas; estos hallazgos son consistentes con el diagnóstico de feocromocitoma.

 

 


Tabla 2. Metanefrinas, catecolaminas y otros metabolitos de catecolaminas.

 

 

DISCUSIÓN SOBRE MANEJO Y CIRUGÍA DE CUIDADOS INTENSIVOS

La principal amenaza inmediata para este paciente fue el daño de los órganos terminales debido a la hipertensión severa. En ausencia de deterioro clínico, es importante reducir suavemente la hipertensión para evitar una hipotensión relativamente profunda o una sobrenormalización de la presión arterial, 16,17 que puede resultar en un accidente cerebrovascular isquémico. Por lo tanto, a este paciente se le administró una infusión intravenosa del bloqueador de los canales de calcio nicardipino durante los primeros tres días de hospitalización, con la dosificación guiada por la monitorización de la presión arterial a través de un catéter de la arteria radial.

 

Es de destacar que, antes de la admisión, había preocupaciones acerca de la taquicardia supraventricular con posible síndrome de Wolff-Parkinson-White, y el paciente fue tratado con los betabloqueantes labetalol y esmolol. Estas intervenciones dieron como resultado una rápida disminución de la presión arterial, pero afortunadamente no provocaron un cambio en la función neurológica. Finalmente, se descartó el síndrome de Wolff-Parkinson-White después de un examen minucioso de un ECG.

 

La labilidad de la presión arterial del paciente, caracterizada por hipertensión para la que se administraron con frecuencia agentes antihipertensivos, alternando con descensos rápidos de la presión arterial sistólica después del tratamiento, sugirió una depleción del volumen intravascular debido a diuresis forzada o compensadora de larga duración asociada con la hipertensión. La presión arterial estable se logró con la combinación de reanimación con líquidos e infusión de nicardipina.

 

Como el paciente estaba en control inicial de la hipertensión y reanimación con líquidos, recibió un diagnóstico de presunción de feocromocitoma y se inició tratamiento con un alfabloqueante. La fenoxibenzamina es típicamente el agente preferido debido a su propiedad de bloqueo no competitivo, pero otros candidatos incluyen prazosina, doxazosina y urapidil. Faltan datos de ensayos controlados aleatorios para orientar el enfoque del bloqueo adrenérgico; algunos expertos han cuestionado por completo el uso preoperatorio de alfabloqueantes. 18,19 En este paciente, el tratamiento con fenoxibenzamina se inició el día 2 de hospitalización y se interrumpió el día 13 de hospitalización, justo antes de que se realizara la cirugía.

 

El tratamiento con un betabloqueante solo está contraindicado en pacientes con un diagnóstico presunto o conocido de feocromocitoma debido al riesgo de que el agonismo alfa no mitigado dé lugar a hipertensión grave. Sin embargo, una vez que se logra el bloqueo alfa, se puede considerar el bloqueo beta si se considera que la frecuencia cardíaca es rápida. Después de que se estableciera la evidencia clínica de un bloqueo alfa adecuado en este paciente, se encontró que tenía una taquicardia relativamente persistente, con una frecuencia cardíaca de 120 latidos por minuto. Por tanto, se inició tratamiento con labetalol, un alfa y betabloqueante no selectivo. Antes de que se realizara la cirugía, la presión arterial sistólica variaba de 120 a 130 y la frecuencia cardíaca de 90 a 110.

 

El dolor abdominal persistente fue uno de los principales contribuyentes a la incomodidad de este paciente y probablemente fue un factor secundario de su hipertensión. El dolor abdominal se trató con hidromorfona a través de una bomba de analgesia controlada por el paciente y oxicodona.

 

Después de lograr un bloqueo alfa y beta preoperatorio adecuado, se realizó la resección de la masa suprarrenal el día 13 de hospitalización.

 

 

DISCUSIÓN PATOLÓGICA

MUESTRA DE RESECCIÓN

El examen histológico de la glándula suprarrenal derecha, así como de las muestras de tejido y de los márgenes perinéfricos sometidas por separado, reveló un tumor ampliamente hemorrágico que muestra el patrón de zellballen, con células tumorales dispuestas en pequeños nidos separados por bandas de estroma fibrovascular, una característica característica del feocromocitoma ( Figura 2 ).Las células neoplásicas tenían un citoplasma granular amplio, núcleos de distintos tamaños y nucléolos de distinta visibilidad. Hubo ocasionalmente glóbulos hialinos, un hallazgo histológico reportado sin consecuencias fisiopatológicas conocidas. En la tinción inmunohistoquímica, las células tumorales fueron positivas para cromogranina y sinaptofisina, con expresión conservada de la subunidad B de succinato deshidrogenasa. No hubo evidencia morfológica de comportamiento biológico agresivo.

 


Figura 2. Muestra de resección.

La tinción con hematoxilina y eosina de la muestra de resección (Panel A) muestra células de feocromocitoma dispuestas en pequeños nidos con bandas fibrovasculares intercaladas, conocido como patrón zellballen. A mayor aumento (Panel B), las células tumorales muestran citoplasma granular anfófilo, núcleos de distintos tamaños y un glóbulo hialino (flecha). En la tinción inmunohistoquímica (paneles C y D), las células tumorales son positivas para cromogranina (panel C) y tienen expresión conservada de la subunidad B de succinato deshidrogenasa (Panel D).

 

DISCUSIÓN DEL MANEJO ENDOCRINO

El feocromocitoma y el paraganglioma son tumores raros de células cromafines que se originan en la médula suprarrenal y fuera de la glándula suprarrenal, respectivamente. El paraganglioma se divide en dos categorías: el paraganglioma simpático, que puede desarrollarse en cualquier parte de la cadena simpática, y el paraganglioma parasimpático, que se presenta principalmente en el cuello o en la base del cráneo, y suele surgir del cuerpo carotídeo.

 

El manejo del feocromocitoma o paraganglioma generalmente requiere un enfoque multidisciplinario, que incluye pruebas genéticas para evaluar la presencia de enfermedad familiar. El feocromocitoma y el paraganglioma son los tumores más comúnmente asociados con los síndromes tumorales familiares; tal asociación puede estar presente hasta en el 40% de los casos. En la última década, hubo avances importantes en el esclarecimiento de muchos síndromes tumorales familiares ( tabla 3). Establecer el diagnóstico de un síndrome tumoral familiar es fundamental tanto para el paciente como para la familia. Deben iniciarse protocolos de detección a largo plazo adecuados para detectar todos los tumores potenciales lo antes posible y, al mismo tiempo, minimizar los riesgos asociados con la detección en sí, que puede incluir la exposición a la radiación de estudios repetidos como la TC, así como el estrés psicológico de frecuentes y repetitivos pruebas. Cada síndrome de tumor familiar requiere un enfoque diferente, y continuamente están disponibles nuevos datos para mejorar nuestra comprensión. Están indicadas las pruebas genéticas de todos los familiares de primer grado de pacientes con feocromocitoma o paraganglioma.

 


Tabla 3. Manejo del feocromocitoma y síndromes asociados según el escenario clínico.

 

SEGUIMIENTO

Después de la cirugía, el paciente se recuperó relativamente sin incidentes y no recibió medicamentos antihipertensivos ni presores. Fue trasladado de la UCIP a un piso de hospital regular 4 días después del procedimiento y fue dado de alta a su casa 2 días después. Desde la resección del tumor, los niveles plasmáticos de metanefrinas libres han vuelto a la normalidad y el paciente ha sido monitoreado de cerca de forma ambulatoria.

 

DIAGNOSTICO FINAL

FEOCROMOCITOMA.

 

Traducción de:

“A 16-Year-Old Boy with Headache, Abdominal Pain, and Hypertension”

Kristian R. Olson, M.D., M.P.H., Katherine Nimkin, M.D., Ryan W. Carroll, M.D., M.P.H., Nikolas Stathatos, M.D., and Zehra Ordulu, M.D.

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MELANONIQUIA LONGITUDINAL. CONSIDERACIONES PRÁCTICAS FRENTE A ESTA SITUACIÓN CLÍNICA.

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Paciente femenina de 67 años con antecedentes de insuficiencia cardíaca congestiva en moderado control, antecedentes de HTA, DM2 compensada. Usuaria de insulina. Diagnosticada recientemente de diverticulitis. Consulta por un control médico de rutina.

En el examen clínico se observa en dos dedos de la mano, sendas  bandas pigmentadas longitudinales en lecho ungueal  consistente con melanoniquia longitudinal La paciente no se había percatado de su existencia o no  había jerarquizado el hallazgo.




 

La imagen no es muy nítida pero alcanza para hacer algunas consideraciones. En primer lugar,  que se trata de melanoniquia longitudinal, la cual se produce la mayoría de las veces por la activación o proliferación (hiperplasia), de los melanocitos de la matriz ungueal distal. Los melanocitos de la matriz ungueal proximal están inactivos. 

La activación melanocítica ocurre fisiológicamente en personas de piel oscura impulsada por hormonas durante el embarazo o en respuesta a una variedad de estímulos como puede ser la inflamación o infección de la unidad ungueal (onicopatía psoriásica, liquen plano ungueal, onicomicosis), exposición a medicamentos, traumas repetitivos (melanoniquia friccional, hábito de morderse las uñas, onicotilomanía), o en el contexto de enfermedades sistémicas (Addison, síndrome de Laugier-Hunziker, síndrome de Peutz-Jeghers) etc.

Hay que diferenciar la activación melanocítica (melanoniquia funcional, estimulación melanocítica o hipermelanosis), que provoca un aumento de la pigmentación melánica del epitelio de la matriz ungueal, de la hiperplasia melanocítica (proliferación de melanocitos de la matriz), que  es una causa menos frecuente de melanoniquia longitudinal y se presenta solo en tres situaciones: nevo, lentigo y melanoma. La hiperplasia melanocítica benigna se produce por lentigos y nevos de la matriz ungueal. La hiperplasia melanocítica maligna incluye melanoma in situ e invasivo del aparato ungueal.

La melanoniquia debida a la activación melanocítica, el cuadro más común y benigno se ve tanto en adultos  como en niños, se presenta como bandas delgadas, regulares, homogéneas de color marrón que puede involucrar una o más uñas.  Se ve más frecuentemente en personas de piel más oscura (melanoniquia étnica). El número y el ancho de las bandas aumenta con la edad. Es de destacar que puede estar presente una hiperpigmentación periungueal (pseudo-signo de Hutchinson).

La melanoniquia por hiperplasia melanocítica como dijimos puede ser ocasionado por léntigo y nevo ungueal, que se presentan como bandas de UN SOLO DEDO, por lo general menos de 5 mm de ancho, y de color marrón claro a marrón oscuro o negro  Los lentigos ungueales se observan con más frecuencia que los nevos en adultos, mientras que los nevos ungueales son la causa más común de melanoniquia longitudinal en niños.

 

Los nevos suelen aparecer en las uñas de las manos, y la uña del pulgar es la más afectada. En algunos casos, la banda pigmentada puede ser visible a través de la cutícula delgada, lo que resulta en una aparente pigmentación periungueal (pseudo-signo de Hutchinson).

El melanoma ungueal , también llamado melanoma subungueal, es raro, y representa de 1 a 3 por ciento de todos los melanomas se producen en la población blanca y de 15 a 30 por ciento de los melanomas se producen en poblaciones de piel oscura. En aproximadamente dos tercios de los casos, el melanoma ungueal se presenta como una banda longitudinal de color marrón a negro que afecta a una sola uña. La banda es generalmente más ancha de 3 mm, muestra ensanchamiento proximal y bordes laterales irregulares o borrosos,  y puede estar asociado con distrofia de la placa ungueal. Puede haber una pigmentación periungueal (signo de Hutchinson) que respalda el diagnóstico clínico de melanoma. Hay que tener en cuenta que en aproximadamente un tercio de los casos, el melanoma ungueal es hipomelanótico o amelanótico y se presenta como una masa en el lecho ungueal o una anomalía en la placa ungueal sin melanoniquia.

En esta paciente, el hecho de que sea más de una uña las afectadas apoya el diagnóstico de melanoniquia por activación melanocítica. Por otro lado aunque la imagen no es clara sobre todo en la base de la uña y la matriz ungueal, no parece verse el signo de Hutchinson. Por otro lado la banda es angosta, regular, de bordes bien definidos y no ocasiona distrofia ungueal.

En general el diagnóstico diferencial con melanoma que es el peor escenario frente a un paciente con melanoniquia longitudinal se plantea cuando es una sola la uña afectada, cuando el paciente, generalmente un adulto informa de algún cambio como ensanchamiento, u oscurecimiento de una banda hasta ese momento estable.   En estos casos, se requiere una biopsia de la matriz de la uña para un diagnóstico preciso.

La consulta dermatológica y la dermatoscopia, que permite la visualización de características morfológicas que no son visibles a simple vista, puede ayudar al médico en la decisión de realizar una biopsia de matriz ungueal.

Entonces repasando, frente a un paciente con melanoniquia longitudinal es necesario obtener de la historia respuesta a las siguientes preguntas:

 1) número de uñas afectadas

2) color y ancho de la o las bandas 

3) homogeneidad del color

4)  presencia o signos de trauma

5) presencia de pigmentación periungueal

6) presencia de distrofia ungueal o lesiones ungueales o subungueales.

Debe obtenerse del paciente información sobre el inicio, la progresión y los posibles desencadenantes de la melanoniquia. Los antecedentes médicos y farmacológicos, los antecedentes de traumatismo digital y los antecedentes de exposición a sustancias exógenas.

Las características clínicas sospechosas de melanoma ungueal  incluyen:

1)  melanoniquia que se desarrolla durante la edad adulta, involucra un solo dedo (en particular, el pulgar, el índice o el dedo gordo del pie) y se agranda rápidamente.

2) melanoniquia longitudinal más de 3 mm de ancho  con pigmentación abigarrada o ensanchamiento proximal (forma triangular).

3) melanoniquia longitudinal preexistente que se vuelve más oscura o más ancha o muestra bordes laterales borrosos.

4) melanoniquia longitudinal asociada con fisuras, escisiones o distrofia de la placa ungueal.

5) melanoniquia que se extiende a los pliegues ungueales (signo de Hutchinson).

El diagnóstico diferencial de la melanoniquia longitudinal a veces puede plantearse con otras situaciones como hematoma subungueal, hemorragia en astilla, melanoniquia fúngica, eritroniquia longitudinal, onicopapiloma, onicomatricoma pigmentado etc.

Tenemos que tener en cuenta finalmente que la melanoniquia longitudinal es en la mayoría de los casos una condición benigna. En general una conducta de observar y seguir  la evolución es la más apropiada. Si está disponible realizar una dermatoscopía es apropiada sobre todo en adultos y en niños que presentan características atípicas o algún riesgo de melanoma.

 



 

Colaboración

Dra. Fer Pjork 

Santiago de Chile



FUENTE UPTODATE 2021

 

 

SIGNO DE GOTTRON EN DERMATOMIOSITIS

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Hospital Municipal "Dr Ángel Pintos" de Azul
Hospital "Dr Ángel Pintos" de Azul





Paciente de sexo masculino 60 años con dermatomiositis  internado en nuestra sala.






Se muestra el signo de Gottron presente en ambas manos

El signo de Gottron hace referencia a unas pápulas y placas algo violáceas acompañadas de descamación leve o, en ocasiones, de descamación prominente de tipo psoriasiforme, que  asientan sobre todo en las prominencias óseas, en especial sobre las articulaciones metacarpofalángicas y las articulaciones interfalángicas. También pueden aparecer sobre los codos, las rodillas o cualquier otra articulación. Estas lesiones pueden confundirse en la clínica con un lupus eritematoso, una psoriasis o un liquen plano. En estas 2 últimas enfermedades el análisis microscópico de la biopsia es de gran ayuda.

 



Gentileza:

Dr.Gustavo Rabazzano, reumatólogo

Hospital Municipal “Dr Ángel Pintos”

Azul. Buenos Aires. Argentina.

Una pelota con sorpresas.

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En este ejercicio clínico se presenta un caso que es discutido por un médico internista al que se le van proporcionando datos de la historia clínica en forma secuencial, y este analiza el cuadro a la luz de los nuevos elementos, de una manera análoga al proceso diagnóstico en la práctica real de la medicina

 

HISTORIA

Un hombre de 70 años acudió al servicio de urgencias tras un episodio de alteración de su estado mental. Había estado en su estado habitual de buena salud hasta 2 días antes de la presentación, cuando comenzó a tener aumento de la frecuencia urinaria y disminución de volumen de la orina después de comerse un pastel de arroz con papa. No tenía náuseas, vómitos, diarrea, estreñimiento, dolor abdominal, dolor de espalda, fiebre o escalofríos. En el día de la presentación presentación, el hijo del paciente lo había notado parado en la puerta del baño en su casa, pareciendo desorientado. Cuando su hijo le habló, los ojos del paciente se pusieron en blanco y cayó al suelo. Su hijo no observó ningún movimiento de sacudidas y notó que el paciente parecía un poco aturdido después del evento. Los servicios médicos de emergencia  lo llevaron al departamento de emergencias, donde a su arribo se encontraba  alerta y orientado.

 

 

PONENTE

Una alteración del estado mental comúnmente es el resultado de alteraciones metabólicas, infecciones, causas estructurales (por ejemplo, hematoma subdural), tóxicos (agentes sintéticos) o toxinas (agentes de origen natural). Sin embargo, la encefalopatía que resulta de la mayoría de estas causas no son autolimitadas, como lo fue en este caso. Posibles explicaciones para la desorientación transitoria del paciente y la posible pérdida del conocimiento incluyen síncope (p. ej., síncope post miccional), convulsiones e hipoglucemia. El inicio agudo de  síntomas del tracto urinario inferior en un anciano sugiere una obstrucción del tracto urinario, más comúnmente como una complicación de hiperplasia prostática benigna. La ausencia de síntomas gastrointestinales hace que las enfermedades transmitidas por alimentos sean causas menos probables.

 

 

EVOLUCIÓN

El paciente tenía antecedentes de hiperplasia prostática benigna, hipertensión y asma. Sus medicamentos incluían atenolol, amlodipina y enalapril. No tomaba medicamentos de venta libre, suplementos o medicinas a base de hierbas. Estaba empleado como taxista en una isla remota en el sur de Japón, donde también trabajaba en los campos de caña de azúcar una o más veces a la semana. Su hijo señaló que el período de la zafra de la caña de azúcar había terminado varias semanas antes de la presentación e informó que su padre había visitado los campos de caña de azúcar con menos frecuencia desde entonces. El paciente refirió que varios gatos callejeros de vez en cuando se acercaban a su casa, pero decían que dijo no haber  tenido contacto directo con ellos. No refirió picaduras de insectos, consumo de alimentos crudos o contacto con fuentes de agua salada o dulce. El paciente no fumaba  y bebía alcohol de vez en cuando. No había viajado recientemente y no había tenido contacto con personas enfermas.

 

 

PONENTE

Disminución de la producción de orina en el contexto de una hiperplasia prostática benigna justifica una evaluación rápida para descartar obstrucción del tracto urinario y lesión renal asociada. Si el paciente tiene una lesión renal aguda, el uso de un inhibidor de la enzima convertidora de angiotensina (IECA) podría haber causado hiperpotasemia, que potencialmente podría haber llevado a arritmia, que, a su vez, pudo haber causado su estado mental transitoriamente alterado y posible pérdida del conocimiento. Los medicamentos antihipertensivos pueden causar hipotensión ortostática, aunque su cuadro de alteración de la conciencia no estaba claramente relacionada con un cambio de postura. Los trabajadores de los campos de caña de azúcar tienen una serie de riesgos laborales, incluidos envenenamiento por plaguicidas, enfermedades transmitidas por vectores y cáncer de pulmón.

 

 

EVOLUCIÓN

En el examen físico, la temperatura del paciente era de 36,5 ° C, presión arterial sistólica de 55 mm Hg, la frecuencia cardíaca 100 latidos por minuto, frecuencia respiratoria 28 respiraciones por minuto y la saturación de oxígeno 97% mientras respiraba aire ambiente. Su rostro estaba enrojecido y edematoso. Tenía inyección conjuntival en ambos ojos. Sus pupilas eran iguales, de tamaño normal y simétricamente sensible a la luz. Las membranas mucosas estaban húmedas. Tenía múltiples caries dentales no tratadas. El examen cardiaco no mostró soplos. Los pulmones estaban limpios a la auscultación. El tacto rectal reveló un agrandamiento próstata no doloroso. Los ruidos intestinales eran normales. Sus brazos y piernas estaban calientes y sin edema. Había varias abrasiones superficiales, cada una de  2 a 3 cm de largo, en la región superior derecha del brazo. No hubo picaduras de insectos. El tuvo evacuaciones intestinales sueltas y verdosas mientras se encontraba en el  Departamento de Emergencia.

 

 

PONENTE

El estado mental alterado del paciente, la taquicardia a pesar de la terapia con betabloqueantes, oliguria, taquipnea, e hipotensión severa sugieren shock y que se debe realizar una evaluación de urgencia e instituir un rápido tratamiento. El shock puede resultar de causas cardiogénica, obstructivas, hipovolémicas o distributivas, o una combinación de ellas. Sus extremidades cálidas  y la cara enrojecida apunta a vasodilatación y reducción resistencia vascular sistémica, lo que sugiere una causa distributiva de la hipotensión severa. La ausencia de fiebre no descarta sepsis; los sitios de infección potencial incluyen la cavidad oral, la piel y tracto urinario. Deben obtenerse muestras para hemocultivos. La escara causada por el tifus de los matorrales: una enfermedad transmitida por vectores, causada por Orientia tsutsugamushi, que es endémica en Japón, podría haber sido pasada por alto en el examen inicial ser inicialmente. El enrojecimiento de la cara, el  edema, la taquipnea, heces blandas y la hipotensión requieren considerar  anafilaxia, especialmente por picadura de insecto, dado su trabajo en campos de caña de azúcar; el uso de un inhibidor de la ECA y un betabloqueante puede afectar su respuesta fisiológica a la hipotensión. La anafilaxia, sin embargo, no explicaría el aumento de la frecuencia urinaria ni la disminución del volumen.  Las crisis adrenales también puede manifestarse con hipotensión distributiva  y confusión.

Un toxindrome (un síndrome inducido por una toxina o un tóxico) debe ser considerado, porque su ocupación lo pone en riesgo de sufrir accidentes o envenenamiento deliberado por plaguicidas. Es necesario una historia laboral y ambiental. La toxicidad colinérgica causada por insecticidas organofosforados puede resultar en confusión, hipotensión, taquipnea, aumento de la frecuencia urinaria y diarrea, aunque la taquicardia y la ausencia de miosis y diaforesis hacen que este diagnóstico  sea menos probable. La  toxicidad anticolinérgica puede manifestarse por  encefalopatía, visión borrosa, rubor, taquipnea, taquicardia y retención urinaria pero típicamente se asocia con disminución de los ruidos intestinales, midriasis y mucosas secas. En forma similar,  la presencia de taquicardia y taquipnea y la ausencia de miosis es incompatible con intoxicación por  opioides. Su inyección conjuntival sugiere un proceso  alérgico, infeccioso o mediado por toxinas o tóxicos.

 

 

EVOLUCIÓN

El recuento de glóbulos blancos fue de 20.500 por milímetro cúbico, con 81% de neutrófilos, 16% de linfocitos, y 1% de eosinófilos. El nivel de hemoglobina fue 12,5 g por decilitro, y el recuento de plaquetas fue 317.000 por milímetro cúbico. El nivel de sodio fue 136 mmol por litro, potasio 5.2 mmol por litro, 101 mmol de cloruro por litro, bicarbonato 21 mmol por litro, nitrógeno ureico en sangre 55 mg por decilitro y creatinina 4,9 mg por decilitro. Se desconoce la concentración de creatinina basal del paciente El nivel de lactato sérico fue de 41,4 mg por decilitro. El nivel de troponina sérica fue dentro de los límites normales. El análisis de orina mostró una gravedad de 1.019, así como 5 glóbulos blancos y 20 glóbulos rojos por campo de alta potencia, +3 de proteína y sin cilindros celulares. Una prueba de detección de toxicología en orina fue negativo para benzodiazepinas, cocaína, barbitúricos, fenciclidina, anfetaminas, metanfetaminas, marihuana, morfina y antidepresivos tricíclicos.

Un electrocardiograma mostró taquicardia sinusal.  Una ecografía transabdominal en el departamento de emergencias no mostró distensión de la vejiga o hidronefrosis. Una ecocardiografía transtorácica mostró fracción de eyección del ventrículo izquierdo normal sin alteraciones de la motilidad parietal, valvulopatía o derrame pericárdico. Una tomografía computarizada de tórax y abdomen reveló opacidades en vidrio esmerilado en el campo pulmonar superior derecho. Sin distensión de la vejiga, hidronefrosis, o infiltración grasa.

Se colocó un acceso venoso central  a través de cateterismo de la vena femoral  y se comenzó con  infusiones de solución salina normal y norepinefrina. Se obtuvieron hemocultivos y urocultivos.

 

 

PONENTE

La leucocitosis predominante en neutrófilos sugiere infección o una respuesta al estrés. La acidosis láctica  es compatible con hipoperfusión y metabolismo anaeróbico. La consideración principal sigue siendo un shock séptico con múltiples sitios posibles de infección, incluida la piel, la cavidad bucal, y pulmones. La insuficiencia renal oligúrica probablemente pueda explicarse, al menos en parte, por la hipoperfusión renal debido a la hipotensión. La proteinuria y la hematuria, obligan a considerar glomerulonefritis; no hay cilindros de glóbulos rojos, pero su ausencia no descarta el diagnóstico.

El ecocardiograma normal apoya más aún un presunto diagnóstico de shock distributivo en vez de  shock cardiogénico u obstructivo).

Se deben iniciar antibióticos de amplio espectro por posible sepsis. Causas no sépticas de shock distributivo, como anafilaxia y crisis suprarrenal, siguen siendo posibles.

Las opacidades en el campo pulmonar derecho combinadas con insuficiencia renal puede sugerir un síndrome  pulmón-riñón, tal como enfermedad anti-membrana basal glomerular. Sin embargo, la naturaleza focal de las opacidades y la ausencia de tos, disnea y  hemoptisis hacen que un síndrome pulmón-riñón sea poco probable.

 

 

EVOLUCIÓN

Una punción lumbar, que se realizó en el departamento de emergencias, mostró 10 glóbulos rojos, 1 monocito, un nivel de glucosa de 140 mg por decilitro y un nivel de proteína de 37 mg por decilitro. La tinción de Gram del líquido cefalorraquídeo  cerebroespinal no mostró organismos. Después de enviar para cultivo el LCR, se comenzó con tratamiento  antibiótico empírico con cefotaxima, clindamicina y se inició  minociclina para cubrir las causas probables, incluido el síndrome de shock tóxico y el tifus de los matorrales. Se continuó el tratamiento con norepinefrina, y se administraron 4 litros de solución de lactato de Ringer. El paciente ingresó en la unidad de cuidados  intensivos. A la mañana siguiente, se agregaron vasopresina y epinefrina, pero la hipotensión persistió con presiones arteriales sistólicas que iban desde 50 a 60 mm Hg. Se administró  hidrocortisona (100 mg) fue por vía intravenosa, pero no hubo mejoría aparente de la presión arterial. El paciente desarrolló fiebre (temperatura, 39 ° C). Se observó taquipnea y en   gasometría arterial un pH de 7,20, presión parcial de dióxido de carbono 48 mm Hg, presión parcial de oxígeno 148 mm Hg, nivel de bicarbonato 18,1 mmol por litro y nivel de lactato de 4,4 mg por decilitro. La tráquea del paciente estaba intubada para la protección de las vías respiratorias y se inició hemodiálisis venovenosa continua , dada la preocupación por una toxina o tóxico no identificado.

 

 

PONENTE

La causa de la hipotensión del paciente sigue siendo poco clarA. El ecocardiograma normal,  un nivel de troponina normal,  y ausencia de antecedentes de pérdidas de volumen hacen que una causa  cardiogénica, obstructiva, o  hipovolémica de shock es poco probables. El nivel sérico normal de sodio y la hipotensión refractaria  a hidrocortisona  reduce la probabilidad de crisis suprarrenal y la falta de respuesta a la epinefrina argumenta en contra de la anafilaxia. Además, de los hemocultivos, están indicados las pruebas serológicas y las reacciones de PCR para evaluar infecciones por rickettsias, incluido O. tsutsugamushi. El tifus de los matorrales se manifiesta típicamente como una enfermedad febril aguda, con o sin un erupción, dentro de los 10 días posteriores a la picadura de una nigua infectada. Un toxsindrome, incluido la toxicidad anticolinérgica, sigue siendo una posibilidad, dado el empleo del paciente en los campos de caña de azúcar y posible exposición a plaguicidas.

La acidemia contribuye a la hipotensión refractaria a través de la contractilidad cardíaca alterada, vasodilatación arterial y disminución de la respuesta a catecolaminas endógenas y farmacológicas.

La brecha aniónica leve es atribuible a la acidosis láctica y a la insuficiencia renal.

 

 

EVOLUCIÓN

Se mantuvo hemodiálisis venovenosa continua durante 3 días, después de lo cual la hipotensión del paciente se resolvió  gradualmente. Más o menos al mismo tiempo, apareció descamación en la cara, palmas, axilas y área genital (Fig. 1). Los cultivos de sangre, orina y LCR permanecieron negativos. Las pruebas serológicas para rickettsiosis fueron negativas. Seis días después de la admisión, todos los vasopresores se suspendieron, y se extubó la tráquea del paciente. Diez dias después de la admisión, mientras estaba en la sala general, comenzó a tener alopecia difusa.

 

 


Figura 1. Descamación.

Dos días después de la admission, desarrolló descamación en palmas (mostrada), cara, axilas y genitales.

 

 

PONENTE

Si la mejoría en su condición representa el curso natural de una enfermedad no identificada, la  eliminación de una toxina o un tóxico mediante hemodiálisis venovenosa, o la respuesta a la terapia antimicrobiana no está clara. La  descamación puede seguir al síndrome de shock tóxico causado por Staphylococcus aureus o Streptococcus pyogenes. Las pruebas serológicas para infecciones deben interpretarse con precaución, porque los resultados pueden ser falsos negativos en el curso temprano de la enfermedad. Los cultivos  son a menudo negativos en casos de sepsis.

La alopecia difusa después de una enfermedad potencialmente mortal es una pista para el diagnóstico. La pérdida difusa del cabello se clasifica en función de la fase ciclo del cabello que se interrumpe. La causa más común es el efluvio telógeno agudo debido a un cambio abrupto de los folículos pilosos de la fase anágena a la telógena, que ocurre de 2 a 3 meses después de un factor incitante, como una enfermedad sistémica importante (incluido el síndrome de choque tóxico), el inicio de una medicación o deficiencia nutricional. Los pacientes con pérdida rápida del cabello son consistente con efluvio anágeno, que generalmente se produce en 2 semanas después de un insulto al folículo piloso en la fase anágena sin transición de los folículos pilosos a la fase telógena; los culpables más comunes son agentes quimioterapéuticos, pero una toxina o tóxico no reconocidos podrían tener el mismo efecto.

Sospecho de un toxindrome, especialmente dado la exposición potencial del paciente a plaguicidas como trabajador de la caña de azúcar. Causas tóxicas del efluvio anágeno incluyen metales pesados ​​(por ejemplo, talio) y la intoxicación por ácido bórico. El ácido bórico se usa en pesticidas, y la intoxicación aguda se manifiesta con náuseas, vómitos, diarrea azul verdosa, erupción eritematosa difusa, convulsiones, coma, insuficiencia renal aguda falla y colapso circulatorio. Muchos de estas características coinciden con los hallazgos más destacados de la presentación de este paciente.

 

 

EVOLUCIÓN

Mientras se estaba tratando al paciente empíricamente por síndrome de shock tóxico, el equipo médico continuó preguntando al paciente y a su familia sobre cualquier exposición tóxica potencial, incluida la ingestión de hongos y plantas, pero no se informó de ninguno. Sin embargo, su familia estaba preocupada por el pastel de arroz  que comió antes de la admisión, porque sus síntomas comenzaron después de haberlo comido. El paciente confirmó que comió un pastel de arroz, de aproximadamente 10 cm de de diámetro, que tenía un sabor amargo. Aproximadamente 3 semanas después de la admisión, la familia del paciente le dijo al equipo médico que el supuesto pastel de arroz era potencialmente una bola de pesticida hecha de ácido bórico y puré de papa, utilizado para matar cucarachas. Cada año, los agricultores locales hacen la matanza de cucarachas distribuyendo pelotas de tal preparación entre los vecinos.  Ese año, la distribución de las bolas de plaguicidas coincidió con una fiesta religiosa regional en la que los residentes traen a casa souvenirs comestibles. La familia del paciente especuló que podría haber accidentalmente comido una bola de plaguicida cargada con ácido bórico. El diagnóstico de toxicidad por ácido bórico se confirmó mediante la medición de los niveles séricos de ácido bórico en muestras de sangre obtenidas antes de la hemodiálisis (773 μg por mililitro) y después (11 μg por mililitro). El paciente fue dado de alta a su domicilio 4 semanas después de la admisión, momento en el que su creatinina sérica se había normalizado (0,89 mg por decilitro). Nueve meses después, coincidió que viajé en taxi con el paciente de conductor que dijo sentirse bien y continuaba conduciendo su taxi y trabajaba también en la granja.


COMENTARIO

El paciente presentó un shock refractario que persistió a pesar de la administración de líquidos, vasopresores y antibióticos. Un shock distributivo comúnmente resulta de una infección bacteriana pero también puede asociarse con causas no infecciosas. Aunque las principales hipótesis en este caso fueron shock séptico1 y síndrome de shock tóxico, varias características hacían que una causa no infecciosa fuese más probable. El paciente no tuvo respuesta al tratamiento antimicrobiano, los cultivos permanecían estériles, no había una fuente clara de infección, y la condición del paciente mejoró rápidamente con terapia de reemplazo renal. Además, la descamación en el síndrome de choque tóxico se desarrolla típicamente 10 a 21 días después del inicio de los síntomas, 2 mientras que la descamación en este paciente se desarrolló solo 3 días después de la admisión. La ocurrencia de alopecia difusa dentro de las 2 semanas posteriores al inicio  de la enfermedad apunta hacia la exposición a toxinas o tóxicos, especialmente teniendo en cuenta la historia  ocupacional del paciente. El equipo médico siguió investigando este punto, que llevó al paciente y su familia a hacer la conexión entre la ingestión de la torta de arroz y la toxicidad por ácido bórico.

El ácido bórico se utiliza en la fabricación de cerámica, vidrio y pesticidas, 3 como antiséptico para quemaduras y para el tratamiento de candidiasis vulvovaginales.4 Las ingestiones accidentales se han reportado globalmente, más comúnmente en niños.5

En una gran serie retrospectiva de casos de dos centros de intoxicaciones, la edad media de los pacientes afectados fue de 2 años, y el 80% de los casos estaban en pacientes menores de 6 años.6 Sin embargo, el 13,5% de los pacientes afectados eran adultos6. La exposición puede ser accidental3 o intencional7. La dosis letal de ácido bórico en adultos es aproximadamente 15 a 20 gramos.3 La concentración fatal de ácido bórico en la sangre es aproximadamente 1000 μg por mililitro, 8 aunque algunos pacientes con concentraciones sanguíneas más altas han sobrevivido 3

Los pacientes con toxicidad por ácido bórico suelen estar asintomáticos, pero pueden presentarse con síntomas gastrointestinales,6 manifestaciones dermatológicas, 9 renales, 7 y sistémicas, como hipotensión10 y acidosis metabólica.7 En contextos clínicos adecuados,  los vómitos o diarrea de color verde azulado se han considerado sugestivos de toxicidad por ácido bórico, aunque el vómito de color verde azulado también puede ocurrir en el contexto de toxicidades por sulfato de cobre y paraquat.11

Las manifestaciones cutáneas incluyen una erupción  eritematosa difusa que afecta a las axilas, áreas inguinales, y la cara que aparece dentro de 1 a 2 días después la exposición, seguida de descamación difusa 2 a 3 días después del desarrollo de la erupción. Las características cutáneas se describen clásicamente como de un aspecto  de “langosta hervida” 12 Efluvio anágeno también puede ocurrir.13 Insuficiencia renal oligúrica debida a necrosis tubular aguda8 se ha documentado en casos severos. No se dispone de un antídoto específico, y es necesaria una atención de apoyo de alta calidad3.

Debido a su bajo peso molecular, el ácido bórico puede eliminarse eficazmente con hemodiálisis.

Un informe de caso mostró que el clearence corporal total fue tan alto como 3,5 litros por hora con hemodiálisis14. Una diuresis agresiva con furosemida es una opción de tratamiento alternativa; en otro reporte de caso, la condición de un paciente que no pudo someterse a hemodiálisis mejoró con diuresis.3

Este caso destaca que una exposición tóxica puede hacerse pasar por un shock séptico y llama la atención a la peligrosa práctica de mezclar veneno con alimentos para el control de plagas. También subraya la importancia de tomar una detallada historial ambiental, dietética y ocupacional para evitar poncharse cuando se lanza una pelota curva. En este caso, la evidencia clínica que respalda una exposición tóxica resultó en la eventual identificación de la bola de plaguicida como causa de la enfermedad del paciente.

 

 

Traducción de:

A Curve Ball

Mitsuru Mukaigawara, M.D., Reza Manesh, M.D., Mitsuyo Kinjo, M.D., M.P.H., Shuichi Sugita, M.D., and Andrew P.J. Olson, M.D.

NEJM

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Varón de 79 años con hiponatremia y movimientos involuntarios del brazo y la cara...

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Un hombre de 79 años fue ingresado en este hospital debido a hiponatremia y movimientos involuntarios del brazo y la cara.

El paciente se encontraba en su estado de salud habitual y caminaba 3 millas por día hasta 5 semanas antes del ingreso actual, cuando  desarrolló la fatiga. Durante su caminatas diarias, comenzó a descansar después de caminar un cuarto de milla debido a la fatiga; no había dolor en el pecho, disnea o dolor en las piernas. Además, comenzó a tomar siestas durante el día, que era inusual para él. Tres semanas antes de la admisión actual, el paciente se presentó a su médico de atención primaria para su evaluación. Los estudios de laboratorio supuestamente revelaron hiponatremia. Se le aconsejó que se presentara al departamento de emergencia de este hospital para una evaluación y tratamiento adicionales.

En el servicio de urgencias, el paciente no refirió antecedentes de ortopnea o hinchazón en  piernas, aunque su peso había aumentado en 2,2 kg durante el último año. Dijo comer y beber normalmente, sin náuseas, vómitos ni diarrea. No tenía debilidad, pérdida de sensibilidad, dolor de cabeza o cambios en la visión. Sus antecedentes médicos destacaban por  hipertensión e hiperlipidemia. Los medicamentos incluían lisinopril, hidroclorotiazida y atorvastatina; no había alergias conocidas a medicamentos. Había fumado tabaco en el pasado pero lo había dejado 40 años antes; él bebía alcohol con poca frecuencia y no consumía drogas ilícitas. Era un maestro jubilado y vivía con su esposa en Nueva Inglaterra. Su historia familiar incluyó enfermedades cardíacas en su padre y cáncer de páncreas en su madre.

La temperatura era de 36,8 ° C, la presión arterial de 156/76 mm Hg, el pulso de 56 latidos por minuto, la frecuencia respiratoria de 20 respiraciones por minuto y la saturación de oxígeno 98% mientras respiraba aire ambiente. El peso era de 74,8 kg, y el índice de masa corporal de 24.4. El examen físico fue normal.

El nivel de sodio en sangre fue de 123 mmol por litro (rango de referencia, 135 a 145); Otros resultados de las pruebas de laboratorio se muestran en la Tabla 1. El paciente recibió 250 ml de líquidos isotónicos intravenosos. Cuatro horas después, el el nivel de sodio en sangre fue de 127 mmol por litro. Se le indicó que dejara de tomar hidroclorotiazida y hacer un control con su médico cabecera; fue dado de alta del Departamento de Emergencia.

 

 


TABLA 1.

 

Después de que el paciente regresó a casa, su fatiga disminuyó. Una semana después, desarrolló movimientos involuntarios en el brazo y la mano izquierdos. El paciente describió los movimientos como espasmos que hacían que el brazo se flexionara a la altura del codo o la muñeca. Los episodios duraban menos de 5 segundos y ocurrían varias veces al día. A menudo ocurrían después cambios de posición o movimientos repentinos y a menudo hacían que dejara caer cualquier objeto que estuviera sosteniendo su mano izquierda. Describió sentirse una extraña sensación inmediatamente antes de los movimientos, pero siendo incapaz de reprimirlos. La esposa del paciente había notado que ocasionalmente durante el movimiento involuntario del brazo y la mano izquierdos, el lado izquierdo de la cara se desviaba hacia un lado como si estuviera haciendo una mueca. Los episodios aumentaron en frecuencia durante las siguientes 2 semanas, y 3 semanas después del alta del departamento de emergencia, el paciente regresó a este hospital para una evaluación adicional.

En la evaluación, los reflejos rotulianos eran 3+; el resto del examen físico fue normal. El nivel de sodio en sangre fue de 123 mmol por litro. Otros resultados de pruebas de laboratorio se muestran en la  Tabla 1. Niveles sanguíneos de tirotropina y la fracción N-terminal del péptido natriurético de tipo pro-B fueron normales. El nivel de cortisol en sangre fue de 13,5 μg por decilitro; 30 minutos después de la administración de 250 μg de cosintropina, el nivel de cortisol en sangre fue de 27,9 μg por decilitro. El paciente recibió 1 litro de líquidos isotónicos por vía intravenosa. Una tomografía computarizada (TC) de la cabeza, realizada sin contraste intravenoso, mostró hipoatenuación leve, dispersa e inespecífica de la sustancia blanca  periventricular y subcortical bilateral. El paciente fue admitido en el hospital para una evaluación adicional.

Diez horas después, el nivel de sodio en sangre fue de 121 mmol por litro. Se le pidió al paciente que limitara su ingesta de agua a menos de 1 litro por día, y se administraron tabletas de cloruro de sodio. Doce horas después, el nivel de sodio en sangre fue de 123 mmol por litro. Se produjo un solo episodio de movimientos involuntarios del brazo izquierdo y del lado izquierdo de la cara no presenciado por ningún testigo.

En el segundo y tercer día de hospitalización, se administró desmopresina y líquidos hipertónicos intravenosos, y el nivel de sodio en sangre gradualmente aumentó a 132 mmol por litro. Se obtuvieron estudios de imágenes adicionales. Una resonancia magnética con y sin contraste intravenoso, en las cuales se pudo ver hiperintensidades en T2 y FLAIR, dispersas en la sustancia blanca periventricular y subcortical. Una TC de tórax, abdomen, y pelvis con contraste intravenoso que mostró un pequeño grupo de nódulos y opacidades lineales en el lóbulo medio derecho y cambios degenerativos de la columna lumbar en muchos niveles y articulaciones bilaterales de la cadera.

En el cuarto día de hospitalización, la administración de fluidos hipertónicos intravenosos y desmopresina se suspendió, se añadió furosemida oral, y se continuó con las tabletas de cloruro de sodio. Los siguientes 3 días, el nivel de sodio en sangre aumentó a 137 mmol por litro. El paciente fue dado de alta asu casa en el séptimo día de hospital sin haber tenido episodios adicionales de movimientos involuntarios.

El nivel de sodio en sangre fue normal a los 2 días después del alta y nuevamente 8 días después del alta.

Se le indicó al paciente que bebiera agua cuando tenía sed sin limitar su ingesta diaria.

Dos semanas después del alta, el paciente notó recurrencia de los movimientos involuntarios del brazo izquierdo y lado izquierdo de la cara. Fue evaluado por su médico de atención primaria. El examen físico fue normal y no se observaron movimientos involuntarios. El nivel de sodio fue 134 mmol por litro. El paciente fue instruido para limitar su ingesta de agua a 2 litros por día.

Cuatro semanas después del alta, el paciente fue evaluado en consultorio de nefrología de este hospital donde refirió que los movimientos involuntarios del brazo izquierdo y el lado izquierdo de la cara había aumentado en frecuencia, ocurriendo una vez por hora.

El nivel de sodio en sangre fue de 134 mmol por litro.

Fue remitido al consultorio  de neurología de este hospital para una evaluación adicional. En el consultorio de neurología, se realizó una prueba  que determinó diagnóstico el diagnóstico.

 

DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL

Este hombre saludable y activo de 79 años presentó  inicialmente fatiga sin ningún síntoma de  localización. Recibió un diagnóstico de hiponatremia, que potencialmente podría explicar su malestar general. Dado que la hiponatremia fue la primera y más persistente anomalía encontrada en este paciente, desarrollaré mi diagnóstico diferencial inicial en torno a este hallazgo.

La hiponatremia es el trastorno electrolito más común en pacientes hospitalizados, y hay muchas formas de  enfoque para su evaluación.1-4 Cuando estoy considerando la causa de la hiponatremia en cualquier paciente, me hago una serie de preguntas para reducir el espectro del diagnóstico diferencial.

 

HIPERGLUCEMIA

¿Tiene el paciente hiperglucemia? La hiperglucemia extracelular, que ocurre comúnmente en pacientes con diabetes no controlada, crea un gradiente osmótico que extrae agua intracelular en el espacio extracelular.5 Este movimiento de agua da como resultado la contracción celular y, finalmente, reduce el nivel de sodio en sangre. Varias fórmulas se pueden utilizar para predecir cuál sería el nivel de sodio en sangre si no existiese la hiperglucemia.6,7 El nivel de glucosa ligeramente elevada observada durante la evaluación de este paciente en el servicio de urgencias 3 semanas antes de la admisión actual no explicaría su hiponatremia. Dado que su nivel de glucosa era normal en el momento de esta presentación, podemos descartar a la hiperglucemia como la causa de la hiponatremia de este paciente.

 

OSMOLALIDAD SÉRICA

¿Cuál es la osmolalidad sérica del paciente? La osmolalidad sérica medida se puede utilizar para aproximar las fuerzas que atraen el agua hacia dentro o fuera de las células, excepto cuando el nivel de urea en suero es muy alta, en cuyo caso, la tonicidad sérica proporciona una aproximación más precisa.8 La hiponatremia hiperosmolar  (que puede deberse a hiperglucemia u otras causas iatrogénicas, como como la administración de manitol o inmunoglobulinas por vía intravenosa),  causa un movimiento de agua intracelular hacia  el espacio extracelular, lo que resulta en encogimiento celular y disminución del nivel de sodio en sangre. La pseudohiponatremia es un fenómeno inusual en el que un alto nivel de proteínas o lípidos interfiere con la medición de sodio en sangre9; en pacientes con esta afección, el nivel de sodio en sangre obtenido mediante potenciometría directa es normal, al igual que el tamaño de las células, sin movimiento neto de agua hacia dentro o fuera de las células. La hiponatremia hipoosmolar refleja un verdadero desequilibrio entre el nivel del agua y el nivel de sodio que provoca hinchazón y, en última instancia, da como resultado una dilución tanto en el espacio extracelular como el intracelular.5

La osmolalidad sérica no se midió durante la evaluación de este paciente en el servicio de urgencias 3 semanas antes de la admisión actual, pero fue baja durante la presentación actual, lo que confirma la presencia de hiponatremia hipoosmolar.

 

FUNCIÓN RENAL

¿Tiene este paciente una anomalía renal que explica el hallazgo de hiponatremia hipoosmolar? Mantener un nivel normal de sodio en sangre requiere una ingesta adecuada de agua, así como una buena función renal que pueda tanto limitar la excreción de agua a través de la concentración de la orina (para evitar la hipernatremia), como excretar excretan grandes volúmenes de orina  máximamente diluida  (para evitar la hiponatremia). Las límitaciones más importante para  la excreción de orina diluida son la tasa de filtración glomerular y la eficiencia de la nefrona en la producción de orina  máximamente diluida. Los pacientes con enfermedad renal avanzada tienen una capacidad limitada para equilibrar la ingesta y aclaramiento de agua porque tienen una tasa de filtración glomerular disminuida y una capacidad de dilución limitada 10

La función renal de este paciente era normal. Sin embargo, yo consideraría el diurético tiazídico que estaba tomando para el manejo de su hipertensión como una causa renal obvia de hiponatremia. Los diuréticos tiazídicos actúan sobre el cotransportador  del cloruro de sodio en el túbulo contorneado distal, que es el "segmento de dilución" en la corteza de la nefrona. Los diuréticos tiazídicos limitan la capacidad de los riñones para producir la máxima dilución de la orina, lo que limita la excreción de agua. Cuando este paciente fue evaluado inicialmente en el Departamento de Emergencia, su uso de un diurético tiazídico fue interpretado como  una explicación plausible de su hiponatremia y se suspendió el fármaco. Sin embargo, la hiponatremia persistió durante 3 semanas después de suspender el diurético tiazídico, lo que hace que el uso de diuréticos sea una causa poco probable en este caso.

 

HORMONA ANTIDIURÉTICA

Cuando este paciente fue ingresado en el hospital, la osmolalidad urinaria medida fue 720 mOsm por kilogramo de agua, un hallazgo que sugiere que la hormona antidiurética está presente. La hormona antidiurética se produce en el hipotálamo y es liberada de la pituitaria posterior en respuesta a dos estímulos fisiológicos.11 El estímulo del día a día para la liberación de hormona antidiurética es la hiperosmolalidad, que es sensada a través del encogimiento de los cuerpos neuronales en el hipotálamo. Este estímulo se extingue abruptamente cuando la osmolalidad es normal o baja, como lo era en este paciente. El estímulo de emergencia para la liberación de hormona antidiurética es la hipovolemia, que es sensada en la circulación arterial y anula el control por  osmolalidad. La liberación de hormona antidiurética tiene efectos tanto sistémicos, a través del aumento del tono vascular como locales a nivel renal, a través de la regulación al alza de  acuaporinas en la membrana luminal de las células principales en los conductos colectores. Estas acuaporinas permiten el movimiento de agua a través de los  previamente impermeables conductos colectores, que evitaban la excreción de agua y por lo tanto resulta en concentración de la  orina. El exceso de agua y la hipoosmolalidad, que fueron vistos en este paciente, deberían suprimir la liberación de hormona antidiurética a menos que se percibiera un estado hipovolémico.

 

ESTADO DEL VOLUMEN

La hipovolemia manifiesta es un potente estímulo para la liberación de hormona antidiurética, que limita adecuadamente  la excreción de agua del cuerpo. La hipervolemia manifiesta (que se observa en pacientes con trastornos edematosos, como insuficiencia cardíaca congestiva o cirrosis descompensada),  también estimula la liberación de hormona antidiurética, en respuesta a la percepción de un bajo volumen circulante efectivo. El examen físico de este paciente no sugirió hipovolemia, pero una hipovolemia sutil,  y la euvolemia pueden ser difíciles de distinguir el uno del otro clínicamente, y la investigación del   manejo  renal de sodio y ácido úrico puede ayudar en distinguirlos. Si este paciente hubiese tenido hipovolemia, yo hubiese esperado  la activación del  sistema renina-angiotensina-aldosterona  causando avidez por el sodio con un nivel bajo de sodio en la orina. Su nivel de sodio en la orina era superior a 100 mmol por litro, lo que indica que no tenía hipovolemia. Además, su bajo nivel de ácido úrico en sangre (menos de 4 mg por decilitro) sugiere euvolemia.12 Finalmente, si este paciente tuviera  hipovolemia, esperaría que el nivel del sodio en sangre aumente después de la administración de fluidos intravenosos, en lugar de disminuir, que es lo que hizo  cuando fue admitido en el hospital.

 

SÍNDROME DE ANTIDIURESIS INAPROPIADA

La presentación clínica de este paciente con hiponatremia  hipoosmolar y secreción de hormona antidiurética sin estímulo hipovolémico aparente es consistente con el síndrome de antidiuresis inapropiada. El hipotiroidismo severo y la insuficiencia suprarrenal también pueden producir esta imagen clínica, pero el paciente tenía tirotropina y niveles de cortisol normales. El diagnóstico diferencial del síndrome de antidiuresis inapropiada se puede dividir en cinco categorías principales: cáncer, enfermedad pulmonar, enfermedad del sistema nervioso central (SNC), consumo de drogas y otras causas, como dolor, náuseas o ejercicio intenso.13

Este paciente se sometió a imágenes adecuadas de la cabeza, el tórax,  abdomen y  pelvis para la búsqueda de cáncer oculto, pero sin hallazgos. No estaba tomando ningún medicamento que normalmente se asocian con el síndrome de antidiuresis inapropiada. A pesar de una evaluación exhaustiva, no había una causa clara de este síndrome. En este punto, intentaré determinar si el síndrome de antidiuresis inapropiada de este paciente podría estar relacionada con  los espasmos  repetitivos que afectaban al brazo  izquierdo y al lado izquierdo de la cara.

 

SÍNTOMAS NEUROLÓGICOS

La hiponatremia se asocia con síntomas neurológicosque van desde la fatiga y la desaceleración cognitiva hasta las convulsiones, coma y muerte.5,14,15 Sin embargo, es de destacar que el paciente no tuvo espasmos del brazo y la cara cuando su nivel de sodio en sangre  estaba en su nivel más bajo y que estos síntomas parecieron empeorar cuando su nivel de sodio en sangre era casi normal.

El síndrome de desmielinización osmótica es una complicación preocupante de la hiponatremia y su manejo. Los síntomas pueden incluir convulsiones, parálisis y hallazgos neuropatológicos similar al Parkinson16,17 ¿Podría el síndrome de desmielinización osmótica, potencialmente resultante de la corrección inicial de la hiponatremia, explicar el cuadro clínico de este paciente?  El paciente no tenía los factores de riesgo típicos para desarrollar el síndrome de desmielinización osmótica, como son una hiponatremia grave (nivel de sodio, menos de 110 mmol por litro), enfermedad hepática, hipopotasemia, alcoholismo, o desnutrición.18 Además, tenía síntomas unilaterales, que es poco probable que se expliquen por hiponatremia o síndrome de desmielinización osmótica.

¿Podría una enfermedad subyacente explicar tanto la hiponatremia como los síntomas neurológicos observados en este paciente? Si hubiese estado a cargo de este paciente, que tenía una combinación de síntomas que yo  nunca antes había observado, buscaría casos ya reportados en la literatura. Después de mucho ensayo y error, una búsqueda en PubMed de la  combinación de "cara", "brazo", "distónico" e "hiponatremia" arrojó un resultado: un artículo  titulado "Las convulsiones distónicas faciobraquiales preceden a la encefalitis límbica por anticuerpos Lgi1.”19 Más aún,  buscando "encefalitis límbica por anticuerpos LGI1" e "hiponatremia" apareció en muchas publicaciones, principalmente en la literatura de neurología, que vincula este tipo común de encefalitis límbica con la característica clínica de hiponatremia, que está presente en aproximadamente el 60% de los casos20,21. Hay que tener en cuenta, los pacientes que tienen encefalitis asociada  con anticuerpos LGI1 (leucine-rich, glioma-inactivated 1), pueden tener hallazgos normales o cambios  inespecíficos en la resonancia magnética de la cabeza, como se vio en este paciente. Los anticuerpos pueden estar presentes tanto la sangre como en el líquido cefalorraquídeo (LCR), y se ha propuesto que los anticuerpos pueden afectar la liberación hipotalámica de la hormona antidiurética o actuar directamente sobre los receptores de los riñones22.

El diagnóstico de encefalitis por LGI1 encaja bien con el curso clínico de este paciente, incluida la presentación inicial con fatiga e hiponatremia, así como las posteriores convulsiones distónicas   faciobraquiales. Para hacer el diagnostico en este caso, realizaría un test de anticuerpos LGI1 en sangre o LCR.

 

IMPRESIÓN CLÍNICA DE NEFROLOGÍA

Cuando evaluamos a este paciente para hipovolemia durante el ingreso actual, tenía euvolemia con un nivel inapropiadamente alto osmolalidad urinaria y un probable síndrome de antidiuresis inapropiada. Notamos que tenía una disminución en el nivel de sodio en sangre después de recibir 1 litro de solución salina normal. Este fenómeno, llamada desalinización  (definida como generación de agua libre de electrolitos con simultáneo excreción de orina hipertónica), a menudo se observa en pacientes con una osmolalidad urinaria superior a 500 mOsm por kilogramo de agua y nivel de sodio en orina superior a 130 mmol por litro. Además, el nivel de potasio en orina del paciente fue 37,4 mmol por litro, lo que hizo que elclearence de agua libre de electrolitos en su orina  de 0,7, lo que indica que retuvo 0,7 litros de exceso de agua libre por litro de producción de orina.

En el momento de la hospitalización inicial, el paciente no tenía síntomas neurológicos significativos y su hiponatremia  se consideró crónica, y nuestro objetivo fue aumentar su nivel de sodio en sangre de 4 a 6 mmol por litro en 24 horas.23 Dado su inapropiadamente alta osmolalidad urinaria y alto nivel de sodio en orina, predijimos que la restricción de líquidos sola no corregiría su hiponatremia.3 Por lo tanto, se utilizó la restricción de líquidos  en combinación con la administración de solución salina hipertónica y desmopresina.

Después de que aumentó el nivel de sodio en sangre, se añadió furosemida para aumentar el clearence  de agua libre urinario.

El nivel de sodio en sangre se controló semanalmente después del alta  y se estabilizó  aproximadamente en 135 mmol por litro con el uso de restricción de líquidos, tabletas de cloruro de sodio y furosemida. Sin embargo, cuando vimos al paciente en consultorio 8 semanas después del alta, informó un aumento involuntario de los movimientos del brazo izquierdo y del lado izquierdo de la  cara, y por lo tanto fue referido a los  consultorios de la  Unidad de Trastornos del Movimiento de Neurología.

 

IMPRESIÓN CLÍNICA DE NEUROLOGÍA

Cuando inicialmente evaluamos este paciente, nuestro objetivo era determinar la causa de sus movimientos anormales. Su examen motor basal fue completamente normal. Durante la entrevista, observamos varios episodios de movimientos. Cada episodio fue breve, aproximadamente 2 segundos. Durante cada episodio, el brazo izquierdo del paciente se flexionaba repentinamente a la altura del codo, muñeca y articulaciones metacarpofalángicas, con los dedos extendidos. Al mismo tiempo, el lado izquierdo de la cara hacía una mueca, con cierre parcial de los ojos y la boca hacia un lado.

El paciente no tenía cambios en el estado de alerta durante los episodios. Los movimientos reflejaban posturas distónicas, estereotipadas y paroxísticas delbrazo izquierdo y el lado izquierdo de la cara.

El diagnóstico diferencial para este tipo de movimientos intermitentes y estereotipados es relativamente limitado. Una posibilidad son las convulsiones, específicamente convulsiones motoras focales, que justificarían una estudio electroencefalográfico. Observamos que los episodios parecían ser provocados por el paciente de pie, por lo que otra posibilidad era  discinesia kinesigénica paroxística, un trastorno poco común asociado con movimientos anormales que a menudo son distónicos y se desencadenan por movimiento voluntario. La discinesia kinesigénica paroxística por lo general se desarrolla en la infancia y puede asociarse con mutaciones genéticas específicas, 24 pero el trastorno también puede desarrollarse en la edad adulta como resultado de lesiones focales.25 Una última posibilidad en este caso es las convulsiones distónicas faciobraquiales, un fenotipo26 asociado con episodios breves e intermitentes (menos de 5 segundos) de posturas distónica que afectan el brazo y que a menudo se acompañan de espasmos faciales ipsolaterales (Tabla 2) .27,28 Las convulsiones distónicas faciobraquiales son diagnósticas de encefalitis LGI1, que a menudo se asocia con hiponatremia.28 Pensamos que la ocurrencia de este tipo de movimiento en un paciente que había recibido recientemente un diagnóstico del síndrome de antidiuresis inapropiada fue sugerente de convulsiones distónicas faciobraquiales, por lo que obtuvimos un panel de autoanticuerpos séricos ( panel clínico de encefalopatía autoinmune) para establecer el diagnostico.

 

 


TABLA 2  Características Clínicas de Convulsiones Distónicas  Faciobraquiales.

 

 

DIAGNOSTICO CLÍNICO PRESUNTIVO

CONVULSIONES DISTÓNICAS FACIOBRAQUIALES CON SÍNDROME DE ANTIDIURESIS INAPROPIADA.

ENCEFALITIS ASOCIADA CON LGI1 (LEUCINE-RICH, GLIOMA-INACTIVATED 1)

 

PRUEBAS DE DIAGNÓSTICO

Del panel de encefalopatía autoinmune, el paciente tuvo dos resultados positivos: complejos de anticuerpos de los canales de potasio activados por voltaje (voltage-gated potassium channel (VGKC) complex antibodies) (a un nivel de 0,28 nmol por litro) y anticuerpos LGI1, que son un subtipo más específico de anticuerpos del complejo VGKC.Los anticuerpos del complejo VGKC fueron identificados con el uso de un ensayo de radioinmunoprecipitación, en los que las muestras del paciente se incuban  con antígenos del complejo VGKC que han sido solubilizado de la corteza cerebral y etiquetado con (125I) α-dendrotoxina radiactiva; si la radiactividad se detecta después de que la muestra incubada ha sido probado por un anticuerpo secundario a IgG humana IgG, luego IgG a complejos VGKC están presentes.

Los anticuerpos LGI1 se identificaron con el uso de un ensayo basado en células, en el que una muestra de sangre o LCR se aplica a células del riñón embrionario humano  que expresan la proteína LGI1 y luego un anticuerpo secundario marcado con fluorescencia para humanos. La IgG se utiliza para visualizar la IgG dirigida a LGI1 unión a la proteína LGI1. 31 El análisis de LCR no fuenecesario en este caso. El paciente recibió un diagnóstico de encefalitis autoinmune LGI1 en  base a la presencia de convulsiones distónicas faciobraquiales y autoanticuerpos séricos LGI1.

 

DISCUSIÓN DEL MANEJO

La encefalitis autoinmune LGI1 es conocido por ser altamente sensible al tratamiento con glucocorticoides, especialmente si se trata antes la aparición de  disfunción cognitiva.28 Sin embargo, también se sabe que tiene la propensión a recurrir, 32 especialmente cuando los pacientes no reciben tratamiento durante el tiempo suficiente o con dosis insuficientemente altas para la  inmunosupresión.

Este paciente fue tratado con metilprednisolona (1 g al día por tres dosis, luego semanalmente para seis dosis, cada dos semanas para tres dosis, cada tres semanas por tres dosis, y mensual por tres dosis), por vía endovenosa, un régimen adaptado de un ensayo publicado que evaluó la capacidad de respuesta de encefalitis autoinmune con predominio de convulsiones a la inmunoterapia33,34. Mientras el paciente estaba recibiendo glucocorticoides, se le prescribió vitamina D,calcio,y trimetroprima sulfametoxazol paraprofilaxis.

El paciente tuvo una excelente respuesta a  la terapia, con el cese completo de las convulsiones  distónicas faciobraquiales después de la segunda dosis de metilprednisolona intravenosa. Presentó  algunos efectos adversos como insomnio, aumento del apetito y síntomas leves de hipomanía durante un par de días después de las infusiones, pero estos efectos secundarios no limitaron la terapia. Se suspendió laadministración de las tabletas de sal y furosemida y la ingesta de líquidos fue liberalizado.  Tenía un nivel de sodio en sangre normal en pruebas repetidas. Sobre el perfil neuropsicológico realizado 9 meses después de sus síntomas  iniciales, tenía una ineficacia sutil de los sistemas frontotemporales en el contexto de habilidades cognitivas relativamente normales, con atención dividida y dificultades leves con el aprendizaje estratégico, memoria y fluidez fonémica; estos hallazgos son consistentes con su historia de encefalitis autoinmune. Ahora, 2 años después de la presentación inicial y 1 año después de la finalización de las infusiones de glucocorticoides, el paciente permanece bien.

DIAGNOSTICO FINAL

ENCEFALITIS AUTOINMUNE LGI1.

 

 

Traducción de:

“A 79-Year-Old Man with Hyponatremia and Involuntary Movements of the Arm and Face”

Cynthia M. Cooper, M.D., Pui W. Cheung, M.D., Ellen B. Penney, M.D., Ph.D., and Jenny J. Linnoila, M.D., Ph.D.

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SÍNDROME DE CONGESTIÓN PÉLVICA. A PROPÓSITO DE UN CASO

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Femenina de 30 años con cuadro clínico de dolor pélvico crónico. 
Diagnóstico: síndrome de congestión pélvica. 








Hallazgos: Marcada dilatación de la vena ovárica derecha (15mm) asociado a dilatación de las venas parauterinas y vasos miometriales. El síndrome de congestión pélvica es una condición que resulta del flujo retrógrado a través de válvulas incompetentes en las venas ováricas. Es una causa frecuente dolor abdominopélvico crónico. Tiende a ser más común en mujeres premenopáusicas multíparas. El diagnóstico se establece mediante la demostración de múltiples venas parauterinas tortuosas dilatadas con un diámetro más de 4 mm o un diámetro de la vena ovárica mayor de 5-6 mm. Las opciones de tratamiento incluyen la embolización de la vena ovárica por Radiologia intervencionista. La ligadura quirúrgica (via laparoscópica) de la vena ovárica también puede ser una opción en casos seleccionados. 







 Presentó      

El Dr. Alexis Gonzalez Mendoza de Puerto Asís, Colombia


DIAGNÓSTICO AL ACECHO...

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En este ejercicio clínico se presenta un caso que es discutido por un médico internista al que se le van proporcionando datos de la historia clínica en forma secuencial, y este analiza el cuadro a la luz de los nuevos elementos, de una manera análoga al proceso diagnóstico en la práctica real de la medicina

 

HISTORIA

Un hombre de 22 años se presentó con deterioro neurológico progresivo. Un año antes de la presentación, se había producido una pérdida de visión indolora en el ojo izquierdo, seguida del ojo derecho. Durante los siguientes 4 a 6 meses, se había desarrollado entumecimiento difuso, rigidez de las extremidades, debilidad de todo el cuerpo e incontinencia urinaria. Los síntomas adicionales incluyeron una pérdida de peso de 6,8 kg durante el año anterior, desorientación e incapacidad progresiva para cuidarse a sí mismo.

 

El paciente era de Pakistán y se había trasladado al centro de California 3 meses antes de la aparición de los síntomas. Había trabajado como repartidor. No fumaba tabaco, no bebía alcohol ni usaba drogas recreativas. Su historia familiar no fue notable.

 

El paciente había recibido un diagnóstico clínico de esclerosis múltiple de un neurólogo sobre la base de síntomas y hallazgos en las imágenes que sugerían desmielinización. En ese momento, inició el tratamiento con natalizumab pero no obtuvo respuesta. Posteriormente, el tratamiento se cambió a interferón beta-1a. Sus síntomas continuaron progresando y su familia lo llevó al departamento de emergencias de un centro médico académico por recomendación de su médico local.

 

 

PONENTE

 Este joven previamente sano tiene antecedentes de síntomas oculares y neurológicos aditivos y progresivos que se atribuyeron a la esclerosis múltiple, pero que no disminuyeron con la terapia para esta afección. Las enfermedades que causan ceguera monocular aguda, aislada e indolora se localizan típicamente en el polo posterior del ojo o en el nervio óptico. La segunda fase de la enfermedad sugirió una nueva participación de las neuronas motoras superiores, las vías sensoriales y los tractos autónomos que controlan la función del esfínter. Las posibilidades de localización neuroanatómica incluyen la médula espinal cervicotorácica, el tronco encefálico, los lóbulos frontal y parietal y sus tractos profundos de sustancia blanca asociados. El historial del paciente de residir en Pakistán y el centro de California plantea un riesgo de enfermedad infecciosa endémica, como coccidioidomicosis, tuberculosis, o reactivación of sarampión complicado con panencefalitis esclerosante subaguda.

 

 

EVOLUCIÓN

En el examen, la temperatura del paciente era de 36,9 ° C, la presión arterial de 102/55 mm Hg, el pulso de 75 latidos por minuto y la saturación de oxígeno del 98% mientras respiraba aire ambiente. Impresionaba crónicamente  enfermo. Los resultados de los exámenes cardiovasculares, pulmonares y abdominales fueron normales. En el examen neurológico, estaba despierto y orientado a estar en un hospital, pero no a la ciudad o la fecha. Seguía órdenes simples y tenía escasez de habla. Las pupilas eran iguales pero no reaccionaban a la luz. En las pruebas de confrontación, la agudeza visual se vio gravemente afectada bilateralmente, con percepción de luz y movimientos de los dedos únicamente. Los brazos y las piernas habían disminuido la masa muscular y habían  tono aumentado y  paratonía. Los reflejos eran  3+ en todo momento y el signo de Babinski estuvo presente de forma bilateral. La sensibilidad superficial estaba intacta. Los resultados de las pruebas cerebelosas fueron normales. El paciente no podía deambular sin ayuda.

 

 

PONENTE

El paciente tiene una pérdida de visión profunda; las pupilas no reactivas indican una localización anterior al quiasma óptico. Los hallazgos más llamativos en el examen neurológico son los déficits cognitivos, la cuadriparesia espástica y los déficits de visión, que en conjunto sugieren un proceso de enfermedad multifocal. Debido a que la historia inicial sugirió la posibilidad de una enfermedad de la médula espinal, es importante verificar el nivel sensorial.

 

El curso de la enfermedad de este paciente sería inusualmente prolongado para muchas infecciones del sistema nervioso central (SNC). Además, los cánceres agresivos que pueden ocurrir en su grupo de edad probablemente darán lugar a manifestaciones no neurológicas adicionales o incluso a la muerte si no se tratan durante este período de tiempo.

 

 

 

EVOLUCIÓN

El hemograma completo y el perfil químico sanguíneo fueron normales, con la excepción de un nivel de sodio de 148 mmol por litro. Se realizó una punción lumbar y el análisis del tercer tubo de aspirado de líquido cefalorraquídeo (LCR) reveló un líquido transparente con un recuento de glóbulos blancos de 11 por milímetro cúbico (rango de referencia, menos de 6), de los cuales el 94% eran linfocitos y el 6% eran monocitos, así como un recuento de glóbulos rojos de 5 por milímetro cúbico, un nivel de glucosa de 44 mg por decilitro  y un nivel de proteínas de 110 mg por decilitro (rango de referencia, 15 a 50). Estaban presentes bandas oligoclonales.

La resonancia magnética (RM) de la cabeza reveló áreas de realce nodular ependimario y leptomeníngeo sobre un fondo de amplia anomalía de la señal en la sustancia blanca periventricular ( Figura 1 ). Además, había una anomalía de señal simétrica a lo largo de los tractos ópticos. Los hallazgos en la resonancia magnética de la médula espinal, realizada con y sin la administración de contraste, fueron normales.

 

 

 


Figura 1.  RMN de cerebro

Imágenes axiales y sagitales (Paneles A y B respectivamente), muestran lesiones ependimarias nodulares (flechas), y realce leptomeníngeo.

Una imagen coronal (panel C), muestra cambios en la sustancia blanca periventricular.

 

 

PONENTE

El análisis de LCR proporciona evidencia de inflamación en el SNC, que esencialmente limita las consideraciones de diagnóstico a tres categorías de enfermedad del SNC: procesos  neoplásicos, y procesos inflamatorios  infecciosos y no infecciosos. Aunque las bandas oligoclonales se asocian más comúnmente con la esclerosis múltiple, son un hallazgo inespecífico que se puede observar con otros procesos patológicos. Asimismo, aunque la hipoglucorraquia a menudo ocurre con meningitis infecciosa aguda o crónica, puede ser una característica de cualquiera de estas tres categorías de enfermedad del SNC.

 

Los hallazgos de la neuroimagen indican afectación intracraneal (es decir, afectación del tracto óptico, meninges y sustancia blanca) sin enfermedad medular aparente, aunque esta posibilidad no puede descartarse definitivamente. La hiperintensidad de la sustancia blanca periventricular es un hallazgo anormal pero inespecífico. El realce subependimario es un hallazgo raro y sorprendente que reduce sustancialmente la gama de consideraciones diagnósticas. Cuando tal realce se describe como nodular, una causa neoplásica como glioma, linfoma primario del SNC, ependimoma, un tumor de células germinales o metástasis leptomeníngea son las explicaciones más probables, aunque un proceso granulomatoso como sarcoidosis o angeítis granulomatosa del SNC  también es posible. La mayoría de las causas infecciosas de realce subependimario crónico y ventriculitis, incluidas tuberculosis, sífilis, y criptococosis, se asocian a un patrón de realce más fino.

 

Dada la presencia de realce meníngeo intracraneal contiguo y los hallazgos anormales del LCR, se debe considerar una forma crónica de meningitis y ventriculitis, como coccidioidomicosis o tuberculosis del SNC. Sin embargo, esta posibilidad es poco probable debido a los déficits neurológicos sustanciales sin infarto cerebral evidente o hidrocefalia, el curso prolongado de la enfermedad y la ausencia de cefalea.

 

 

 

EVOLUCIÓN

Los cultivos de sangre y LCR para bacterias y las tinciones y cultivos para micobacterias y hongos fueron negativos, al igual que un ensayo de reacción en cadena de la polimerasa (PCR) del LCR para Mycobacterium tuberculosis , pruebas de LCR y suero para antígeno criptocócico y pruebas para el virus del herpes simple , virus varicela-zóster, virus del Nilo Occidental, dengue, chikungunya, virus JC y virus del herpes humano 6. La endoscopia superior e inferior no reveló nada. El examen de las muestras de biopsia endoscópica no reveló evidencia de Tropheryma whipplei .

 

Las pruebas de anticuerpos antinucleares, anti-ADN bicatenario, anti-Ro (SSA), anti-La (SSB), transglutaminasa tisular y antineutrófilos citoplasmáticos fueron negativas, al igual que una prueba de anticuerpos contra acuaporina-4. Los estudios citológicos y de citometría de flujo del LCR no fueron reveladores.

 

Una muestra de biopsia de la dura, corteza y sustancia blanca periventricular mostró celularidad aumentada, compuesta principalmente por macrófagos y linfocitos dispersos.

 

 

 

PONENTE

Aunque la mayoría de las pruebas de PCR en LCR para patógenos virales tienen una sensibilidad razonablemente alta para la detección de infección del SNC, la prueba de PCR en LCR para M. tuberculosis tiene sensibilidad variable. La reactivación de la tuberculosis latente se ha asociado con el tratamiento con natalizumab, pero el curso clínico prolongado hace que este diagnóstico sea poco probable. En casos raros, la enfermedad de Whipple puede causar una infección crónica del SNC, pero los estudios endoscópicos negativos hacen que este diagnóstico sea poco probable, ya que la mayoría de los pacientes tienen compromiso gastrointestinal concomitante. La ausencia de anticuerpos contra la acuaporina-4 argumenta en contra del diagnóstico de neuromielitis óptica, pero esta prueba probablemente no fue necesaria a la luz de los hallazgos normales en la resonancia magnética de la médula espinal.

 

Los hallazgos de la biopsia cerebral son inespecíficos. La ausencia de hallazgos diagnósticos podría explicarse por un error de muestreo. Si se obtuviera tejido representativo, los resultados de la biopsia descartarían muchos tipos de cáncer y enfermedad granulomatosa, bajo el supuesto de que no existe inmunodepresión subyacente que evite la formación de granulomas.

 

 

EVOLUCIÓN

El día 10 de hospitalización, el nivel de sodio aumentó abruptamente a 165 mmol por litro. La diuresis diaria fue de aproximadamente 3 a 4 litros y la osmolalidad urinaria de 132 mmol por kilogramo (rango de referencia, 300 a 900). El paciente recibió reposición de agua  a través de su sonda de alimentación. El nivel de prolactina fue 48 μg por litro (rango de referencia, 3.6 a 18.0), el nivel de corticotropina 7 ng por litro (rango de referencia, 6 a 50), el nivel de hormona estimulante del folículo 0.2 UI por litro (rango de referencia, 1 a 12 ) y el nivel de hormona luteinizante 0,1 UI por litro (rango de referencia, 0,6 a 12,1). El nivel de cortisol fue de 3 μg por decilitro (rango de referencia, 4 a 19) y aumentó a 12 μg por decilitro después de la administración de corticotropina sintética. El nivel de tirotropina fue de 0,24 mUI por litro (rango de referencia, 0,45 a 4. 12) y el nivel de tiroxina libre 8 pmol por litro (rango de referencia, 10 a 18). El paciente inició tratamiento con hidrocortisona, seguido de levotiroxina.

 

 

 

PONENTE

La constelación de hiperosmolalidad, poliuria y orina diluida inadecuadamente es característica de la diabetes insípida. Es probable que esta afección sea de origen central, dada la proximidad de la enfermedad del SNC a la glándula pituitaria y la evidencia adicional de panhipopituitarismo. La hipernatremia leve que se produjo al principio del curso de la enfermedad probablemente indicó una diabetes insípida temprana parcialmente compensada.

 

Se deben realizar estudios de imagen específicos de la glándula pituitaria, ya que las lesiones en la silla turca y sus alrededores pueden pasar desapercibidas en la resonancia magnética de rutina de la cabeza. El diagnóstico diferencial de panhipopituitarismo que no es causado por hipofisectomía incluye cáncer (tumores hipofisarios primarios, linfoma extraganglionar de células T killer naturales y metástasis), enfermedad autoinmune (hipofisitis linfocítica), procesos granulomatosos (sarcoidosis y granulomatosis linfomatoide), enfermedades infiltrativas ( histiocitosis y amiloidosis) y casos raros de infección (tuberculosis, absceso hipofisario y sífilis).

 

 

 

EVOLUCIÓN

Una resonancia magnética de la glándula pituitaria se realizó con y sin la administración de  contraste. Una imagen potenciada en T2 mostró una lesión quística sin realce con señal brillante, así como engrosamiento infundibular difuso ( Figura 2 ). El paciente fue programado para ser sometido a biopsia transesfenoidal de la lesión hipofisaria.

 

 


Figura 2. Resonancia magnética de la glándula pituitaria.

Una imagen en T2 obtenida con protocol para pituitaria y con contraste muestra una lesión quística que no realza (flecha), con una señal brillante así como engrosamiento infundibular difuso.

 

 

 

PONENTE

El craneofaringioma es un tumor supraselar que se presenta en personas jóvenes y puede tener componentes quísticos. Sin embargo, este tumor no explicaría los hallazgos sistémicos progresivos en este caso. Los hallazgos hipofisarios e infundibulares apuntan a un grupo limitado de diagnósticos potenciales.

 

Tanto la neurosarcoidosis como varias histiocitosis pueden causar una enfermedad progresiva e indolente del SNC, ya sea de forma aislada o como parte de una enfermedad sistémica más amplia. Estas afecciones comparten un perfil de LCR inflamatorio y pueden provocar lesiones de las meninges, la silla turca y el sistema ventricular. En este joven, la ceguera precoz con presunta afectación de los nervios ópticos y la enfermedad extensa de la sustancia blanca apuntan a la sarcoidosis como el diagnóstico más probable. La determinación de si se trata de una  rara persona con sarcoidosis que tiene una enfermedad limitada al SNC o si tiene neurosarcoidosis con enfermedad subclínica en otros órganos espera la evaluación de otros sitios extraneurológicos.

 

 

 

EVOLUCIÓN

Se realizó biopsia transesfenoidal de la lesión hipofisaria y el examen de la muestra de biopsia reveló hallazgos histológicos compatibles con un germinoma supraselar del SNC ( Figura 3). El nivel de gonadotropina coriónica humana en el LCR se elevó a 4,5 UI por litro (rango de referencia, menos de 1,1). Finalmente, el paciente recibió un diagnóstico de germinoma hipofisario del SNC con presunta complicación por meningitis neoplásica y enfermedad infiltrativa parenquimatosa que condujo a una discapacidad neurológica profunda, aunque faltaba evidencia citológica o tisular definitiva de enfermedad en estos compartimentos. El paciente inició quimioterapia con etopósido y carboplatino, seguida de radioterapia. Diez meses después del diagnóstico, tuvo una respuesta clínica y radiológica al tratamiento, pero continuó con hipopituitarismo, por lo que recibió hidrocortisona y levotiroxina, así como una discapacidad neurológica sustancial, por lo que recibió asistencia en todas las actividades de la vida diaria.

 

 


Figura 3. Muestra de biopsia de la lesión pituitaria.

Una tinción de rutina con hematoxilina eosina muestra un fondo de inflamación densa y células tumorales epitelioides grandes dispersas con núcleos centrales redondos a ovales,nucléolos prominentes y moderada cantidad de citoplasma pálido a claro (Panel A). En latinción inmunohistoquímica las células tumorales son positivas para el marcador  SALL4 y OCT4 (Panels B and C, respectivamente). Los hallazgos son diagnósticos de germinoma.

 

COMENTARIO

El curso de la enfermedad de este paciente de manifestaciones oculares tempranas (consideradas como  neuritis óptica), seguidas más tarde por déficits neurológicos que afectaban a las neuronas motoras superiores, motivó apropiadamente la consideración de la esclerosis múltiple. Aunque la esclerosis múltiple es la enfermedad del SNC que con más frecuencia causa discapacidad permanente en adultos jóvenes, establecer el diagnóstico puede ser un desafío. Los criterios de diagnóstico requieren la identificación de un síndrome desmielinizante compatible (p. Ej., Neuritis óptica, síndrome del tronco encefálico o cerebeloso, o mielitis transversa) con hallazgos neurológicos objetivos diseminados en el espacio y el tiempo (es decir, daño a diferentes partes del SNC que ocurre en diferentes fechas) . 1El diagnóstico erróneo de esclerosis múltiple es  frecuente. Del 30 al 67% de los pacientes que son derivados a centros de esclerosis múltiple finalmente reciben un diagnóstico diferente. 1 En una serie de casos, los diagnósticos alternativos más comunes incluyeron migrañas, trastornos funcionales y trastorno del espectro de neuromielitis óptica; otras afecciones inflamatorias también pueden imitar la enfermedad. 2

 

La detección del realce nodular ependimario y meníngeo y la pleocitosis del LCR expandieron el diagnóstico diferencial para incluir una variedad de trastornos infecciosos, infiltrativos y neuroinflamatorios. Muchas afecciones pueden involucrar las meninges, incluidos procesos bacterianos, micobacterianos, fúngicos, virales, autoinmunes y malignos. La meningitis crónica, que se define como meningitis con síntomas que duran más de 4 semanas y con pleocitosis del LCR, es causada más comúnmente por bacterias atípicas, hongos o un proceso no infeccioso. 3Los estudios por imágenes pueden ayudar a delinear el patrón de realce meníngeo (p. Ej., Leptomeníngeo, paquimeníngeo o meníngeo basal) y, por lo tanto, enfocar el diagnóstico diferencial. Por ejemplo, las meningitis bacterianas y virales tienden a producir un patrón lineal delgado de realce leptomeníngeo, mientras que las meningitis fúngicas y neoplásicas a menudo se asocian con un patrón de realce nodular más grueso. 4

 

La meningitis neoplásica es una causa poco común de pleocitosis del LCR que puede resultar de cánceres hematológicos, tumores sólidos metastásicos o, en casos raros, cánceres cerebrales primarios. La metástasis al LCR puede deberse a diseminación hematógena o extensión contigua de tumores del parénquima cerebral o enfermedad ósea. 5 El método estándar para diagnosticar la meningitis neoplásica es la detección de células anormales en estudios citológicos del LCR o de una población monoclonal en estudios citométricos de flujo. El examen citológico de una sola muestra de LCR tiene baja sensibilidad (70% en una serie), pero la sensibilidad aumenta a aproximadamente 90% cuando se evalúan muestras de tres punciones lumbares seriadas. 5La presencia de realce ependimario, leptomeníngeo o dural en la resonancia magnética es compatible con meningitis neoplásica. 4

 

El desarrollo de diabetes insípida proporcionó un importante avance diagnóstico en este difícil caso, lo que llevó al comentarista a considerar enfermedades en la glándula pituitaria y el hipotálamo. Las posibilidades incluyen tumores benignos (p. Ej., Adenomas hipofisarios), cánceres (cánceres primarios del SNC y metástasis), trastornos inflamatorios (p. Ej., Neurosarcoidosis, histiocitosis de células de Langerhans y granulomatosis con poliangeítis), infecciones y anomalías congénitas. 6Los síntomas asociados con las lesiones selares varían según el tamaño de la lesión, si la lesión secreta hormonas y si el crecimiento de la lesión interfiere con la función hipotalámica o hipofisaria. Entre los pacientes con lesiones no secretoras, las presentaciones más comunes incluyen deterioro visual, hipopituitarismo, hiperprolactinemia por compresión del tallo hipofisario (infundíbulo) y cefalea. La diabetes insípida y las neuropatías craneales son complicaciones poco frecuentes. 7

 

Los tumores de células germinales del SNC son tumores cerebrales primarios poco frecuentes que se presentan con mayor frecuencia en niños y hombres jóvenes. Estos tumores tienden a aparecer en las estructuras de la línea media, incluidas la neurohipófisis y la glándula pineal, donde pueden provocar dolor de cabeza, hidrocefalia, síntomas oculares y disfunción hipofisaria. 8 Los tumores de células germinales del SNC también pueden diseminarse por todo el SNC, incluido el parénquima cerebral (donde pueden imitar  enfermedades desmielinizantes en las imágenes), las vías ópticas y el LCR, como se observó en este caso. 9-11 Como tal, cuando se identifican estos tumores, se deben realizar imágenes de todo el neuroeje y pruebas del LCR.

 

Dada la rareza y la presentación inespecífica de los tumores de células germinales del SNC, el diagnóstico puede ser un desafío y, a menudo, se retrasa. En muchos informes de casos, los pacientes con tumores de células germinales del SNC recibieron inicialmente diagnósticos tan dispares como esclerosis múltiple (en algunos casos se han observado bandas oligoclonales), meningitis infecciosa crónica e hipofisitis linfocítica. 9-12 Aunque el diagnóstico definitivo requiere confirmación histológica, varios hallazgos pueden sugerir la presencia de un tumor de células germinales del SNC subyacente. Los hallazgos característicos en la resonancia magnética, que se observaron en este caso, incluyen localización predominantemente a lo largo de la línea media, engrosamiento infundibular, señal isointensa o hipointensa en las imágenes ponderadas en T1, componentes quísticos ocasionales e intensidad variable en las imágenes ponderadas en T2. 13La elevación del nivel de gonadotropina coriónica humana beta y, con menos frecuencia, del nivel de alfa-fetoproteína puede ocurrir en suero y LCR. En una serie de casos retrospectiva de pacientes con tumores de células germinales del SNC confirmados histológicamente, el 41% tenía niveles elevados de gonadotropina coriónica humana beta en el LCR, mientras que el 31% tenía niveles elevados en suero. 14

 

El tratamiento de los germinomas del SNC se basa en quimioterapia y radioterapia convencionales y se guía principalmente por la evidencia de series de casos retrospectivas y estudios observacionales prospectivos. 15 Las tasas de respuesta son favorables; sin embargo, la discapacidad neurológica permanente es común y estos tumores pueden reaparecer más adelante en la vida. 15

 

Este caso presentó un desafío diagnóstico, debido en gran parte a los hallazgos inespecíficos en la presentación inicial y la rareza del diagnóstico final. Aunque ni el comentarista ni el equipo de tratamiento sospecharon la presencia de un germinoma intracraneal, el desarrollo de diabetes insípida los llevó al tallo hipofisario, donde finalmente pudieron rastrear el diagnóstico.


Traducción de:

Stalking the Diagnosis

Daniel J. Minter, M.D., Megan Richie, M.D., Priya Kumthekar, M.D., and Harry Hollander, M.D.


https://www.nejm.org/doi/full/10.1056/NEJMcps2028560?query=featured_home

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VARÓN DE 83 AÑOS CON PANCITOPENIA Y FALLO RENAL.

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Un hombre de 79 años fue trasladado a este hospital debido a pancitopenia e insuficiencia renal aguda.

Cinco días antes de esta presentación, se encontró al paciente consciente en el suelo de su dormitorio; se había sentido bien la noche anterior. Un cuidador notó que el paciente tenía una nueva debilidad e inestabilidad generalizadas y no podía caminar con un andador. Fue llevado al departamento de emergencias de otro hospital para evaluación.

La temperatura era de 38,1 ° C, el pulso de 103 latidos por minuto, la presión arterial 165/55 mm Hg, la frecuencia respiratoria 18 respiraciones por minuto y la saturación de oxígeno 95% mientras el paciente respiraba aire ambiente. Estaba alerta y orientado a sí mismo y fecha de nacimiento. Los exámenes cardíacos, pulmonares y abdominales eran normales. El nivel de creatinina fue de 3,2 mg por decilitro ( 0,7 a 1,2 mg por decilitro), aumento desde su nivel habitual de 2,4 mg por decilitro. Otros resultados de laboratorio se muestran en la Tabla 1.

 

 


Tabla 1.

 

Una radiografía de tórax mostró una leve congestión. Una tomografía computarizada (TC) de cabeza, realizada sin contraste intravenoso, reveló una derivación ventriculoperitoneal parietal derecha que terminaba en el ventrículo lateral izquierdo que se había colocado 2 años antes debido a hidrocefalia de presión normal. Los ventrículos bilateralmente estaban más pequeños que en estudios de imágenes anteriores. Se administró una infusión de bicarbonato de sodio, una sola dosis de ceftriaxona y heparina subcutánea.

El segundo día en el otro hospital, el recuento de glóbulos blancos fue de 3800 por microlitro (rango de referencia, 4500 a 10,500), el nivel de hemoglobina 12,8 g por decilitro (rango de referencia, 13,3 a 16,3) y el recuento de plaquetas 75.000 por microlitro (rango de referencia, 150.000 a 400.000). El nivel de dímero d fue de 229,926 ng por mililitro (rango de referencia, 0 a 500), el nivel de fibrinógeno 180 mg por decilitro (referencia rango, 200 a 393), el RIN  1.2 (rango de referencia, 0.9 a 1.1) y el tiempo de protrombina 13.5 segundos (rango de referencia, 10.6 a 13.4). Se Suspendió  la heparina subcutánea. Durante los siguientes 3 días, la pancitopenia empeoró, y el nivel de creatinina aumentó. En el quinto día de hospital, se administró doxiciclina y el paciente fue trasladado a este hospital para tratamiento adicional.

El paciente tenía antecedentes de hipertrofia prostática benigna., enfermedad renal crónica, hidrocefalia de presión normal, demencia leve, hipertensión, hiperlipidemia y enfermedad de las arterias coronarias, que había llevado a un by pass coronario multivaso 14 años antes y a la colocación de stents coronarios liberadores de fármacos 11 meses antes de esta evaluación. Había sido tratado por enfermedad de Lyme 3 años antes de esta evaluación.

Los medicamentos incluían aspirina, clopidogrel, atorvastatina, ezetimiba, mononitrato de isosorbida, metoprolol succinato y amlodipina. Refería anafilaxia por penicilina tenía. El paciente era  viudo y vivía en una casa en Nueva Inglaterra con su hijo, su nuera y un nieto, no tenía mascotas. Anteriormente había trabajado como inspector de hogar; era jubilado, disfrutaba leyendo y pasaba  tiempo al aire libre. El paciente usaba un andador para la deambulación y era capaz de realizar la mayor parte actividades de la vida diaria;  requería ayuda de su familia y servicios de salud en el hogar para actividades que requerían una función ejecutiva más avanzada.

No consumía alcohol, tabaco ni drogas de uso ilícito. Su madre había tenido una enfermedad cardíaca; su padre había tenido demencia.

La temperatura era de 37,3 ° C, el pulso de 93 latidos por minuto, la presión arterial 153/68 mm Hg, la frecuencia respiratoria 18 respiraciones por minuto, y la saturación de oxígeno del 90% mientras el paciente respiraba aire ambiente. El índice de masa corporal era de 25,7. En el examen estaba orientado  hacia sí mismo y su ubicación. Las mucosas estaban secas y el cuello estaba blando. No había adenopatías palpables, equimosis  o rash cutáneo. El resto del examen físico era normal.

Se obtuvieron hemocultivos. Niveles en sangre de vitamina B12 y el folato que fueron normales. Otros datos de laboratorio se muestran en la Tabla 1.

Una TC de tórax (Fig. 1A), realizada sin contraste intravenoso, reveló edema pulmonar simétrico  y derrames pleurales bilaterales. Había algunos ganglios mediastínicos dispersos levemente agrandados,  que medían hasta 1,4 cm de diámetro de eje corto. TC de abdomen y pelvis (Fig. 1B y 1C), realizada sin  contraste intravenoso, mostró colelitiasis con escaso líquido pericolecístico y engrosamiento leve de la pared de la vesícula biliar. Una ultrasonografía de seguimiento del cuadrante superior derecho mostró  colelitiasis sin evidencia de colecistitis; el signo de Murphy fue negativo.

 


Figura 1.Tomografías computarizadas de tórax, abdomen y pelvis.

Una imagen axial de tórax obtenida con ventanas pulmonares. en el nivel justo debajo de la carina (Panel A) muestra engrosamiento de los tabiques interlobulillares lisos bilaterales (flecha) con opacidades irregulares en vidrio esmerilado. Hay pequeños derrames pleurales bilaterales (asteriscos) con atelectasia por relajación asociada. Una imagen axial del tórax obtenida con ventanas de tejidos blandos al nivel de la carina (Panel B) muestra un ganglio linfático  paratraqueal derecho inferior levemente agrandado (flecha). También hay cambios relacionados con anteriores derivaciones de la arteria coronaria, con un injerto interno izquierdo de arteria torácica (punta de flecha) en la parte anterior izquierda, grasa mediastínica y una incisión de esternotomía mediana cicatrizada. De nuevo son visibles pequeños derrames pleurales bilaterales. Una imagen axial del abdomen obtenida con ventanas de tejido blando a nivel de la fosa de la vesícula biliar (Panel C) muestra engrosamiento circunferencial de la pared de la vesícula biliar (flecha) con edema pericolecístico leve (puntas de flecha). La vesícula biliar no está distendida y contiene un cálculo biliar calcificado.

 

Se administró doxiciclina y líquidos intravenosos que contenían bicarbonato de sodio así como metoprolol, amlodipino y mononitrato de isosorbida.

En el segundo día en este hospital, se consultó al servicio de  hematología que en un frotis de sangre periférica reveló glóbulos rojos con  formas hipocrómicas, esquistocitos dispersos (3 por campo de alta potencia) y equinocitos. Neutrófilos atípicos sin displasia estaban presentes, y no había formas inmaduras o blastos. Las plaquetas disminuyeron en número y bien granuladas, sin aglutinación y con algunas formas esparcidas más grandes.

En el tercer día de hospitalización, se administró  tretinoína (ácido transretinoico), debido a preocupaciones sobre leucemia promielocítica aguda (APL). En el cuarto día de hospitalización, se recibieron  resultados adicionales de las pruebas de diagnóstico.

 

DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL

Este paciente anciano de repente se convirtió en enfermo y fue ingresado en este hospital en el contexto de un proceso sistémico no diagnosticado asociado con múltiples anomalías de laboratorio, incluida pancitopenia, con inquietud sobre posible hemólisis y coagulación intravascular diseminada (CID). En casos médicos complejos en el que equipos de múltiples subespecialidades médicas puede ser consultado, puede ser tentador formular una larga lista de posibles diagnósticos; sin embargo, a menudo es más útil considerar la información disponible con el objetivo de descartar o eliminar diagnósticos  completamente fuera de la lista. Con este caso, estamos abocados a  determinar si la constelación de síntomas de este paciente y las anomalías de laboratorio están relacionadas con un problema hematológico primario o son secundarios a un proceso no hematológico.

Para comenzar a construir un diagnóstico diferencial, podemos  centrarnos en dos características de este caso: pancitopenia  e insuficiencia renal. Los resultados de las pruebas de laboratorio  inicialmente sugerían  una coagulación desregulada y  potencial de hemólisis. Estos resultados nos obligan a que elaborar una lista de condiciones hematológicas que  "no podemos pasar por alto” y que si no se tratan, podrían rápidamente resultar en complicaciones o muerte (Tabla 2). Muchos de estos diagnósticos es convenientes pegar en la memoria como acrónimos de tres letras, con procesos destructivos como púrpura trombocitopénica trombótica y síndrome urémico hemolítico en la parte superior de la lista de diagnósticos que pueden resultar en pancitopenia  e insuficiencia renal.


Tabla 2. Diagnósticos hematológicos que no podemos olvidar (“Can’t Miss” Hematologic Diagnoses”

 

Hemólisis

¿Este paciente tiene hemólisis? Una presentación con  anemia progresiva y elevación de láctico deshidrogenasa (LDH), obligan a considerar hemólisis. Es de destacar que el nivel sérico de haptoglobina estaba ligeramente elevado a 277 mg por decilitro (rango de referencia, 30 a 200 mg por  decilitro). La haptoglobina es una proteína producida por el hígado que forma un complejo con la hemoglobina plasmática, y el complejo hemoglobina- haptoglobina es elimnado por macrófagos del sistema reticuloendotelial que expresan CD163. Este proceso, que protege a los órganos de la alta naturaleza oxidativa de la hemoglobina, reduce el nivel sérico de haptoglobina.

¿Cuál es la probabilidad de que un paciente con hemólisis clínicamente significativa tuviese un nivel normal de haptoglobina en suero? La interpretación de un nivel bajo de haptoglobina (menos de 30 mg por decilitro) o nivel de haptoglobina normal/bajo (30 a 100 mg por decilitro) está sujeto a variables confundidoras, incluyendo la disfunción hepática, la hemólisis crrónica, la hemólisis mecánica, transfusión recientes, y una anhaptoglobinemia congénita. Sin embargo, un nivel elevado de haptoglobina, como se ve en este paciente, es más confiable.

Este valor de laboratorio altera drásticamente el diagnóstico diferencial, por lo tanto yo repetiría la determinación  para evitar  la rara pero real posibilidad de un error preanalítico, como la presencia de sangre de otro paciente. Suponiendo  que la el dato fuese confirmado, un nivel de haptoglobina de 277 mg por decilitro argumenta  fuertemente contra la posibilidad de hemólisis.

 

Nivel de láctico deshidrogenasa (LDH)

El nivel de láctico deshidrogenasa de este paciente estaba notablemente elevado a 2592 U por litro, un nivel que es más de 10 veces el normal. Aunque un aumento de láctico deshidrogenasa se atribuye con mayor frecuencia a la descomposición de los eritrocitos, es importante recordar que la actividad de la LDH está presente en todos los tejidos. La láctico deshidrogenasa, que cataliza la conversión bidireccional entre lactato y piruvato, es una enzima  tetramérica  compuesta por subunidades H y M. Cinco isoformas de lactato deshidrogenasa se puede distinguir en la sangre sobre la base de la composición de las subunidades. La isoforma 1 (H4) predomina en los miocitos cardíacos y en los eritrocitos, mientras que la isoforma 5 (M4) se encuentra en hepatocitos y miocitos esqueléticos.

Dada la elevación concomitante de este paciente del  nivel de creatina quinasa (6290 U por litro), nivel de alanina aminotransferasa (195 U por litro), y nivel de aspartato aminotransferasa (583 U por litro), la isoforma de lactato deshidrogenasa detectada en su sangre es muy probable que se trate principalmente de la  isoforma 5, liberada de las células de su hígado y músculo esquelético. Existen tests especializados que se pueden realizar pruebas para distinguir las distintas isoformas de lactato deshidrogenasa, pero no creo que estas pruebas sean clínicamente necesarias en este caso.

 

Pancitopenia

Durante el transcurso de la admisión de 5 días en el otro hospital, el hematocrito del paciente cayó de 37,8% a 27,8%, su recuento de plaquetas cayó de 121.000 a 21.000 por microlitro, y el recuento de sus células blancas  cayó de 4500 a 3710 por microlitro.

En este hospital, el examen del frotis de sangre periférica reveló algunos esquistocitos (3 por campo de alto poder) pero, por lo demás, no fue revelador. ¿Existe una causa hematológica de base en este paciente que explica el empeoramiento de su pancitopenia , o estos cambios son consistentes con lo que habríamos de esperar en el contexto de otra enfermedad crítica?

Sospecho que la anemia de este paciente se debe a la combinación de tres factores: disminución de la  producción de eritrocitos, aumento del recambio de eritrocitos y entusiasmo iatrogénico ( anemia asociada a flebotomías excesivas). El paciente casi con seguridad  tenía anemia asociada con la inflamación, en la cual niveles elevados de hepcidina, interleucina 6, interferón-γ y factor de necrosis tumoral α conducen a la inhibición temporal de la producción de nuevos glóbulos rojos (recuento de reticulocitos, menos de 0,5%), así como como una vida media más corta de los eritrocitos y un aumento de la eritrofagocitosis dentro del sistema reticuloendotelial.2

La combinación de un paciente con una condición no diagnosticada y participación de múltiples equipos de consultores de subespecialidades a menudo conducen a una amplio análisis de laboratorio de diagnóstico, que incluye las pruebas diarias habituales y los recuentos sanguíneos, así como una búsqueda extensa de causas infecciosas o reumatológicas. En este caso, el trabajo probablemente fue repetido en ambos hospitales. Usando un  cálculo grosero, estimo que la  pérdida iatrogénica de sangre en el transcurso de 5 días han superado fácilmente los 500 ml, con un resultado predecible que contribuyó a su anemia.

La trombocitopenia en un paciente críticamente enfermo puede ser debida a varias causas.3 En este caso, un diagnóstico de púrpura trombocitopénica inmune parece poco probable, y el timing  de la exposición a la heparina hace un diagnóstico de trombocitopenia inducida por heparina sea también improbable.

 

Leucemia promielocítica aguda y coagulación intravascular diseminada

La leucemia aguda promielocítica (APL),  ocupa un lugar destacado en la lista de diagnósticos hematológicos "que no podemos olvidar", dada su asociación con CID y la potencial  rápida descompensación  y muerte temprana durante la enfermedad. Tratamiento actual dela  APL con terapia de prodiferenciación (p. ej., tretinoína) es una historia de éxito en oncología. Antes de la identificación de tretinoína, un diagnóstico de APL era similar a una sentencia de muerte, con baja tasa de supervivencia. Ahora, APL es la forma más tratable de las leucemias agudas en adultos, con tasas de sobrevidas de más del 90% .4

Por lo general, se considera un diagnóstico de leucemia aguda cuando el recuento de glóbulos blancos es muy elevado y se identifican blastos circulantes se identifican en un examen de un frotis de sangre periférica. Sin embargo, APL tiene el potencial de manifestarse en un moda inusual, con un recuento bajo de glóbulos blancos en sangre periférica y ausencia de circulación blastos leucémicos, una combinación de hallazgos que a veces se denomina leucemia aleucémica. En tales casos de APL, la médula ósea aún puede estar repleta de promielocitos malignos que desplazan  a los progenitores normales (con el resultado pancitopenia), pero estos promielocitos permanecen “atados” dentro de la médula, como era de esperar de sus homólogos promielocitos normales.

Es con esta posibilidad en mente que se evaluaron  los resultados de las pruebas de laboratorio de este paciente en considerando una CID  subyacente. Aunque el el tiempo de tromboplastina parcial es bastante prolongado (61,8 segundos) y el nivel de dímero d está notablemente elevado (más de 10,000 ng por mililitro), estos valores son desproporcionado con respecto al RIN casi normal (1,2) y nivel de fibrinógeno (144 mg por decilitro). La CID implica el consumo inespecífico de factores de coagulación y no sería esperable un consumo desproporcionadamente alto de factores involucrados en el tiempo de tromboplastina parcial en relación a  factores  involucrados en el tiempo de protrombina. El grado de elevación del dímero D argumenta a favor de una infección generalizada, cáncer metastásico o inflamación en el contexto de un proceso autoinmune fulminante. Aunque el tiempo prolongado de tromboplastina parcial es desconcertante, me pregunto si podría ser un efecto residual del uso de heparina subcutánea con una vida media prolongada en el contexto de un aclaramiento de creatinina bajo. En general, con respecto a consideración de APL, esto sería una forma  muy atípica  de presentación de una enfermedad rara, con inexplicable afectación muscular y hepática a pesar de la ausencia de blastos circulantes y con resultados de estudios de coagulación  que son inconsistentes con CID.

 

RESUMEN

Con cierta sensación de alivio, cuando volvemos a un revisión cuidadosa de la historia de este paciente, encontramos un par de pistas importantes: el paciente pasaba tiempo al aire libre y había sido tratado por enfermedad de Lyme 3 años antes. Estas características aumentan la probabilidad de otra enfermedad transmitida por garrapatas que explicaría su enfermedad aguda, generalizada inflamación y multiorgánica (músculo, hígado y riñón), además de supresión de su médula ósea y anomalías hematológicas.

Una infección por Anaplasma phagocytophilum, un tipo de bacteria intracelular que es endémica en el área de Nueva Inglaterra y se transmite por la misma especie de garrapata ixodes que transmite la enfermedad de Lyme,  sería un diagnóstico unificador en este caso, que tiene características consistentes con otros casos reportados.5,6 Como hematólogo, trataría de hacer el diagnóstico de anaplasmosis revisando el frotis de sangre periférica para identificar mórulas en el citoplasma de los neutrófilos circulantes. Sin embargo, el frotis de sangre periférica fue preparado después de la administración de doxiciclina, lo que reduce la sensibilidad de esta evaluación, y por lo tanto, las pruebas de ácidos nucleicos serían más confiables; también sería útil descartar infección con especies de Ehrlichia.

 

Impresión de los clínicos de la sala

Cuando el paciente fue trasladado a este hospital, parecía estar clínicamente bien, pero los resultados de las pruebas de laboratorio mostraban pancitopenia, niveles elevados de aminotransferasas, lesión renal aguda, una lactato deshidrogenasa elevada, un nivel bajo de fibrinógeno y una marcada elevación de  dímero-d. Aunque su presentación clínica fue consistente con algunos aspectos de CID, el nivel de haptoglobina sérica estaba elevado, lo que argumentó fuertemente en contra de un proceso hemolítico.  Incluido en la historia  del otro hospital había  una nota escrita a mano garabateada en el resumen de alta que decía, "frotis positivo".

Nuestro diagnóstico diferencial inicial fue amplio, incluidos los procesos infecciosos como las enfermedades transmitidas por garrapatas, exposiciones tóxicas, deficiencias nutricionales, y cáncer hematológico primario. En el contexto de pancitopenia y CID, se consideró un diagnóstico de leucemia promielocítica aguda (APL), aunque no se vieron  promielocitos ni bastones  de Auer en el frotis de sangre periférica. La APL es una emergencia hematológica potencialmente mortal que conduce a una muerte rápida debido a hemorragia en hasta el 25% de los pacientes7; como tal, las guías de práctica recomiendan la iniciación de tratamiento inmediatamente ante la primera sospecha de esta condición.8 La APL se caracteriza por translocación del gen del receptor α del ácido retinoico (en cromosoma 17) y con mayor frecuencia el gen de la leucemia promielocítica (en el cromosoma 15), que conduce a la fusión de proteínas  que bloquean la diferenciación mieloide inducida por el ácido retinoico.9 La tretinoína, una medicación ampliamente disponible con pocos efectos tóxicos, induce diferenciación mieloide y sigue siendo una piedra angular del tratamiento en la APL.10 El paciente inició tratamiento empírico con tretinoína, apoyado con crioprecipitado y otros hemoderivados, mientras que la biopsia de médula ósea y pruebas adicionales fueron realizados. Se continuó con doxiciclina, dada la alta sospecha de enfermedad transmitida por garrapatas.

DIAGNOSTICO CLÍNICO DE LA SALA

LEUCEMIA PROMIELOCÍTICA AGUDA O ENFERMEDAD TRANSMITIDA POR GARRAPATAS.

 

 

DIAGNÓSTICO DEL PONENTE

INFECCIÓN POR ANAPLASMA PHAGOCYTOPHILUM.

 

 

DISCUSIÓN PATOLÓGICA

La prueba de diagnóstico fue una prueba ácida de  nucleico en sangre entera  para A. phagocytophilum, la cual fue positiva. Prueba de ácido nucleico para Ehrlichia chaffeensis, E. ewingii, E. canis y E. muris–like fueron negativas, al igual que el examen de un frotis de sangre para parásitos intraeritrocíticos. Se realizó un inmunoensayo para Lyme IgM e IgG que fue positivo, confirmado por una prueba de  Western blot para Lyme IgG, con solo cinco bandas de IgG presentes.

El diagnóstico de anaplasmosis granulocítica humana a menudo se realiza mediante examen de un frotis de sangre periférica, pruebas serológicas, o pruebas de ácido nucleico en sangre entera.

Aunque el cultivo es el método más preciso, su uso se limita a menudo a entornos de investigación, dada la experiencia y los requisitos de cultivos específicos11 El examen del frotis de sangre periférica puede ser una herramienta útil para el diagnóstico de la anaplasmosis granulocítica humana, su sensibilidad es  limitada y variable (que van desde 20 al 80%).  Además, este método requiere mucha mano de obra y requiere un alto grado de experiencia, y estos factores limitan su uso en el ámbito clínico. 12 En las pruebas serológicas, la documentación de un aumento en el título en un factor de 4 entre los agudos y se requieren fases de convalecencia de la infección para la confirmación del diagnóstico y las respuestas de anticuerpos puede persistir durante meses o años después de la infección.11 De los métodos de diagnóstico disponibles, las prueba de ácido nucleico es la más utilizada, con alta sensibilidad durante la primera semana de enfermedad.11

El diagnóstico de la enfermedad de Lyme es más común y se hace  con dos niveles de pruebas  serológicas, con un inmunoensayo inicial seguido mediante una prueba de Western blot o un segundo inmunoensayo aprobado, según lo recomendado por el Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades.13  En este caso, la información inicial y confirmatoria del paciente de los resultados de las pruebas serológicas para la enfermedad de Lyme cumplieron los criterios para positividad, con la presencia de cinco bandas IgG, un patrón que se ve con mayor frecuencia en infección. El paciente tenía antecedentes conocidos de enfermedad de Lyme tratada, y tanto la IgM como la IgG pueden persistir durante años después de un tratamiento exitoso de lainfección.14 No existe actualmente prueba de diagnóstico comercialmente disponible que se puede utilizar para distinguir infección pasada por Borrelia burgdorferi de infección recurrente.

Dado el historial del paciente de enfermedad de Lyme tratada  y la evolución temporal de sus síntomas,  sus pruebas serológicas para la enfermedad de Lyme parecían más consistente con una infección pasada tratada. Una coinfección activa  con B. burgdorferi, sin embargo, no se puede descartar por completo.

 

La biopsia de médula ósea muestra y aspirado de médula ósea mostraron que la médula era hipercelular para la edad del paciente, con las tres líneas hematopoyéticas en maduración y sin evidencia de cáncer (Fig. 2A y 2B). El El frotis de sangre mostró leucocitos maduros con abundantes granulaciones  tóxicas. Neutrófilos muy raros (aproximadamente 1 de cada 500) en el  frotis de sangre periférica y médula ósea tenían inclusiones  basófilas intracitoplasmáticas que eran sugerentes de mórulas de A. phagocytophilum (Fig. 2B y 2D). Estos hallazgos, junto con la prueba de ácido nucleico en sangre positiva para A. phagocytophilum, eran compatibles con infección por  A. phagocytophilum

 


Figura 2. Muestra de biopsia de médula ósea, aspirado de médula ósea y muestra de sangre periférica.

Tinción con hematoxilina y eosina de una muestra de biopsia central de médula ósea (Panel A) y tinción Wright-Giemsa de una frotis de aspirado de médula ósea (Panel B) muestra las tres líneas de hematopoyesis  en maduración. En el aspirado de médula ósea frotis (Panel B) y en la tinción de Wright de un frotis de sangre periférica (Paneles C y D), la mayoría de los neutrófilos muestran granulación tóxica inespecífica; los raros tienen inclusiones intracitoplasmáticas (flechas), que sugieren anaplasmosis granulocítica.

 

DISCUSIÓN DEL MANEJO

La anaplasmosis granulocítica humana fue descrita por primera vez en Wisconsin en 1990. La mayoría de los casos ocurren en el medio oeste superior y regiones del noreste de los Estados Unidos, y la incidencia ha aumentado constantemente en estas regiones desde 2000.15 La transmisión con mayor frecuencia ocurre por la picadura de una garrapata infectada, pero la transmisión por sangre de la madre al niño, la transmisión por sangre, o por sacrificio de animales infectados han sido reportados

Los síntomas comunes incluyen fiebre, malestar, dolores de cabeza y mialgias; el rash  es un hallazgo poco común.11 Las anomalías de laboratorio a menudo incluyen leucopenia, anemia, trombocitopenia y aumento de los niveles de aminotransferasas. De hecho, los glóbulos blancos y las anomalías plaquetarias están tan a menudo presentes que se pueden utilizar valores normales para descartar este infección en la mayoría de las poblaciones16.

La doxiciclina se considera la terapia de primera línea para el tratamiento de la infección por A. phagocytophilum tanto en adultos como en niños. Esta recomendación se basa en datos in vitro y se publica informes que muestran eficacia clínica17. No hay pautas actuales con respecto al tratamiento de mujeres embarazadas con anaplasmosis granulocítica humana, aunque una pequeña serie de casos han demostrado un tratamiento exitoso con el uso de doxiciclina.18 Las alternativas a la doxiciclina incluyen rifampicina, que tiene actividad in vitro contra esta organismo, aunque la duración de la terapia con rifampicina  no se ha establecido formalmente; sin embargo, se recomienda un curso de 10 días sobre la base de experiencia clínica.17 Cursos más cortos de 4 a 7 días se puede utilizar en niños en un esfuerzo por reducir efectos tóxicos.17 Con la terapia adecuada, la fiebre tienden a resolverse dentro de las 24 a 48 horas, y la mayoría de los pacientes tienen una recuperación completa después de 2 meses.11 La infección crónica nunca ha

Sido documentada.11

Seguimiento

Resultados de la evaluación de la médula ósea no fueron consistentes con un diagnóstico de APL y se suspendió el tratamiento con tretinoína. El paciente continuó recibiendo doxiciclina, y dentro de los 3 días posteriores al inicio de tratamiento, su pancitopenia y coagulopatía habían disminuido. Desafortunadamente, su función renal no mejoró sustancialmente, y continúa en hemodiálisis. El paciente vive en casa con su familia y sigue disfrutando pasando tiempo al aire libre.

DIAGNOSTICO FINAL

INFECCIÓN POR ANAPLASMA PHAGOCYTOPHILUM.

 

 

 

Traducción de

An 83-Year-Old Man with Pancytopenia and Acute Renal Failure

David B. Sykes, M.D., Ph.D., Eric W. Zhang, M.D., Rebecca S. Karp Leaf, M.D., Valentina Nardi, M.D., and Sarah E. Turbett, M.D.

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MUJER DE 39 AÑOS CON FIEBRE, LUMBALGIA, Y ADENOPATÍAS INGUINALES.

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 Una mujer de 39 años acudió a este hospital con fiebre, dolor en la región lumbar y linfadenopatía inguinal dolorosa.

 

La paciente había estado en su estado de salud habitual hasta aproximadamente 4 semanas antes del ingreso, cuando notó una tumefacción inguinal bilateral sensible. Dos días después, comenzó a tener un dolor agudo e intermitente en la región lumbar del lado derecho; ella calificó el dolor en 5 en una escala de 0 a 10, con 10 indicando el dolor más severo. Durante los siguientes 3 días, tuvo náuseas y falta de apetito. Observó orina con mal olor, pero no tenía disuria, frecuencia urinaria ni hematuria.

 

Tres semanas antes del ingreso, la paciente fue evaluada por su médico de atención primaria. En el examen, la temperatura era de 36,6 ° C y se veía bien. Había dolor a la palpación costovertebral y abdominal en el lado derecho, sin rebote ni defensa. Los genitales externos eran normales. Había una secreción vaginal abundante, fina y blanca; no se notó dolor a la palpación del movimiento cervical y los ovarios eran normales a la palpación. A la palpación se observaron múltiples ganglios linfáticos inguinales sensibles bilaterales, que medían hasta 2 cm de diámetro. El resto del examen físico fue normal. En el examen microscópico del flujo vaginal, se observaron clue cells, pero no había elementos fúngicos o tricomonas. Pruebas de amplificación de ácido nucleico de un hisopado cervical para Chlamydia trachomatis y Neisseria gonorrhoeae fueron negativas. Un análisis de sangre para anticuerpos IgM, IgG e IgA contra C. trachomatis serovares L1 y D a K fue negativo. El análisis de orina reveló esterasa leucocitaria y nitratos; se obtuvo orina para cultivo. Se prescribió gel de metronidazol vaginal.

 

Dos días después, el cultivo de orina creció más de 100.000 unidades formadoras de colonias (UFC) de Escherichia coli por mililitro y de 10.000 a 100.000 UFC de Klebsiella pneumoniae por mililitro. Se prescribió un ciclo de 14 días de trimetoprima-sulfametoxazol.

 

Según los informes, la hinchazón inguinal disminuyó, pero persistieron el dolor en el costado y las náuseas. Dos días después de que la paciente completó el ciclo prescrito de trimetoprima-sulfametoxazol, apareció fiebre y sudores nocturnos. Después de 3 días de fiebre con una temperatura de hasta 38,5 ° C, comenzó a vomitar y posteriormente se presentó al servicio de urgencias de este hospital para su evaluación.

En el servicio de urgencias, la paciente refirió dolor en el costao continuo, malestar general, náuseas y falta de apetito con una pérdida de peso de 2,3 kg durante el último mes. No hubo dolor de garganta, tos ni diarrea. Tenía antecedentes de hipotiroidismo, asma, trastorno bipolar, dismenorrea y migrañas. Había tenido múltiples infecciones del tracto urinario; Una pielonefritis se había diagnosticado 4 años antes de esta presentación. Se había insertado un dispositivo intrauterino de cobre 6 meses antes de esta presentación. Los medicamentos incluían albuterol, budesonida-formoterol, divalproex, levotiroxina, loratadina y sumatriptán según sea necesario para las migrañas. La paciente no fumaba, no bebía alcohol ni consumía drogas ilícitas. Ella había inmigrado a los Estados Unidos desde Brasil un año antes; había estado viviendo en Nueva Inglaterra durante el año pasado y había estado trabajando en un laboratorio. Recientemente había pasado 3 meses en Brasil visitando a su esposo y había regresado a Nueva Inglaterra poco antes de notar hinchazón inguinal. Mientras estuvo en Brasil, se había quedado en una gran ciudad y no había visitado ningún lugar remoto. En Nueva Inglaterra, vivía sola con un gatito y un gato adulto. No había antecedentes familiares de cáncer. Una tía había muerto de tuberculosis, pero la paciente sólo había tenido un contacto mínimo con su tía.

En el examen, la temperatura era de 36,6 ° C, la presión arterial de 100/63 mm Hg, la frecuencia cardíaca de 77 latidos por minuto, la frecuencia respiratoria de 16 respiraciones por minuto y la saturación de oxígeno del 100% mientras respiraba aire ambiente. El peso fue de 67,5 kg y el índice de masa corporal  de 24,4. Impresionaba enferma. El lado derecho del abdomen estaba sensible a la palpación, sin rebote ni defensa. No había hepatoesplenomegalia. Se observaron ganglios linfáticos inguinales bilaterales sensibles. No se observaron adenopatías cervicales, supraclaviculares, infraclaviculares o axilares palpables. El resto del examen físico fue normal. Una prueba de orina para gonadotropina coriónica humana fue negativa. Los niveles sanguíneos de glucosa, electrolitos, creatina quinasa y lactato deshidrogenasa fueron normales, al igual que los resultados de las pruebas de función hepática y renal. Los análisis de sangre para el antígeno p24 del virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) tipo 1 y los anticuerpos contra el VIH tipos 1 y 2 fueron negativos, al igual que un ensayo de liberación de interferón-γ para Mycobacterium tuberculosis. Otros resultados de pruebas de laboratorio se muestran en la Tabla 1.

 




Tabla 1. Datos de laboratorio.

 

Se obtuvieron estudios de imagen.

 


Figura 1. TC de abdomen y pelvis. 

Imágenes axiales de abdomen y pelvis (Paneles A y B), obtenidas sin la administración de material de contraste, muestran linfadenopatía inguinal bilateral (Panel A, flechas), que es más prominente en el lado derecho que en el izquierdo, linfadenopatía ilíaca externa derecha e izquierda (Panel B, flecha) con ovario izquierdo normal (asterisco). Imágenes axiales a través del nivel del abdomen superior (paneles C y D) muestran adenopatías en la porta hepática (panel C, flecha) y un ganglio linfático agrandado en el límite en el ligamento gastrohepático (Panel D, flecha).

 

 

La tomografía computarizada (TC) de abdomen y pelvis ( Figura 1 ), realizada sin la administración de contraste intravenoso, reveló linfadenopatía inguinal bilateral, con el nódulo de mayor tamaño, del lado derecho, de 2,6 cm en su mayor dimensión. También se observó un ganglio linfático de la pared lateral pélvica derecha de 1,3 cm en su mayor dimensión, un ganglio gastrohepático de 0,9 cm en su mayor dimensión y adenopatías en la porta hepática. La ecografía transvaginal reveló un dispositivo intrauterino en una posición adecuada, ovarios normales y trazas de líquido libre en la pelvis.

Se administraron líquidos intravenosos y ketorolaco intramuscular, y la paciente fue ingresada en el hospital. Se realizó una prueba de diagnóstico.

 

Diagnóstico diferencial

Esta mujer de 39 años acudió a este hospital con linfadenopatía inguinal sensible, dolor lumbar derecho y dolor abdominal, con síntomas sistémicos de fiebre, sudores nocturnos, anorexia y pérdida de peso después de una Estancia de 3 meses en Brasil.

 

Las causas de la linfadenopatía se pueden considerar en categorías amplias basadas en enfermedades, que incluyen infecciones, cáncer, enfermedades autoinmunes y otros trastornos diversos. El enfoque para evaluar a un paciente con linfadenopatía generalmente incluye determinar si la linfadenopatía está localizada, involucrando solo una región, o si es generalizada, afectando más de una región. Esta evaluación inicial, junto con una historia clínica y un examen físico minuciosos para identificar pistas epidemiológicas (p. Ej., Exposición a gatos, viajes recientes, picaduras de insectos o comportamiento sexual de alto riesgo) o características patológicas distales a los ganglios linfáticos afectados, pueden reducir sustancialmente las posibilidades y, en la mayoría de los casos, conducen a un diagnóstico.

Esta paciente presentaba adenopatías inguinales predominantemente del lado derecho, con adenopatías contiguas de la pared pélvica observadas en la TC abdominal, hallazgos que sugirieron un proceso regional. También tenía linfadenopatía inguinal en el lado izquierdo, pero el desarrollo de linfadenopatía en ambos lados de la región inguinal puede ocurrir si el proceso subyacente se origina en un sitio central, como por una infección de transmisión sexual o por el improbable caso de inoculación de un patógeno que afecta a ambas piernas. La TC abdominal también reveló agrandamiento del ganglio gastrohepático y linfadenopatía en la porta hepática, hallazgos que plantean la posibilidad de un proceso generalizado o enfermedad diseminada precoz. Debido a que la fiebre y la linfadenopatía inguinal son las características predominantes en este caso, (Tabla 2 ).

 


Tabla 2. Causas de la linfadenopatía inguinal.

 

INFECCIÓN POR MICOBACTERIAS

Dado que este paciente había emigrado a Estados Unidos desde Brasil un año antes, se deben considerar infecciones crónicas o reactivación de infecciones latentes como tuberculosis o micosis endémica. La linfadenitis tuberculosa periférica aislada se debe con mayor frecuencia a enfermedad de reactivación. 1 Por lo general, la linfadenitis tuberculosa es indolora y el sitio más común de afectación son los ganglios linfáticos cervicales, pero pueden estar afectados otros ganglios linfáticos periféricos. 1Este paciente tenía adenopatías en la porta hepática; sin embargo, si tuviera tuberculosis abdominal, esperaría linfadenopatía mesentérica, engrosamiento de la pared intestinal o ascitis, todos los cuales estaban ausentes en este caso. Su fiebre, náuseas, vómitos, pérdida de peso y dolor abdominal serían compatibles con este diagnóstico, al igual que su velocidad de sedimentación globular elevada y el nivel de proteína C reactiva, pero por lo demás los resultados de las pruebas de laboratorio serían normales. Aunque el paciente tuvo una prueba de liberación de interferón-γnegativa para M. tuberculosis , una prueba negativa no necesariamente descarta la tuberculosis.

 

La infección por micobacterias no tuberculosas también es un posible diagnóstico en esta paciente, pero la linfadenitis micobacteriana no tuberculosa se observa con más frecuencia en niños que en adultos y sería poco común en un adulto inmunocompetente. 2 La infección por M. marinum puede causar una infección cutánea nodular con linfadenopatía acompañante y está asociada con traumatismo cutáneo y exposición a una fuente de agua contaminada, pero la linfadenopatía aislada sin hallazgos cutáneos asociados sería inusual.

 

INFECCIÓN POR BARTONELLA HENSELAE

Debido a que el paciente tiene un gatito y un gato, la infección por especies de bartonella, específicamente Bartonella henselae , el principal agente causante de la enfermedad por arañazo de gato, es una consideración en este caso. 3 Los gatos, en particular los gatitos, son el principal reservorio de B. henselae ; transmiten la bacteria a través de la saliva o al rascarse (aproximadamente el 50% de los gatos son seropositivos para B. henselae ). 4,5Este paciente no tenía ninguna evidencia de marcas de rasguños en el examen y no se proporcionó información sobre rasguños anteriores en la presentación del caso. Por lo general, se forma una lesión cutánea (es decir, una pápula, vesícula o pústula) en el sitio del rasguño de 3 a 10 días después de la inoculación; sin embargo, esta lesión no siempre se ve ni se identifica correctamente. 6 Aproximadamente 2 semanas después de la inoculación, se desarrolla una linfadenopatía regional proximal al sitio de inoculación, un rasgo característico de la enfermedad por arañazo de gato. 6 Los sitios de linfadenopatía más comúnmente involucrados son las regiones axilar, epitroclear, cervical, supraclavicular y submandibular. La linfadenopatía generalizada es rara, pero hasta un tercio de los casos afecta más de un sitio anatómico. 6Aunque la linfadenopatía asociada con la enfermedad por arañazo de gato generalmente se resuelve en 1 a 6 meses sin tratamiento, 7 la recomendación actual es el tratamiento con un ciclo corto de azitromicina. 8 El trimetoprim-sulfametoxazol, que recibió este paciente, tiene actividad in vitro contra las especies de bartonella y se ha demostrado que es clínicamente eficaz en algunos casos. 7Esto podría explicar por qué la condición de este paciente mejoró inicialmente pero luego empeoró después de suspender estos antibióticos. La duración típica del tratamiento es de 5 días para la enfermedad por arañazo de gato sin complicaciones. Esta paciente recibió 2 semanas de tratamiento, pero dada la extensión de su enfermedad y la afectación de los ganglios gastrohepáticos y los ganglios del porta hepático, hallazgos que podrían sugerir una diseminación temprana de B. hensalae , probablemente habría necesitado un tratamiento más prolongado.

 

TOXOPLASMOSIS

La toxoplasmosis y la enfermedad por arañazo de gato están asociadas con la adenopatía y la exposición a los gatos. Sin embargo, la toxoplasmosis aguda se manifiesta por un síndrome similar a la mononucleosis caracterizado por linfadenopatía cervical o linfadenopatía difusa generalizada 9 que es similar a la observada en pacientes con infección aguda por virus de Epstein-Barr, infección aguda por citomegalovirus e infección primaria por VIH. Debido a que este paciente tenía muchas características que eran compatibles con la toxoplasmosis aguda, es difícil descartar este diagnóstico sin pruebas adicionales para la toxoplasmosis.

 

INFECCIONES BACTERIANAS DE LA PIEL Y TEJIDOS BLANDOS

La adenitis bacteriana, que generalmente es causada por Staphylococcus aureus y Streptococcus pyogenes , es un tipo común de linfadenitis unilateral aguda; sin embargo, la ausencia de signos de infección en las piernas hace que estos diagnósticos sean poco probables. Las causas menos comunes de linfadenitis incluyen tularemia, nocardiosis y esporotricosis, todas las cuales pueden causar linfadenopatía regional distal al sitio de inoculación. Por lo general, se esperarían hallazgos cutáneos asociados con tularemia, nocardiosis y esporotricosis; sin embargo, la tularemia también tiene una forma glandular sin hallazgos cutáneos asociados. 10 Sin embargo, las características epidemiológicas de la tularemia (p. Ej., Exposición a un animal infectado o mordedura de un animal) no concuerdan con la presentación de este paciente.

 

INFECCIONES DE TRANSMISIÓN SEXUAL

Las infecciones de transmisión sexual que se asocian comúnmente con la linfadenopatía inguinal son el linfogranuloma venéreo (LGV), la sífilis y el chancroide. De estos, LGV es el diagnóstico más probable para esta paciente, dados sus síntomas, el momento de aparición de los síntomas y la ausencia de hallazgos cutáneos en el examen pélvico. El LGV es una úlcera genital causada por los serovares L1, L2 y L3 de C. trachomatis . 11 Históricamente, ha sido más prevalente en los trópicos y subtrópicos, pero su prevalencia ha ido en aumento en los países de ingresos altos, principalmente entre los hombres que tienen sexo con hombres. 11La etapa primaria de la infección se caracteriza por la presencia de una úlcera genital en el lugar de la inoculación que se cura espontáneamente en unos pocos días. La etapa secundaria, que ocurre de 2 a 6 semanas después, puede manifestarse por un ganglio inguinal reactivo doloroso y agrandado y está relacionada con la extensión directa de la infección a los ganglios regionales. 11 La etapa secundaria también puede asociarse con síntomas anorrectales, incluida la proctocolitis. 11 El diagnóstico se basa en la presentación clínica y los hallazgos epidemiológicos y se confirma mediante pruebas de ácido nucleico. 11 Las pruebas serológicas también se puede realizar para apoyar el diagnóstico. Esta paciente se sometió a pruebas de LGV; tanto una prueba serológica como una prueba de ácido nucleico para C. trachomatis fueron negativos.

 

La ausencia de úlceras genitales en este paciente hace poco probable el chancroide, la infección primaria por el virus del herpes simple y la sífilis. 12 La etapa secundaria de la sífilis se manifiesta típicamente por exantema y linfadenopatía generalizada; La linfadenopatía regional, como se ve en este caso, sería atípica de la sífilis.

 

INFECCIONES RELACIONADAS CON LOS VIAJES

Esta paciente había regresado recientemente de una estadía de 3 meses en Brasil visitando a su esposo. Muchas enfermedades relacionadas con los viajes pueden estar asociadas con fiebre y linfadenopatía, incluida la infección por el virus del dengue, la infección por el virus de la chikunguña, la infección por el virus del Zika, la brucelosis, la leptospirosis, la fiebre entérica (fiebre tifoidea o paratifoidea) y la bartonelosis (causada por B. quintana y B. bacilliformis ). 13 Con la excepción de la fiebre entérica, que se manifestaría por linfadenopatía mesentérica, estas enfermedades generalmente se asocian con linfadenopatía difusa en lugar de linfadenopatía regional que se observa en esta paciente. En este caso, se puede descartar la infección por los virus del dengue, chikungunya y Zika, ya que los pacientes generalmente presentan fiebre dentro de las 2 semanas posteriores a la exposición.

 

Las micosis endémicas, como paracoccidioidomicosis, histoplasmosis, blastomicosis y coccidioidomicosis, pueden causar linfadenopatía generalizada en pacientes con enfermedad diseminada y por lo general se asocian con hepatoesplenomegalia y disfunción de la médula ósea. 14 Esta paciente no tenía exposiciones recientes (permaneció en una ciudad) o síntomas pulmonares que sugirieran una infección primaria, y era inmunocompetente, lo que hace que la enfermedad por reactivación o la enfermedad diseminada sean poco probables.

 

CÁNCER, ENFERMEDADES AUTOINMUNES Y OTRAS AFECCIONES

Ante la presencia de fiebre, adenopatías, sudores nocturnos y pérdida de peso, en este caso se debe considerar el linfoma. Los tumores comunes que metastatizan a los ganglios linfáticos inguinales incluyen el carcinoma de células escamosas de vulva, pene y ano 15 ; sin embargo, el examen clínico y los síntomas del paciente no coincidieron con estos diagnósticos. No hay antecedentes de erupción cutánea, debilidad o artralgias, lo que hace que los trastornos autoinmunitarios sean una causa poco probable de su presentación. La sarcoidosis se manifiesta característicamente como linfadenopatía hiliar pulmonar (en 90% de los casos), pero también puede asociarse con linfadenopatía periférica. 16

 

En resumen, la presentación de este paciente con linfadenopatía dolorosa regional y antecedentes de exposición a gatos hace que la enfermedad por arañazo de gato sea el diagnóstico más probable en este caso. No se puede descartar una presentación atípica de una infección sistémica, un proceso granulomatoso sistémico como la sarcoidosis y un trastorno linfoproliferativo. Para establecer el diagnóstico, recomendaría una biopsia de ganglio linfático inguinal derecho y pruebas serológicas para B. henselae y otras causas infecciosas.

 

DIAGNÓSTICO PRESUNTIVO

INFECCIÓN POR BARTONELLA HENSELAE .

 

PRUEBAS DE DIAGNÓSTICO INICIAL

Se realizó una biopsia de ganglio linfático inguinal derecho de forma ambulatoria después de que la paciente fuera dada de alta del hospital. Examen microscópico de la muestra de biopsia ( Figura 2) reveló una distorsión arquitectónica caracterizada por fibrosis capsular marcada, hipervascularidad con aumento de células plasmáticas, hiperplasia folicular reactiva florida, grupos focales de células B monocitoides e inflamación granulomatosa prominente sin neutrófilos ni necrosis. La tinción inmunohistoquímica mostró células plasmáticas politípicas y un número y distribución apropiados de células B y células T, y la citometría de flujo concurrente no mostró evidencia de una población de células B monoclonales o una población de células T inusual. Aunque parecía más probable una causa infecciosa, la combinación de características morfológicas no apuntaba a una causa específica.

 


 

Figura 2. Muestra de biopsia de un ganglio linfático inguinal derecho, evaluación diagnóstica inicial.

La tinción con hematoxilina y eosina muestra un marcado engrosamiento capsular y fibrosis (Panel A). En la interfaz de la cápsula y tejido linfoide, hay vasos pequeños prominentes asociados con un aumento de células plasmáticas (Panel B, flechas), que fueron politípicas en la hibridación in situ de ARN para cadenas ligeras de inmunoglobulina kappa y lambda (no mostrado). Algunas áreas del tejido linfoide subyacente contienen un mayor número de folículos reactivos (Panel C, flechas) con agregados intercalados de células B monocitoides reactivas (Panel D), y otras áreas contienen característicos infiltraos  histiocíticas conspicuos que son compatibles con granulomas mal formados (Panel E, flechas). A mayor aumento, los histiocitos que se pueden ver dentro de los granulomas se asocian con pequeños linfocitos y células plasmáticas; células gigantes y no hay neutrófilos y no hay necrosis central (Panel F).

 

 

Además, numerosas tinciones para microorganismos resultaron negativas; estos incluyeron tinción ácido-resistente para micobacterias, tinción de Grocott metenamina-plata para hongos y tinción de Steiner y tinción de plata de Warthin-Starry para espiroquetas y otras bacterias, así como tinción inmunohistoquímica para anticuerpos contra Treponema pallidum , Toxoplasma gondii y citomegalovirus. Fue difícil conciliar estos hallazgos en los ganglios linfáticos con las pruebas serológicas de bartonella que se habían realizado en el momento de la admisión del paciente; la prueba había mostrado un título de IgG de B. henselae notablemente elevado de 1: 1024 o superior (título de referencia, menos de 1: 128) y un título de B. quintana moderadamente elevadoTítulo de IgG de 1: 512 (título de referencia, menos de 1: 128), con títulos indetectables de B. henselae y B. quintana IgM de menos de 1:20 (rango de referencia para ambos, menos de 1:20). En pacientes con linfadenitis relacionada con la infección por B. henselae (es decir, enfermedad por arañazo de gato), se esperaría la presencia de granulomas supurativos asociados con grupos neutrofílicos y necrosis central, al igual que los organismos en la tinción de plata de Warthin-Starry 17 ; sin embargo, estas características no se observaron en la evaluación histológica.

 

DISCUSIÓN DEL MANEJO

Debido a la alta sospecha de infección por bartonella diseminada temprana, recomendamos el tratamiento con doxiciclina. Antes de que la paciente comenzara la terapia con doxiciclina, su condición había comenzado a mejorar; la linfadenopatía palpable, la fiebre y la anemia se habían resuelto y los niveles de marcadores inflamatorios estaban disminuyendo. La conocí en el seguimiento, 2 meses después de la aparición de los síntomas y 2 semanas después de que comenzara el tratamiento con doxiciclina. Tenía dolor epigástrico persistente y sabor metálico, que atribuía a la doxiciclina. Su examen fue notable por dolor leve en la región lumbar  derecha a la  palpación, que describió como similar a su presentación inicial, y que era distinto de su dolor epigástrico. No tenía adenopatías palpables. El resultado de una prueba serológica para paracoccidioides aún no estaba disponible,

 

La paciente estaba pensando en suspender el tratamiento con doxiciclina y se consideraron las siguientes preguntas: ¿Era posible un diagnóstico alternativo, como la infección por paracoccidioides? ¿Era probable que los resultados de sus pruebas serológicas reflejaran una exposición previa a bartonella en lugar de una nueva infección? ¿Había opciones alternativas de antibióticos? Primero, discutimos que los paracoccidioides eran una posible causa, aunque su presentación sería atípica. Aunque informó que había permanecido en un entorno urbano en Brasil y que los paracoccidioides se asocian más a menudo con entornos rurales, la infección puede ocurrir en todo Brasil. 18 Además, la TC de tórax del paciente mostró pequeños nódulos pulmonares anodinos, que no se asocian típicamente con infecciones por bartonella en huéspedes inmunocompetentes.19 En segundo lugar, razonamos que, aunque los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades estiman que del 30 al 40% de los gatos adoptados en refugios tienen bacteriemia asociada con bartonella, la mayoría de las personas que cuidan gatos no tienen seroconversión. 20 En tercer lugar, discutimos posibles antibióticos alternativos. La azitromicina o claritromicina pueden estar asociadas con ototoxicidad con el uso prolongado, la eritromicina se asocia con efectos secundarios gastrointestinales y el trimetoprim-sulfametoxazol (que el paciente había recibido previamente) tiene una actividad in vitro variable contra la bartonella y se ha asociado con una respuesta clínica inconsistente en informes de casos. 21

 

Los datos que podrían informar tanto la elección del antibiótico como la duración del tratamiento son limitados y se basan principalmente en la opinión de expertos. 22 Al final, nos decidimos por un ciclo de tratamiento antimicrobiano de 2 a 3 meses. Aunque la paciente tenía dolor abdominal leve persistente de causa incierta, no había tenido ningún compromiso oftalmológico, neurológico, hepatoesplénico o cardíaco obvio en ningún momento.

 

Dados los síntomas persistentes de la paciente y el hecho de que un diagnóstico definitivo podría afectar su decisión de continuar la terapia con antibióticos, se envió una muestra de ganglio linfático para la prueba de reacción en cadena de la polimerasa (PCR) para la secuenciación del gen del ARN ribosómico 16S (ARNr), que utiliza cebadores para el gen de ARNr 16S conservado para identificar la firma única de la mayoría de las especies de bacterias. El paciente continuó recibiendo doxiciclina mientras estaban pendientes los resultados. Anticipamos que la prueba tendría un valor predictivo negativo bajo, dado que las cargas bacterianas de bartonella habían sido tan bajas que no se observaron en el examen patológico y dado que el paciente había sido tratado antes de la biopsia.

 

 

MUESTRA DE BIOPSIA DE UN GANGLIO LINFÁTICO INGUINAL DERECHO, EVALUACIÓN DIAGNÓSTICA FINAL.

Las pruebas de PCR para el gen ARNr 16S mostraron la presencia de ADN de B. henselae . La reevaluación de la tinción de plata de Warthin-Starry original de la biopsia del ganglio linfático inguinal derecho de la paciente confirmó la ausencia de organismos detectables. Se repitió la tinción con plata de Warthin-Starry en el bloque de tejido de ganglio linfático incluido en parafina que se había evaluado inicialmente y se realizó en los tres bloques restantes de tejido de ganglio linfático incluidos en parafina que se habían sometido a evaluación microscópica. En un solo bloque, uno que era diferente del teñido originalmente, la tinción de plata de Warthin-Starry resaltó pequeños focos dispersos de bacilos pleomórficos en grupos y grupos asociados con vasos pequeños, hallazgos que eran consistentes con infección por B. henselae ( Figura 3A y 3B ). Planteamos la hipótesis de que el inicio de la terapia antes de la biopsia de los ganglios linfáticos había alterado el aspecto histológico típico de la enfermedad por arañazo de gato y había provocado una escasez de organismos detectables. 23

 


Figura 3. Muestra de biopsia de un ganglio  linfático inguinal derecho.

Evaluación diagnóstica final.

La tinción de plata de Warthin-Starry muestra áreas focales de la muestra  de ganglio linfático que contiene grupos de bacilos que aparecen negros contra una contratinción marrón claro y están asociados con vasos pequeños (Paneles A y B, flechas). A mayor aumento, los bacilos son pleomórficos. y aparecen en pequeños grupos (Panel B).

 

SEGUIMIENTO

Después de compartir los resultados de la prueba de PCR con la paciente, ella proporcionó antecedentes adicionales. Había rescatado a su gatito un mes antes de su hospitalización. Posteriormente, su gato adulto comenzó a presentar letargo, anorexia y dolor abdominal, y notó un gran ganglio linfático por el que buscó atención veterinaria. La aspiración de un ganglio linfático no reveló nada y la condición del gato más grande mejoró después de 5 a 7 días. En retrospectiva, sospechamos que el gatito fue el origen de la enfermedad del paciente. Los gatitos sintomáticos tienen más probabilidades de tener bacteriemia de alto grado que los gatos adultos jóvenes y es más probable que se rasquen. El supuesto mecanismo de la infección humana es que las heces de las pulgas infectadas contaminan las uñas de los gatos e inoculan las heridas humanas con bacterias viables. La eliminación de las pulgas más que el tratamiento del gato es la clave para la prevención.24,25

 

El paciente continuó el tratamiento con doxiciclina. Después de 3 meses, los títulos de B. henselae habían disminuido de más del límite superior de cuantificación a 1: 128, los títulos de B. quintana se habían normalizado y su dolor abdominal se había resuelto. Además, la prueba de paracoccidioides había arrojado un resultado negativo.

 

DIAGNOSTICO FINAL

INFECCIÓN POR BARTONELLA HENSELAE (ENFERMEDAD POR ARAÑAZO DE GATO).

 

Traducción de

A 39-Year-Old Woman with Fever, Flank Pain, and Inguinal Lymphadenopathy

Richelle C. Charles, M.D., Madeleine Sertic, M.B., Ch.B., Anne M. Neilan, M.D., M.P.H., and Aliyah R. Sohani, M.D.

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ONICORREXIS, ONICOSQUICIA, Y LEUCONIQUIA PUNCTATA EN MUJER DE 37 AÑOS.

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Mujer 37 años. Antecedentes de hipotiroidismo de 4 años, en tratamiento con  T4 0.50ug QD.  Uñas Quebradizas, estriadas, muy frágiles desde hace 8 años, se descartó en 3 ocasiones onicomicosis mediante KOH.  No se ha aplicado uñas acrílicas ni gel. Etc etc. En algunas ocasiones tratamiento con urea 40% mejora mientras lo usa.





En las imágenes se pueden apreciar tres alteraciones ungueales muy frecuentes de ver. Las estriaciones longitudinales que recorren la uña desde la base hasta el extremo libre  consisten en onicorrexis, la separación del extremo libre de la uña visto en el dedo medio, el índice y el pulgar izquierdo se llama onicosquicia, y las manchas blancas vistas en el lecho ungueal en esa disposición y distribución son consistentes con leuconiquia punctata.

Tanto la onicorrexis como la onicosquicia se conocen en forma amplia como “uñas quebradizas” (brittle nails), que se caracterizan por fragilidad ungueal y  descamación. El mecanismo ultraestructural es la estructura proteica y lipídica desorganizada con una orientación no homogénea de los filamentos de queratina. En la onicosquicia hay además alteración de los factores adhesivos intercelulares de la placa de la ungueal por factores externos.   Es una situación vista muy frecuentemente que afecta predominantemente a mujeres de edad media o mayores  y se debe hacer un interrogatorio exhaustivo tendiente a descubrir las causas como pueden ser multiparidad, dermatosis asociadas (eccema, liquen plano, alopecía areata),  trastornos sistémicos (ferropenia, endocrinopatías), trabajo con las manos en ambientes húmedos o con exposición a solventes, álcalis, ácidos, uso de cosméticos quitaesmaltes, esculpido de uñas, aplicación de geles acrílicos, microtraumatismos (ocupacional, onicotilomanía, onicofagia), etc. El tratamiento consiste en la evitación de los factores agresivos o desencadenantes, uso de guantes para trabajo o quehaceres húmedos, evitar manicuras y limados de uñas agresivos, e hidratando las uñas con emolientes. La biotina es frecuentemente  utilizada con buenos resultados.

En cuanto a la leuconiquia punctata es el tipo más común de leuconiquia, se ve principalmente en niños y son pequeñas manchas blancas de 1 a 3 mm en la placa ungueal que se mueven distalmente cuando la uña crece. La causa más frecuente son los traumatismos y por eso son tan frecuentes en los niños. Hay que diferenciarlas de las leuconiquias transversales (líneas de Mees) que se ven en infecciones, uso de fármacos o exposición a arsénico o talio, y de las líneas de Muehrcke  que son leuconiquias aparentes, también transversales   que se ven en la hipoalbuminemia y síndrome nefrótico, hepatopatías, trasplante de órganos, infección por VIH y quimioterapia.

 

Presentó la Dra. Gaby Muñoz Vega

Quito.  Ecuador.

 

 

VARÓN DE 78 AÑOS CON RASH EN LA CARA Y CUERO CABELLUDO

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Presentación de caso

Un hombre de 78 años ingresó en este hospital debido a un sarpullido en la frente y el cuero cabelludo frontal y edema de los párpados izquierdos.

 

El paciente había estado bien hasta 3 días antes de la presentación, cuando se desarrolló un dolor similar a la presión en el lado izquierdo de la frente y el cuero cabelludo frontal y los senos maxilares bilaterales y la mandíbula superior. Describió el dolor como similar a episodios anteriores de sinusitis. Fue evaluado en la consulta de atención primaria de otro hospital y se inició tratamiento con clindamicina oral por un presunto diagnóstico de sinusitis.

 

Dos días antes de la presentación, el paciente notó eritema y pequeñas lesiones cutáneas de color marrón rojizo en el lado izquierdo de la frente y el cuero cabelludo frontal. Su barbero le había señalado una mancha similar en la parte superior de su cuero cabelludo 2 semanas antes. Las lesiones cutáneas no eran dolorosas ni le picaban y no buscó evaluación médica.

 

El día de la presentación, el paciente se despertó del sueño y notó enrojecimiento e hinchazón de los párpados izquierdos. Las lesiones cutáneas en el lado izquierdo de la frente y el cuero cabelludo frontal habían aumentado en número, y algunas estaban cubiertas de costras hemorrágicas. Había dolor con el movimiento del ojo izquierdo y visión borrosa. En el transcurso de varias horas, la hinchazón de los párpados izquierdos empeoró y el paciente no pudo abrir completamente el ojo izquierdo. Se presentó al departamento de emergencias de este hospital para su evaluación.

 

En el servicio de urgencias, el paciente refirió ausencia de secreción nasal o ocular, cambios en el gusto o la audición y sin claudicación mandibular. No se había cambiado recientemente de champú ni había estado en una piscina o jacuzzi. Tenía antecedentes de sinusitis recurrente, rinitis alérgica, depresión, hiperplasia prostática benigna, hipogonadismo y síndrome de piernas inquietas. Había recibido un diagnóstico de cáncer de recto 15 años antes, que había llevado a una colectomía parcial, así como un diagnóstico de cáncer de testículo 50 años antes, que había llevado a una orquiectomía y radioterapia. Su historia ocular incluía ptosis leve bilateral; había sido sometido a extracción bilateral de cataratas con implante de lente intraocular. Los medicamentos incluían finasterida, tamsulosina, carbidopa-levodopa, azelastina nasal y fluticasona y testosterona tópica. Levofloxacina, cefaclor, y sulfametoxazol-trimetoprima habían causado un sarpullido. El paciente era un ingeniero jubilado y vivía con su esposa en una comunidad costera de Nueva Inglaterra. Anteriormente había fumado en pipa, pero lo había dejado 30 años antes. Bebía un cuarto de copa de vino al día. Su historia familiar incluyó cáncer de piel en su abuela materna y degeneración macular en su hermana.

 

En el examen, la temperatura era de 38,1 ° C, la presión arterial de 122/58 mm Hg y la frecuencia cardíaca de 74 latidos por minuto. El índice de masa corporal era de 31,9. La agudeza visual sin anteojos fue 20/40 en el ojo derecho y 20/50 en el ojo izquierdo. Los resultados de las pruebas de color de Ishihara fueron normales. Las pupilas eran iguales, redondas y reactivas a la luz; no hubo defecto pupilar aferente relativo. Los movimientos extraoculares estaban llenos. Había ptosis completa del párpado superior izquierdo, junto con eritema y edema de los párpados superior e inferior izquierdos. Había ptosis leve del párpado superior derecho. No hubo proptosis. La presión intraocular fue de 17 mm Hg en ambos ojos. El examen con lámpara de hendidura reveló inyección conjuntival difusa y quemosis inferior en el ojo izquierdo. Las córneas estaban claras y no se visualizaron células en las cámaras anteriores. Los resultados del examen fundoscópico dilatado fueron normales. Había un eritema prominente que afectaba la frente, el lado izquierdo del cuero cabelludo anterior y los párpados izquierdos. Se observaron múltiples erosiones coalescentes cubiertas con costras hemorrágicas y serosas en los sitios de eritema, que afectaron principalmente el lado izquierdo de la frente y se extendieron hasta la línea media, el cuero cabelludo frontal y el párpado superior izquierdo. Las erosiones y el eritema afectaron también el lado derecho de la frente, pero en mucha menor medida. El resto del examen físico fue normal. Se observaron múltiples erosiones coalescentes cubiertas con costras hemorrágicas y serosas en los sitios de eritema, que afectaron principalmente el lado izquierdo de la frente y se extendieron hasta la línea media, el cuero cabelludo frontal y el párpado superior izquierdo. Las erosiones y el eritema afectaron también el lado derecho de la frente, pero en mucha menor medida. El resto del examen físico fue normal. Se observaron múltiples erosiones coalescentes cubiertas con costras hemorrágicas y serosas en los sitios de eritema, que afectaron principalmente el lado izquierdo de la frente y se extendieron hasta la línea media, el cuero cabelludo frontal y el párpado superior izquierdo. Las erosiones y el eritema afectaron también el lado derecho de la frente, pero en mucha menor medida. El resto del examen físico fue normal.

La evaluación de laboratorio reveló un nivel de sodio en sangre de 125 mmol por litro (rango de referencia, 135 a 145). Los resultados de las pruebas de función renal y hepática fueron normales. Las pruebas para el virus de la inmunodeficiencia humana tipos 1 y 2 fueron negativas. Otros resultados de pruebas de laboratorio se muestran en la Tabla 1 .

 

 


Tabla 1. Datos de laboratorio

 

 

 La tomografía computarizada (TC) de la cabeza y la cara ( Figura 1 ), realizada después de la administración de contraste intravenoso, reveló una marcada hinchazón que afectaba los tejidos blandos sobre la órbita izquierda y el seno frontal y se extendía superiormente a lo largo de la vía intravenosa. tejido blando superficial del cuero cabelludo frontal, predominantemente en el lado izquierdo. El globo ocular, la órbita y el tejido blando retrobulbar eran normales. El seno maxilar derecho mostró una opacificación casi completa con engrosamiento de la pared y esclerosis, hallazgos compatibles con inflamación crónica y sinusitis. Había un defecto en la pared medial del seno maxilar derecho que era compatible con la cirugía previa del seno. Los otros senos paranasales, incluidos el seno maxilar izquierdo, los senos etmoidales y los senos esfenoidales, estaban bien aireados.

 

 


Figura 1. TC de cabeza y rostro.

Imágenes axiales obtenidas tras la administración de contraste intravenoso y reconstruidas en algoritmo de tejidos blandos (Paneles A y B) muestran un marcado edema de los párpados izquierdos y tejidos blandos preseptales superficiales a la órbita izquierda (Panel A, flechas) y líquido y edema dentro del cuero cabelludo frontal (Panel B, flecha). Sin cambios inflamatorios poseptales  presentes; el aspecto normal y simétrico de la grasa orbitaria es consistente con los hallazgos en una imagen coronal reconstruida en algoritmo de tejidos blandos (Panel C). Una imagen coronal reconstruida en ventana ósea ó(Panel D) al mismo nivel anatómico que la imagen representativa muestra una opacificación casi completa del seno maxilar del lado derecho con engrosamiento y esclerosis de las paredes del seno maxilar derecho (flecha), hallazgos consistentes con sinusitis crónica. Un defecto en la pared medial del seno maxilar derecho (punta de flecha) es compatible con cirugía de los senos nasales. Los otros senos paranasales, incluidos el seno maxilar izquierdo, los senos etmoidales y los senos esfenoidales bordeando la órbita izquierda, están bien aireados.

 

 

Se inició tratamiento empírico con valaciclovir, amoxicilina-clavulanato y bacitracina-polimixina B tópica. Al día siguiente, el edema y eritema de los párpados izquierdos empeoró, y hubo un nuevo edema y eritema de los párpados derechos. El paciente no podía abrir los ojos. Comenzó a tener alucinaciones visuales y su esposa notó que estaba confundido. Las lesiones cutáneas en el lado izquierdo de la frente no cambiaron, y estaban presentes nuevas erosiones redondas perforadas con costra hemorrágica suprayacente en el lado derecho de la frente ( Figura 2 ). Se inició tratamiento empírico con vancomicina intravenosa, cefepima y aciclovir.

 

 


Figura 2. Fotografías clínicas.

El panel A muestra una erupción localizada predominantemente en el lado izquierdo distribución dermatómica del nervio craneal (V1), que afecta principalmente el lado izquierdo de la frente y el párpado superior izquierdo, con demarcación parcial en la línea media de la frente (flechas). Hay edema clínicamente significativo del párpados, que es más pronunciado en el lado izquierdo que en el lado derecho. Es de destacar que la nariz está respetada. El panel B muestra afectación del cuero cabelludo frontal (flecha). Los paneles C y D muestran múltiples violáceas agrupadas y confluentes pápulas erosionadas con costra hemorrágica y serosa con eritema subyacente (flechas). El panel E muestra eritema que involucra toda la frente, así como erosiones más pequeñas con costra hemorrágica (flecha) y múltiples pústulas (punta de flecha) que involucra el lado derecho de la frente.

 

Se realizó una prueba de diagnóstico.

 

Diagnóstico diferencial

Este hombre de 78 años presentó lesiones en evolución que afectaron la frente y el cuero cabelludo, junto con edema palpebral y visión borrosa. El diagnóstico diferencial de las lesiones cutáneas progresivas es amplio, pero la ubicación alrededor del ojo reduce el abanico de posibilidades en este caso. La apariencia clínica de las lesiones, la rápida progresión y la fiebre mueven la posibilidad de infección al principio de la lista. Este paciente también tenía cambios en la piel que afectaban a los párpados y la región periocular.

 

Una distinción inicial importante es si el proceso afecta las estructuras preseptales superficiales (anterior al tabique orbitario) o las estructuras orbitarias más profundas (posterior al tabique orbitario). El tabique orbitario es una membrana multilaminar resistente que se conecta al periostio de la cara y la órbita y se extiende desde los bordes orbitarios a través de los párpados. Esta membrana sirve anatómicamente como un límite que separa el párpado de la órbita y clínicamente como una barrera para la propagación de infecciones y tumores. Aunque los procesos orbitarios pueden implicar posteriormente tejidos preseptales y los procesos preseptales pueden implicar tejidos orbitarios, el tabique orbitario a menudo previene tal propagación de la enfermedad. Las condiciones que afectan la órbita suelen ser más graves y difíciles de tratar que las que se limitan al espacio preseptal.

 

INFECCIONES ORBITARIAS

La infección de la órbita puede tener complicaciones graves que suponen un riesgo de pérdida de la visión e incluso la muerte, dada la proximidad al ojo, al nervio óptico y al espacio intracraneal. La infección orbitaria puede manifestarse como celulitis difusa o absceso focal. La mayoría de los casos de celulitis orbitaria surgen de una infección bacteriana de los senos nasales; Las fuentes menos comunes incluyen la infección de la piel suprayacente o la diseminación hematógena de la infección desde un sitio distante. Aunque los signos de celulitis orbitaria se deben con mayor frecuencia a una infección, los procesos inflamatorios pueden simular la celulitis orbitaria en casos raros. 1

 

El examen físico puede ayudar a distinguir entre condiciones orbitarias y preseptales. Los hallazgos típicos de un proceso orbitario incluyen proptosis y anomalías de estructuras dentro de la órbita, sobre todo el nervio óptico y los músculos extraoculares. Si hay ptosis, como en este paciente, el examinador debe levantar manualmente los párpados para que los ojos puedan visualizarse por completo. Este paciente no presentaba proptosis ni defecto pupilar aferente y la motilidad ocular era normal. La ausencia de estos signos orbitarios es un argumento en contra de un proceso orbitario como la celulitis o un absceso. Además, aunque la tomografía computarizada mostró opacificación del seno maxilar derecho, hallazgo compatible con sinusitis crónica, la órbita izquierda era normal, lo que aporta más evidencia de que en este caso se puede descartar celulitis orbitaria.

 

INFECCIONES PRESEPTALES

Los hallazgos típicos de un proceso preseptal incluyen eritema cutáneo, edema y calor, con un nivel variable de dolor. Sin embargo, el ojo en sí es casi siempre normal, con una esclerótica blanca y sin inyección conjuntival. Aunque este paciente recibió una inyección conjuntival, los hallazgos generales en el examen físico son más consistentes con una condición preseptal.

 

La fascitis necrotizante es la infección más grave que se presenta en la región periocular, pero rara vez ocurre en esta ubicación. Suele deberse al estreptococo del grupo A y se asocia con eritema rápidamente progresivo, formación de ampollas, presencia de crepitación a la palpación y mal aspecto en la mayoría de los pacientes. Aunque este paciente tuvo una rápida progresión del eritema y el edema, la aparición de sus lesiones cutáneas, el recuento de leucocitos normal y su apariencia por lo demás saludable hacen poco probable la posibilidad de fascitis necrotizante.

 

La celulitis que surge de un traumatismo seguido de una sobreinfección bacteriana puede causar eritema y edema dolorosos progresivos. Este paciente no refirió ningún traumatismo en el cuero cabelludo y la apariencia de sus lesiones cutáneas no es compatible con celulitis.

 

Un orzuelo, coloquialmente conocido como orzuelo, es una infección aguda de glándulas especializadas en el párpado. Aunque la mayoría de los pacientes con orzuelo presentan eritema focal e hinchazón del párpado, se puede desarrollar una hinchazón severa del párpado. A diferencia de las lesiones de este paciente, que comenzaron en la frente, un orzuelo comienza en el párpado y la hinchazón se extiende circunferencialmente lejos de la fuente.

 

Los abscesos palpebrales son infrecuentes en ausencia de traumatismo. Los abscesos de las cejas se deben a una infección focal de los folículos pilosos, que ocurre con más frecuencia en las mujeres que en los hombres y se asocia con el acné o el cuidado de las cejas. Los abscesos cutáneos a menudo forman una sola espinilla pustulosa con edema y eritema circundantes. La presencia de múltiples lesiones cutáneas con costra hemorrágica no es compatible con un absceso.

 

La conjuntivitis viral es una infección común y muy contagiosa causada principalmente por adenovirus. Los síntomas incluyen picazón, irritación y la sensación de un cuerpo extraño en el ojo; Casi siempre hay hiperemia conjuntival, secreción e hinchazón de los párpados. Aunque este paciente tenía enrojecimiento conjuntival e hinchazón del párpado, los hallazgos cutáneos no son compatibles con conjuntivitis viral.

 

Las reacciones alérgicas de todo tipo pueden provocar eritema, edema y cambios cutáneos en los párpados y la región periocular. La erupción de este paciente no es compatible con una reacción de hipersensibilidad por contacto o con urticaria.

 

Finalmente, las picaduras o picaduras de insectos pueden causar eritema, edema, induración y prurito del párpado. Este paciente no informó de picaduras de mosquitos o picaduras de abejas, que generalmente se presencian. Las picaduras de arañas pueden causar una inflamación necrotizante severa y efectos tóxicos en la región periocular, lo que lleva al uso de antibióticos sistémicos o intervención quirúrgica; sin embargo, las mordeduras no presenciadas son muy raras y es poco probable que hayan ocurrido en este paciente.

 

Debido a que la celulitis preseptal y las condiciones que imitan una infección de este tipo son poco probables en este paciente, consideraré si podría tener una presentación atípica de un diagnóstico "imperdible", como arteritis de células gigantes o herpes zóster oftálmico.

 

ARTERITIS DE CÉLULAS GIGANTES

¿Podría este paciente tener arteritis de células gigantes? Si no se trata, esta afección puede causar ceguera irreversible, accidente cerebrovascular y, en casos muy raros, la muerte. Debido a que la prevalencia aumenta con la edad, la arteritis de células gigantes es una consideración importante en este hombre de 78 años.

 

En pacientes con arteritis de células gigantes, puede producirse un proceso (similar al proceso que conduce a la ceguera) en el que la oclusión de la arteria temporal superficial, que suministra sangre al cuero cabelludo frontal y parietal, provoca isquemia y necrosis de la piel. Las lesiones necróticas del cuero cabelludo pueden variar en tamaño y apariencia; por lo general, incluyen grandes áreas de lesiones oscuras o en forma de escara con costras o supuración. 2 Las lesiones pueden extenderse profundamente en el cuero cabelludo, a veces hasta la calota, y pueden ser unilaterales o bilaterales. Aunque las lesiones cutáneas de este paciente podrían ser consistentes con los hallazgos cutáneos descritos en pacientes con arteritis de células gigantes, la incidencia de necrosis del cuero cabelludo asociada a esta enfermedad es bastante baja, con menos de 85 casos reportados en la literatura. 2

 

Este paciente tenía lesiones discretas en el cuero cabelludo que se fusionaban superficialmente, no las grandes lesiones en forma de escara que se ven típicamente en pacientes con arteritis de células gigantes. Además, informó un dolor similar a la presión similar a la sinusitis, no la sensibilidad extrema del cuero cabelludo y la claudicación de la mandíbula comúnmente asociadas con la arteritis de células gigantes. La velocidad de sedimentación globular normal y la ausencia de trombocitosis también argumentan en contra de este diagnóstico. En este caso no sería necesaria una biopsia de la arteria temporal superficial, que es el método estándar de diagnóstico, porque es poco probable que la arteritis de células gigantes explique los síntomas de este paciente.

 

HERPES ZÓSTER OFTÁLMICO

Un diagnóstico que es más común que la arteritis de células gigantes y también es más probable que cause lesiones en la piel alrededor del ojo es el herpes zoster oftálmico, que se debe a la reactivación de la infección por el virus varicela-zoster (VZV). El herpes zóster oftálmico y otros tipos de herpes zóster suelen afectar a un solo dermatoma, porque el virus permanece inactivo dentro de un nervio craneal, raíz dorsal o ganglio autónomo antes de la reactivación. Hasta el 30% de las personas en los Estados Unidos tienen reactivación de la infección por VZV en su vida, 3 y entre el 10 y el 20% de los casos involucran la división oftálmica del nervio trigémino; el riesgo de por vida de desarrollar herpes zóster oftálmico es del 1% 4 y la incidencia aumenta con la edad.

 

La erupción que se desarrolla en pacientes con herpes zóster oftálmico, que es la misma que se observa con el herpes zóster que afecta a otras regiones del cuerpo, se caracteriza por eritema, máculas, pápulas y vesículas. Las vesículas pueden erupcionar progresivamente, durante un período de varios días, y luego evolucionar a pústulas y costras, a menudo con eritema y edema circundantes. Estas características se observaron en este paciente.

 

Al inicio de la erupción, la mayoría de los pacientes con herpes zoster oftálmico tienen un dolor agudo causado por la inflamación asociada y el daño al nervio sensorial y la piel afectada. El dolor se ha descrito como picazón, ardor, dolor y penetración. Este paciente refirió dolor en cuero cabelludo y frente 2 días antes del inicio de las lesiones cutáneas, aunque lo describió como similar a episodios previos de sinusitis y fue tratado por presunta sinusitis.

 

Hasta dos tercios de los pacientes con herpes zóster oftálmico tienen manifestaciones oculares además de las lesiones cutáneas. 5 Estos pueden afectar la córnea, la conjuntiva, el iris, la retina, el nervio óptico y otras partes del sistema ocular. Este paciente tenía inyección conjuntival y quemosis, hallazgos que ocurren comúnmente con herpes zoster oftálmico.

 

En este paciente, la combinación de lesiones cutáneas con costra, dolor y edema conjuntival e inyección sugiere herpes zóster oftálmico. Sin embargo, la afectación de más de un dermatoma es atípica de este diagnóstico; el herpes zóster afecta clásicamente a un solo dermatoma y generalmente no cruza la línea media. En algunos casos, el zóster localizado puede afectar a uno o dos dermatomas adyacentes. 6 La progresión de la enfermedad para afectar el lado contralateral, conocida como herpes zoster multiplex bilateralis, es atípica en hospedadores inmunocompetentes como este paciente, pero puede ocurrir.

 

En este paciente se desarrollaron lesiones cutáneas progresivas mientras recibía aciclovir, que es el tratamiento estándar para el herpes zóster oftálmico. Sin embargo, las lesiones cutáneas pueden continuar formándose durante 3 a 7 días después del inicio de la terapia antiviral.

 

¿Podría el desarrollo de alucinaciones indicar la participación del sistema nervioso central (SNC) por VZV? Si bien esto es posible, cabe señalar que la ptosis por edema palpebral obstruyó la visión del paciente, dejándolo funcionalmente ciego. Otra consideración importante para la causa de las alucinaciones de este paciente es el síndrome de Charles Bonnet, una condición caracterizada por el desarrollo de alucinaciones visuales en personas con discapacidad visual. 7

 

El diagnóstico más probable en este paciente es herpes zoster oftálmico. Este diagnóstico se puede establecer clínicamente sin ninguna prueba. Si hay dudas sobre el diagnóstico, se encuentran disponibles numerosas pruebas; hubiera sido razonable realizar pruebas en este paciente. Una prueba de anticuerpos fluorescentes directos específicos del virus utilizada para analizar rápidamente los raspados obtenidos de la base de una lesión cutánea fue probablemente la prueba de diagnóstico realizada en este caso.

 

Impresión clínica

Cuando evalué por primera vez a este paciente, pensé que las lesiones cutáneas en la distribución del nervio craneal izquierdo (V 1 ) acompañadas de quemosis conjuntival izquierda y edema palpebral eran muy sugestivas de herpes zóster y tratamiento con antivirales orales. se había iniciado recientemente. Sin embargo, las lesiones no tenían las características vesiculares esperadas y, en cambio, tenían una costra hemorrágica. El hecho de que el peluquero del paciente hubiera notado una lesión en el cuero cabelludo 2 semanas antes también era atípico del herpes zoster, en el que todas las lesiones suelen aparecer aproximadamente al mismo tiempo. Además, las lesiones del cuero cabelludo eran diferentes de las máculas aisladas observadas en la frente, con un aspecto sugestivo de necrosis cutánea coalescente, hallazgo compatible con una posible vasculitis subyacente. Estas características llevaron a preocuparse por la posibilidad de arteritis de células gigantes con necrosis cutánea. Cuando las lesiones comenzaron a aparecer en la distribución V 1 contralateral , aumentó la preocupación por esta posibilidad. Dado el potencial de que la arteritis de células gigantes no tratada condujera a una pérdida irreversible de la visión, se recomendó una biopsia de la arteria temporal y se consultó al servicio de dermatología sobre la causa de las lesiones cutáneas.

 

El aspecto general de la erupción de este paciente, que se localizó predominantemente en la distribución del dermatoma V 1 izquierdo con una extensa formación de lesiones hasta la línea media de la frente y se caracterizó por vesículas y pústulas agrupadas, así como múltiples pápulas erosionadas con costra hemorrágica sobre una base eritematosa y edematosa - fue más compatible con herpes zoster oftálmico. La erupción cruzó la línea media desde la izquierda V 1distribución dermatómica, que es atípica de este diagnóstico. Sin embargo, no siempre se observa una erupción con una clara distribución dermatómica en pacientes con herpes zoster oftálmico, y pueden ocurrir lesiones herpéticas adicionales que afecten al lado contralateral. Además, la erupción fue menos grave en el lado derecho de la frente que en el lado izquierdo, y la afectación más leve del lado derecho en un huésped inmunocompetente no es compatible con el zóster diseminado. Sin embargo, la erupción presentaba lesiones agrupadas y lesiones en diferentes fases, incluyendo pústulas y erosiones cubiertas de costra hemorrágica, características que son más compatibles con el herpes zoster que con la vasculitis necrotizante.

 

Es de destacar que aproximadamente del 30 al 40% de los pacientes con herpes zóster oftálmico tienen afectación de la rama nasociliar del nervio oftálmico, que inerva la piel de la nariz y la córnea. Por tanto, la presencia de afectación unilateral de la nariz (signo de Hutchinson) aumenta la probabilidad de afectación ocular. Este paciente no presentaba lesiones herpéticas en la nariz, lo que sugiere que la división externa de la rama nasociliar del nervio oftálmico no se vio afectada.

 

Este paciente no informó dolor clínicamente significativo asociado con la erupción durante el examen, pero informó dolor prodrómico en los días previos a la aparición de la erupción. El dolor que se presenta con el herpes zóster es causado por una neuritis aguda. En algunos pacientes, el herpes zóster puede manifestarse sin dolor o con un dolor leve. Hasta el 75% de los pacientes con herpes zóster tienen dolor prodrómico. 8-11

 

En este paciente, la evaluación diagnóstica incluyó una prueba de anticuerpos fluorescentes directos específicos para VZV y virus del herpes simple (HSV), así como un cultivo viral obtenido de la base de las lesiones vesiculares; la prueba de anticuerpos fluorescentes directos fue positiva para VZV y negativa para HSV. Antes de que estos resultados estuvieran disponibles, también se realizó una biopsia de piel, porque la prueba de anticuerpos fluorescentes directos no es 100% sensible al VZV.

 

DIAGNOSTICO CLINICO PRESUNTIVO

INFECCIÓN POR VIRUS VARICELA-ZÓSTER.

 

 

Discusión patológica

Se obtuvo una muestra de biopsia por punción de piel del lado izquierdo de la frente ( Figura 3). En el examen histológico a bajo aumento, la epidermis estaba denudada y la dermis estaba afectada por un proceso inflamatorio. Se observaron parches de queratinocitos acantolíticos adheridos a la superficie. La dermis subyacente se vio afectada por una inflamación aguda marcada, que se extendió profundamente para afectar los folículos pilosos y las estructuras anexiales adyacentes, incluidas las glándulas sebáceas. A mayor aumento, los queratinocitos acantolíticos mostraron cambios citopáticos virales, incluida la multinucleación con moldeado y marginación de cromatina. Estos cambios citopáticos virales pueden observarse tanto en la infección por VZV como en la infección por HSV, lo que hace que estas entidades sean indistinguibles sobre la base del examen histológico solo; Se requiere una correlación clínico-patológica y pruebas complementarias para determinar la causa.

 

 


Figura 3. Muestra de biopsia de piel del lado izquierdo de la frente.

En la tinción con hematoxilina y eosina a bajo aumento (Panel A), la epidermis está denudada (flecha negra) y la dermis subyacente y los anexos las estructuras están involucradas por un proceso inflamatorio. Queratinocitos acantoolíticos están presentes en la superficie (flecha azul) y se extienden hacia abajo en un folículo piloso (flecha verde) y una inflamación extensa rodea el cabello folículo y glándulas sebáceas adyacentes (flecha amarilla). A gran aumento (Panel B), numerosos queratinocitos acantolíticos muestran virus citopáticos cambios (flechas). Tinción inmunohistoquímica para el virus varicela-zóster (Panel C) muestra una tinción fuerte y difusa de los queratinocitos infectados (en marrón).

 

 

Discusión de manejo y seguimiento

Fue difícil conciliar la sugerencia de un curso prolongado de la enfermedad, que comenzó con el desarrollo inicial de una lesión cutánea 2 semanas antes, con la participación de un nuevo dermatoma en ausencia de un historial claro de inmunosupresión. No estaba claro si este síndrome calificaba como un diagnóstico formal de zóster diseminado, pero el inicio de la confusión llevó a la recomendación de evaluación y tratamiento para el zóster progresivo con posible diseminación y encefalitis. Se aconsejó la punción lumbar y la resonancia magnética (RM) de la cabeza.

 

La resonancia magnética de la cabeza reveló inflamación y realce del tejido blando preseptal, hallazgos sugestivos de celulitis preseptal, pero no mostró evidencia de enfermedad del SNC. El análisis del líquido cefalorraquídeo (LCR) reveló niveles normales de proteína y glucosa; el análisis del tubo 4 reveló 3 glóbulos rojos y 27 glóbulos blancos (de los cuales 99% eran células mononucleares, incluyendo 55% linfocitos, 38% monocitos, 4% células plasmáticas, 1% basófilos y 1% linfocitos atípicos). Un ensayo de reacción en cadena de la polimerasa del LCR reveló ADN de varicela, lo que no es inesperado en pacientes con herpes zóster porque el virus reside en el SNC. El examen de una muestra de biopsia de la arteria temporal izquierda no reveló inflamación.

 

Después de que el paciente inició el tratamiento con aciclovir intravenoso, su estado mejoró rápidamente durante los siguientes días, con eliminación del sensorio, menor inflamación de los tejidos blandos y evolución de las lesiones cutáneas. Fue dado de alta el día 5 del hospital con instrucciones de completar un ciclo de 14 días de aciclovir intravenoso mientras se mantenía una hidratación adecuada para protegerse contra los efectos tóxicos renales. En una visita de seguimiento al final del curso antiviral de 14 días, estaba bien sistémicamente, con algunas costras sutiles en el cuero cabelludo y resolución de las lesiones de la frente. Tenía una leve inflamación periorbitaria residual y una ptosis moderada, pero pensó que estaban mejorando; informó que había disminuido la diplopía intermitente. Se le recomendó que buscara la vacunación con la vacuna contra el zóster recombinante en 6 a 12 meses.

 

DIAGNOSTICO FINAL

INFECCIÓN POR VIRUS VARICELA-ZÓSTER.

 

 

Traducción de:

 

“A 78-Year-Old Man with a Rash on the Scalp and Face”

Michael K. Yoon, M.D., Hillary R. Kelly, M.D., Suzanne K. Freitag, M.D., Alexander G. Marneros, M.D., Ph.D., Miriam B. Barshak, M.D., and Diane G. Brackett, M.D.

https://www.nejm.org/doi/full/10.1056/NEJMcpc2100276?query=featured_home


 

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